19 de febrero de 1942

Querido James,

no sé cómo empezar esta carta, pero creo que debo decirte cuántas cosas han cambiado desde que te fuiste. Siento que eres mi confidente, que algún día recibiré tu respuesta o aparecerás en mi puerta y ese día yo moriré.

No estoy preparada para verte, creo que así no. Henry hoy ha partido con su pelotón, y lo sé porque sigo casada con él. No te preguntes porqué, te lo explicaré esta noche en nuestro sueño. Me he empezado a dar cuenta que mis vestidos se ciñen y mis blusas no cierran. Fui al médico esta mañana y me he desmayado en la consulta. Estoy embarazada. Por favor, ignora la tinta corrida por mis lágrimas. Cuánto lamento esto, James. Pero no puedo acabar con una vida que crece dentro de mi, aunque me consuma.

Lo siento y te quiero, en invierno, primavera, verano y otoño.

Jane.