Capítulo 2
La pareja se adentró a su nuevo piso. Era un piso moderno, con tres habitaciones, dos lavabos, un salón y una cocina. La mujer dejó el carro con su hija en el interior a un lado y entró a la que sería su habitación.
-Pues es bonita, mi amor-le dijo a su marido.
-Lo sé. ¿Has visto la de Amelia?
La mujer entró y observó el cuarto. Era todo rosa y con decoraciones de unicornios, arcoíris y animales adorables.
-Aw, mi amor es bellísima. Trae a la niña, quiero que la vea.
Su marido volvió con el carro. La niña se había despertado y lo observaba todo con sus ojos de un color que todavía no se sabía.
-Mira, princesa, aquí vas a dormir. ¿Te gusta?-le preguntó cogiéndola en brazos y besándole la cabeza.
En ese momento sonó el timbre. La pequeña familia fue a abrir la puerta. Al abrirla se encontraron a otra pareja con un hijo. Ellos también eran jóvenes y su hijo parecía tener la misma edad que Amelia.
-¡Hola! Somos los vecinos de al lado. Los hemos visto llegar y pensamos en venir a saludar-dijo la mujer.
-¡Qué amables! La verdad es que es la primera vez que nos mudamos los tres juntos. Ella es Amelia, nuestra hija-dijo la madre de la niña.
-Pues él se llama Manuel y es nuestro pequeño bebé.
-Bueno, no os quedéis fuera, pasad-dijo el padre de Amelia.
Los vecinos pasaron y se sentaron juntos a hablar. Tenían bastante cosas en común y eso los hizo bastante unidos al instante. A los padres de Manuel les daba pereza sacar la cuna de su hijo para que durmiera más cómodo, por lo que juntaron a los bebés en la misma cama. Se sorprendieron al ver la rapidez con la que se durmieron. Manuel tardaba mucho en dormirse si no era en los brazos de su madre y Amelia no era muy fan del país de los sueños, pero fue juntarlos y dormirse los dos juntos, con sus pequeñas manos casi rozándose.
-¡Qué monos!¡Se han quedado dormidos juntitos!-exclamó la madre de Manuel.
-Lo sé, es muy raro-observó el padre de Amelia.-Amelia nunca se duerme hasta pasadas dos horas de intentarlo.
-Manuel solo se duerme en los brazos de mi mujer y hay noches en las que ella trabaja hasta tarde y tengo que quedarme despierto por él.
-¿Te encargas de él?-preguntó la madre de la niña.
-Sí, mi esposa es quien trabaja, yo cuido del niño. Me gusta hacerlo y me siento más cómodo. Se podría decir que soy una especie de amo de casa-terminó riendo.
-Yo igual-dijo la madre de Amelia.-Desde el embarazo que no trabajo. Mi marido y yo decidimos que yo no trabajaría y así nuestra hija nunca estaría sola y siempre podría contar con nosotros.
Después de quedarse hablando un rato más, se despidieron y cada uno fue a su casa.
Pero cinco días después todo se volvió muy raro. Los niños no dejaban de llorar por todo y solo cuando estaban juntos callaban. La madre de Manuel tuvo tanto miedo que fue a un médico para ver qué le pasaba a su hijo.
-Doctor, mi hijo no deja de llorar y le cuesta más dormir. Tengo miedo de que esté enfermo o algo...
-No se preocupe, le haremos unos análisis y le daremos el resultado en unas semanas.
Lo que no sabía era que la madre de Amelia también había ido. Se encontraron el día en el que debían darle los resultados. Decidieron abrirlos juntas, por lo que entraron a una cafetería. Pero no pensaron que un hombre mayor vendría y les diría:
-Bonita pareja forman sus hijos. Una vez vi a una muy parecida, incluso se llamaban igual, pero no acabó bien... Espero que ellos sí. Cuando la boda esté lista mandadme una invitación, por favor.
Se acercó al carro de Amelia y sacó una botella de agua. Se mojó los dedos y los posóen la frente de la niña, mojándosela.
-Yo la bendigo en nombre de Dios, princesa Amelia.
Hola!!!! que tal??? Espero que muy bien!!!!! La verdad es que solo saludo para cuatro personas pero... Hola!!!! XD Que tal el segundo cap??? Espero que muy bien!!! Tengo muchas esperanzas puestas en esta historia. Espero que os guste!!!
Bye bye!!!
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