Capitulo 2
Reiko despertó de golpe al escuchar aquella voz. Miro por la ventana los rayos del Sol que ya se hacían presentes. Prendió su celular y vio la hora.
-10:30 a.m -Susurro -. ¿Dormi tanto?
Escucho que alguien tocaba la puerta de su habitación.
-Adelante -Dijo, la puerta se abrió, dejando ver a una chica de cabello largo castaño -. Akiko-san, buenos días.
-Buenos días, Reiko-san. Su padre dice que se irán en una hora, ¿esta lista?
-No, se me olvido empacar anoche -Rio.
-Típico de usted -Sonrió -. La ayudaré.
-Gracias, Akiko-san.
-No es nada.
Ambas chicas se pusieron a empacar. Una vez que todo estuvo listo, Akiko salió de la habitación y Reiko fue a tomar un baño rápido.
Una vez que terminó de alistarse, tomó su maleta, y salió del cuarto. Bajó, saludó a su padre y se dispuso a desayunar.
-¿Estas nerviosa? -Cuestionó su padre.
-Un poco -Contestó Reiko, mientras jugaba con sus dedos.
-Estarás bien, por cierto, te ves muy linda.
-Gracias -Sonrió para después terminar su desayuno.
Una vez que terminaron, ambos se subieron a la limusina.
Reiko sabía que era un camino largo, así que para no hacer tan larga la espera; tomó su celular y sus audífonos y se dispuso a escuchar música.
Se sentía emocionada pero al mismo tiempo nerviosa, no tenía ni la menor idea de como iban a reaccionar sus hermanos.
Horas depués, la limusina se detuvo en frente de una gran mansión. Esta tenia un aspecto antiguo y elegante; aunque también era algo tétrica. Parecía como si fuese sacada de una película de terror, y el cielo gris oscuro no ayudaba mucho, ya que le daba ese toque de misterio.
Reiko bajo del auto, y comenzó a observar todo el entorno con asombro. Había algo que le llamaba la atención; siempre había sido fanática de las historias y películas de terror y misterio, así que todo eso le resultaba increíble.
-¿Qué estamos esperando? -Pregunto corriendo a la entrada.
El mayor tomó las maletas de su hija, y se limitó a seguirla. La rubia ya se encontraba parada en la entrada de la puerta.
-¿Estas lista?
Reiko negó rápidamente.
-Dame unos segundos -Se quedó observando la puerta, mientras dejaba salir un suspiro -. Estoy lista.
Abrió la puerta, y fue cuestión de segundos para que ambos entraran. Reiko observo el lugar, estaba totalmente oscuro, lo único que llegó a divisar fueron unas escaleras.
-Deben de estar en la sala, ¿vamos?
Ella asintio para caminar detrás de su padre.
-Este lugar es perfecto para una película de terror -Dijo la chica riendo.
-No vayas a decir eso en frente de tus hermanos, Reiko.
-Si, esta bien -Dijo entre risas -. Pero tienes que admitir que es cierto, padre.
-Tal vez.
Llegaron a la sala, donde un chico de lentes los estaba esperando. Reiko rápidamente se escondió detrás de su padre, esperaba que el chico no la hubiera visto.
-¿Ese es Reiji? -Pensó.
-Cuanto tiempo sin verte, Reiji.
-Si, definitivamente es él -Volvió a pensar la chica.
-¿Podrias llamar a tus hermanos? -Pregunto -. Y a la chica también.
-¿Chica? -Se pregunto la oji-magenta.
Reiji asintió y desapareció; pocos segundos después, llegó acompañado de sus hermanos y una chica humana.
-Ya estamos aquí, ve al punto -Dijo un chico albino que estaba recargado en la pared.
-Ore-sama estaba ocupado -Dijo Ayato, quien estaba sujetando a la humana del brazo.
-¿Ore-sama? ¿Esta bien que se llame así el mismo? -Pensó nuevamente.
-Tu sola presencia me irrita -Dijo un pelilila -. ¿A que vienes?
-~Nfu, ¿nos trajiste a una nueva bitch-chan? -Pregunto un chico de sombrero.
-¿A quién llama bitch-chan? -Se pregunto, estaba molesta; pero trataba de controlarse -. Papá -Susurro jalando levemente la manga de la camisa de su padre.
Karlheinz la miro y asintio. Reiko se puso en frente del mayor y observo detenidamente a cada uno de los chicos, incluyendo a la humana.
Su mirada se detuvo en el segundo hijo, lo miro curiosa y sonrió. Sonrisa que no pasó desapercibida por Reiji, él solamente la miro sin expresión alguna; estaba consciente de que era ella, su hermana, pero no quería armar un alboroto antes de tiempo.
-~Nfu, la nueva bitch-chan es linda. Aunque, tienes cierto parecido con Shu-kun y Reiji-kun -Volvió a hablar el chico del sombrero.
Reiko lo miro con furia. Laito solamente sintió un leve escalofrío recorrer su espalda, esa mirada le recordaba a la mirada que Reiji le daba cuando hacia algo indebido.
-¿Por qué no vas y llamas bitch a tu madre? -Pregunto irritada -. Ah, cierto, ella está muerta.
Ayato y Kanato estallaron en carcajadas, Subaru trataba de no hacerlo y Shu solamente solto una leve sonrisa. Mientras tanto, Reiji solo la miraba con desaprobación.
-Lo siento -Solto la chica de repente, al notar la mirada de su hermano.
-Vaya carácter -Dijo Laito riendo.
-Soy Reiko... Sakamaki Reiko -Se presentó finalmente -. Y soy hija de Beatrix, por eso mi parecido con Shu-san y Reiji-san.
Laito quedó completamente callado después de escuchar aquella revelación por parte de su nueva hermana.
-¿Te comió la lengua el ratón, Laito? -Pregunto Ayato con burla.
-¿Por qué no sabíamos de ella? -Pregunto Kanato, mirando a su padre.
-Larga historia, dejaré que Reiji se las cuente.
-¿Y él por qué? -Pregunto Shu, mientras se sentaba en el sillón y dirigia su mirada hacia la rubia.
-Por que él ya me conoce -Respondió Reiko, caminado hacia el chico de lentes -. ¿Cierto, Reiji?
Reiko le sonrió y lo abrazó; el mayor estaba algo confundido, pero no dudó en responderle el abrazo a su hermana.
-Reiko -Susurro -. No lo puedo creer, en serio estas aquí.
-Creelo, por que es verdad -Respondió ella -. Estamos juntos de nuevo.
-Bueno, es hora de que me vaya -Dijo Karlheinz -. Cuidate mucho, Reiko.
-Lo haré -Y dicho eso, el mayor salió de la mansión.
-Oe Reiji, ¿no crees que nos merecemos una explicación? -Pregunto Ayato con arrogancia.
Reiji suspiro; la chica se separó de él, y miro al pelirrojo.
-No hay prisa, ¿cierto? -Pregunto -. Todo a su debido tiempo, Ayato-san.
-¿Cómo que a su debido tiempo? -Pregunto -. Ore-sama exige una explicación, y pronto.
-No seas terco -Respondió mientras rodaba los ojos.
-Bit -Reiko lo miro enfurecida -. Digo, Reiko-san tiene carácter.
Ella sonrió. Le encantaba tener dominio sobre otras personas, sobre todo con los chicos que trataban de aprovecharse de ella.
-Laito-san -Llamó la atención del susodicho -. Que te quede muy claro...Vuelves a llamarme bitch-chan, y te juro que de esa no sales vivo.
Laito tragó en seco y asintió levemente.
-Pero que bipolar -Dijo Kanato.
-Eres el menos indicado para decir eso, Kanato-kun.
-¡¿Eh?! -Exclamó -. ¿Qué quieres decir con eso?
-Nada -Respondió.
-¿Así son siempre? -Le preguntó a Reiji.
-Desgraciadamente, si.
-Esto será interesante -Susurró.
Todo ese alboroto, había dejado de lado a la chica humana. Quien solo miraba desde el marco de la puerta de aquella habitación.
-¿Y ella? -Pregunto en un susurro.
-Es la novia de sacrificio -Le respondió Reiji. La ojirosa solo se sobresalto al escuchar aquellas palabras.
Reiko camino hacia donde Yui se encontraba; ella solo la miro con curiosidad, aunque, eso no quito el hecho de que retrocediera un poco. Estaba acostumbrada a los chicos, pero no sabía como sería con la recién llegada; aquella acción fue algo que la de orbes magenta noto en seguida.
-Tranquila, no te haré daño -Dijo tomando su mano con cuidado -. Soy Sakamaki Reiko, es un gusto.
Reiko sonrió tiernamente, logrando tranquilizar un poco a la chica de orbes rosas.
-Soy Komori Yui, el gusto es todo mío Reiko-san -Respondió ella.
-Que lindo nombre, Yui-san -junto sus dos manos con la de ella -. Espero que seamos amigas.
Dijo aquella frase con tanta emoción, lo cual, hizo sonreír a Yui.
-Por supuesto. Yo también lo espero, Reiko-san.
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Reiko se encontraba tranquilamente leyendo un libro en la sala de la mansión, esperando a que la comida estuviera lista; estaba ansiosa por probar la comida de su hermano.
-¿Qué es lo que lees, Reiko-san? -Pregunto Laito, sentándose al lado de ella.
La chica solo se apartó un poco de él, no habían pasado muchas horas desde que llegó, y ya habia caído en cuenta de que el chico es un completo pervertido.
-¿Por qué te alejas? -Pregunto -. Acaso, ¿ese libro trata de erotismo? ~Nfu, vaya hermanita, no sabía que tenías esos gustos.
-¡Ni que fuera tu! -Exclamó lanzándole un cojín, el cual, el chico rápidamente esquivo.
-No había necesidad de recurrir a la violencia. Pero entonces, ¿qué lees?
-¿Acaso te importa? -Suspiro -. Esta bien, es un libro de detectives.
-Ya veo. Bien, te dejó leer tranquila -Y sin más, se fue.
Shu -quien llevaba ahí un buen rato- había observando aquella escena, sonrió levemente a ver que su hermana no era alguien que se dejaba tan fácilmente de los chicos. Era un problema menos, pues no le gustaría estarla protegiendo a cada rato de Laito o de cualquier otro que quisiera pasarse de listo con ella.
Estaría mal si negara que no esta molesto con toda esa situación; ella es su hermana y Reiji se la estuvo ocultando por mucho tiempo.
Ahora que lo pensaba mejor, ¿por cuanto tiempo? ¿Qué edad tiene ella?
-Oye -Dijo llamando la atención de la chica.
-¿Sucede algo, Shu-san? -Pregunto, apartando la mirada del libro, para ver a su hermano.
-¿Qué edad tienes? -Pregunto tratando de sonar lo más desinteresado posible.
-¿Por qué lo preguntas?
-Simple curiosidad -Respondio.
Solto una pequeña risa y negó.
-Tengo 16 años -Dijo, para continuar con su lectura.
-Entonces, ¿Reiji nos oculto tu existencia por 16 años? -Susurro.
-¿Dijiste algo? -Pregunto mientras le daba vuelta a la página del libro.
-No, nada.
Reiji apareció en la sala.
-La comida esta lista -Pronunció -. Shu, encargate de llevar a Reiko al comedor.
-Que molestia -Dijo con pesadez.
-En seguida estaremos ahí, gracias-Dijo colocando en separador en su libro, para después cerrarlo y dejarlo en la mesa del centro.
Reiji asintio y salió de aquel lugar sin decir nada más.
-¿Vamos? -Shu solo asintio.
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Editado: 10/julio/2020
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