La pelirosa se sentía abrumada por tantos estímulos, tanto humo herbal, luces brillantes y música alta inundaba el ambiente pero parecía molestarle solo a ella. Iris y Troy jugaban a lanzar una pelota pequeña en vasos de colores sobre la mesa mientras ella movía la cabeza al ritmo de la música.

— ¡Nim! -gritó la morena después de perder el juego- ¡ven a jugar!

— No sé cómo se hace...

— Aprenderás rápido, -convenció al acercarla a la mesa, el castaño rellenaba los vasos de ambos- debes lanzar la pelota y que Troy se tome toda la cerveza.

Una vez con los conceptos base, el juego comenzó, ambos tenían buena puntería pero hasta el momento solo ella había bebido, ya todos los aspirantes estaban alrededor viendo el juego, lanzó la pelota por fin acertando al vaso del ojiazul, ganándose el apoyo de su público.

— ¡Troy! -gritó una chica asustada- ¡Tus padres están afuera!

— ¡Mierda! -escupió la cerveza bañando a la pelirosa- ¡Largo, o nos expulsaran mañana!

— Iris... vámonos...

— ¡Corre!

Nimona iba a salir corriendo hasta que se detuvo a pensar en el castaño y el problema que tendría. Vio alejarse a Van Allen mientras el castaño recogía las bebidas para esconderlas, gruñó por lo bajo para volver a entrar.

— ¡Se supone que te irías! -susurró levantando vasos y tirarlos en la basura- ¡Si tus padres se enteran que...!

— ¡Cállate y déjame ayudar! -tomó cajas de pizza vacías para lanzarlas por la ventana de atrás- ya me ayudaras con eso.

Ambos lograron colocar todo en su lugar, vaciando aromatizantes y comiendo mentas, al escuchar la puerta se sentaron en la sala fingiendo jugar videojuegos.

— Mamá, papá... -el castaño se puso de pie relajándose- ella es Nimona, es una amiga.

— Hola. -dio una pequeño saludo hacia los castaño mayores.

— No dijiste que invitarías a alguien... -reprendió la madre dejando su bolso en una mesa.

— ¡Lo sé! pero yo quería conocer mejor a la chica que tuvo el mejor tiempo en las pruebas. -le hizo una seña a la pelirosa para ponerse de pie- la acompañaré a casa.

Ignorando las quejas de sus padres, los adolescentes salieron de casa llevándose las bolsas de basura con ellos. Nimona sentía que había hecho algo bueno, ya que el castaño a su lado sonreía.

— Oye, te debo una, -golpeó con su cadera a la de pecas después de botar la basura- mis padres me habrían matado.

— No importa.

— ¡Vamos! -tomó su muñeca para empezar a correr- te invito un helado.

Caminaron durante unos minutos por las calles del reino, son tomarle atención a las miradas que provocaban, charlaron sobre sus vidas mientras se columpiaban en los juegos pea niños del parque, tanto que ella no notó la hora.

— ¡Mierda! -gritó poniéndose de pie- debo irme.

— ¡Nos vemos mañana, Lady Nimona! -apenas escuchó la despedida por salir corriendo.

Al cruzar por un callejón tomó la forma de ave para llegar antes al palacio, todas las luces estaban apagadas, así que entró a su habitación por el balcón en silencio para cambiarse a pijama, pero la detuvo una luz que se encendía detrás de ella.

— ¿Dónde estabas? -preguntó el moreno con una expresión molesta.

— Estaba en el techo. -mintió rápido con una sonrisa, que decayó al ver a Ambrosio levantando una grabación en tiempo real de dicho lugar.

— ¿Quieres intentar otra vez? -preguntó apagando el dispositivo.

— ¿Por que hueles tan raro? -preguntó Ballister al acercarse a ella.

— Me vomitaron encima... -se le estaban acabando las ideas- jugamos a... las carreras y una chica me vomitó encima, esperé a que se bajara el aroma para no apestar mi cuarto.

Al parecer, ninguno de los dos estaba dispuesto a aceptar esa excusa, pero antes de decir algo, el teléfono de la pelirosa emitió ruido, recibió un video. A petición de sus -casi padres- lo reprodujo para todos. En el se veía a Nimona lanzar una pelota y beber de un vaso rojo.

Oh no...

Perdón el retraso.

Se les quiere <3