8
El día de YoonGi no estaba yendo del todo bien. JiMin lo supo gracias a un mensaje del propio alfa, el texto acompañado de un par de gifs de gatos llorando consiguió que sonriera divertido.
Su héroe le pidió que no se encontraran en sus dormitorios como habitualmente, sino en su estadio porque todavía no terminaba su práctica antes de la hora del almuerzo. Ya le había pedido el favor a su entrenador, dejaría entrar a JiMin sin ningún problema.
A JiMin le pareció bien, podría ver a YoonGi jugar un poco. Tenía curiosidad sobre cómo se vería el alfa golpeando el disco en una actividad completamente seria.
Cuando se paseó entre las gradas descubrió que sólo había pocos alfas en sus patines y gran parte de ellos ya estaban saliendo de la pista. Sin importar lo mucho que se levantó sobre las puntas de sus pies no pudo distinguir la figura de su favorito.
—¡Hola, JiMin! ¿Viniste a recoger a YoonGi?
JiMin se giró hacia la ruidosa voz sólo para descubrir que venía de uno de los amigos de YoonGi. Sino se equivocaba era SeokJin. SeokJin le puso una mano en el hombro con tanta fuerza que lo hizo tambalearse.
—Eh, sí. Normalmente es él quien me recoge, pero hoy se le ha hecho tarde. ¿Su entrenamiento está siendo más duro? —Su pregunta no fue por una cuestión de amabilidad, quería saber por qué el día de YoonGi estaba siendo difícil, entonces podría animarlo más tarde.
SeokJin deslizó su brazo lejos de él y antes de que pudiera responder JiMin tuvo un nuevo peso prendido a su espalda. Alguien había caído sobre él, abrazándolo fuertemente por detrás. Hubo brazos alrededor de su cintura, un pecho firme presionando contra su espalda y una cara descansando en su hombro.
Por el aroma, JiMin sonrió.
No necesitó mirar para adivinar de quién se trataba, se conformó con el repentino contacto porque era demasiado cálido para no ser agradable.
—El entrenamiento ha sido una jodida mierda —YoonGi se quejó, sin soltarlo aún. Su voz sonó algo amortiguada y ronca, quizás porque su rostro estaba hundido en el hombro de JiMin y estaba demasiado cansado—. Siento que vayamos tarde.
Una vez que se disculpó, el abrazo desapareció. JiMin sintió que la piel de sus brazos se erizaba, no se había dado cuenta de lo helado que estaba el aire hasta que YoonGi le regaló un poco de su calor. Tenía algo de sentido que hiciera tanto frío considerando que era una cancha de hockey.
—No tienes que disculparte, alfa YoonGi. Es normal.
—Pero no es normal que el entrenador me odie.
YoonGi que había pasado a estar junto a él, hizo un pequeño puchero. Pero pareció percatarse de que SeokJin también estaba ahí, no sólo el estudiante de fisioterapia, por lo que borró rápidamente el gesto de su cara. Ese cambio de movimiento hizo que los ojos de JiMin se detuvieran en su apariencia.
El cabello negro de YoonGi estaba húmedo y JiMin no creía que fuera precisamente por una ducha. La camiseta de YoonGi se ajustó sobre cada contorno de su cuerpo, había manchas rosas en sus mejillas, todo debía ser resultado del esfuerzo físico.
JiMin pensó que su héroe se veía increíblemente guapo así, empapado en sudor, emanando una cantidad loca de feromonas. En general pensaba que los alfas se veían bien después de entrenar, era como un atractivo que todos podía tener. Claramente YoonGi no era la excepción, en él era incluso más notable.
En ese momento la mano de YoonGi alcanzó su muñeca y JiMin se sobresaltó, pensó que había sido atrapado por mirar fijamente. Pero el jugador de hockey parecía distraído, no le devolvió la mirada, sus dedos alrededor de su piel comenzaron a trazar el lugar donde estaba la glándula odorífica del alfa menor. Como si lo estuviera marcando con su olor inconscientemente.
Fue raro. Raro del tipo bueno.
El estómago de JiMin se sintió igual que si estuviera lleno de burbujas.
—El entrenador no te odia. Te adora. —SeokJin le corrigió a su amigo felizmente. A pesar de que era él quien llevaba la "C" en su camiseta.
—No comparto su tipo de amor, definitivamente no me considero masoquista.
JiMin se rio en silencio, le gustaba el tipo de humor que YoonGi tenía.
—Por supuesto que no, te exige tanto porque quiere exprimir cada gota de tu talento. Estoy seguro que aceptó cambiarte este año del equipo de omegas al nuestro porque quiere ganar algo grande antes de que te gradúes. —Eso hizo que YoonGi frunciera el ceño y entrecerrara sus ojos, en una mueca pensativa—. Eres su favorito, todos lo sabemos.
—Tan sólo recuérdale la pelea con la mierda homofóbica y transfóbica y va a gritarme sin motivo.
Eso atrajo todo el interés de JiMin.
—¿Tuviste una pelea reciente, alfa?
—No fue reciente... Yo siempre me estoy metiendo en problemas —YoonGi admitió, rascándose la nuca sudorosa y evitando los ojos curiosos de su Dongsaeng. Lo gracioso del asunto para SeokJin era que su amigo parecía algo avergonzado. Sus bromas no podían faltar en una situación así.
—Quiere decir que siempre está provocando a los demás.
—Esta vez fue por una causa justa —YoonGi tuvo que defenderse, aunque sólo consiguió que sus dos amigos rieran—. El idiota estuvo coqueteándome porque pensó que yo era un omega. Lo llamé gay, se enfadó, peleamos y le rompí la nariz.
El jugador de hockey contaba todo como si hablara del clima, excepto que JiMin tuvo el impulso de consolar al alfa, de descubrirle su garganta de nuevo. No debió ser nada fácil atravesar algo similar, sin importar la indiferencia con la que YoonGi trataba el asunto.
—Sigue sonando como una historia de amor para mí. De enemigos a amantes—SeokJin se burló, luego hizo varios sonidos de besos. Lo que provocó una profunda mueca de asco en YoonGi.
—Jódete. En primer lugar, mis requisitos son no ser un idiota. —Tenía sentido, lo reconoció JiMin. Sin embargo, YoonGi había levantado dos dedos y sólo bajó uno—. El segundo es no ser un alfa.
¿No ser un alfa?
JiMin tenía que preguntar sobre eso, no había forma de que se quedara sin una explicación concreta.
—¿Quieres decir que tú...?
—Soy totalmente heterosexual —Aunque JiMin consiguió una explicación calmada de YoonGi, sin que el alfa se ofendiera o reaccionara de manera ruidosa, perdió el habla. Ya que significaba que a YoonGi le atraían los omegas.
Antes el término homosexual había funcionado cuando un hombre se sentía atraído a otro hombre, sin importar su rango. Seguramente era porque todos los alfas eran hombres y las mujeres todas omegas. Con el tiempo y con mucha evolución, la jerarquía no se relacionó más con el sexo. Así que los gays se consideraron los alfas enamorados de otros alfas, una relación lésbica un romance entre dos omegas.
Los deltas surgieron un poco después. En realidad, no eran un rango nuevo, únicamente eran los alfas que recibían las marcas de sus parejas alfas. Pero la sociedad no los miraba bien, los alfas no debían someterse, su mordida de apareamiento en su cuello siempre se vería como un hematoma. Por eso eran las mariquitas de toda la jerarquía.
El hecho de que YoonGi se había declarado hetero, hizo que JiMin prefiriera observar el piso. Por supuesto, como todo gran alfa YoonGi esperaba emparejarse con un omega bonito. Un omega femenino que fuera más pequeño que él, que oliera dulce.
Un omega que en el futuro pudiera darle cachorros.
No sabía porque la declaración lo había tomado tanto por sorpresa, no es que hubiera mirado a YoonGi y pensado que debía estar con un alfa porque en realidad tenía cosas biológicas de un omega. Nunca fue así.
Pero, la nueva información... Hubiera preferido no saberlo.
En ese preciso instante, JiMin salió de su aturdimiento al notar que se había quedado en silencio más tiempo de lo normal. Eso debió ser raro, YoonGi y SeokJin debieron pensar que era raro. Por ello dijo lo primero que vino a su mente.
—Oh, ya veo. Eh, bueno, yo salí con una omega en mi escuela secundaria...
Después de decir eso, JiMin quiso golpearse la frente. Pero YoonGi rio antes de atraerlo a un abrazo.
—Eres tan adorable —murmuró cerca de su oído, entre divertido y cariñoso. En forma de protesta JiMin se retorció hasta que consiguió escaparse del agarre de YoonGi. Él no quería escuchar que era adorable de esa forma tan íntima o se sonrojaría.
—Yo también pienso que eres adorable y yo soy abiertamente pansexual por si te interesa. No soy tan estúpido como YoonGi —Jin comentó, haciendo que JiMin recordara que no estaba solo con el alfa heroico.
Una consecuencia de ser socialmente torpe era que JiMin no podía distinguir entre las bromas serias o los comentarios reales. Por lo cual se sonrojó cuando Jin le tomó la mano y estiró sus labios, parecía que realmente iba a besar sus nudillos.
Al parecer JiMin tendría que vivir con la duda. YoonGi le dio un golpe en los abdominales a su amigo, haciendo que se apartara de inmediato.
—Déjalo, SeokJin. JiMin no sabe que estás bromeando —YoonGi le advirtió a SeokJin justo como si hubiera leído la mente de JiMin. Aun así, el capitán de alfas mantuvo su sonrisa liviana.
—Si él está interesado entonces soy muy serio.
JiMin no tuvo opción más inteligente que mirar a YoonGi en busca de ayuda. ¿Entonces SeokJin estaba coqueteando con él o no?
—No le interesa —Después de atrapar su mirada de ayuda, YoonGi le dijo a SeokJin de la manera más seca posible. Resultó un gran contraste como sus ojos se volvieron amables al hablar para JiMin, sus palabras fueron miel—. Créeme, no te interesa. No deberías comerte algo que ya estuvo masticado por muchas personas antes.
SeokJin hizo un falso sonido de sorpresa.
—Eso es falso, ¡estuve en una relación por cuatro años!
Se escuchaba como mucho tiempo para JiMin, excepto que YoonGi soltó un pequeño gruñido que sonaba justamente a una advertencia para que se detuviera.
—Sólo estás demostrando mi punto. Nos vamos, JiMin. —JiMin ni si quiera tuvo tiempo para despedirse de SeokJin, YoonGi comenzó a arrastrarlo lejos del capitán de hockey. Por mucho que quisiera escaparse con su héroe, sintió la necesidad de preguntar por Jin.
—¿SeokJin estará bien?
—Lo estará. No es la primera vez que le coquetea a sus nuevos amigos sin ser serio. JungKook debería haberlo sabido mejor o NamJoon, aunque NamJoon sólo lo besó. —Demasiado información, demasiada. JiMin abrió los ojos, YoonGi también. El alfa mayor entró en pánico porque su confianza con JiMin lo traicionó—. Mierda, no les digas que te lo dije o me matarán. Es nuestro secreto a partir de ahora. ¿De acuerdo?
—Nuestro secreto —aceptó JiMin complacido. Aunque debería estar consternado por la nueva información, se olvidó de todo al saber que compartía otra cosa con YoonGi. Adoraba compartir cosas con YoonGi.
—Olvidando eso, ¿a dónde vamos hoy?
—Sólo diré que hay tanta carne como puedas comer.
YoonGi sonrió y comenzó a caminar más rápido. Su entusiasmo provocó que JiMin riera.
—Andando. Parece que puedes hacer mi día mejor.
Para su cuarta clase, el alfa heroico había estado especialmente sospechoso. No se encontraron en los dormitorios de los alfas, sino en el estacionamiento de la universidad. Como era de esperar, JiMin terminó montando la motocicleta del hermano de YoonGi, abrazando a YoonGi como si su vida dependiera de ello.
Podía jurar que el suelo seguía moviéndose una vez que el vehículo se detuvo. Pero no importó porque YoonGi lo cargó para que no se tropezara al bajar. Incluso lo sostuvo por un minuto más, alegando que debía estar mareado.
—Te prometo que el viaje valdrá la pena. Quería traerte a este lugar, pero no nos habría dado tiempo de volver a la universidad caminando. Te gustará —YoonGi le aseguró. Porque en el fondo realmente esperaba que los ojos del estudiante de fisioterapia se llenaran de estrellas cuando entrara al lugar. Se había esmerado tanto en buscar en internet un sitio que pudiera gustarle al alfa menor.
JiMin no tenía ni idea. Por eso cuando entró a la pastelería, parpadeó de par en par.
—Todo aquí es rosa —medio chilló de la emoción. Le encantaba toda la delicada decoración del lugar, empezando por el suelo de mosaicos rosas y terminando por las lámparas de hada que emanaban una luz perfectamente cálida.
—Es un lugar que se especializa en pasteles de fresa, o bebidas de fresa. Todo es de fresa. ¿Te parece bien?
Sólo preguntó porque quería asegurarse, a pesar de que la respuesta era obvia por la conmoción en todo el cuerpo de JiMin.
—Es un lugar muy lindo, alfa YoonGi. —Lo más importante fue que JiMin no trató de opacar su sonrisa, ni ocultarla detrás de su mano. La mantuvo ahí, presumiendo que tenía los dientes más bonitos de todo el lugar—. ¿Cómo lo conocías? No es un lugar al que un alfa debería ir.
—Vine aquí con un amigo, que es lo opuesto a mí, sí—mintió, mientras se sonrojaba un poco. No le diría la verdad—. Y no seas prejuicioso, los alfas podemos ir a dónde queramos.
JiMin se encontró con el mostrador e hizo su pedido. Era del tipo de lugar donde la cajera seleccionaba su pedido por ellos, el viejo sistema de pago que se eliminó desde que las pantallas se integraron en las mesas de los comensales. Todo resultó más antiguo cuando una mesera los guío a una mesa libre.
—No puedo creer que exista un lugar así. Creo que ahora miraré la cafetería de la universidad como un lugar deprimente. —La mirada de JiMin estaba sumamente luminosa. Justo lo que YoonGi quería. Sintió que era una misión cumplida y aún no habían probado su comida.
—Deberíamos venir a comer aquí cada vez que tengas un espacio —sugirió juguetonamente. Sólo era una propuesta tonta para YoonGi, para JiMin no. La cara del alfa menor se iluminó, claramente teniendo una idea.
—¿Podemos? No sé si nuestros horarios coincidan en otro espacio. ¿Puedo compartirte mi horario? En caso de que algún día no tengas clases.
YoonGi se quedó boquiabierto. Balbuceando como el completo idiota que era.
—¿Quieres, quieres darme tu horario de clases?
Su pregunta fue un problema, logró que JiMin comenzara a oler asustado o avergonzado. Una mezcla de ambas cosas que lo hizo sentir culpable.
—¿No debería? ¿Estoy siendo demasiado invasivo? ¡Lo siento!
—¡No, no! Sólo nunca pensé que querrías hacer algo así. —YoonGi necesitó fregarse la cara con las manos, buscando evitar que el rubor se esparciera demasiado. JiMin era un peligro, conseguía poner su corazón al límite en cada momento, pronto le provocaría un paro cardiaco—. Me encantaría tener tu horario, para pasar más tiempo juntos. Te enviaré el mío también.
Hace mucho tiempo, YoonGi le había pedido a HoSeok sus tiempos de cada clase, para visitarlo en cada ocasión que pudiera. Pero el omega no se lo tomó bien, le gritó que era un controlador, que no podía quitarle su preciado espacio. Había hecho sentir a YoonGi como un obsesivo, como si estuviera loco.
Esa había sido una de sus primeras peleas.
Ahora mirando a JiMin enviarle el archivo felizmente, se preguntó seriamente el motivo por el que HoSeok hizo un escándalo sobre eso, compartir el horario era algo íntimo, una muestra de interés en la otra persona y nada más.
Irónicamente JiMin sin querer y sin tener idea, curó una de sus heridas ocultas que nunca tuvo el lugar para sanar.
—¿Qué vamos a aprender hoy, alfa? —La pregunta del alfa lo trajo de vuelta a la realidad. Entonces YoonGi miró la postura del alfa más joven. Las manos en sus muslos, que lo hacían parecer más pequeño de lo que ya era. Ese era justo el punto.
—Tu postura.
—¿Eh?
YoonGi tomó su postura de profesor.
—El lenguaje corporal dice todo de ti. Muchas veces un alfa se define porque llena todo espacio donde se encuentra. Creo que podrías emanar más confianza y esa cosa de alfa. Tú te ves pequeño al caminar, no es que sea malo... Pero no es lo que estás buscando al mejorar como alfa.
A él le gustaba como caminaba JiMin, sólo que no debía gustarle a él sino al propio JiMin.
—¿Cómo obtengo esa cosa de alfa? —JiMin le cuestionó seriamente. Los engranes en su cabeza parecían estar trabajando muy duro.
—¿Por qué no inicias probando sentarte de otra manera? —Rápidamente JiMin se cruzó de piernas, justo como los modelos de las revistas. Pensó que podía mejorar, aunque ese no parecía ser el punto porque YoonGi se levantó de su asiento hacia él, riendo—. ¿Qué tal separar las piernas y colocar los brazos abiertos?
Al mismo tiempo que hablaba, YoonGi comenzó a moldearlo. Usando sus grandes manos de alfa con una delicadeza especial en su cuerpo. JiMin se mantuvo todo ese tiempo mirando el trabajo que hacía su héroe del Metrobús, sólo se atrevió a hablar una vez que todo parecía terminado.
—Impresionante. ¿Algo más?
—Sacar el pecho. —La mano de YoonGi fue detrás de su espalda para empujar su pecho hacia adelante —. Parece vergonzoso, pero yo creo que es una cosa instintiva, no puedo dejar de hacerlo cada vez que me halagas.
—Hyung —JiMin murmuró entre risitas alegres. Le satisfacía saber que él podía conseguir algo así.
—Ah, y no olvides mirar directamente a los ojos con quien hables—JiMin miró abajo, para encontrar a YoonGi mirándolo—. Justo así.
Los ojos de YoonGi era tan hermosos. El alfa heroico tenía una mirada de determinación, pero cuando se encontraba con JiMin toda esa fuerza de alfa se convertía en algo amable, protectoramente envolvente. JiMin inconscientemente podía sentirlo, por eso le parecían hermosos.
—Esto es raro —comentó con una sonrisa nerviosa. Fue como una batalla de no pestañear en la que YoonGi ni si quiera se inmutó. JiMin tenía una desventaja, porque quería mirar al suelo, sus mejillas ya le estaban quemando. Se estaba sonrojando y fue ese reconocimiento el que hizo que se rindiera—. Ah, no puedo más, lo siento, alfa.
El jugador de hockey sonrió. Pensando que JiMin se avergonzaba fácilmente si lo miraban a los ojos. Lo que era una complicación, una complicación enternecedora.
—Tienes que trabajar en eso... Prueba a colocarte así cuando llegue la mesera. Verás que funcionará. —JiMin asintió de arriba a abajo, esperando pacientemente que llegara. Tomó tan bien la orden que puso a YoonGi murmurando algo para sí mismo—. Es un bebé de lobo...
—¿Un qué?
—Eso eres, un lobezno. Me gusta cuando me escuchas como si fuera el líder tu manada, lobezno.
Era demasiado sinceridad para JiMin. El recibir un apodo y un agradecimiento implícito por parte de YoonGi lo llevó a hacerse pequeñito sobre su silla. La sonrisa gomosa ajena fue directo a su pecho.
Pero justo en ese momento llegó la mesera con sus pedidos por lo que cambió su postura radicalmente, de cómo se sentaba normalmente a una postura de un alfa deportista que tenía el doble de masa corporal que él. El cambio fue tan abrupto que YoonGi tuvo que evitar mirar para evitar reír.
—Aquí está su pedido para, mis amigos...—La mujer joven que era mesera estaba debatiéndose en qué rango clasificarlos, YoonGi y JiMin cruzaron los dedos debajo de la mesa al mismo tiempo. Ambos rogando mentalmente que ella acertara—. Mis amigos omegas.
Al parecer la mesera había decidido que ambos eran omegas. Así que los dos alfas perdieron su entusiasmo, prácticamente se desinflaron al mismo tiempo que le agradecían.
—De acuerdo, no importa. Todavía queda mucho trabajo por hacer. —YoonGi intentó consolarlos. Le dio un sorbo a su taza tratando de reconfortar su orgullo de alfa que había sido arrollado sólo por estar cerca del cruce peatonal—. No nos vamos a rendir hasta conseguirlo.
El olor de su bebida fue lo que atrajo la atención de JiMin.
—¿Qué estás bebiendo, alfa?
—Cierra los ojos y pruébalo. —Si hubiera sido otra persona, JiMin se habría negado. Pero al ser YoonGi dejó que sus pestañas cubrieran su visión y estiró sus labios, esperando que la bebida llegara. Él no sabía que eso iba a conseguir torpeza en los movimientos de YoonGi, porque se veía demasiado lindo para ser saludable.
—¿Chocolate? —Intentó confirmar, lamiendo la esquina de su boca donde había quedado parte de la bebida. El alfa mayor estaba riendo, por lo que debía ser cierto—. ¿Cómo conseguiste eso en una pastelería que trabaja todo con fresas?
—Es porque en serio me gusta el chocolate. Especialmente si tiene leche. —Mientras que decía eso, YoonGi le puso una mano en el cabello a JiMin.
Justo como quiso, el aroma del alfa menor se endulzó de la vergüenza.
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