XVIII
Ichimatsu estaba en su forma de gato, acurrucado en el suelo debajo de una mesita mientras los dos niños jugaban a encontrarlo. El mayor cuidaba de no hacer movimientos bruscos para no ser hallado, mientras los niños reían.
Había hecho varias actividades con los niños en el transcurso de las 2 horas. Colorear, cantar, les hizo de comer e incluso habían estado bailando y armando torres con cubos de madera. Con tal, el tiempo había pasado volando y los niños ya estaban algo aburridos.
Entonces es que la madre de los niños llega y se topa con la sorpresa de que estaban tranquilos, que la casa no estaba ni destruida y que Ichimatsu se veía bastante bien.
-¡¿Cómo lograste que mis pequeños monstruos no hicieran desastre?! -exclama bastante sorprendida a Ichimatsu y luego le sonríe-. Seguro eres un ángel que el cielo me envió, por fin Dios se apiadó un poco de mí... -nota un poco la seriedad en Ichimatsu y después se suelta a carcajadas.
Ambos van a la salida de la casa y la madre de los niños le da un sueldo considerable, se despide e Ichi se da cuenta de la hora al ver el reloj de la casa. Sale corriendo después de agradecer, al lugar de encuentro de su pareja y él. Una vez llega mira a Karamatsu buscándolo, se acerca a él con la respiración bastante agitada por la corrida, pero lo saluda igual con una sonrisa.
Agradece que no haya nadie en el lugar (pues el lugar donde habitualmente se encontraban era especialmente poco concurrido) que pueda ver su vergüenza cuando Karamatsu le da una bofetada que le toma muy descuidado y lo hace que suelte un quejido. Las lágrimas salen de sus ojos aunque no les haya dado orden, y aún con sus pensamientos volando comienza a llorar. Creía que estaba bien, que traer dinero para ambos, un poco de comida... Creía que había hecho algo bien.
Pero para su sorpresa, después del golpe le da un fuerte abrazo, enredando sus brazos y negándole escapatoria. Pero es que el menor no se había dado cuenta de que el mayor estaba llorando. Preocupado. Miró al reloj de la ciudad que estaba bastante cerca, y era más tarde de lo que creía.
-Ichimatsu, me traías tan preocupado. Después de la llamada que recibí de Todomatsu diciendo que habías regresado, que me habías abandonado... -comienza a hablar en su oído, justo como cuando recién sus problemas empezaban.
-I-idiota -avergonzado un poco le dice. Quería consolarlo, explicarle.
-Pensé que realmente me habías dejado, y cuando no llegaste explote... Realmente, perdóname por dejarte verme en este estado -pide, sintiéndose muy mal hermano mayor, muy mal novio. Mal protector.
Ichimatsu solo sonríe y junta sus labios, calmando el incesante llanto de Karamatsu y tranquilizándose el mismo también.
-Ya te dije que jamás te voy a abandonar, además... Mira lo que conseguí -avergonzado saca las galletas y el dinero, y lo deja en las manos del mayor.
Karamatsu lo mira algo enfurecido, pero feliz también. No sabía cuantas veces le había dicho a Ichimatsu que no buscará trabajo y siempre el menor le llevaba la contraria.
Tan opuestos...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro