Despertó dentro del futón, al lado de sus cuatro hermanos que aún dormían pacíficamente.

Se dio vuelta hacia la derecha lentamente encontrándose con el rostro de su hermano menor, Ichimatsu. Se veía tranquilo, relajado...

Se sentía más ligero, supusó que era porque por fin veía a su hermanito sin esas tan marcadas ojeras y estaba durmiendo bien.

El día anterior se había quedado con él, solo para cuidarlo mientras dormía sin cesar. Bueno, tampoco era como si lo culpara. Después de que él se accidentó, Ichimatsu no había dormido más que una o dos horas al día. Aunque la verdadera razón aún se le era desconocida.

Posó su mano izquierda en una de las mejillas de este chico y se sorprendió un poco al ver que abría los ojos.

-¿Ichimatsu? -llamó su nombre con una sonrisa sincera.

Ichimatsu al estar consciente se sonrojo un poco, después de todo, el día anterior ambos... Habían tenido intimidad y-y... esperaba algún beso de buenos días y eso... Lo que hacían los amantes.

-Karamatsu nii san... -dice, sorprendiendo un poco al mayor, que no podía creer que el menor lo llamara por su verdadero nombre.

Se acercó un poco más a Karamatsu, sintiendo sus respiraciones juntarse, cerró los ojos y esperó...

-Ichimatsu, ¿estás bien? -pregunta alejándose un poco. ¿Era que su hermano estaba alucinando? Parecía de verdad como si le quisiera besar.

Ichimatsu abrió los ojos sorprendido, ¿lo estaba rechazando? Pero... Pero después de todo lo que pasó ¡eso era imposible!

-Karamatsu... -su expresión cambió a una que reflejaba algo de tristeza... Parecía... Que al final de todo, Karamatsu si se estaba burlando de él...

El mayor iba a responder algo, de no ser por haber tirado un pie hacia atrás, golpeando y despertando a Todomatsu, quien algo modorro y molesto, lo miro con odio.

-¿Qué? Karamatsu nii san. ¿Por qué me pateaste? -preguntó un tanto indignado, poniéndose de pie para sobarse. Ichimatsu solo resopló molesto y Karamatsu se levantó del futón igual.

¿Qué con los otros chicos? Bueno, el hermano mayor de todos estaba durmiendo profundamente aún, abrazando a Choromatsu por la cintura y rodeándolo con las piernas, como si fuera un oso de felpa. Jyushimatsu... Él se había levantado con el sol, ahora mismo seguramente estaba en el estadio, practicando béisbol.

-Bro-brother, lo siento, fue sin querer. -rápidamente se disculpó, Todomatsu frunció el ceño y finalmente suspiró.

-Está bien entonces -dice con un poco más de tranquilidad-. Oh, Ichimatsu nii san, ¿estás despierto? -pregunta al darse cuenta de que Ichimatsu lo estaba mirando fijamente.

-¿Qué parece? -responde con otra duda, de manera grosera, molestando de nuevo al menor.

-¡Hey! Solo preguntaba, no era para que te enojaras. Después de todo no despertabas desde ayer, por esa medicina que te dio Dekapan... -termina de contestar, dejando algo confundido al de pelo despeinado.

-¿Dormí todo el día? -dice aún confuso.

-Si, estabas muy agotado, según el Doctor Dekapan, y nos dijo que te dejáramos descansar bien para que la medicina hiciera su efecto -sonrió.

Ahora todo encajaba a la perfección, nunca hubo nada entre él y Karamatsu, jamás se burlaron de él.
Todo había sido un estúpido sueño, una fantasía creada por la mezcla de demasiado cansancio, y una frustración amorosa.