Hoy era un día de búsqueda. Me levanté mientras la alarma no paraba de sonar constantemente. Abrí los ojos, cansados por haberme desvelado la noche anterior. Intenté buscar en Instagram a algún guitarrista. Para mi suerte, encontré a la última persona que quería ver: Juliette Kian. ¿Hay algo que esta mujer no haga? Ha practicado casi todos los deportes que hay en el pueblo. Largué un suspiro. Me cambié rápido, ya era hora del autobús. Subí mientras ponía mis audífonos y escuchaba a Måneskin a todo volumen.

Al llegar, busqué a mi amigo Sebastián y a su lado estaba Grace Jane Burnett, con su cabello rojo vino. Se había mudado recientemente al país. Le di una sonrisa y entrelazamos nuestras manos mientras caminábamos y discutíamos si primero va la gallina o el huevo. Nos distraímos con el tiempo, así que tuvimos que correr hasta el salón. Hoy teníamos biología y no iba a negar que no entendía nada; solo esperaba que fuera recreo. Empujé con el codo a Sebastián y le mostré que encontré a una guitarrista. Suspiré, esperando que no tuviéramos que verla, esto lo hacía solamente para ver a mi mejor amigo feliz.

Después de una larga espera, finalmente sonó el timbre. Grace había traído unas cartas para jugar; nos habíamos hecho muy amigas. Por otro lado, Sebastián fue a hablar con Juliette y me mencionó por mensaje que había aceptado la propuesta y que en la salida tendría que ir al primer ensayo. Le respondí que sí, mientras jugaba con Grace. Ella mencionaba que le encantaba pintar y el diseño de moda. En las siguientes clases nos sentamos juntas mientras Sebastián organizaba con su banda su primera canción, se trataba de una noche de desamor. Me uní al grupo mientras cada uno aportaba una idea, Grace se encargaba de anotarlas.