🍂Reencuentro🍂
Otro día lluvioso. Volvía a sentir la misma nostalgia y melancolía, no era la primera vez, pero no sabía sí se debía a la lluvia o al hecho que ahora estaba frente a una tumba de alguien que acababan de sepultar. Era extraño para mí sentir pena por la vida humana, yo sólo estaba encargado de notificar a las almas su muerte y guiarlos con mis superiores, quiénes eran los encargados de enviarlos al cielo o al infierno.
Dejé la rosa blanca sobre la tumba, era costumbre que la dejáramos sí visitabamos la tumba de una de las almas que guiamos. Estaba aquí no por gusto, era más por obligación, estaba entrenando a un nuevo recluta.
Este tipo de situaciones me hacían preguntarme ¿De dónde venimos? ¿Somos creados o somos un alma como cualquier otra? Eran preguntas que nadie me respondería, se supone que todos los encargados de las almas humanas estábamos pagando un castigo, pero nadie sabía cuál era.
Caminaba de regreso cuando me tropecé con una humana joven, rondaba entre los 24 y 25 años, está era la segunda vez que su alma reencarnaba. Era mí evaluación inicial para todos los humanos, pero algo en este me llamó la atención, parecía mirarme fijamente. Ningún humano podía verme, pero está si... Jamás me había sucedido, me quedé anonadado, mirándola, a su vez sintiendo más fuerte esa nostalgia.
Definitivamente los días lluviosos me hacían sentir extraño.
Buenas tardes —Hace reverencia—
... Buenas... Buenas tardes —Responde con una reverencia igualmente—
¿Cómo estás?
... Bien —Respondí confundido, ¿La humana me conocía? Eso era imposible en muchos sentidos—
Me podrías dar una dirección, estoy pérdida.
Claro, ¿A dónde necesitas ir? —Me acerqué a ella y miraba con atención la dirección que tenía en su teléfono. Sabía donde era eso, pero no era el motivo por el que la miraba tanto, es que no podía dejar de pensar que esos ojos color canela eran muy hermosos—
¿Sabes de dónde habló? —Voltea a mirarlo y sonríe—
... Si. Está no muy lejos de aquí... Puedo llevarte si quieres.
Muchas gracias, me sería de gran ayuda.
En las reglas no había nada sobre evitar a los humanos que te ven, así que no creí que hubiesen problemas por acompañarla. Caminamos un rato en silencio, me daba curiosidad, pero no le diría que no era un humano, definitivamente no, seguramente saldría corriendo asustada. Además podía sentir como me miraba cuando creía que yo no le estaba prestando atención ¿Tenía algo extraño en mi rostro?
Así pasaron unos 15 minutos. Cuando nos despedimos me sujeto de la mano y dijo.
Me llamo Jung Yeon Ji. ¿Cuál es tú nombre?
.... Seokjin, Kim Seokjin.
... —Sonrie— Un gusto conocerte Seokjin
Y dicho eso se alejó.
No la volví a ver nunca más. Pero siempre la recordaba, fue la primera y única humana capaz de verme e inclusive de tocarme. Fue muy agradable, además de ser hermosa. Los días lluviosos ya no se sentían nostálgicos y tristes, ahora eran ansiosos y llenos de esperanza, esperanza de que un día lluvioso nuevamente la volviera a ver.
También era la única persona, humana o no humana, que sabía mí nombre, ninguno de nosotros sentía interés por el nombre de los demás, y por lógica jamás le decíamos a los humanos nuestros nombres, en primer lugar no tratabamos con vivos. Los nombres que teníamos era lo único que teníamos en la mente al momento de despertar como guía de las almas, y Kim Seokjin era el mío.
Continuará
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