XIII
Odio, él sentía un odio inigualable hacia ese hermano. Solo porque había obtenido a Karamatsu antes que él... Era repugnante, seguramente lo había sobornado ¿no? ¿Cómo alguien tan brillante se enamoraría de una mierda como lo era Ichimatsu? No tenía sentido. Simplemente no lo comprendía.
La mañana era hermosa, las aves cantaban y los niños jugaban. Todo perfecto, de no ser por un pequeño detalle en la casa Matsuno.
Ichimatsu estaba enojado, y sus hermanos, exceptuando a Karamatsu, no sabían el porqué, y no era como si él lo fuera a decir.
En ese momento se encontraban desayunando la rica comida que su madre había hecho con tanto amor, delicioso. Ningún diálogo o charla en la mesa se escuchaba, pero tampoco era incómodo, más bien tranquilo, con los leves ruidos de los trastes chocando.
Todo estaría bien, si no fuera por la mirada molesta y acosadora que Ichimatsu le dedicaba a Karamatsu, quien parecía algo incómodo a su vez por tal acto.
-¿Qué tienes Ichimatsu? -pregunta finalmente Osomatsu-. ¿Por qué miras tanto a kara? -terminó con otra pregunta.
-Jump -hace un ruido con algo de comida en la boca, frunce el ceño también. Una vez se traga eso continúa-. No te interesa -hace un ademán con los palillos y contesta para seguir alimentándose.
-Karamatsu nii san... -llama Choromatsu con puchero, quien también se veía algo afectado-. ¿Qué le hiciste a Ichimatsu? -Karamatsu se ahoga un poco con la comida, recordando todo lo que le hizo a Ichimatsu durante la noche. Levantando más sospechas entre los sextillizos.
-Heh... -Karamatsu sonríe-. No tengo idea brother -dice con un tono doloroso, tan típico en él, nota que Todomatsu lo mira disimuladamente con odio y después murmura algo inaudible.
Estaba claro que no iban a poder hacer que ninguno hablara, después de todo tampoco era su asunto.
Restándole un poco de importancia siguieron comiendo como unas bestias, atragantándose con la comida.
-¡Acabe~! -exclama Jyushimatsu levantándose de la mesa, llevando sus trastos a la cocina para lavarlos.
Todomatsu lo siguió con la mirada cuando el otro se fue, suspiro algo nervioso para mirar a Ichimatsu amenazadoramente. Prefería decirle eso cuando el más lindo de sus hermanos no estaba.
-Ichimatsu nii san... -por fin Todomatsu tomó la palabra.
Ichimatsu lo ignoró y siguió comiendo. Atrapando la atención de todos y la tensión subiendo a cada maldito instante.
-Ichimatsu -lo llamó esta vez un poco más fuerte. Molesto por el comportamiento de su hermano mayor.
-¿Qué quieres totty? -lo mira con una sonrisa forzada, terminando su comida y alejando los platos un poco de él.
-¿Por qué estás así? Nos incómodas -preguntó lo primero que se le vino a la mente con la excusa de su incomodidad. Después de todo no era fácil encarar a alguien a quien escuchaste gimiendo en la noche junto con la persona a quien amas.
-Grrg... -Ichimatsu gruñó, golpeó la mesa y se levantó furioso-. ¿Y a ustedes qué les importa? Váyanse a la mierda -dice y sale de la casa dando pasos fuertes, casi echando humo por los oídos.
El silencio volvió a envolver el ambiente, volviéndolo frío. Y ahora las miradas iban hacia Karamatsu quien comenzaba a sudar por los nervios.
-B-bueno... -tartamudeó levantándose de la mesa, con su plato y el de Ichimatsu en manos, dirigiéndose a la cocina- ¿Qué les pasa? -preguntó algo serio.
-¿Qué es lo que tiene Ichimatsu? -respondió con otra incógnita el mayor de todos.
-Solamente está enojado conmigo, como siempre -dice cortante y entra a la cocina para lavar los trastes.
Recuerda escuchar murmullos, a sus padres hablar con sus hermanos... Y fue en que todo se pudrió, en que todo parecía desmoronarse.
Y mientras, en un callejón, Ichimatsu estaba sentado en el suelo, acariciando unos gatos que estaban ahí, recordando molesto a su hermano mayor.
Lo odiaba, era tan molesto, mentiroso, irrespetuoso, tan tonto y, y tan sexy, y guapo y~ ah...
Oh no, ahí estaban de nuevo esos sucios pensamientos respecto a su hermano... Pensamientos que lo llevaron a ser tan egoísta como para robarle su primera vez a su hermano... Hermano que logró divisar a unos metros, al final del callejón.
Lo vio correr, y no sabía porque pero ver el sudor caer desde su mejilla, verlo ruborizado y jadeando hasta que se paró enfrente de él y lo acorraló con la pared para después besarlo. Y fue en que se dio cuenta de que ese sudor eran lágrimas, que el sonrojo era por el enojo...
-¡¿Mnh~?! -correspondió el beso difícilmente, ya que era muy brusco, pesado. Aunque agarró de los hombros a Karamatsu y lo apartó de un brusco empujón para verlo fijamente, exigiendo una explicación.
No entendía el actuar del mayor hasta que después Karamatsu se pone a llorar en su hombro y desesperado comienza a susurrar en el oído suave del menor...
-Nos van a separar, Ichimatsu. Todomatsu le contó todo a nuestros padres, porque al parecer se dio cuenta ayer, y mamá dijo que si queríamos seguir en casa teníamos que dejar esto de lado... Pero yo no tengo trabajo ni como mantenerte, así que-... -se apresuró, agitado aún y retomando los besos.
Ichimatsu no sabía si era por ver al mayor, o lo que les aguardaba, pero estaba llorando fuertemente y correspondiendo tratando no ahogarse.
¿Por qué justo cuando todo empezaba a ir bien todo tenía que romperse y volver a empezar?
-Perdón, perdón Ichimatsu, si yo... Si yo no hubiera hecho eso... -golpea su puño contra la pared, e Ichimatsu se encoge, asustado.
La mirada de Karamatsu estaba sin brillo, estaba furioso al igual que él. Ichimatsu tomó las mejillas del mayor y le dio un suave beso para sonreírle aún con lágrimas.
-Karamatsu nii san... -lo observa fijamente, aunque se sintió un poco incómodo al llamarle de esa manera-. N-no llores, nosotros nos iremos de casa y viviremos como podamos mientras y- -es interrumpido por el mayor quien se muerde el labio angustiado.
-Así no serías feliz... -suspira, siente a Ichimatsu limpiarle los restos del llanto para reírse.
-¿No lo entiendes? -mira a Karamatsu negar con la cabeza-. Eres una cabeza hueca -le da un leve golpe en la cabeza para después dedicarle una sonrisa genuina-. Tú eres lo que me hace feliz ahora... Idiota -le da un leve beso en la frente, y después desvía la mirada avergonzado.
Karamatsu recuerda sentir algo muy cálido dentro de su corazón.
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