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Ya tengo rato sin escribir sobre mi OTP; así que aprovechando las fechas, les doy su dosis MegaOpti a tod@s los fans del ship que es el favorito de esta comunidad. Y así compensar la espera por la secuela de Hasta donde quiero llegar (aún no existe fecha de publicación)

Ténganme paciencia que mi vida no gira entorno a mis historias (pero quisiera)

❄❄❄

*Megatron*

Desde que nuestra guerra terminó, nos fuimos de la Tierra. Realmente no quería irme, pero quedarme implicaba una gran cadena de desastres que detonarían si me llegaba a cruzar con algún autobot, o peor, con el mismísimo Optimus.

Estaba cansado de luchar, de matar y seguir dentro de este círculo vicioso en el que me había metido esta guerra sin sentido, que después de eones, no había llegado a ningún lado. Todo seguía igual, nada cambiaría.

Lo único que hacíamos era inclinar la balanza, alterando el equilibrio cada vez que uno de nosotros obtenía la ventaja sobre el otro mientras desperdiciábamos energía y recursos. Me llevó mucho tiempo darme cuenta de eso.

Además, estaba demasiado viejo para seguir con eso.

Moví mi ejército fuera de la atmósfera y nos refugiamos en el lado oscuro de la luna para no ser descubiertos por los infames terrícolas. Nos adaptamos, de alguna manera.

En años terrestres, habían pasado aproximadamente dos años, dos años sin verlo.

De vez en cuando, enviaba obreros a la Tierra u otros planetas cercanos en el sistema para recolectar recursos y energon. Esa se convirtió en nuestra vida, esa es la forma patética en que el tirano Megatron eligió pasar el resto de sus días, pero no me sentía tan mal, al contrario, me había llenado de tranquilidad y su vez, dejó un vacío en mi pecho.

Desde la compuerta de mi nave estacionada en la superficie del redondo satélite blanco, contemplaba el diminuto planeta azul en la lejanía. Noté que la atmósfera había cambiado, era diferente de otras veces. Quise averiguar de que se trataba, así que fui hasta el puente y le ordené a un subordinado analizarlo.

- Estás lecturas son debido a una baja en la temperatura, señor. Ocurre cada año.

- ¿Cada año? No me di cuenta antes.

- Estábamos muy ocupados, señor, ya sabe, "reorganizando" nuestro ejército. Eso significa que comenzará a nevar pronto en algunos lugares, lord Megatron.

Nevar... había escuchado esa palabra antes.

- Así es, señor; mire: los terrícolas en diferentes partes del mundo, hacen celebraciones de sus tradiciones en diferentes días del año, y en estos días, se aproxima una usualmente especial donde la nieve cae.

Nieve. Supe que hay mucho de eso en el Norte y en el Sur, en los glaciares. Siempre estuve tan centrado en matar a los autobots que jamás presté atención al ambiente de la Tierra. Eso del cambio climático según las fechas, es un poco interesante.

Y después de mucho tiempo, encontré una cosa que me llamaba nuevamente a ese planeta.

Me transformé y volé hacia allá, sin dar explicación ni aviso a nadie. Solo me fui guiado por mi curiosidad de ver esa nieve. Mientras no me encontrara con un autobot, no tenía de que preocuparme.

Aterricé en un glaciar del norte y tras transformarme, pude contemplar desde la cima el congelamiento que cubría esa parte la Tierra. Un clima helado y con brisa fría era inusual para mí.

Descendí de la montaña para ver el paisaje más de cerca, marcando mis huellas en la nieve con cada paso.

Caminar sobre tantos metros de esta cosa es molesto.

Me alcé en vuelo hasta el pie de la montaña, de repente... debajo, vi un camino por el que Optimus iba pasando. Frené en seco en medio del aire sin pensarlo y caí entre dos colinas de nieve como precaución en caso de que me haya visto.

Maldición, ¿por qué me he comportado como un idiota? Justo tenía que aparecer el último individuo que quería ver. Si llega a pensar que he venido a atacar, me estará vigilando.

Optimus Prime, siempre tan inoportuno.

Me asomé por mera curiosidad de saber qué hacía o a dónde se dirigía. Me quedé enigmático al mirarlo tan de cerca, sentí como si hubiesen pasado siglos desde que lo vi. Aún tenía ese mismo porte firme y de benevolencia que lo representa, las mismas luces resplandecientes de sus ópticos que sentí brillaban más que en días pasados, ¿había retocado su pintura recientemente? Ya no había raspones ni cicatrices sobre su armazón. Y esa figura... Conservaba la misma jodida figura que me desconcentraba en las batallas por culpa de esas malditas curvas. Solo me ganó cuerpo a cuerpo por estar distraído.

- ¿Megatron?

Mierda.

- Puedo verte -Salgo de mi escondite, resignado.

- Cuanto tiempo, Prime.

- ¿Qué haces aquí? -Exigió saber poniendo una mirada retadora.

- Ver tu pequeño planeta desde la luna no es realmente un buen espectáculo. Venir aquí realmente aclara mi mente.

- Me pasa lo mismo -Extrañado por su respuesta, nos fundimos en el silencio donde el único sonido oyente, era la ráfaga en la cima de la montaña.

¿No iba a atacarme? ¿No trataría de interrogarme para averiguar mis verdaderas y perversas intenciones? Era como si verme de repente, no le hubiera impresionado realmente. Casi como... si estuviera esperando verme.

Ja, como no.

A juzgar por lo tranquilo que se ve, parece que soy el único que extrañaba nuestras reuniones.

Su voz me liberó del desconcierto en el que me sumí y me encaró, colocándose su placa.

- Creí que dijiste que no volverías. ¿Qué viniste a buscar?- Y ahí está...

No pude evitar torcer una sonrisa al verlo de esa manera.

- Vamos, Optimus. No te hagas el tonto...- Encogí mis manos en puños, desenvainando cautelosamente mi sable resguardado en el armazón de mi brazo, excitado por el resurgir de esa nostálgica emoción.

Ya que Optimus no se había percatado, ataqué sus pies tirándolo de espaldas, espetando mi arma en su contra. Mi espada chocó contra la suya y yo me posicione encima de él.

- ¡Quería verte! -¿En serio acababa de gritar eso?

Joder, eso no es lo que quería decir, no es cierto... Bueno, no del todo.

Prime estaba tan confundido como yo. Retiré mi sable y me puse de pie, apartándome.

- Como sea, de todas formas, ya tengo que irme.

— Megatron —Espetó, pero me negé a permanecer ahí.

— ...Nos veremos otro día —Fue lo único que salió de mi boca antes de emprender vuelo al tranformarme. Salí disparado hacia el cielo con la velocidad máxima que mis motores me brindaron hasta abandonar la atmósfera.

Aterricé en el puerto de mi nave, entré a paso veloz sin detenerme ni mirar a nadie, al pasar junto a mis subordinados, se apartaban de los pasillos y evadian mi mirada intimidados. Eso solo podía significar que tenía una muy horripilante expresión justo ahora.

Seguí caminando a mis aposentos y me encerré bloqueando el código de acceso. Tomé asiento en mi cámara de recarga, pensativo.

¿Qué era esta repugnante sensación en mi pecho? Siento que el alocado palpitar de mi chispa está por darme un bloqueo electromagnético.

Si hay algo que me negaba a aceptar, era el echo de que estaba loco por él.

No quería seguir pensando en él, en que no estuvieramos juntos, en que estariamos separados para siempre, en que... él siempre me odiaría.

Me recosté en mi cámara hundiéndome en un profundo sueño de recarga. Desperté después de algunas horas, equivalentes a un par de días en la Tierra. Observé el planeta por el ventanal, mirando específicamente el lugar donde había visto a Optimus. Y como si dejara de preocuparme todo lo demás, deseé ir de nuevo.

Abrí la compuerta para la confusion de mis subordinados.

— Lord Megatron, ¿a dónde va? —No me tomé la molestia de siquiera responder y active mi modo vehicular, volando a ese helado continente.

Aterrizé al pie de la montaña, el lugar era más frío que de costumbre, la pantalla del sistema en mi antebrazo me confirmó el bajo nivel de temperatura.

Caminé trabajosamente debido al nivel de la nieve hasta mis rodillas que entorpecía mis pasos.

Maldita sea, ¿por qué estaba de nuevo en este lugar? ¿Qué se supone que estaba esperando?

El sonido de un fuerte motor acercándose llamó mi atención, vaporizando mis pensamientos. En medio de ese paisaje blanco y gélido, divisé un vehículo con el familiar patrón de color azul y rojo que reconocí al instante, aproximándose a mi posición actual.

Optimus Prime apareció ante mí, cambiando a su forma cybertroniana.

— ¿Qué te hizo venir hasta aquí de nuevo, Megatron?

— Prime... Debería estar preguntándote lo mismo. ¿Qué haces de nuevo en este lugar?

— Estás violando nuestro tratado de paz.

— ¿Es lo único que te importa?

— El congelamiento es dañino para nuestro mecanismo. Estoy aquí porque mi radar captó tu señal.

— Así que, ¿viniste a eliminarme por fin?

— No, no lo haré.

— Por la AllSpark, ¿vas a seguir con esos absurdos ideales?

— No es esa la razón. Es porque hoy es Navidad.

— ¿Qué? —Y como si el cielo me diera la respuesta, comenzaron a caer diminutos puntos blancos; qué, de una manera extraña, hizo del ambiente más agradable y cálido. — ¿Qué es esto?

— Está nevando, suele pasar en esta época del año —Optimus miró hacia arriba, perdiéndose en la enigmática nevada.

Involuntariamente, esbosó una tranquila y bella expresión que hizo que sus ópticos brillaran con una intensidad que me dejó absorto.

— Optimus —Le llamé. Volvió su mirada a mi mientras me acercaba.

Lo tomé por sorpresa al agarrarlo de las hombreras.

— Quítate la placa —Le ordené que descubriera su boca. Él parecía confundido, tal vez por creer que lo atacaría. Estaba por decirme algo, y antes de siquiera intentarlo se detuvo debido a una caricia de mis dedos, una caricia gentil sobre el metal que tapaba la mitad de su crédulo rostro.

Suspiré pesadamente, abriendo el sistema de mi otro brazo donde traía un paquete conmigo. Lo posicione frente a sus ojos, que se abrieron aun más al reconocer lo que era.

—Megatron, eso es...

— Un archivo de nuestras fotos juntos. Sí —Mucho antes de la guerra, Orion y yo hicimos un álbum con un montón de recuerdos de nuestras hazañas y misiones juntos de esos días. Cuando quise deshacerme de él, simplemente no pude hacerlo, apenas esta mañana fue que decidí obsequiárselo.

— Tómalo. Lo estuve guardando —Desconcertado, tomó la pequeña caja tecnológica, llena de proyecciones en su interior.

Me miró nuevamente, pensativo, antes de retirarse la placa que me reveló una muy ligera y conmovedora sonrisa.

— Gracias —Susurró sin tener aparentemente, nada que decir, tal vez por no encontrar las palabras que expresaran lo confundido y agradecido que estaba.

No pude contenerme más. Me acerqué a su boca, juntándola con la mía para su sorpresa. Lo abracé de la cintura, restringiendo sus chances de alejarse al comenzar a empujarme levemente.

— M-Mega... —Atrapé su glosa, cortándole el habla; la succioné e introduje en mi cavidad al succionarla. Su cuerpo sufrió un sobresalto. Lo apreté en mi regazo, sin que me importara el pasado, nuestra guerra, los errores ni los daños causados en tantos siglos, simplemente deseaba besarlo, tenerlo. Hacerlo mío para siempre.

— Hah... —Me distancié finalmente, agitado.
Me descoloqué al ver una capa de aceite sobre sus cuencas ópticas, que me miraban, me miraban tan profunda y confusamente que toda la carga emocional que reflejaba en ellos me hizo recordar a Orion Pax.

Fue entonces que por fin me puse a pensar en lo que acababa de hacer, sentí que mi impulso de idiotez me traería graves consecuencias.

Lo solté y retrocedí algunos pasos, dándole la espalda.

— Esta vez no volveré, lo juro —Una mano sobre mi hombro me impidió despegar. Giró mi cuerpo y mis labios fueron esta vez, los atacados.

Optimus me recibió con un repentino beso que puso mi mente en blanco. Al separarse, me dedicó una apasionada mirada.

— Feliz navidad, Megatron —No entendí sus palabras, solamente lo sentí tomar mi mano, entrelazando nuestros dígitos. Miró hacia el cielo nevado y yo lo imité, observamos la nieve caer encima de nuestras cabezas, cuando lo escuché.

— Tal vez fue mi imaginacion, pero... —Indagó, —hoy, por primera vez en tanto tiempo, volví a escuchar a Megatronus, hablándome desde el corazón.

Observé su perfil, atento a sus palabras.

— Jamás me atrevía a confesarme, mucho menos después del inicio de la guerra, pero tenía la esperanza de que algún día, volverías a amarme —Pronunció con nostalgia, provocándome un gigantesca sorpresa. ¡¿Era consciente de la que sentía por él?! ¿Desde el inicio?

No sabía que decir, no conocía las palabras; así que solo atiné a revelar lo que pasaba por mi mente en el momento.

— Optimus, la próxima vez, veamos la nieve juntos otra vez.

FIN

Nota: Aclaro de una vez: la secuela del fic Opscreen va a demorar. Perdí todo lo que había avanzado por un descuido y me desanimé al perder casi 20 páginas de mi trabajo. Tengo otras historias en las que trabajo en otro perfil, pero no significa que ya no vaya a escribir Hasta donde quiero llegar, solo me estoy dando un descanso de todo el estrés que me generó escribirla. He estado un poco atareada con algunos de mis deberes; además, no me gusta escribir algo por obligación, sino por pasión, pero tengo fé en que vendrán tiempos mejores.

Espero hayan tenido una muy feliz navidad. Que tengan un próspero año nuevo. 🎆🎇✨

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