Claudia se va y Magnus se dirige a su habitación acompañado por uno de los botones del hotel siguiendo con la mirada a la latina de boca sugerente que no tarda en desaparecer de su vista.

La morena llega a su coche, lo abre, se sienta, pone la llave en el contacto y arranca su automóvil.
En el vehículo para un momento. Desea escuchar más cosas de ese hombre, unos años mayor que ella, que tanto le impactó y elige ir a su aplicación de Spotify de su teléfono móvil y seleccionar algunas canciones de Magnus, tanto antiguas como actuales para conocer más a ese hombre. Además cuando llegue a casa buscará en su portátil algunos vídeos del europeo tanto de su época actual como de en su anterior etapa.

En el corto trayecto desde donde le salvó de la gente que le seguía hasta su hotel, Magnus le contó algunas cosas, entre ellas que hace años, allá por los ochenta, cantaba en un grupo de Hard Rock con bastante éxito.
Aunque recuerda bastantes cosas de los ochenta, ya que por aquel entonces era una niña, recuerda poco de ese tipo de música, dado que en su casa la mayoría de la música que se ponía era de cantantes latinos, esencialmente salsa, bachata, etc, pues sus progenitores eran bailarines profesionales de Bailes Latinos.

Sus padres pasaban horas ensayando, no solo en el estudio en el que practicaban, sino también en casa, puesto que eran unos perfeccionistas que nunca estaban satisfechos del todo con como les salían los pasos.

Eran geniales y ganaron varios premios. Y ella parece haber heredado ese talento para bailar, no sólo baile latino, sino otro tipo de música, aunque nunca se ha planteado dedicarse de forma profesional a ello, a pesar del talento que tiene.

El baile le trae malos recuerdos. Sus padres murieron en un accidente de tráfico cuando se dirigían a una competición de baile. Tardo mucho en volver a escuchar la música con la cual las personas que la trajeron al mundo ensayaban. Sin embargo, aún no ha podido volver a ver los vídeos de las actuaciones de sus padres, sobre todo aquellas por las que ganaron tantos campeonatos. Hace diez años ya desde que ambos se fueron para siempre. Por si fuera poco, años antes de perder a sus padres, había perdido también a su marido.

En su hotel, Magnus deposita su pequeña maleta sobre la cama de su habitación. No es una estancia demasiado lujosa aunque podría permitirse el lujo de quedarse en una así. Pero, ¿para qué?

No son muchos los días que suele quedarse en un país cumpliendo compromisos profesionales y no tiene mucho sentido pagar un dineral por apenas una semana, si es que llega a estar ese tiempo ya que la mayoría de las ocasiones no permanece sino tres o cuatro días como mucho. Además está casi todo el día fuera de la habitación a la que solo va para dormir.

Respeta los gastos de otros artistas en habitaciones lujosas. Cada cual con su dinero...

Nadie tiene derecho a criticarles dado que las personas no van a pagarles esas habitaciones. A la gente le gusta mucho criticar.

Él prefiere una habitación más sencilla y gastar más dinero en otras cosas que él considera más importantes. No es la primera vez que actúa en ese país pero nunca había tenido un recibimiento tan agradable como cuando minutos después de salir por la puerta del aeropuerto se topó con ella.

Esa mujer es muy joven para él, sí, pero le encantaría invitarla a tomar un café, quizás a cenar aunque los dichosos periodistas luego le critiquen por ello, sobre todo los de su país que parece que le odian y quieren destruir su imagen y que la gente le odie.

Aunque Magnus no es perfecto, no es un demonio, pero bueno esa clase de prensa es así, disfruta contando mentiras sobre los artistas y haciendo daño. Ahora mismo le viene el nombre de un artista sobre el que llevan años contando mentiras horribles. Esa gente es así.

Si llegan a verle con Claudia, ¿quién sabe qué tonterías y mentiras van a contar de él? Ya puede imaginar los titulares.

"¿Qué hace un viejo cincuentón como Magnus con una mujer mucho más joven y hermosa que él?"

Porque aunque son mala gente no pueden negar que Claudia es bellísima.

Conociendo a esos elementos desagradables y mentirosos que se hacen llamar periodistas a buen seguro también inventarían algo de ella. Son como una jauría insaciable sedienta de sangre que no se van a detener ante nada, ni ante nadie, hasta que despellejen a alguien. Y lo son en cualquier parte del mundo.

«Igual me van a criticar así que...»

Espera volver a verla antes de marcharse del país aunque sea solo para tomar café. Ahora mismo no se plantea una relación romántica con nadie. Su carrera le demanda mucho tiempo y además su última ruptura con una mujer es algo reciente y ha quedado algo escarmentado de ellas y no sabe de quién puede fiarse.

«Olvídalo Magnus.» «Puede que sea como las demás y busque lo mismo, que sea una interesada.» «Olvídate de ella.» «Pero es que esa mujer es tan difícil de olvidar.»piensa el sueco sonriendo una vez más mientras termina de sacar la ropa de su equipaje.

En ese momento recibe un Whatsap de uno de los antiguos miembros de la banda que todos formaron hace tiempo. Su amigo le informa que están todos en el país y Magnus se sorprende, no imaginaba que estaban todos allí. Su amigo le cita en una cafetería al día siguiente pues tienen ganas de reunirse con él después de tanto tiempo sin verse.

Horas después, al llegar a casa de trabajar, Claudia se prepara algo de cenar y en ese momento recuerda su encuentro con Magnus y sonríe. Toma su portátil y espera que se encienda mientras degusta una buena ensalada. La morena busca vídeos en YouTube de Magnus y le salen varios, bastantes en realidad.

Algunos de ellos son de la época actual en la que le ha conocido y le da a reproducir.

La verdad es que el tipo es bastante buen cantante, gran cantante en realidad y aún es un hombre muy guapo a pesar de su edad.

«¡Ay Claudia!» «Eres un poco estúpida, tampoco es un anciano.» «Tú tienes ya más de cuarenta, él tendrá unos cincuenta y pico.» «Ni que fuera una momia.» «Aunque si lo fuera sería una momia bellísima, la verdad.» piensa la joven mujer sonriendo al ver esos vídeos.

Minutos después, Claudia se sorprende al ver los vídeos de la época ochentera de Magnus.

—¡Qué hermoso hombre! —resopla la morena admirando a un joven Magnus con el cabello largo y rizado que era lo que lucía en aquella época. —Realmente hermoso y con esos ojos...esa mirada. Aunque esos ojos y esa mirada siguen siendo igual por lo que he podido comprobar. —sonríe la latina. —Has sido el mejor descubrimiento que he hecho jamás.

Al día siguiente, el destino los vuelve a unir. Cuando ella se dirige a su trabajo y él a reunirse con los colegas con los que formó su famosa banda años atrás, un ladrón que huye de la policía los empuja a ambos, que sin saberlo están a muy poco de encontrarse de nuevo. Ambos acaban en el suelo, Magnus debajo de Claudia a la que sonríe con cierta timidez. La tiene tan pegada a su cuerpo que puede sentir el movimiento de su pecho al respirar agitada después del susto que se ha llevado al ser arrollada por ese delincuente. Ella puede sentir el aliento de él sobre su rostro y la manera en la que la mira pues es la misma en la que ella le mira a él.

Una situación íntima y muy...placentera para ambos aunque no quieran reconocerlo.