Acurrucado con su novio, JiMin se sintió como un tonto al mirar en retrospectiva y recordar la bola de ansiedad que no pudo tragar cada vez que pensó en su alfa marchándose.
—No debimos posponer nuestra charla hasta el último día —reconoció, besando a YoonGi en el mentón. Fue beso que recibió de vuelta en su párpado derecho y le obligó a cerrar ese ojo. Luego el otro.
—Tienes razón, no debimos. Pero paso a paso, ¿sí?
Asintiendo para responder la pregunta, el universitario más joven invitó a su pareja besarlo seriamente con sólo señalar su boca.
Lo peligroso del asunto era que siempre que se besaron terminaron hirviendo el agua en lugar de sólo calentarla. Tal vez porque habían frustrado sus deseos durante mucho tiempo y tal vez porque se gustaban demasiado duro. Así que no fue una sorpresa cuando el beso se profundizó porque sus labios se separaron por mero instinto y la lengua de YoonGi terminó en la boca de JiMin, haciendo su cerebro papilla y poniéndolo tan acalorado como en un día de julio.
Dios, le gustaba tanto su alfa. El sabor único de su boca, cómo su aliento tibio lo acariciaba cuando se sintieron demasiado perezosos para separarse después de los besos y la forma en que lo sostuvo. En consecuencia, JiMin puso las manos sobre la nuca de YoonGi e hizo que sus cuerpos se apretaran. Sus caderas terminaron al ras. Tan cerca que resultó difícil distinguir sus extremidades, tan cerca que sus ingles se rozaron.
El alfa hizo un ruido ronco de placer que animó a JiMin a empujar sus caderas en un ritmo tartamudo, de manera experimental y casi curiosa. Obtuvo un buen resultado en poco tiempo, cuando una dureza correspondió deliciosamente a cada embestida suya. Pero fue entonces que YoonGi separó sus labios con un chasquido y sonrió nerviosamente.
—Mierda, mierda —YoonGi maldijo, haciendo la seña de "Tiempo fuera". Con intenciones de salir de la cama—. Déjame tomar aire y podemos volver.
—Alfa, pero... —Las manos de JiMin atraparon sudadera de dormir de su novio, ganándose una mirada curiosa—. No quiero que tomes aire, quiero... Seguir.
—Pero...
Hace mucho tiempo atrás YoonGi le había dicho que merecía perder la virginidad en otro recuerdo. Lo animó a elegir una segunda oportunidad después de la fiesta de graduación. De modo que ahora JiMin decidió que quería su segunda oportunidad con YoonGi. Y nunca estuvo más seguro con una elección.
—Sé mi primera vez, alfa. ¿Por favor? Te vas mañana y quiero... —JiMin tuvo que cerrar los ojos, porque estaba demasiado avergonzado para mirar a su alfa a los ojos. Aunque los abrió de nuevo cuando no escuchó un sólo ruido—. ¿Por favor? Lo quiero tan mal.
Como era de esperarse, YoonGi estaba congelado, luciendo muy concentrado en resolver el complicado acertijo que se le ofreció. Sus cejas estaban unidas en un punto bajo de su frente y sus labios presionados juntos.
—¿Tú quieres que yo...?
Ansiosamente JiMin asintió. YoonGi siempre era tan lento que necesitaba un empujón para descubrir cosas obvias, incluso si ya iba en el sentido correcto.
—Quiero que me hagas tuyo, alfa. —Con una mueca muy parecida a una dolorosa, YoonGi cerró los ojos. Su gesto sólo aumentó el pánico vergonzoso en JiMin—. Oh, dios, ¿vas a decir que no? Esto es tan vergonzoso.
—Sí, sólo dame un segundo. Creo que me rompiste. —JiMin se rio contra la boca de YoonGi. Luego chilló de sorpresa cuando su novio se reincorporó de golpe—. Listo, sí. Primera vez conmigo, de acuerdo. ¿Lubricante? ¿Condones? Joder, ¿lo tienes? Nunca me imaginé esto, así que no tengo nada.
Suspirando, JiMin se cubrió la cara con su antebrazo.
—Sólo hay una botella en mi cajonera, porque me gusta hacerlo húmedo en mi temporada de apareamiento...
YoonGi gimió sonando adolorido.
—Eso se va a quedar para siempre en mi cerebro.
—Pero no pensé en lo segundo. ¿Importa? —JiMin preguntó casi tímido por su falta de información. Miró a otro lado cuando atrapó a YoonGi tragando duro. ¿Quizás estaba siendo demasiado tonto?
La gentil mano de YoonGi interrumpió todo su discurso, obligándolo a mirarse. Cuando los ojos de JiMin se encontraron con la cara de su pareja, descubrió que YoonGi se estaba mordiendo fuertemente el labio inferior, estaba rojo en sus mejillas como lava.
—Nunca lo he hecho sin protección.
—Oh, ya veo.
Una cosa tan sucia hizo que JiMin sonriera un poco. Lo hizo sentir emocionado. Era la primera vez de YoonGi en algo, se sintió como un gran triunfo.
—También podemos hacer otra cosa igual de divertida, como sexo sin penetración o puedo chuparte —YoonGi insinuó. No tartamudeó, pero escupió tanto las palabras que fue difícil entenderlas—. No te voy a mentir, cualquier cosa contigo suena como... Podría correrme sólo por imaginarlo.
La poca charla sucia hizo que JiMin apretara sus muslos.
—Alfa.
—Pero si no te importa y confías en mí...
No le importó. JiMin se lo hizo saber con un beso caliente y sus manos deslizándose por la espalda ajena entre la ropa.
—¿Crees que alguien nos interrumpa?
JiMin gruñó igual que un omega.
—No, JungKook no vendrá esta noche. Él me dio la idea, no pude sacarlo de mi cabeza y tuve que tomar una ducha... Ahora quítate la ropa, alfa —demandó, intentando tirar la cosa estorbosa que bloqueó la piel de su novio ante su tacto. Su obvia desesperación hizo que YoonGi se riera roncamente.
—Creo que es la primera vez que no me pides algo por favor. —Ignorando la burla, JiMin contempló cuando YoonGi se sacó la camiseta por encima de la cabeza con una sola mano. La vista lo tuvo gimiendo y separando las rodillas de manera dócil. YoonGi lo leyó muy bien, acomodándose entre el espacio de sus muslos—. Mírate, ya estás abriendo las piernas para tu alfa.
Las hambrientas manos de JiMin recorrieron cada músculo de su pareja. Desde los bíceps, el pectoral tatuado, jugó con los pezones de YoonGi y continuó con el paquete de abdominales hasta llegar al cinturón de adonis, la cicatriz de la cadera, al sitio donde el rastro de vello condujo un camino tras la cinturilla de los pantalones de chándal.
—¿Divirtiéndote? —YoonGi le preguntó entre dientes. No recibió una respuesta porque era obvio, JiMin se estaba divirtiendo tanto tocando lo que sólo pudo admirar por mucho tiempo. Finalmente, todo eso era suyo para amar.
Siguiendo su exploración, JiMin se encontró con la firme erección de YoonGi. La palmeó curiosamente y gimió como si hubiera sido él quien fue bendecido.
Mucho más codicioso que antes, deslizó el pantalón de YoonGi y su ropa interior fuera, haciendo que su polla saltara ansiosamente a la vista.
Al sujetarla en su mano, JiMin no pudo evitar un comentario.
—Oh, es lindo.
YoonGi que estaba conteniéndose por follar la su palma, abrió sus ojos cerrados abruptamente.
—¿Qué? ¿Qué clase de cumplido es ese, muffin? —Riendo tontamente, JiMin se abrazó a su alfa indignado. Trató de besar el puchero de YoonGi. Pero como no funcionó, sólo volvió a tomarlo en su mano— Mi pene, ah, no es lindo. Mierda, sí, así.
—No lo voy a retirar —JiMin lo retó mucho más bromista que serio, apretando su puño más fuerte.
Sin embargo, el planteamiento del reto hizo que YoonGi gruñera, renunciara al placer y se reincorporara sólo lo suficiente para que su polla quedara a la altura de la cara de JiMin.
—¿Sabes lo que será lindo? —El universitario menor sólo pudo respirar cuando la cabeza roma del pene de YoonGi tocó sus labios. Instintivamente después lamió la única gota de presemen, escuchando a su novio sisear—. Tu cara cuando termine contigo.
—Por favor.
¿Qué estaba pidiendo JiMin mientras YoonGi se desnudaba completamente? Ni él mismo lo sabía. Supuso que las ideas vendrían a él, justo cuando su alfa volvió a posicionarse en el espacio abierto de sus piernas.
—Dime lo que quieres, mi luz de día. Dime lo que deseas y te lo daré, haré que sea muy bueno para ti. —Inevitablemente JiMin se aferró al cuello de su novio y empujó sus caderas vestidas contra la desnudez de YoonGi. Definitivamente la charla sucia de su novio era su fetiche, lo estaba descubierto—. Aunque soy yo el que está arriba, tú eres quien tiene el control. Controlas toda mi felicidad, mi placer, mi polla, mis labios... Todo eso es tuyo.
La mente de JiMin se hizo trizas, simplemente estaba pensando: Oh, dios, oh, dios, oh, dios.
—Quiero...
—Puedo joderte con ropa, si te hace sentir nervioso estar desnudo.
La oferta, desbloqueó un gran recuerdo que hizo sonreír a JiMin en medio de toda su bruma caliente. "Te mereces tener una primera vez con alguien que no te presione de ninguna forma." El mismo YoonGi dijo alguna vez y probablemente en ese momento nunca se imaginó que sería él. YoonGi que nunca lo presionaría de ninguna forma, YoonGi que no pensó en tener sexo con él durante su último día, su YoonGi era el único que merecía joderlo.
—¿Mejor podemos hacerlo bajo las cobijas? Quítame la ropa y bésame, por favor...
Obviamente su alfa aceptó, se metieron debajo de las cobijas como una tienda de campaña y fue el turno de JiMin para ser adorado. YoonGi lo tocó, lo desnudó suavemente y sonrió por cada pedacito de piel que se fue asomando. Sus yemas corrieron por cada surco, valle, cumulo de grasa, cada cicatriz del cuerpo de JiMin. Lo que tramaba era evidente: Quería memorizar cada parte.
JiMin suspiró cuando las uñas de YoonGi rasparon un poco el interior de sus muslos.
—Eres tan tímido ahora, ¿no? Para ser tan hermoso eres demasiado modesto, tan humilde. Pero cualquier omega y alfa estarían celoso de mí porque puede verte así. Eres bonito.
—¿Sí?
JiMin apenas pudo creerlo. Se cubrió los ojos con su antebrazo.
—Bonito, bonito, eres bonito —YoonGi le susurró cada vez más insistente. Besándolo, debajo de las mantas, en todo el cuerpo. Besó sus hombros a medida que lo llamó bonito, su espalda, la curvatura antes de llegar a su trasero, una de sus nalgas y sus muslos. JiMin se retorció ante las atenciones—. Y te deseo tanto que duele.
Como para probarlo, YoonGi empujó su cadera y su erección rozó contra una pierna de JiMin. El estudiante de fisioterapia jadeó sorprendido ante la dureza. YoonGi tenía razón, debía dolerle. Estaba tan duro como si estuviera en celo. La punta tan sólo estaba roja, gorda y con fugas ya.
Naturalmente JiMin empujó su trasero como una ofrenda hasta encontrarse con el pene erecto de su novio. Como resultado, lo escuchó gemir.
Lo hizo de nuevo. Dos veces más porque la fricción en sus nalgas se sintió demasiado bien. Perfecto.
—Alfa, d-deberías —balbuceó cuando sus pezones fueron deliciosamente pellizcados por las grandes manos de YoonGi. Pronto se sintió como si hubiera entrado en celo también. Todo su cuerpo ardía por aparearse con su alfa—. Yo, quiero, quiero...
—Lo sé, lobezno. Pero por mucho que quieras ser llenado, tengo que prepararte primero.
Con lo muy necesitado que estaba, JiMin pensó que ni siquiera lo notaría. Pero cuando el primer dedo empapado en lubricante de YoonGi atravesó su entrada hasta el nudillo, su cara se arrugó. No sorpresivamente, su alfa lo notó de inmediato.
—¿Te duele, pastelito?
—No me duele, pero... Es raro, ¿incomodo? Tus dedos son más grandes que los míos, así que... Ah. —Cualquier cosa que pudo decir, se interrumpió cuando YoonGi gruñó sobre sus labios.
—¿Te follas con tus dedos?
—S-sólo lo hice durante el celo.
JiMin se evitó la parte donde se folló con sus dedos pensando que era la polla de YoonGi en lo más hondo de su ser. Se sintió demasiado tímido para expresarlo. Porque con la mínima mención, el olor de YoonGi se volvió como un tsunami, sus colmillos de alfa estuvieron totalmente afuera.
—Está bien, te tengo. Tengo una idea
Un grito ahogado de JiMin perforó el aire cuando YoonGi rápidamente se encargó de colocar las piernas sobre sus hombros, de modo que los pies de JiMin tocaron sus orejas.
—Alfa, ¿qué, qué haces?
La posición cambió rápidamente después. Porque con una sonrisa de depredador, YoonGi se sumergió para besar una de sus pelotas. Al instante JiMin se agitó, pero no pudo ir a ningún lado. Su novio lo sujetó fuertemente de las pantorrillas, restringiendo sus movimientos y sin saberlo, cumpliendo una de sus profundas fantasías.
Sin embargo, se sintió como si hubiera tenido contacto con una anguila eléctrica cuando la boca de YoonGi se desplazó hacia el sur y encontró el borde arrugado de su entrada.
—¡A-alfa, eso es sucio! ¡No! —Tan pronto como dijo que no sólo por una vergüenza mortificante, YoonGi presionó la parte plana de su lengua contra su capullo. Luego la chasqueó sobre su piel como si estuviera desaprobando las palabras de JiMin.
—Nada contigo es sucio, lobezno. Quiero devorarte.
JiMin se sonrojó cuando YoonGi comenzó a comerlo por completo. Pero ya no luchó falsamente.
Lágrimas de placer bañaron sus mejillas al sentir la lengua de YoonGi atravesar el anillo de músculos apretados. No podía creer que estaba perdiendo su virginidad de esta forma, era animal, sucio y con YoonGi. Así que todo se volvió perfecto.
Como ya no estaba tratando de escapar, su pareja tuvo la oportunidad de poner las manos en otro lugar y decidió usarlas para separar las mejillas del culo de JiMin, jodiéndolo con su lengua más profundo.
JiMin también quería tocarlo. Quería poner sus manos en los cabellos de YoonGi y tirar, pero cuando un dedo de YoonGi comenzó a prepararlo, olvidó su plan. Sólo se aferró a las cobijas, entrecerrando los ojos. Entre la lengua de YoonGi y los dedos que habían encontrado su próstata, sintió que su vientre se tensaba peligrosamente.
—Creo, c-creo que voy a terminar.
—Termina —YoonGi sólo dijo, sonando ronco e ido también.
—No, por favor, alfa. Sólo quiero terminar contigo.
Su súplica hizo que el alfa se reincorporara. Además de los ojos dilatados, tenía la barbilla machada del lubricante y de su propia saliva porque se lo había comido con un entusiasmo animal. JiMin notó también que, aunque sus colmillos sobresalieron, nunca los sintió cerca de la zona más delicada de su cuerpo.
Su cuerpo se apretó alrededor de nada, notando ese detalle que lo hizo amar más a ese alfa.
—Otro día. Otro día te comeré hasta que termines en mi boca —YoonGi le advirtió, colocando sus palmas a los costados de su cabeza para sostenerse.
Un poco torpemente, las piernas de JiMin se entrelazaron detrás de la cadera de YoonGi. Sus tobillos quedaron entretejidos sobre el trasero de YoonGi.
Sin consultar a su novio, se mantuvo acostado. No porque simplemente quisiera aferrarse a su alfa y tomar todos los empujes, muy mimado, no. Eligió esa posición porque necesitaba ver la cara de YoonGi. Necesitaba memorizar la expresión de YoonGi cuando su polla fuera bien devorada. Fue más o menos como JiMin la imaginó: sus afilados ojos se apretaron tanto como sus labios, mientras su pene entraba lentamente.
Lo disfrutó.
Saber que estaba haciendo sentir bien a su novio, hizo que JiMin se apretara alrededor de él hasta que finalmente lo obtuvo todo dentro. Él sólo pudo respirar de alivio, no de dolor. Por fin consiguió lo que quería. Finalmente se unió a YoonGi de la forma más carnal que sólo pudo soñar antes.
Entonces se aferró a su alfa, muy fuerte. Para sentir cada parte de su cuerpo contra el suyo, cada músculo firme que chocó contra su piel en cada embestida. Y todavía quería más, lo querías más adentro, más.
Así que fue un alivio cuando YoonGi lo tomó de una pierna y lo animó a levantarla un poco sin dejar de abrazarlo como un koala. De esa forma JiMin pudo sentirlo más profundo dentro de él. Como consecuencia, sus pequeños suspiros se convirtieron en claros "Ah, ah, ah, alfa, ah". Ni un poco más racional que eso.
Porque YoonGi era demasiado bueno en esto. Su próstata fue presionada en cada lentamente tortuoso empuje; YoonGi lo jodió suavemente, pero cada vez más profundo. YoonGi lo arrulló cuando estaba sollozando de placer. YoonGi, su todo, los hizo volverse uno solo.
Mirándose a los ojos, JiMin extendió su mano derecha al frente y encontró la de YoonGi también. En silencio entrelazaron sus dedos, mirándose a los ojos y meciéndose juntos.
Porque a pesar de todo, siempre permanecerían juntos.
Aunque los empujes de YoonGi se mantuvieron tan suaves como lo ameritó una primera vez, únicamente se volvió un poco rudo cuando ambos se acercaron al límite, su mano sobre la polla de JiMin no fue un juego. Lo masturbó seriamente hasta depositarlo en el borde.
Antinaturalmente JiMin luchó para que sus párpados no cayeran durante su orgasmo. Necesitaba observar la expresión de YoonGi durante la explosión de placer. Necesitaba grabar para siempre en sus recuerdos cómo la cara de YoonGi se contrajo lindamente y cómo sus colmillos salieron de sus labios mordidos.
—JiMin —Su novio dijo, empujando fuertemente por última vez y haciendo que finalmente JiMin cediera ante la bomba de éxtasis que bloqueó su vista. Una sola palabra lo quebró totalmente. YoonGi había estado callado desde que puso su polla en él y luego habló de esa forma. Nunca había dicho su nombre así, como si JiMin fuera su salvavidas, como si lo deseara tanto que podría morir.
Una vez que JiMin terminó de correrse primero, derramándose sobre sus cuerpos unidos. Hubo un ruido animal y luego YoonGi llenándolo calientemente en grandes cantidades, tanto que parte del semen se derramó fuera de JiMin.
Simultáneamente, YoonGi se derrumbó contra él. Todo su peso cayó sobre JiMin sin mucha gracia, pero no le molestó. En realidad, hizo un ruidito de satisfacción al tener el cuerpo de su alfa sin ningún aire que los separara, fue aplastado perfectamente. YoonGi se sentía pesado, cálido, suyo hasta los huesos.
En ese momento de ebriedad después del orgasmo, intentaron besarse. Aunque realmente sólo mantuvieron sus labios unidos, respirando en la boca del otro. Les tomó un muy buen tiempo recuperar el aliento. YoonGi fue el primero en hablar.
—No quise aplastarte.
—No hay problema, alfa. —Después de decirlo JiMin pensó que YoonGi no tendría que moverse ya. Pero de cualquier forma su alfa comenzó a retirarse. Sacando su pene de su sobreestimulada entrada, aunque lentamente, muy dolorosamente—. No, por favor, no te vayas.
Hizo ojos de cachorro hambriento cuando su novio simplemente le sonrió en disculpa, intentando desenredar sus miembros. Intentar fue la palabra clave porque JiMin no cedió.
—Tenemos que limpiarnos, mi lobito.
—No quiero—JiMin dijo, frotando su nariz contra la de YoonGi. Se sintió naturalmente pegajoso con su alfa justo como escuchó de personas experimentadas en el sexo. Abrazos postcoitales, JiMin recordó su nombre tardíamente—. Quiero oler más tiempo a ti.
Quería oler a la corrida de su alfa. Quería que todos los omegas canadienses supieran que YoonGi puso su semilla en él y no en ellos, incluso si eso no era posible gracias a la lógica.
—No tienes idea de las cosas que me haces —YoonGi murmuró cariñosamente, alcanzando un pañuelo de la mesita de noche a pesar de las protestas de JiMin. También se limpió discretamente a sí mismo, pero eso no se sintió como asqueroso, ni como algo causante de disforia. Ni si quiera le prestó atención por la mueca enfurruñada de JiMin—. No te preocupes tendrás que tomar un baño para que mi olor salga de ti, esto es para no sentirnos pegajosos.
JiMin no se sintió del todo convencido, por eso cuando su pareja terminó de deshacerse del pañuelo y volvió la cama, lo trepó. Entrelazó sus piernas y sus manos, queriendo mantenerlo cerca toda la noche. Quería mantenerlo cerca toda su vida.
YoonGi se rio enternecido, correspondiendo de inmediato a su abrazo. Los cubrió con las mentas, besó la unión de su cuello y hombro. Para luego dormirse en una profunda calma.
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