Nuestra Pasión
Los años hicieron mella en sus rostros, aquel rostro juvenil de 22 años que se enamoró Izuku ya no estaba, ahora tenía algo más 35 y los años no pasan en vano. Katsuki se descuidó un poco en su ejercicio, ya que ser ama de casa y atender a su pequeños era mucho más importante.
Katsuki siempre se ve frente al espejo, ve su cuerpo cambiar y sin marca de cesárea se sentía algo vacío.
—Te ves hermoso—abraza Izuku por su espalda acariciando su vientre— lo más hermoso que nunca vi antes— besa y lame su cuello, besando su marca con pasión, dejando una huella.
—Deku~... — canturrea, es casi media noches y sus bebés duermen.
—Kacchan~...— le gruñe suavemente.
Katsuki besa a su alfa y se embriagan en su aroma, en sus toques y en su sabor.
Una noche más en la que Izuku toca el cuerpo de Katsuki, suave y tranquilamente acariciando cada milímetro de su ser. Sintiendo como es que encaja perfectamente en el omega, cada que mueve sus caderas al ritmo de una melodía que no existe y solo con el compás de su pasión. Izuku se mueve lento y profundo, marcándolo desde dentro... porque, aunque no se note, Izuku es celoso de Katsuki, el venirse dentro es una marca permanente, los demás alfas pueden olerlo y alejarse, ya que es "su" propiedad.
—Tan hermoso— le dice mientras besa su pantorrilla, dejando pequeñas marcas de besos.
Katsuki solo se retuerce de placer y siente un cosquilleo en su vientre, cuando Izuku escala, besando sus muslos interiores, celosamente hace más marcas y más grande, para que nadie más las vea.
—Te amo— le dice y se va acomodando, colocando su mano a los costados de su cabeza y entrando suavemente, Katsuki se afianza de sus brazos presionando sus dedos con ellos, se ahoga en su orgasmo, cuando le permite a Izuku explorar su interior.
Mueve su pierna hacia el lado contrario y suavemente lo deja boca abajo, haciendo que sostenga una almohada. Eso sentir a un alfa tan poderoso como Izuku dentro es fantástico, sus gruñidos de placer resonaron en la almohada, mordiéndola.
Sintiendo, cada vez, que su velocidad aumenta, la fuerza incrementa y son cada vez más cortos. Izuku se levanta un poco más sobre sus piernas y baja las caderas de Katsuki, monta a su omega de forma profunda que siente que llega hasta la entrada del útero, su próstata es acariciada sin piedad y siente que su orgasmo va en aumento.
—Kacchan yo... yo...
—Espera... quiero verte— y con una maniobra lo hace tumbarse contra la cama, quedando el omega encima.
—Ka-Kacchan
—Ahora si me toca a mí. — se coloca en ángulo para atrás, con sus manos apoyándose en la pantorrilla del alfa. La vista que tiene Izuku es indescriptible.
Katsuki comienza a moverse en círculos, mostrándole a Izuku su entrada y como se llena cada vez más con los movimientos pélvicos, de arriba hacia abajo, solo esa simple acción.
Y se endurece aún más viendo como su semen se escapa del agujerito de Katsuki, tan rosadito con los movimientos de este. Luego ve como comienza a estremecerse su omega sabe que él también está por llegar, así que se levanta y su omega cae de espaldas a la cama, sigue moviendo rápido y hace algo que a Katsuki le encanta... aunque lo niegue.
—¡No!... ¡aahh!... ¡no! — gime casi lastimero y sintiendo que su cuerpo de derrite. Izuku chupa un pezón fuertemente, lo masturba y con su mano libre presiona el hueso de las caderas ajenas... eso enloquece a Katsuki. Cuando Izuku siente que se está a punto de venir. Sale de Katsuki y ve el espectáculo.
Su espalda hace un arco perfecto, sus dedos de los pies rasguñar las sabanas enroscándosele en estas, sus manos ovillan en su lugar y sale un rugido casi bestial.
La figura viva del orgasmo
Izuku se masturba con solo míralo, se complace y cuando esta por alcanzar su segundo orgasmo, se acerca en su vientre derramándose y mezclando sus semillas.
—Me encanta verte así. — dice solo respirándole en la oreja, sabe que si lo toca volvera a tener un orgasmo por su cuerpo sensible.
—Te-te odio-odio, maldito alfa estúpido— gruñe entre sientes. Izuku mezcla sus orgasmos y le enseña el dedo a Katsuki, ese lo lame, metiéndolo en su boca y saboreando a su alfa y a él mismo.
Tan delicioso.
Izuku se acerca a darle un beso para sellar todo lo anterior y...
El llanto de los niños se hace presente, lo cachorros de 5 años necesitaban de su madre.
—Voy yo, anda date una ducha y te espero en el cuarto de los niños.
Katsuki se levanta y besa a su alfa, contornea las caderas y entra a la ducha.
Debe quitarse todo ese aroma.
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