Ugh. Se acababa de levantar con un grande dolor de cabeza, seguramente porque no había dormido bien. Que molestia.

No estaba seguro de porqué se había desvelado, solo de que si seguía durmiendo así de poco terminaría muerto.

Escuchó de la nada un ruido, lo que lo hace sobresaltarse. Supone que alguno de sus hermanos ya se había levantado. Se hizo el dormido, acurrucándose más dentro las sábanas y buscando no llamar la atención, logrando todo lo contrario en un torpe movimiento.

—¿Ichimatsu nii san? —escuchó claramente la voz de Jyushimatsu—. ¿Estás despierto? —preguntó.

No contestó, solo cerró los ojos y esperó a que se escuchara el ruido del abrir y cerrar de la puerta. Esperó un poco más, y una vez fue así, suspiró.

Aburrido, y hundido en sus pensamientos, se dio vuelta hacia la izquierda, encontrándose con el rostro de uno de sus hermanos mayores. ¡El idiota de Karamatsu! Aún no lograba entender cómo era que ese estúpido, lleno de mala suerte, siguiera vivo después del accidente que había tenido la semana pasada.

Inconscientemente pasó la mano derecha por su mejilla, donde una herida aún permanecía ahí.

Mala, MALA idea tocarlo, su hermano abrió los ojos de repente y, ¡AH! Estaba mirándolo ahora con una extraña confusión y rara alegría. Inmediatamente apartó la extremidad de golpe, sintiendo su corazón latir tan fuertemente contra sus costillas que resultaba doloroso.

—¿Me tomaste de la mejilla, brother? —susurró con una sonrisa.

—Ni loco —musitó amargamente lleno de cobardía, dándole la espalda de nuevo al chico.

—Heh —Karamatsu río levemente, abrazando a su hermano por la espalda, no, ¡NO! Demasiado cerca.

—Mierdamatsu, no me toques —se quejó de inmediato. El calor subiendo a sus mejillas mientras intentaba apartar esos brazos inútilmente, puede que estuviera alucinando, pero sentía que la entrepierna de Karamatsu estaba justo pegada a su trasero, ¿Cuánto había soñado con una escena así? Ugh, se imagina que sería mejor si ambos estuvieran de frente, desnudos, besándose.

¡MIERDA! Esos sucios pensamientos estaban ahí de nuevo, no, ¡NO! No podía pensar eso de su hermano, ¡Era tremendamente asqueroso! Algo depravado, algo... Excitante.

—Ichimatsu —y ahí estaba su mente de nuevo, haciéndolo alucinar la voz del mayor, llamándolo de una manera tan sexy.

Agh, se imaginaba a Karamatsu follándolo fuertemente, ya, con ese simple tacto en su... Esperen...
Tardó un momento en procesar la situación y, ¡Oh por Dios! Karamatsu tenía su mano apretando su entrepierna de una manera demasiado sexual.

Soltaba pequeños jadeos de manera no intencional, sintiendo las lamidas de Karamatsu por su cuello, y su mano ahí apretándolo... Ah~.

Un gemido algo roto de sí mismo lo hizo reaccionar, definitivamente no iba a tirar su orgullo por hacer su deseo realidad, oh no.

—¡¿DONDE MIERDA ME ESTÁS TOCANDO?!, ¡ESTÚPIDO! —se levantó del tendido después de gritarle, echando humos de la vergüenza y furia.

Ah, ¿En qué estaba pensando su hermano al tocarlo... Ahí, de esa manera tan sucia? Seguramente se dio cuenta de ese amor que el menor le tenía, y el solo quería burlarse...

Se escuchó algo de escándalo, seguramente sus hermanos se habían levantado y le preguntarían a Karamatsu, pero bueno, a él no le podría importar mientras se daba cuenta del gran problema que tenía atrapado en su pantalón.

—Mierda —murmuró viendo de lado a lado, dirigiéndose al baño.

Había tirado un pedazo de dignidad al gemir varias veces el nombre de Karamatsu en el baño, pero caso perdido. Ya estaba hecho, solo le quedaba esperar a que nadie preguntará nada, y que ojalá nadie lo haya escuchado.

¿No?