Final 1/2
Habían pasado ya seis meses desde que Karamatsu había conseguido ese trabajo. Todo había sucedido demasiado rápido para gusto de ambos, pero no se podían quejar. Les había ido bastante bien y consiguió un puesto más alto, además de que lo contrataron en otro lugar (temporalmente) por lo que su sueldo se hizo el de una persona digna.
Con sus ahorros, y algún ingreso que Ichimatsu conseguía de por ahí, lavando ropa o algo, lograron por fin tener un apartamento bastante bueno. Era perfecto para ellos dos.
El espacio no era ni muy grande, ni muy pequeño, y consiguieron el permiso para tener gatos ahí, con lo cual Ichimatsu adoptó dos gatos callejeros, a los que él y el mayor llamaron "Kitty" (a petición de Karamatsu) y "Kara nya" (a petición también de Karamatsu) (n/a: ahre)
Bueno, vivían cómo una pareja normal, y estaban considerando la opción de casarse y hacer una pequeña celebración, a la que por respeto invitarían a sus padres y hermanos. Aunque el menor aún se negaba por sentir que era muy pronto para perdonarlos. Tan orgulloso como siempre.
-Karamatsu -se agarraba de los hombros del mayor que lo besaba acorralándolo contra la puerta, con pasión. Sus entrepiernas estaban algo pegadas así que todos los movimientos los sentían de verdad. El menor lo intentaba apartar-. Se te va a hacer tarde para el trabajo -le pone la mano en la boca a Karamatsu para que lo dejara de besar.
-C'mon Kitty, only one kiss more -sus manos, que estaban en la cintura del menor se desplazaron hacia la cadera, mandándole escalofríos al menor que le dio una cachetada (había soltado un gemido por la anterior acción y se sentía avergonzado) y Karamatsu sólo le sonrió algo mareado, saliendo por la puerta para ir a trabajar.
El menor suelta un suspiro enamorado, y se pregunta cuando le diría el sí al mayor para tener una pequeña boda. Obvio no se podían casar por la iglesia, ya varios padres habían rechazado sus peticiones por el hecho de ser familia, así que solo harían la firma de papeles y una cena; pero el menor no estaba seguro aún... El daño que sus papás le habían hecho era imborrable de alguna manera... Pero eran sus padres, lo que le caía algo pesado y en el fondo, quizás muy en el fondo, ya los había perdonado.
Varias semanas más tarde, era el aniversario de un año de novios, motivo grande para que Ichimatsu preparara todo para una cena romántica, sorpresa para Karamatsu que llegaría cansado del trabajo.
Compró varias cosas en la tienda para hacer la comida, también le compró una cadena de oro a su amante como regalo. Agarró un buen de velitas y, en cierto momento también compró una botella de vino.
Antes de llegar completamente a casa se para en una farmacia a comprar uno, quiero decir, varios afrodisíacos, hacía algo de tiempo que no hacían el amor y hoy sería una larga noche, realmente larga, y para eso necesitaban estimulantes. También se llevó 2 cajas de condones.
Abrió la botella de vino, le mezcló toda una botella de aquella medicina y después volvió a cerrar el corcho, parecía como si no la hubieran alterado.
Con las bolsas en mano y tres horas para hacer todo, llegó a su apartamento y comenzó a limpiar. Después de organizar todo, esconder algunas cosas para hacer un camino de velas y tirar unos cuantos pétalos de rosas (que había comprado camino a su hogar), ya estaba previamente listo.
Se encerró en la cocina y comenzó a cocinar, esa carne llevaba una receta especial, y se debía cocer a temperatura baja para que quede más rica. Tardó una hora, puede que poco más. Hizo una ensalada también. Lo dejó dentro del horno para que no se enfriara y metió la ensalada dentro del refrigerador.
Se metió a bañar, se puso un elegante traje, debajo una linda lencería que había comprado hace algo de tiempo, se echó perfume, y quedaba alrededor de media hora para que Karamatsu llegará.
Unos 15 minutos antes sirvió la comida, también un poco de vino en dos copas, y se preparó para recibir a Karamatsu en la puerta.
Se escuchaba, sí, se oyeron pasos y fue cuando se abrió la puerta. Ichimatsu le dió la bienvenida y Karamatsu se quedó algo atónito. Escondió algo que tenía entre las manos y también saludó a su gatito.
-¿Qué traes ahí? -le pregunta curioso, Karamatsu traga saliva y evita el tema.
De alguna manera logra que Ichimatsu no lo mire, y guarda una cajita dentro de su cajón de ropa. Cómo también tenía un traje formal se lo puso, era una noche especial...
Pasó al comedor, y vio que Ichimatsu ya había servido todo. Se sentó en la mesa, justo quedando frente a Ichimatsu y comenzaron a comer.
Karamatsu noto un agradable sabor dulce en el vino, le estallaban las papilas de tanto cosquilleo.
-Está muy rico este vino... ¿Dónde lo compraste? -pregunta sintiendo un peculiar sabor, desconociendo que tenía afrodisíaco.
-En el centro -le responde, tomando también de aquella bebida y continuando con la comida...
Ya se sentía un poco caliente, eso era bueno...
Terminaron sus comidas, y Karamatsu se sentía excitado, por alguna razón Ichimatsu lucía mucho más sexy, y se veía sonrojado.
Se acercó a él, quedando a su lado y sentándose ahí. El menor sirvió más del vino en sus copas y siguió tomando. Sentían sus cuerpos más contentos, y en cierto momento Karamatsu no pudo contenerse.
-Feliz aniversario -susurra cerca del oído ajeno, y acaricia con su mano su cabeza. Éste se sacude un poco, ya estaba algo sensible.
-Feliz aniversario -le responde Ichimatsu y comienzan a besarse, siendo incapaces de controlar esos deseos carnales.
Aquel beso se había profundizado, y había impulsado a Karamatsu para que fuera empujando lentamente a Ichimatsu al suelo, una vez ahí se colocó entre sus piernas, su hermano lo abrazó con ellas y se seguían besando.
-M-Mierda -gime Ichimatsu cuando Karamatsu embiste, el simple roce de sus cuerpos lo prendía bastante.
-Heh... ¿Estás sensible hoy? -pregunta más bien sonando como afirmación. Se aparta un poco y comienza a desabotonar la camisa morada, desesperándose un poco y dejando que Ichimatsu se la quitará sólo mejor.
Mientras él también se quitó su camisa, y después de hacerlo presta atención a Ichimatsu...
¿Era cosa suya o Ichimatsu estaba usando un brasier?
Esperen... Ese no es cualquier tipo de brasier...
Casi le da un derrame nasal al verlo.
-Que linda sorpresa -dice acariciando con sus dedos por encima de ambos pezones y tocando la tela. El menor suelta unos jadeos, sí, estaba demasiado sensible y eso le encantaba a Karamatsu.
-Es sólo para ti, idiota~ -se muerde los dedos de la mano izquierda cuando siente a Karamatsu empezar a lamer encima de la lencería, y también como metía su mano entre toda la tela, para tocar su miembro.
Pronto toda la ropa desapareció, quedando solamente la ropa interior de Karamatsu y la lencería.
-Te ves tan sexy, my love-aprieta las piernas de Ichimatsu, queriendo morder cada parte del cuerpo más chico. Solamente se resigna y opta por hacer unos chupetes en el cuello del menor.
Ichimatsu no se queda atrás y también hace marcas en el cuello de Karamatsu, sonriendo y lamiendo después la mejilla de Karamatsu, como en broma.
Después de jugueteo bobo con sus cuerpos, Karamatsu entró en él. La sensación nunca había sido tan buena, al menos para él.
-Te amo~ -le recuerda Ichimatsu, una y otra vez. Karamatsu corresponde con besos, asegura no haber dejado zona sin besuquear con cariño.
Conocía a la perfección cada maldito centímetro de piel de Ichimatsu, cada zona sensible, cada lugar...
Se hicieron las 11 de la noche, se hicieron las 2 de la madrugada...
Se hicieron las 4, y por fin Karamatsu se había cansado, Ichimatsu también le había dicho que era suficiente, claro, el dolor de caderas al día siguiente iba a ser terrible, pero todo había valido la maldita pena.
Todo aquel paraíso había acabado con un beso en los labios y un te amo de parte de ambos, y cayeron rendidos en la cama, con las sábanas sucias, no les importó.
Aunque la vergüenza que les dió a ambos en la madrugada al limpiar si fue algo incómodo...
-Hehe... -Karamatsu se rió, se rascó la nuca juntando varios condones usados y tirándolos todos en una bolsa que luego iba a sacar directo al bote de afuera.
Después de limpiar Ichimatsu iba a lavar ropa, junto con las sábanas sucias, y revisando la ropa de Karamatsu para no meter a la lavadora algo importante se encontró la caja que antes había escondido Karamatsu.
Primero no la iba a abrir, pero la ansiedad que le comenzó a dar al dejarla aparte y estarla viendo...
La tomo con sus dos blancas y pequeñas manos; la observó, no podía ser de nada más que de un anillo, pero ¿Realmente Karamatsu le iba a proponer matrimonio formalmente? ¿No estaban mejor así?
Aunque sería tan lindo detalle...
Abrió la caja y vio un anillo precioso de oro, tenía unas pequeñas joyas de color lila y plateado, unas cuantas lágrimas se le empezaron a salir de los ojos, ¿Por qué lloraba?
Una mano en el hombro fue lo que lo hizo reaccionar, gritó y abrazó la caja con el anillo, con miedo de que se la fueran a robar. Se sonrojó, estaba más que rojo y se volteó lentamente para ver a un Karamatsu medio avergonzado y medio molesto.
-Tenía que ser una sorpresa -dice, algo arrepentido, se acomoda bien frente a Ichimatsu y le soba los hombros un momento-. Aunque... -le sonríe y toma la caja del anillo con sus morenas y grandes manos.
Y sucede lentamente, Karamatsu sale de la habitación, Ichimatsu está confundido.
Piensa que quizás eso enfureció a Karamatsu, la curiosidad mató al gato, y ahora moría él de tristeza. ¿Qué había sucedido?
¿Acaso ahí había acabado todo?
¿Acaso ya el matrimonio se iba a cancelar?
¿Acaso Karamatsu conseguiría a alguien más?
No tuvo tiempo de digerirlo cuando Karamatsu entró nuevamente en la habitación, escondiendo un brazo detrás de su espalda, pretendiendo que Ichimatsu no sabe nada, y se arrodilla con una sola rodilla (N/a: no sabía otra manera para describir eso :'v) y muestra la cajita, abriéndola.
-Ichimatsu Matsuno. Sé que soy un idiota, que no te merezco, que no somos la clase de pareja que la sociedad espera, o una madre se sentiría orgullosa de presumir; pero algo en ti me abrazó, me atrajo y no me dejó irme... -Karamatsu dice aquello, estando aún nervioso. Se notaba como le temblaban las manos un poco y qué había ensayado eso a morir.
-Eres tan hermoso que cada que te veo siento morir, y revivir unas mil veces, y yo realmente quisiera estar a tu lado un montón de tiempo más -en ese momento las mejillas del mayor se enrojecieron un poco.
-Entonces quisiera robarme un poco más de tu tiempo, y proponerte ser feliz todos los días; puede que a mi lado no tengas muchísimos lujos, no soy grandioso, ni millonario, pero yo te propongo un amor verdadero, sincero, me conozco demasiado bien y sé que jamás dejaré de amarte... -mira a los ojos a Ichimatsu, que había empezado a llorar de alegría en cuanto vio a Karamatsu arrodillarse frente a él, y sonrojado y en shock se había quedado...
-Quiero que me concedas la vida, y puede que mucho más al aceptar ser mi esposo, quiero tener tu mano siempre ahí, quiero tenerte solo para mí... -Ichimatsu apenado y aún con los ojos lagrimeando le extiende la mano izquierda, y Karamatsu sonríe, también tenía unas cuantas ganas de llorar, no lo haría... Puso el anillo con extrema delicadeza en el dedo anular, y se puso de pie.
-Que el tiempo se pare...
Que los momentos no pasen,
Y que hasta el aire me falte
Pero no faltes tú... -los versos de Ichimatsu dejan algo confundido al otro, que escucha atentamente. La respuesta no había sido un "si", sino un poema que el mismo Ichimatsu había escrito.
-Y que de Dios yo me olvide,
Y del estar bien también;
Más tú de mí no te olvides
O ahí mi fin dirán ver... -termina dándole un beso en los labios a Karamatsu y después brinca sobre él, él lo atrapa y feliz le da unas cuantas vueltas, cualquiera envidiaría ese amor y felicidad.
-Eso es un si? -al imbécil de Karamatsu se le ocurre preguntar, e Ichimatsu se ríe un poco.
-Sí, bobo -le toca la nariz con el índice.
Y es que en la tierra no existía pareja más feliz que ese par de tortolos, que se volvieron a besar otra vez.
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