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Capítulo 12- Una visita inesperada.

Sus pasos eran tranquilos, como si realmente no importase el tiempo que tardaran en llegar a su destino, recorrieron suavemente el camino que tantas veces antes habían transitado durante su furtiva adolescencia.

¿Qué los había llevado hasta allí? Pues el simple hecho de que Ryan quería recordar sus inicios, ese momento exacto donde todo había empezado, así que allí estaban, en el diamante de beisbol de Lava Springs, que cerraba durante el invierno y parecía una ciudad desierta, únicamente funcionando para el hijo de los dueños.

— No puedo creer que hayamos sido tan hormonales como para tener una conversación homoerótica a gritos en medio de un partido— comentó Chad, pateando la tierra roja bajo sus pies y apretando suavemente la mano entrelazada de Ryan.

— Oye, fuiste tú quien empezó con eso de yo no bailo mientras me desvestía con la mirada— repuso Ryan con diversión, recordando el calor de su cuerpo cuando notó por primera vez que la intensa mirada que sentía encima constantemente era de Chad— Era una declaración obvia para sobrecompensar tu inminente deseo por mí.

— No negaré eso— rio Chad respondiendo, pensando en el tiempo que había transcurrido desde esa época hasta la actual, la forma en que habían cambiado, madurado y mejorado como personas y pareja— Supongo que ya no es algo de qué preocuparnos.

— ¿Cómo te sientes?— preguntó Ryan con preocupación.

Chad había vivido muchos años en el closet, ya fuera por voluntad o deber. Ryan no conocía la sensación de salir verdaderamente, porque de alguna manera todos siempre asumieron que lo era, de hecho, recibió muchas miradas extrañas cuando decidió llevar a Kelsi al baile, y al contarle la verdad a la chica, esta simplemente dijo que ya lo sabía y que incluso había sospechado de la relación entre él y Chad, por lo que Ryan no tenía experiencia para ayudar a Chad en este tema.

— Es extraño— admitió Chad, mirando con detenimiento la base de home en la tierra— Se siente como si me hubiesen quitado un peso inigualable de los hombros, pero aun así parece no ser suficiente, como si todavía faltase el poder disfrutarlo— confesó, sabiendo que tal vez Ryan no lo entendería, pero sí lo apoyaría.

— Tomará tiempo, pero estoy seguro de que se volverá algo natural en su momento— aseguró Ryan, pensando en que él también se sentía ligeramente extraño con la nueva realidad, como si todavía no se lo creyese— ¿Puedes creer que todo empezó aquí hace 15 años?— preguntó Ryan, mirando el diamante iluminado bajo su petición, antes de solicitar la ausencia de todos los empleados de mantenimiento por esa zona.

— Empezó mucho antes de eso— confesó Chad, mirando profundamente a Ryan cuando este giró a verlo confundido— Te vi en la práctica para el musical de verano del 2005, me quedé totalmente embobado con tu voz, tu baile, tu fluidez y confianza sobre el escenario, y de allí en adelante todo fue cuesta abajo, conmigo intentando no perderme acosándote. Obviamente no funcionó.

Ryan miraba la sonrisa tranquila de Chad mientras le confesaba que había estado enamorado de él durante más de un año y medio antes de que Ryan siquiera notase su existencia y todo lo que Ryan lograba pensar era cuánto amaba a ese hombre y lo mucho que quería curar cada herida que durante años había permanecido abierta.

— Ven conmigo— dijo Ryan, tirando de la mano de Chad y dirigiéndolo a los vestuarios donde por primera vez sus labios se habían encontrado, en un ritmo perfecto que los había hecho tocar las estrellas— ¿Sabes por qué me vestí con tu ropa aquel día?— preguntó Ryan sonriente, viendo a Chad negar con la cabeza en silencio— La charla a gritos en el diamante me había hecho pensar en todas esas veces en que tu mirada barría mi cuerpo, en cuán atento estabas a cada cosa que yo hacía y la manera en que parecías buscar a alguien desesperadamente en cada ocasión en que yo me mantenía en las sombras oculto, observándote. Pensé en esa ocasión en que me pareció verte en el teatro, cuando presentamos el musical de primavera después de Twinkle Town, donde Troy y Gabriela no participaron porque el talento y esfuerzo se impuso antes que la popularidad— Chad sonrió, notando como Ryan todavía guardaba cierto dolor de aquel musical, al igual que Sharpay— y me di cuenta de que no podía seguir esperando a que tú hicieras algo, así que pensé en darte un incentivo y ver cómo reaccionabas, así sabría mantener mis expectativas acorde a las circunstancias.

— ¿Qué te pareció mi reacción entonces?— preguntó Chad con una risa queda— Porque todo lo que yo recuerdo fue mi cerebro cortocircuitando y luego mis labios en los tuyos.

— No la esperaba, para alguien en el closet fuiste muy lanzado— admitió Ryan, acercándose a Chad hasta que sus narices se rozaban suavemente— pero reconozco que fue mejor de lo que imaginé en todos los aspectos.

— Me alegra escucharlo— susurró Chad sobre los labios de Ryan, sintiendo su pulso dispararse mientras la tensión subía.

— ¿Qué te parece si terminamos lo que empezamos aquel día?— propuso Ryan, sus labios pegados casi totalmente a los de Chad mientras murmuraba por lo bajo.

Chad presionó en su totalidad sus labios junto a los de Ryan, llevando sus manos a las caderas del rubio y desplazándolo dos pasos hasta que la espalda de este chocó con una de las taquillas. Ryan alzó sus manos y se aferró a las solapas del traje de Chad, tirando de este para quitárselo con desesperación mientras sus lenguas luchaban por el control y sus labios se devoraban hambrientos.

El sombrero de Ryan paró en el suelo cuando este echó la cabeza hacia atrás al sentir a Chad descender deslizando la lengua por su cuello hasta llegar a sentir el pulso de Ryan, mordiendo allí duramente, asegurándose de dejar una marca que impidiera que Ryan mostrase esa zona en lo absoluto mientras sus manos quitaban el chaleco y la camisa al suelo, dejándolo solo en la abotonada camisa rosa.

Ryan logró sacarle a Chad la camisa por la cabeza, apartándose un instante para esto y sonriendo altaneramente al escuchar el gruñido de Chad por la distancia corta que los separaba. Chad besó a Ryan, acortando nuevamente el espacio entre ellos, y llevó sus dedos a intentar luchar con los botones de la dichosa camisa rosada, el rubio lo ayudaba con desesperación, consciente de que era una de sus camisas favoritas y Chad no era dado a la paciencia en lo que a sexo se trataba.

Lograron abrir todos los botones, pero Chad no llegó a quitarle la camisa por los hombros, pues apenas vio la nívea piel de Ryan, sus labios desfilaron en un camino descendente que lo llevó a succionar uno de los rosados pezones mientras Ryan encajaba sus uñas en el cuello de Chad y dejaba salir un gemido roto.

Las manos de Chad siguieron la línea del cuerpo de Ryan hacia abajo, llegando a los pantalones y abriendo el cinturón, con sus dedos moviéndose encima de la cremallera con movimientos erráticos y desesperados, hasta que pudo sentir el calor del latente miembro de Ryan mientras bajaba los pantalones y la ropa interior de este.

Ryan fue consciente de patear sus zapatos fuera de sus pies para poder sacar sus piernas de la ropa que Chad había dejado arremolinada en sus tobillos, pero entonces vio a Chad arrodillarse delante suyo y morderle en la ingle derecha, por lo que su mano se cerró en el corto cabello rizado y su mente desapareció, dándole paso a las sensaciones que lo dominaron.

Chad hizo un camino de besos desde la ingle de Ryan hasta la base de su miembro, que se alzaba firme contra la gravedad. Su lengua se deslizó, trazando el relieve de las venas que se marcaban mientras llegaba a la punta, donde sus dientes perfilaron el rosado glande y luego, sin aviso previo y sintiendo la mirada azul sobre su actuar, Chad miró hacia arriba mientras succionaba con fuerza hasta que el goteante miembro de Ryan llegaba hasta su garganta y sus labios tocaban la pelvis.

Ryan echó la cabeza hacia atrás, dándose un cabezazo contra la taquilla que no registró, pues su mente solo e enfocaba en el ritmo salvaje que Chad usaba para chupársela, deslizando la lengua por su tronco mientras salía y succionando ferozmente cuando entraba.

Chad usó la saliva que corría por su barbilla para mojar sus dedos, llevándolos hacia el estrecho agujero de Ryan, entrando dos de sus dedos a la vez y haciendo a Ryan arquearse del placer y dolor, enterrándose más dentro de la boca de Chad.

Ryan apenas podía sostenerse en pie, por lo que Chad levantó una de las piernas de este por encima de su hombro, dejándolo que descansara allí mientras seguía penetrándolo, ahora con tres dedos, hasta tocar su próstata y hacerlo estremecer con cada embestida, sintiendo como su garganta estaba cada vez más llena de líquido preseminal. Sintió la tensión en el cuerpo de Ryan, como sus piernas temblaban y la manera en que sus gemidos habían aumentado, por lo que sin dudarlo dio una última succión, retirándose del miembro de Ryan y sacando sus dedos.

Ryan sintió una sensación de vacío cuando Chad se retiró de su culo, pero vio al moreno ponerse de pie sin despegar la vista de Ryan, siendo parcialmente iluminado por la escasa luz del sitio y abriendo firmemente su pantalón, permitiendo que su miembro fuera finalmente liberado.

De repente el rubio tenía la boca seca de tanto ansiar sentir a Chad dentro nuevamente, pero no tendría que esperar mucho, Chad cerró el espacio entre ellos, tomando la pierna derecha de Ryan y sujetándola por encima de su cadera, usando su otra mano para guiar su mimbro hacia el agujero de Ryan y sintiendo como este se aferraba a su cuello en busca de mejor soporte.

Un gemido a medio camino de un grito salió de los labios de Ryan mientras Chad gruñía fuertemente cuando su miembro se deslizó hasta el fondo de una sola estocada dentro de Ryan. Las penetraciones que siguieron fueron bestiales, haciendo a ambos perder cualquier rastro de juicio mientras Chad entraba cada vez más profundo, golpeando constantemente en el mismo punto dentro de Ryan, haciéndolo desvanecer y sentir sus piernas incapaces de sostenerle. Chad cargó la otra pierna de Ryan y lo mantuvo sujeto por los muslos, embistiéndolo contra la pared mientras el rubio se apoyaba el sus hombros y cruzaba las piernas detrás de las caderas de Chad.

Sentía como este dejaba que su peso cayera contra su miembro cada que lo embestía y como luego lo subía con sus brazos haciendo fuerza para salir de su interior y repetir la misma acción que arrancaba de ambos gemidos audibles. Si para Chad los gemidos musicales y altos de Ryan eran una melodía afrodisiaca, para Ryan los gruñidos y gemidos de Chad, mientras murmuraba su nombre de forma entrecortada cada vez que se hundía en su interior eran la definición de lujuria en sí misma.

Su cuerpo no lo soportaba más, podía percibir el miembro de Chad abrirse paso en cada ocasión y su mente no tenía forma de permanecer consciente, sus uñas habían dejado un rastro de arañazos por la espalda de Chad y por la comisura del labio de Ryan se deslizaba un hilo de saliva mientras todo su cuerpo sudaba profusamente y un charco de líquido preseminal se acumulaba en el vientre de ambos, proveniente del miembro goteante de Ryan.

Sus músculos se tensaron, su cuerpo tembló y un grito de placer que se prolongó en el aire se escapó de Ryan mientras el orgasmo arrasaba con él en todos los sentidos, aprisionando a Chad con contracciones firmes en su interior y sintiendo luego como este lo llenaba con el líquido caliente que aliviaba el escozor interno de las penetraciones.

Ryan bajó su cabeza para apoyarla en el hombro de Chad y este giró la suya para depositar un beso en la frente detrás de la oreja de Ryan antes de cargarlo para sentarse en un banco, permitiéndole recuperarse. Ambos jadeaban y sus cuerpos temblaban de placer, se sentían extasiados y sus mente se embebían en la cercanía del otro. Chad finalmente salió del interior de Ryan, percibiendo como su semen salía y choreaba por las piernas del rubio cuando este intentó mantenerse en pie.

— Creo que necesitamos un baño— comentó, poniéndose de pie y deshaciéndole del pantalón, ayudado a Ryan a quitarse la camisa que estaba empapada en sudor y se mostraba inutilizable en el frío.

— Suena a una idea maravillosa— concordó Ryan con la voz rota, dejando que Chad los guiase hacia una de las duchas, donde el agua caliente vistió sus cuerpos, alivió la tensión de sus músculos y les permitió a ambos un momento de intimad silenciosa y besos delicados. Ya pensarían en los problemas cuando el sol saliera, por ese instante, el mundo se reducía a ellos.

                                oOo

La luz de la mañana se colaba por las ventanas del cuarto, apenas el sol salía, pero Lisa ya estaba lista para la aventura de su vida. Brad y ella habían decidido que irían ese día a la mansión Evans para ver a su hermano, quien había tomado decisiones difíciles para su vida, a juzgar por la publicación del vídeo de él y Ryan besándose la noche anterior.

Los Danforth sabían que era la boda de Gabriella y Troy, todo Albuquerque lo sabía, su padre había rechazado la invitación y los hermanos estaban seguros que tenía algo que ver con Chad estando allí, pero realmente eso ya no importaba.

— Buenos días— saludó Lisa alegremente, entrando a la cocina donde Brad ya estaba desayunando y su madre los miraba a ambos con asombro.

— ¿Se puede saber a dónde van ustedes que salen tan temprano?— preguntó ella, sirviéndole a Lisa unos huevos fritos con tocino y un vaso de leche con chocolate.

— Tenemos que comprar los regalos de Navidad y Brad quiere mi opinión femenina para un regalo que le quiere dar a una chica de la iglesia— respondió Lisa, riéndose de la cara de Brad, que expresaba enojo por la mención de una posible novia para él.

— Oh, Brad, cuanto me alegro que decidas cortejar a una chica de forma decente, no como tu gemelo— comentó Laura, besando la frente de su hijo suavemente, a lo que Brad contuvo un gruñido.

— Al menos busca chicas— intervino Charlie, entrando a la cocina mientras se abrochaba el cinturón y sentándose para que Laura le sirviera el desayuno. Brad y Lisa guardaron silencio, observando atentamente sus desayunos, ya que habían entendido perfectamente la indirecta de su padre.

— Charlie, por favor— pidió su madre, colocando delante de Charlie un plato igual que el de sus hijos.

— No regresen tarde, no los quiero en la noche en la calle— ordenó el patriarca, devorando su desayuno mientras sus hijos se retiraban de la mesa, dándole un beso en la mejilla a su madre antes de salir de la casa.

Caminaron hasta la parada del autobús, que pasó a las 7: 30 am, tan lleno como siempre, porque ni en los días festivos las personas dejaban de trabajar, por lo que ambos tuvieron que permanecer de pie hasta la última parada que marcaba una distancia de veinte minutos a paso constante hasta las puertas de la mansión Evans. Las rejas altas se mostraban imponentes delante de los dos hermanos, que jamás habían cogido por esos rumbos por prohibición de su padre.

Con una respiración profunda, Brad avanzó hasta el intercomunicador, tocando el timbre y deteniéndose al lado, esperando mientras Lisa se acercaba y tomaba su mano, dándose fuerza uno al otro, porque ambos sabían lo que estaban a punto de hacer. Un pitido sonó y una voz de una señora mayor se escuchó segundos después.

— Buenos días, dígame— saludó amablemente.

— Buenos días, venimos a ver a Chad Danforth, somos sus hermanos Brad y Lisa— informó el joven, sintiendo los nervios hacer un nudo en su garganta.

— Un momento, por favor— excusó la señora, haciéndolos esperar tres minutos que a ambos se les hicieron eternos antes de que el intercomunicador se escuchara de nuevo— Pueden pasar, adelante.

Los jóvenes se adentraron en la entrada tomados de la mano, sintiendo como sus palmas sudaban unidas y ambos con ligeros temblores, la emoción hacía que sus pieles se sintieran casi eléctricas mientras sus pasos los acercaban a la escalinata que llevaba a la gran mansión, la cual era considerablemente más grande de lo que habían visto en fotos. Una señora alta con el cabello rubio perfectamente recogido en un moño juvenil, vestida con un suéter negro y unos pantalones blancos los esperaba enfrente de la puerta.

— Buenos días, soy Darby Evans— se presentó ella cortésmente, con una sonrisa amorosa que ayudó a apaciguar los nervios de los chicos.

— Buenos días, yo soy Brad y ella es mi hermana menor, Lisa— respondió Brad, intentando mantener la serenidad como hasta el momento— Somos…

— Los hermanos de Chad, sí, la señora Gertrudis me informó, por eso quise salir a recibirlos yo misma— intervino Darby suavemente— Por favor, síganme— indicó, abriendo la puerta de la casa y permitiéndoles pasar al cálido interior donde ambos jóvenes intentaron no quedarse observando todo con la boca abierta, pues un gran salón dorado les daba la bienvenida a la casa— ¿Ya desayunaron? Pronto el resto de la familia estará bajando para desayunar, pero Chad no come nada más hasta las 10: 30 am, algo sobre su dieta de deportista, creo— los Evans eran por costumbre habladores, pero Darby podía notar el nerviosismo en los chicos y quería relajarlos tanto como pudiera.

— No, gracias señora, ya desayunamos— respondió Lisa, intentando sonar madura y no como una niña chiquita.

— Entonces los dejaré en la terraza, haré que Gertrudis les lleve café y Chad pronto estará con ustedes— aseguró Darby, abriendo la puerta que daba a la terraza, una habitación con una gran pared de cristal plegable que protegía del viento durante las estaciones frías y que permanecía plegada durante el tiempo de calor.

Ambos hermanos tomaron asiento uno al lado del otro, apreciando el jardín de la mansión y agradeciéndole a Gertrudis cuando dejó una bandeja con cuatro tazas humeantes de café, dos de las cuales tomaron Brad y Lisa. Calentaban sus manos sosteniendo el café caliente entre ellas cuando la puerta sonó, indicio de que alguien entraba, junto con unas risas que se escucharon suavemente, hasta que abruptamente se detuvieron.

Dejando salir un suspiro suave, Brad y Lisa se pusieron de pie, dejando las tazas en la mesita y girando para encontrar a Ryan mirando sin comprender, mientras Chad se tensaba un instante, afianzando el agarre en la mano de Ryan y luego, la comprensión llegando a él.

— Hola, hermano— saludó Lisa y Chad sintió que podía desmayarse, el mundo girando de forma dramática en su vida.

**************
Hola por aquí, lamento la tardanza, problemas de internet que no pude solucionar antes de tiempo.

En fin, pequepinkypitufibolas, díganme ¿qué les pareció el capítulo? ¿opiniones? ¿Sugerencias? ¿Quejas?

Recuerden que los quiero mucho y que sigan las actualizaciones ❤💜🔥.

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