Capitulo 1
Kyojuro dió varias vueltas entre las calles tratando de encontrarla. Cuándo habían salido de la escuela iban juntos hacia la biblioteca para realizar un trabajo, fué allí donde aquel grupo fué detrás de ellos y se perdieron cuando llegaron a la zona de los callejones.
—Vamos, piensa... El lugar donde no llega la policía...
Corrió tratando de llegar antes de que volviera a pasar otro accidente, cuando en ese lugar ya la habían interceptado.
—¡Jiro, por favor!— se cubrió el rostro con ambas manos.
—Sabías nuestra rutina, no te puedes separar a menos de que pidas permiso— sintió otro golpe en su espalda, cerró los ojos más fuerte. —¿No hablarás Ume? Más fuerte chicos, ya se quitaron las marcas de la última vez.
Sintió otro golpe en sus piernas, mordía sus labios tratando de no soltar ningún quejido que pudieran escuchar. Pasaron unos cuantos minutos cuando se escucharon pasos cerca.
—¡Alto!— todos se pusieron de pie, uno la tomó para tapar su boca y que evitara gritar, los pasos se escuchaban cada mes más cerca, levantó su puño indicando que todos guardaran silencio, se asomó aquella persona y volvió a bajarlo. —Oh, solo eres tú Rengoku.
—Déjala Kanaye.
—¿Por qué debería de hacerlo? Solo mírala, no deberías preocuparte por ella.
—Te dije que la dejes— se acercó, Jiro también lo hizo. —No quieres recordar las lecciones aquí mismo o ¿Sí?
—No suena mal, pero estamos ocupados, así que te pido te vayas de nuestro territorio sino quieres problemas.
—Los callejones no le pertenecen a nadie y menos a ustedes.
—Pero olvidas que la policía no te protege aquí— lo empujó. —Y que este lugar como los otros tres son parte del territorio del distrito como parte de quiénes nos movemos aquí, así que te digo como compañero que te alejes de aquí.
—No sigo las órdenes de alguien como tú, y la necesito para un trabajo— se quitó su mochila y la dejó en el suelo, dobló parte de las mangas de su camiseta.
Los otros la soltaron dejándola caer al suelo, se pegó a la pared y cubrió su rostro evitando ver aquél espectáculo donde eran seis contra uno, escuchaba los pasos, golpes y voces, las personas que iban caminando cerca se alejaron más evitando que los metieran también en esa escena.
—¿Qué decías?— lo tenía de la camisa. —No eres nada sin tu grupo— lo soltó, después lo empujó.
Hizo una seña y todos se fueron, Kyojuro limpió su boca y se acercó a Ume quien seguía en el suelo, se puso a su altura y tocó su hombro.
—Tranquila, ya se fueron.
—No te hubieras metido Rengoku, no sabes de lo que es capaz de hacer. Te hubieras alejado de aquí.
—No podía dejarte sabiendo que iban detrás de ti— se limpió el rostro y lo miró. —No fue para tanto.
—Tienes sangre— dijo asustada.
—No es nada, he estado peor, en mi mochila tengo vendas y toallas limpias— tomó sus manos y miró su nudillos, el las alejó para esconderlas detrás de su espalda. —Nada grave.
—Pero...
—Vámonos de aquí a un lugar con más personas, no quiero que llegue otro grupo y te lleve a otro.
L ayudó a ponerse de pie y recogió las mochilas, salieron del callejón para ir hacia el parque, se sentaron en una banca y Kyojuro sacó las cosas en su mochila, le ayudó a limpiarse.
—Puedo hacerlo solo.
—Quiero hacerlo, es mi culpa que estés así— le puso las vendas y tiró en un contenedor las toallas sucias. —Debiste haberme dejado, no es la primera vez que haces esto y me da pena con tus padres, llegas lastimado y todo por mi culpa.
—Mientras le cuente a mis padres el porque no hay problema. Ya te expliqué que no podía dejarte, somos amigos.
—Compañeros— corrigió. —Solo compartimos clase, no tenemos relación de amistad.
—Somos más que compañeros y lo sabes— suspiró. —Lo siento ¿No quieres qué también te revise? Te estaban lastimando, tal vez podríamos ir a ver algún doctor o...
—¡No! ¡Doctores no!— se cubrió la boca. —Perdón, no quiero ver doctores ni estar en algún hospital... Solo vayamos a la biblioteca para el trabajo, a esta hora deben de estar al otro lado de la zona.
Asintió, se pusieron de pie, colgaron sus mochilas y se fueron caminando. Trató de que quedarán el mayor tiempo posible a la biblioteca, se acercaba la hora de cerrar y se fueron de allí. Se separaron y dió unas vueltas antes de regresar al distrito donde vive, se puso el gorro de su suéter y escondió sus manos en los bolsillos.
—¿Ya tan rápido te dejó vetada Jiro?— le lanzaron una lata de alcohol vacía. —Responde niña.
Se puso de pie y se acercó para tomarla del brazo.
—Necesitas modales, recuerdo tu lugar aquí, no eres más que otra más del montón— alguien llegó y lo empujó.
—¡No la toques inútil!— gritó. La tomó del brazo y pasaron unas cuantas casas para llegar a una y abrir la puerta, la empujó hacia dentro y cerró la puerta. —¿Dónde estabas?
—Hacía un trabajo de la escuela.
—¿Le dijiste a Jiro?— bajó la mirada. —Por tu culpa nos cuesta a todos, es el único que se fija en alguien como tú y lo haces enojar.
—Lo siento papá.
—¡No quiero tus disculpas! Vete a cambiar que viene por ti, espero hagas algo bien— asintió. —¿Qué esperas? No te quiero ver.
Subió las escaleras y entró a su habitación, dejó la mochila en el suelo y sacó ropa, se quitó el uniforme escolar para ponerse el conjunto que sacó, se cambió los zapatos y quitó las ligas que ataban su cabello. Escuchó movimiento en la parte baja de la casa y suspiró.
—Dame suerte mamá— besó la foto y guardó debajo de la almohada, bajó las escaleras y los vió juntos.
—Así que un chico de la familia Rengoku te estaba defendiendo— se cruzó de brazos y ella miró a Jiro. —¿Qué me puedes decir ante eso?
—Ella no fué la culpable, señor Kiname. Fue de él, ya sabe cómo es esa familia, quien sabe que mañas tenga— se acercó a donde estaba y acarició su mejilla. —La traeré antes del patrullaje.
Tomó su mano y salieron de allí. Al día siguiente, en el secundario un par de chicos miraban desde la orilla a quienes iban entrando mientras uno de ellos regañaba al otro.
—Agradece que la temporada aún no inicia ya que será un problema con el equipo— comentó mirando las manos de su amigo. —¿Me estás escuchando Kyojuro?
—¿Qué dijiste?— suspiró. —No te estaba poniendo atención, perdón Obanai.
—Has estado extraño desde que llegamos ¿Qué te pasa?
—Estoy esperando a que llegue Ume, quiero ver cómo siguió y si se atendió.
—Deberías resignarte, ella nisiquiera te ve como amigo y te ocasiona muchos problemas con tu padre.
—Solo es poquito, se molesta porque preocupo a mi madre, es todo. Aunque tal vez tengas razón.
—Te lo dije— sacó su celular y revisó son mensajes. —Iré a buscar a Mitsuri ¿Vienes?
—No, quiero seguir esperando— le dió unas palmadas en su espalda, guardó el teléfono y lo dejó.
Kyojuro se quedó viendo hacia el portón, se dió por vencido y entró a las instalaciones, fué hacia su salón y la vió sentada en su lugar con las hojas del trabajo y unos libros. Se acercó, tomó otra silla y le dió vuelta para sentarse.
—¿Cuándo llegaste?
—Más temprano que todos, tuve que hacer unas cuantas cosas para poder terminar el trabajo— acomodó las hojas y se lo enseñó. —Dime tu opinión y sino te gusta lo tiro a la basura.
—Tus trabajos siempre son los mejores, no tengo duda que quedó increíble. Pero podías haberme espero y ayudaba, quedamos en hacerlo juntos.
—Lo siento, pero al menos es un trabajo menos— puso su mano en el hombro y le dió unas palmadas. —Te prometo que si nos toca otro trabajo juntos lo haremos bien y trataré de hacerlo sin problemitas.
—Está bien. Por cierto ¿Ayer revisaste? ¿Fuiste con algún doctor?
—No es nada grave— se apresuró a decir. —¿Cómo sigues tú?
—Bien, mi madre me revisó y dijo que no iba a tener problemas. Pero si me preocupas, te estaban pateando en la espalda y no podía pensar en que haya sido algo muy grave.
—Estoy bien, solo ocupo algo de espacio— asintió y se acomodó en la silla. —Por cierto ¿Crees poder dejar estos libros en la biblioteca a mi nombre? No podré ir después de la escuela y no quiero que se carguen a mi tarjeta.
—Está bien— tomó los libros, abrió la mochila y los guardó. —No tengo problemas en hacerlo.
—Gracias... ¿No irás a tu lugar? En unos minutos comenzarán a entrar todos.
—Si, voy. Solo que me gustaría hablar un rato más contigo.
Una chica entró al salón y se puso en medio de ambos poniendo una carpeta en el escritorio de ella.
—Recuerda que hoy toca junta y tú llevas los papeles.
—Quedamos ayer que sería Akiko quien lo haría, ella hizo las impresiones.
—Pues cambio de planes, debes conseguir las firmas porque el subdirector las quiere. Así que en mi opinión deberías recolectarlas de una vez sino quieres llegar tarde— suspiró. —Te veo en la junta.
Se fue caminando, Ume sacó un legajo con las listas y sacó una plumas.
—¿No estarás en la clase?— se pusieron de pie, ella tomó su mochila para colgarla en sus hombros.
—Debo hacer esto, discúlpame con el profesor, por favor. Volveré a la segunda clase— caminó hacia la salida y le siguió.
—¿No quieres que te ayude en algo?— negó.
—El gafete me respalda y como parte del comité no puedo permitir que faltes a clases por cosas que no te incluyen.
Salió del salón y él suspiró, regresó para acomodar las sillas que usaron y se sentó en su lugar, sacó su teléfono para mensajear le a Obanai y después volverlo a guardar.
Las clases pasaron y ella se desapareció, solo llegó al salón cuando tenían que entregar el trabajo y después de esa clase se fué nuevamente, a la hora de receso comenzó a buscarla hasta encontrarla en su salón.
—¿No vas a comer?
—Debo pasar los apuntes que me perdí— se acercó, acomodó una silla y se sentó.
—¿Quiere qué te ayude en algo?— negó.
—Solo quiero estar sola Rengoku, mira, puedo darte un pase pero vete al receso, no quiero cargar en mi conciencia que no te alimentas bien por estar aquí, así que vete.
—No me quiero ir.
—Pero yo no quiero que estés aquí— soltó su pluma y dió una palmada en el escritorio. —Solo buscaba un lugar para estar sola y en la biblioteca hay personas, este era el único lugar disponible y estaba tranquila pasando los trabajos hasta que llegaste— se talló los ojos.
—¿Te pasó algo?
—No quiero hablar de eso, no quiero— guardó sus cosas, tomó su mochila y se levantó.
—Ume...
—¡No me digas Ume! Soy Kiname— rodeó el escritorio y caminó hacia la puerta y salió por ella, trató de alcanzarla pero volvió a perderla.
—¿Por qué está triste Kyojuro?— preguntó Mitsuri llegando a su lado junto a Obanai. —No estuviste con nosotros en el almuerzo.
—Debo buscar a alguien, los veré en la salida— se fué corriendo por el pasillo.
—¡Espera! ¡Tenemos clases en dos minutos!
—Vamos Mitsuri, tenemos que entrar— asintió. —Kyojuro sabrá que es lo que hace.
Ya quería sacar esta historia... Ahh (≧▽≦)
Esta historia está inspirada en el One Shot “Mientras Se Quiera Se Puede” dónde mi Oc Ume y Kyojuro estaban juntos desde jóvenes y terminan siendo separados por la muerte de Kyojuro en el tren infinito.
Por lo tanto, queda de manera optativa si leyeron el One Shot o no, de igual manera aquí se explicarán algunos puntos.
Espero les guste esta historia :)
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