XXI
Ya los días transcurrían, volando y fugaces como estrellas, y para ambos era casi normal como pasaban las horas. Se cumplían justo tres semanas desde que habían partido de su hogar.
Karamatsu salía por la mañana de la casa de chibita (que se los estaba hospedando a cambio de que Ichimatsu le limpiara la casa) y llegaba del trabajo (la florería) con entusiasmo, y hambre. Chibita hacia la comida, todos se aseaban y el día volvía a empezar...
No habían tenido intimidad en algo de tiempo...
Karamatsu a veces se desesperaba un poco por ésto, pero el que se notaba claramente más afectado era Ichimatsu, que cada vez se veía más irritado por el poco contacto entre él y su pareja. Tenía constantemente cambios de humor y ni siquiera quería jugar con sus gatos...
Cómo sea... Ese día justo, Karamatsu había invitado a Ichi en su descanso, y el menor aunque intentó hacer como que no le importó, aceptó gustoso.
Pasó una hora... Pasaron dos... Y la hora del descanso del mayor se acercaba, faltaban quince minutos...
Ichimatsu salió de la casa, poniéndose sus zapatos y caminando rápidamente a la florería donde Karamatsu trabajaba. Se agitó un poco, pero se recuperó unos instantes antes de entrar a la tienda y ver todas las variedades de flores.
Karamatsu miró al menor, y se despidió un momento de su compañera de trabajo.
El solo pensar que Karamatsu la veía todos los días ponía muy molesto a Ichimatsu.
-Hola Kitty! -saludó Karamatsu cuando estuvieron fuera del local, y agarró la mano de Ichi.
-Hola... -respondió algo distante, y solo dejó que el mayor lo guiara.
Al parecer los estaba llevando a un lugar solitario, oscuro... Poco habitado y sucio. Una vez estuvieron ahí Ichimatsu iba a preguntarle algo a Karamatsu, pero el mayor simplemente juntó sus labios para mantenerlo callado.
Se iba a quejar, pero entonces le quitó el suéter, dejándole la parte superior de su cuerpo desnuda. Rápidamente el mayor se puso a besar los pezones del otro, dando algunas mordiditas y logrando sacarle quejidos y jadeos al menor.
-Estás algo sensible, ¿No? -acariciaba mientras con sus manos el trasero voluminoso de éste.
-C-cállate, mierda -avergonzado sólo se apoyaba de los hombros del mayor.
En un rápido movimiento le dio la vuelta a Ichimatsu, y bajo un poco su pantalón, dejándolo hasta sus muslos junto con su ropa interior.
Bajo también su ropa un poco y levantó el mandil que le ordenaba llevar su trabajo. Acercó su miembro a la entrada del menor.
-Lamento no poderte preparar, pero mi descanso no es muy largo... -dice entrando de a poco, y siendo bastante cuidadoso con sus movimientos.
-D-deberías saber que me gusta que seas duro conmigo -tartamudea un poco, y le réplica-. Así que no te preocupes idiota! -exclama finalmente y se apoya en la pared mientras lo siente entrar.
El como sus paredes se estiran, abriéndole paso al pene del mayor se sentía tan bien, un poco doloroso, pero el dolor le sentaba a la perfección.
No tomó mucho tiempo para que ambos empezarán a moler sus caderas contra el otro. Ambos estaban muy ansiosos y sensibles por el poco contacto que habían tenido, lo cual añadía más calor a todo.
Ichimatsu en poco tiempo estaba cerca de venirse, se sentía tan bien como Karamatsu marcaba su cuello a la vez que invadía todo su trasero.
Karamatsu en una embestida más dio justo en el punto clave, y el menor soltó todos sus fluidos, manchando un poco el suelo, a la vez que el mayor se corrió dentro, llenándolo.
Se sintió un poco avergonzado, así que rápidamente subió su pantalón y se dio vuelta para irse, pretendiendo estar molesto. Karamatsu solo lo vio con una gran sonrisa en la cara.
Sabía que el menor nunca admitiría que deseaba hacer eso tanto, pero el otro lo comprendía sin palabras...
Mientras tanto, de vuelta al trabajo que si no, su jefe lo despedirá...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro