Tras aquel encuentro, Ambrosio fue llamado al castillo en donde solicitaban su presencia de forma urgente, los guardias que fueron en su búsqueda se sorprendieron de ver a la tan conocida Nimona, su ruda reacción fue suavizada gracias a Ballister, quien se puso frente a la pequeña para protegerla.

En su camino al imponente palacio detrás de la academia, la pelirosa admiraba los vehículos voladores, la última vez que estuvo en uno fue en el secuestro del escudero, soltó una risita silenciosa para dirigir su mirada a la parte delantera del auto, donde se veía al rubio conducir con una postura tensa, sus dedos aplicaban más presión de la necesaria en el volante, sus hombros rectos y respiración pesada era una pista clara. Pero lo que más llamó su atención, fue el cómo se relajó completamente al sentir la mano del pelinegro sobre la suya en la palanca de cambios, entrelazaron sus dedos mientras se dedicaron una pequeña sonrisa.

- Te gustara el castillo, -Ballister cortó el silencio girando para ver a la de pecas- hay una habitación que he usado como taller/estudio, pero estoy seguro que te gustará.

- Tiene una vista al atardecer muy hermosa, -siguió Goldenloin, frunciendo el ceño burlesco- Sir Ballister es un gran guía, seguro puedes conocer el lugar con él mientras yo me ocupo de otra cosa.

- Entonces... -la cambia formas jugaba con sus dedos en busca de las palabras adecuadas- ¿Ustedes... tienen una relación?

- Claro, -afirmó con orgullo el rey, llevo la mano de su amado a sus labios para dejar un beso amoroso- todo inició cuando Bal fue aceptado en la academia, podría decirse que fue amor a primera vista.

- ¿Y aún así no le creíste lo de la directora?

- Ya lo resolvimos, -interrumpió Ballister antes que la pequeña siguiera, el rubio aún se veía acomplejado por aquel problema- así que no hay nada del pasado que mencionar.

- ¿Ya no soy... ya saben... -ambos se giraron al escucharla apenada- un monstruo?

- ¿Qué? ¡Claro que no! -Ambriosio le pasó su celular para enseñarle las fotos del mural que habían hecho- muchas personas en el reino están agradecidas contigo por salvarlos, eres su heroína.

La pelirosa se incomodó al sentir aquel calorcito en el pecho al ver todos los dibujos, flores y peluches que habían en ese mural, habían niños disfrazados de animales como ella, se sintió querida. Devolvió el dispositivo para regresar su mirada al exterior, pero aún sabiendo que muchas personas la aceptaban, su macabra mente le aseguraba que aún habían los que la repudiaban.

- Llegamos.

Al volverse, vio un gran estructura parecida a la academia, la única diferencia es que eran grandes torres con detalles dorados y ventanales decorados con enredaderas de flores. Al bajar del auto, se vio acorralada por sirvientes que querían ofrecerle algo. "¿Agua?" "¿Una menta?" "¿Alguna comida?"

Empezó a sentirse abrumada, mientras Ballister se despedía rápidamente de Ambrosio, ella comenzaba a sentir la picazón de un cambio, por suerte, el pelinegro llegó a ella a tiempo, alejando a los guardias y sirvientes, en cuanto se retiraron vio a Nimona convertida en un gato.

- ¿Demasiada atención?

- Casi extraño que salgan corriendo, -se quejó frunciendo su peludo ceño y saltó a los brazos ajenos sintiéndose cómoda- ¿ahora, adónde vamos?

Ballister sonrió tomando rumbo a la planta donde estaban las habitaciones, la felina podía sentir miradas juzgonas desde todos lados, así como otras que se sentían más livianas y amistosas, Ambrosio sonrió al verlos a lo lejos para luego adentrarse en la sala del trono, en donde lo buscaban varios reporteros.

"¡La nombrada heroína Nimona, ha vuelto!" Aquella noticia si que traería más problemas, pensó el rubio al tomar asiento.

Duda rápida, ¿les gustaría un AU donde Ballister y Ambrosio son Omega y Alfa? ¿O seguimos como vamos?
Porque tengo una idea de los problemas por no ser AlfaxOmega, que me gustaría explorar. Ya saben, no poder dar un heredero. Lo veremos más adelante.

Se le quiere <3