Capitulo 5
Tres meses habían pasado desde que Reiko había llegado a la mansión de sus hermanos. Ella ya se había acostumbrado a vivir con ellos, y era feliz estando ahi; cada vez se hacía más unida a ellos, sobre todo con Shu, Reiji y Ayato. Yui tampoco se quedaba atrás, pues Reiko le había tomado mucho aprecio, al punto de también verla como una hermana.
No había tenido la oportunidad de convivir muy bien con Subaru, pues era un poco difícil debido a la actitud del albino.
Con Kanato era un poco más fácil, se podría decir que ya encontró la manera de tranquilizarlo cuando se pone histérico; eso era algo que solo ella podía hacer. Y pues con Laito, disfrutaba de jugarle bromas, y sacarlo de sus casillas de vez en cuando. Aunque este trato de pasarse de listo con ellas varias veces.
Reiko había sido mordida en varias ocasiones por sus hermanos, pero eso no era nada para ella. Nunca podría llegar a odiarlos, y menos por algo tan pequeño según ella. Algunas de esas mordidas eran consecuencia de los ataques de celos que ellos tenían cuando la veían con algún chico. Otras simplemente eran por tentación de probar su deliciosa sangre.
Si, resultaron ser bastante sobreproctetores con ella. Ayato y Shu eran los que más celos demostraban, ellos si eran capaces de matar a cualquier chico que se acercara a su hermana.
Su amistad con Azumi estaba mejor que nunca, ambas amigas se la pasaban todo el tiempo juntas. Azumi es una hibrida, hija de un vampiro y una humana, y hace poco se enteró de lo que Reiko y sus hermanos son realmente. De vez en cuando va a la mansión a visitar a las chicas; pues también se había vuelto muy buena amiga de Yui.
Algo que la tenía bastante desconcertada, era aquel chico con el que había chocado en su primer día de clases. Supo su nombre debido a Shu, sin embargo, no lo volvió a ver.
Sabía todo sobre él y sus hermanos. Pues los chicos le contaron todo, y le prohibieron acercarse a ellos. Esa es una de las razones por la que no volvió a saber nada de él, ya que no quería desobedecer a sus hermanos.
Mukami Ruki... Ese era el nombre del chico que había dejado cautivada a Reiko.
En ese momento, Reiko se encontraba de camino al Instituto junto a sus hermanos y Yui. Todo era silencio como siempre; la chica saco su celular y audífonos, para después poner una de sus canciones favoritas.
—¿Por qué tan callada, Little-chan? —Pregunto Laito, quien estaba sentado al lado izquierdo de ella.
—Dímelo tu —Respondió cerrando sus ojos —. Todos están callados, es tan aburrido.
Recargo su cabeza en el hombro de Shu, pues era quien estaba a su lado derecho. Shu la miro y sonrió, acomodó su cabeza en cima de la su hermana y siguió durmiendo.
—Dime, ¿qué escuchas? —Volvió a preguntar el castaño.
—¿En serio quieres saber? —Pregunto la chica. Laito solo asintió.
Reiko se quito un audicular y se lo dio a su hermano, este lo tomó y se lo colocó en la oreja.
This Is my love song, I need you
Vamos a bailar mi amor
Ven a sentir mi cuerpo y mi calor
Quiero que te acerques y me tomes de la mano
Y sentir el fuego que en el aire respiramos
Nace el perfume de los dos.
Se escucho por los audífonos, Laito miro a su hermana con una sonrisa lasciva, pero a la ves con una mirada confundida... ¿De dónde había sacado esa canción?
Laito le entregó el audicular a la chica y esta se lo volvió a colocar. Entonces, comenzó a cantar un pedazo de la canción.
Reiko canto esa pequeña estrofa con mucho sentimiento. Pues se sentía identificada con ella; todo debido a aquel encuentro con el pelinegro. Lo debía admitir, había quedó fascinada con aquel chico, era tan lindo. Cada dia recordaba aquellos ojos azules que tanto le encantaban, no había día en que no pensara en él.
Sonrió incosientemente.
Sabía que una relación con él era algo imposible, pues sus hermanos nunca lo aceptarían; además, la probabilidad de que Ruki se enamore de ella era una en un millón.
Noto las miradas de sus hermanos y la de chica humana sobre ella.
—¿Sucede algo?
—Tu voz -Dijo Ayato.
—¿Qué tiene?
—Es muy hermosa —Continuó Reiji.
—¿En serio?
—Si —Le respondieron todos al unísono.
—Además —Habló ahora Yui —. Cantaste esa estrofa con mucho sentimiento.
Ayato la miro con molestia. Ella sonrió nerviosa, sabía que nada bueno podría venir de esa mirada. Esa era la mirada que ponía el pelirrojo cuando estaba celoso.
—¿A qué viene tanto sentimentalismo?
—A nada -Respondió ella.
—No le mientas a Ore-sama.
—No miento, Ayato.
—No es por ese Mukami, ¿cierto? —Pregunto ahora Shu.
—Claro que no —Respondió nerviosa.
**✿❀ ❀✿**
—Ruki-kun, ¿haras eso ahora?
—Si por eso te refieres a ella, si —Respondió el mayor apartando su mirada de un libro.
—¿Estas seguro de esto? —Preguntó un chico castaño.
—Si.
—Es hermana biológica de Shu-kun y Reiji-kun, ¿cierto?
Ruki asintió.
—Todavía no entiendo por que haces todo esto.
—Ya lo dije, Yuma —Respondió —. Karlheinz quiere que su hija conviva con más personas, además; quiere que lo ayudemos a protegerla de él.
—No me queda claro algo.
—¿Qué?
—¿Qué relación tiene Reiko-san con Kino-kun?
—Yo tampoco lo tengo muy claro, Kou.
—Entonces... ¿Reiko-san se quedara... Una semana con.. Nosotros? —Pregunto lentamente un chico con vendajes. El mayor asintió.
Ruki ya tenía bastante información sobre la chica con la que choco aquella vez. Se llevó una enorme sorpresa al enterarse de que es hija de Karlheinz.
Desde ese día, algo en él cambió; tenía un incontrolable deseo por verla, conocerla más, tenerla a su lado. Penso en una probabilidad de estar enamorado de ella, pero la descarto al darse cuenta de que no era posible.
Aceptó ayudar a Karlheinz a protegerla, el mayor no le dio más detalles; solo le dijo que era objetivo de Kino, y que por nada del mundo debía dejar que el chico de orbes rojos se le acercara. Al menos no, hasta que Reiko este consciente de la existencia del pelinegro, y lo recuerde.
—¿Qué clase de relación tendrá con Kino-kun? —Susurro Kou, estaba bastante intrigado —. Como sea, estoy ansioso por conocerla.
—Yo también —Dijo el menor de los hermanos.
Ambas limusinas llegaron al Instituto al mismo tiempo, los chicos bajaron de estas. Reiko miro a los Mukami y luego a sus hermanos; sentía el ambiente muy pesado, necesitaba salir de ahí, no quería estar involucrada en sus típicas peleas sin sentido.
Divisó a Azumi a lo lejos, y aprovechó la oportunidad para escapar de ahí. Tomó a Yui de la mano y salieron de ahí, con dirección a la chica pelirosa.
—¡Azumi! —Exclamo la chica, deteniedo a su amiga.
—Reiko, Yui —Pronunció ella con emoción —. ¿Vinieron caminando?
—Muy graciosa —Respondió con sarcasmo.
—Gracias, es un don —Sonrió.
-Escapamos de mis hermanos -Señalo a los chicos. Quienes aún parecían matarse con la mirada.
Ruki desvío su mirada hacia Reiko, ella lo noto y un leve sonrojo aparecio en sus mejillas.
—Y luego dices que no estas enamorada —Dijo Azumi, mirando a su amiga picaramente.
—N-no lo estoy —Entro al Instituto.
Ruki se teletransporte al interior del edificio rápidamente; Reiko caminaba sola por los pasillos, pues había dejado a sus dos amigas atrás.
Suspiro, estaba cansada de negar sus sentimientos. Estaba confundida, no conoce mucho al pelinegro, y aún piensa en una leve probabilidad de sentir algo por él.
Sumida en sus pensamientos, chocó nuevamente con él, pero esta vez ella cayó al suelo.
—Tsk, eso dolió —Dijo en un leve susurro.
—Eres igual a tus hermanos —Rio.
—¿Eh? —Preguntó levantando su mirada. Se sorprendió al ver al chico de orbes azules—. ¿R-Ruki-san?
—En efecto —Respondió extendiendo su mano —. Vamos, te ayudo.
—G-gracias —Respondió tomando su mano, para luego levantarse —. B-bueno, yo debo irme.
Ruki asintió. Ella hizo una pequeña reverencia y se alejó de ahí, él solo la miro con una pequeña sonrisa.
—Nos veremos de nuevo —Susurro.
**✿❀ ❀✿**
El timbre sonó, indicando que ya era hora de receso; los alumnos salieron de aula, dejando a las dos amigas completamente solas. Ambas chicas salieron de esta, y comenzaron a caminar por los pasillos en busca de la oji-rosa.
—Reiko, ¿sucedio algo? —Preguntó la pelirosa.
—Azumi —Suspiro, miro a su alrededor esperando no encontrarse con alguno de sus hermanos —. Me topé nuevamente con Ruki-san.
—¡¿Eh?! —Exclamó —. ¿En serio?
—Si, y sabe que soy una Sakamaki.
—¿Cómo se enteró?
—No lo sé, esto ya me puso de nervios —Logró divisar a Yui, y camino hacia ella —. ¡Yui! Te estábamos buscando.
—Yo también lo estaba haciendo —Respondió ella —. ¿Vamos al patio?
Ambas chicas asintieron y salieron del edificio. Al llegar al patio, se sentaron debajo de un árbol, y comenzaron al charlar animadamente.
—Reiko, ¿Y que pasó con Ruki-san?
—¿Te encontraste con Ruki-kun? —Pregunto Yui. Reiko solo asintió.
—No pasó nada más —Respondió ella —. Solo me extendió la mano para que me pudiera levantar, es todo. Lo que todavía no me explicó es, ¿cómo se enteró de que soy una Sakamaki?
—Eso es bastante extraño.
_Bueno, Ruki-kun es bastante inteligente. No me sorprendería que dedujera en un segundo que eres su hermana. Además, te pareces mucho a Shu-san y Reiji-san.
—Estoy de acuerdo con Yui.
—¿En serio lo creen?
—Si —Respondieron al unísono.
El receso paso rápido y cada quien fue a su salón. Reiko paso la clase de química pensando en Ruki, lo cual, le impedía poner atención a la clase.
—Señorita Sakamaki —Dijo la profesora, pero la rubia hizo caso omiso —. Señorita Sakamaki, ¿esta prestando atención?
Azumi giro un poco para poder ver a su amiga, y notó que tenía la mirada perdida en el escritorio del mesabanco en el que se encontraba sentada.
—Reiko —La pelirosa la saco de sus pensamientos.
—¿Eh?
—¿Estas bien? La profesora lleva rato hablandote.
Reiko dirigio su mirada a la profesora, y soltó una pequeña sonrisa.
—L-lo siento, me distraje.
—Si, todos lo notamos —Respondió la profesora —. Pasa a resolver esta ecuación, a ver si eres buena para eso.
Reiko trago en seco, y se levantó de su lugar para pasar al frente. Miro a Azumi, quien lo sonrió para animarla; luego miro a Subaru, quien solo negó.
—¿Qué está esperando? —Pregunto cruzándose de brazos —. Sus compañeros no le van a dar la respuesta.
Tomó el plumón y miro la ecuación que estaba en el pizarrón unos segundos. Al verla mejor, se pudo dar cuenta que era una ecuación sencilla. La analizó un poco más, hasta que dio con el resultado; así que comenzó a responderla.
—Y esta... Listo -Dijo una vez que la resolvió. La profesora la analizó y asintió.
—Es correcto —Dijo —. Puedes sentarte, y no quiero que esto se vuelva a repetir.
—De acuerdo —Dejó en plumón y fue a sentarse.
El resto de las clases pasaron con rapidez, la chica no quería que se volviera a repetir lo que sucedió en la clase de química, así que centro toda su atención en las clases que restaban.
La última clase era matemáticas, el profesor les había pedido responder unos problemas en equipos de tres integrantes. Reiko y Azumi se juntaron, pero les faltaba un integrante más.
—Subaru —La llamó su hermana —. ¿Quieres estar con nosotras?
—Tsk, ya que —Respondió el albino.
Los tres comenzaron a trabajar, Azumi se veía algo incómoda, pues las matemáticas no eran su fuerte. En cambio Reiko, no tenía ningún problema para resolverlos.
—¿Estas bien, Azumi?
—No, esto es complicado.
—¿Quieres que te explique?
—Si, por favor.
Reiko le explicó de la manera más sencilla posible. Azumi solamente le ponía atención a su amiga, estaba entendiendo todo con claridad.
—¿Entendiste —Pregunto una vez que terminó de explicarle.
—Si, perfectamente —Respondió con una sonrisa —. Gracias Reiko, pude entender más contigo que con el profesor.
—No hay de que, Azumi.
Fueron los primeros en terminar aquel trabajo, fueron con el profesor para que se los revisara; él les dio una checada, dándose cuenta de que todos los problemas estaba bien hechos.
—¿Cómo están? —Pregunto Azumi.
—Todos están resueltos correctamente —Respondió, sellando y firmando los trabajos. Para después entregar los cuadernos.
Se retiraron del salón una vez que el dieron el timbre de salida. Ambas amigas se despidieron, y Reiko se dirigió a la limusina con Yui; a quien se había encontrado en el pasillo después de que se despido de la pelirosa.
Una vez que llegaron todos, la limusina se puso en marcha. La chica de orbes magenta tomo su celular y audífonos, y se dispuso a escuchar música, pues eso ya se le había hecho costumbre cada vez que estaban en la limusina. También se había acostumbrado a sentarse entre Ayato y Yui. Pues le parecía más cómodo estar sentada al lado de su amiga, y así evitaba que el pelirrojo tratara de pasarse de listo con la oji-rosa.
Al notar que la chica tarareaba una canción, Yui la miro con curiosidad.
—¿Qué es lo que escuchas, Reiko? —Pregunto, la menor se quito un auricular y se lo dio
—Escuchalo por tu cuenta.
—Solo espero que no vaya a ser una canción como la que me pusiste, Little-chan —Dijo Laito, sonriendo picaramente.
—Te dije que no me llamaras así, Laito —Se quejó —. Solo soy un año menor que tu.
—Eso no quita el hecho de que seas pequeña para mi.
—Nunca cambias —Negó con una sonrisa —. No le hagas caso, Yui.
Yui asintió y tomó el audicular para ponérselo. Reiko volvió a reproducir la canción desde el inicio. Así pasaron todo el camino escuchando música, cada quien con un audicular. Y sin darse cuenta, ya había llegado a la mansión; Yui le devolvió el auricular y esta lista guardo junto con su celular para bajar de auto.
—Amai-chan _La llamó Kanato, ella solo la miro—. ¿Quisieras tomar el té conmigo?
—Claro, con mucho gusto Kanato —Respondió ella, entrando a la mansión.
Subió a su habitación, se quito el uniforme y se puso ropa más cómoda. Bajo a la cocina y comenzó a preparar el té cuando llegó Kanato.
—Amai-chan.
—Kanato, el té ya casi esta listo —Kanato asintió —. Ayer preparé unas galletas, ¿quieres que las acompañemos con el té?
—Si.
**✿❀ ❀✿**
—Reiko —Reiji llamó la atención de la susodicha, quien estaba en la sala, viendo su celular.
—¿Qué sucede, Reiji? —Pregunto apartando su mirada del móvil.
—Alistate, esa persona vendrá en cualquier momento.
—De acuerdo.
Se teletransporto a su habitación y fue a cepillar un poco su cabello; pues este estaba bastante desordenado, tomó una chaqueta de mezclilla y se la puso, cubriendo por completo la blusa de tirantes que traía. Y volvió a bajar a la sala.
Pocos minutos después, Karlheinz se hizo presente en la sala de aquella mansión.
—¿Se puede saber a que viniste? —Pregunto Reiji, seriamente.
—Tranquilo, solo vengo por Reiko.
—¿Por mi? —Preguntó señalandose.
—Así es —Respondió —. Empaca tus cosas, te irás a vivir a la mansión Mukami por una semana.
—¡¿Qué?! —Exclamó —. ¿Por qué? Yo no me quiero ir.
—No dejaré que se vaya con esos adoptamos —Dijo Shu, quien se acercó a su hermana y la abrazo por la espalda.
—Shu, no me quiero ir —Susurro la chica, poniendo sus manos sobre las de su hermano.
—No me interesa lo que piensen —Respondió _. Esta decidido.
—¿¡Por qué demonios decides todo por tu cuenta!?—Exclamó Ayato molesto.
—Eso no es de tu incumbencia. Reiko ve a empacar que no tengo todo el día para esperarte.
—Pues no lo hagas, por que mejor no te largas y dejas a Little-chan con nosotros —Dijo Laito molesto.
—No se comporten como unos niños, solo será por una semana.
—No quiero que Amai-chan este con esos adoptados —Dijo ahora Kanato.
—No queda de otra —Dijo Reiji suspirando —. Reiko, obedece.
—¡Reiji! —Exclamó la menor.
-Será por una semana, después estarás de vuelta.
—¿Estas hablando en serio, Reiji? —Preguntó Subaru, quien era el único que se había mantenido callado.
—Oe, Reiji ¿y si ellos no la dejan ir?
—Iremos a buscarla si eso sucede.
—¿En serio? —Pregunto la chica, el de lentes asintió.
—Es una promesa, Reiko.
—Esta bien, iré —Aceptó a regañadientes —. Shu, ¿podrias soltarme?
Shu la soltó y la menor se teletransporto nuevamente a su habitación. Dejó salir un suspiro y comenzó a empacar lo necesario para una semana.
**✿❀ ❀✿**
La limusina paro en una mansión totalmente diferente a la de sus hermanos. Bajo del auto y observo detenidamente el lugar.
—Padre, ¿por qué tengo que estar aquí?
—No se si lo sepas, pero ellos también son tus hermanos.
—Si, lo sé —Respondió —. Mis hermanos me contaron que tu los adoptaste, ¿cierto?
—Eso mismo —Respondió el mayor, entregandola la maleta —. Quiero que los conozcas y convivas con ellos también. Además, ellos también quieren conocerte.
—¿Tu les hablaste sobre mi? —El mayor asintió —. Eso lo explica todo.
—Tengo entendido que conociste a Ruki por accidente —La menor asintió.
Ambos caminaron hacia la puerta de entrada, donde un peli-negro se encontraba esperándolos.
—Ruki-san —Susurro —. B-buenas tardes.
—Buenas tardes —Respondió el chico.
—Ellos te llevarán de regreso a la mansión cuando pase la semana —Dijo el mayor, y sin más se retiró.
—Adelante, Reiko —Ruki se hizo a un lado, ella asintió y entró.
—C-con permiso.
Ambos chicos se dirigieron a la sala, Ruki le hizo una seña a la rubia para que se sentará en el sillón; ella asintio con timidez.
—Mis hermanos estarán aquí en cualquier momento.
—De acuerdo.
—¡Reiko-san! —Exclamó un chico rubio, llegando a la sala. La chica solo dio un pequeño brinco —. ¿Te asuste? Lo siento, no era mi intención.
—Descuida.
—Se más cuidadoso.
—Si, si _Respondió el chico, acercándose a la recién llegada —. Soy Mukami Kou, es un gusto Reiko-san.
—El gusto es todo mío, Kou-san.
—Con que ya llegaste —Dijo un chico castaño, quien era acompañado por un chico cubierto por vendas.
Reiko miro a Azusa algo confundida, ¿por qué traía tantas vendas?
Azusa noto rápidamente la mirada de Reiko sobre él.
—¿Pasa.. Algo, Reiko-san?
—N-no, no es nada —Respondió apartando rápidamente la mirada.
—Ya veo —Respondió el menor de los hermanos —. Mi nombre... Es Mukami Azusa.. Mucho gusto.
—Mukami Yuma —Respondió el castaño.
—Sakamaki Reiko —Se levantó haciendo una pequeña reverencia, el gusto es todo mío.
Estaba nerviosa, después de todo para daría una semana con ellos. No tenia ni la más mínima idea de que sucederia en su estadía ahí. Pero de alguna manera, los chicos le parecían interesantes, haría todo lo posible por llevarse bien con ellos, lo había decidido.
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