50 años han pasado, mucho tiempo ¿no?.

De esos cincuenta años donde no veo a Trollino, me encuentro ahora mismo sentado en nuestra, antes, hogar, bueno para mi sigue siéndolo, observo como el sol se esconde y llega la luna.

Siento como alguien dirige sus dos manos hasta mis ojos para taparlos y no ver nada.

.- ¿Trollino? -. Sonrió Y escucho la sonrisa del llamado

.- ¡¿cómo lo supiste?! -. Rió.

.- pues, ¿quien estaría aquí conmigo?-.

.- no se, tal ves Roberto -. Ambos reimos por el supuesto chiste, nuevamente lo vuelvo a ver, nuevamente observó todo de él y comienzo a llorar.

.- te extrañé tanto -. Rápidamente lo abracé mientras mis lagrimas recorrían por toda mi mejilla.

.- yo también -. Contestó y con sus brazos enrollados en mi cintura se acercó más a mi .- sabes, aunque haya conseguido a alguien más después de tu muerte, siempre seguí amante por todas las circunstancias -. Confesó yo sólo sonreí aún más .- extrañaba también esa sonrisa hermosa que tienes -. Y luego me besó hasta quedar sin aliento.

.- yo igual -. Nos besamos nuevamente bajo la hermosa luna.

Una noche hermosa y apasionada para ambos.