Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

47

Fue como respirar frío después de estar un tiempo en la ducha y malacostumbrarse sólo al vapor tibio. Fue como una sensación de ahogamiento que lo despertó de la realidad. JiMin respiró hondo, luchando por no caer ante esa asfixia.

Respiró, respiró y respiró. Como si fuera la única cosa que pudiera hacer.

Su ruidoso jadeo fue el único sonido en la habitación antes de que el jugador de hockey hablara. JiMin no se atrevió a mirarlo, estaba demasiado conmocionado. Sus manos se clavaron en sus propias rodillas, temblando.

—Ah, sí, vaya mierda... —YoonGi se rio incómodamente. El sonido hizo eco en el pesado silencio—. Estoy muy agradecido por la oferta, es muy generoso y honestamente es lo que siempre he soñado. Pero, pero... Parte de mi sueño ya está...

JiMin tuvo que levantar la cabeza rápidamente. Sólo para descubrir que el alfa estaba contemplándolo mientras hablaba. Jadeó horrorizado, ¿YoonGi había perdido la cabeza? ¿Enloqueció? La implicación en su discurso fue tan dulce, pero simplemente estaba cometiendo una locura.

—Él lo va a pensar —dijo, intentando hacer algo para que el reclutador no diera un paso atrás—. ¿Puede tener unos días para pensarlo de verdad?

—JiMin, no.

JiMin ignoró la advertencia de YoonGi. El reclutador se unió a él, asintió cortésmente a su pregunta como si su potencial cliente no hubiera rechazado la oferta ya.

—Sí, por supuesto. —Un pequeño gruñido imposible de ignorar hizo que el hombre canadiense finalmente dirigiera su charla hacia YoonGi—. Lo comprendo. El vínculo con nuestros omegas siempre resulta un vínculo, pese a lo cual no puedo darte mucha prórroga. Me quedaré dos días más en Corea y es todo lo que puedo ofrecerte.

El hombre se estiró para darle a YoonGi una tarjeta de plástico con toda su información, algo anticuado. YoonGi la recibió boquiabierto con ambas manos. Sostuvo la cosa tan fuertemente que JiMin temió que se rompiera.

—Piensa a futuro, eres un gran jugador y estoy muy interesado en tu trabajo —le dijo el hombre comenzando a retirarse. Tardó demasiado para el gusto de JiMin, pero una vez que se fue sólo resultó peor. YoonGi colocó la tarjeta debajo de su almohada y olió realmente enojado. Quizás enojado no fue la palabra correcta, la nariz de JiMin detectó un toque de desesperación en el aire.

En silencio y sin ser visto, recogió la ficha del representante y tomó la mano del alfa. YoonGi no lo rechazó, no hasta que notó que JiMin estaba tratando de hacer que tomara la tarjeta.

—No, no.

—Alfa.

—No.

—Él tiene razón. No puedes bromear con tu futuro —insistió, saliéndose con la suya al depositar la tarjeta en la palma de YoonGi.

Sin embargo, no duró mucho, terminó siendo lanzada a cualquier parte de la cama. Sin darse por vencido, JiMin se movió para buscarla hasta que YoonGi lo detuvo, sujetándolo de la cara, obligándolo a que sus ojos se encontraron.

—Tampoco estaba bromeando cuando dije que parte de mi sueño ya está aquí. Mi fantasía es ganar un partido y después encontrarme contigo en las gradas, no es una cosa u otra. Estoy enamorado de ti, JiMin.

Al escuchar la total convicción ajena, JiMin puso sus manos sobre las de YoonGi, disfrutando del calor ajeno. El calor que tanto amaba también.

—Alfa, pero sí me eliges a mí. Significa que también estás renunciando a una parte.

Sin respuesta, YoonGi no le dio más que un ceño fuertemente fruncido. Seguro estaba pensando. No se iba a dar por vencido tan fácilmente.

—El entrenador me ofreció un puesto aquí, como maestro. Tendré que empezar una maestría en educación, pero, puedo tener las dos cosas.

¿YoonGi estaba escuchando las cosas que salían de su propia boca? Hace tiempo había estado tristemente resignado a tomar esa opción. No podía resignarse sólo por JiMin, no resultaría una vida digna.

—Alfa, ¿te das cuenta? Eso no es tu sueño.

—¿Cómo sabes? Me encanta liderar, podría ser un maestro perfecto —YoonGi hizo una mueca de desagrado que no pudo disimular por mucho que lo intentó. Debió resultarle físicamente imposible admitir la última parte.

A pesar de todo, a JiMin le pareció encantador lo aferrado que estaba YoonGi a quedarse únicamente por él. Su alfa renunciaría al trabajo de sus sueños con tal de permanecer juntos. Sacrificó todo por amor.

Así que JiMin también tenía que sacrificar algo por el hombre que amaba.

—No lo dudo, pero no así. No puedo salir contigo sabiendo que te estoy quitando algo. ¿Qué pasa si un día despiertas y me miras con resentimiento porque hiciste una elección poco neutral? —Apenas terminó de hablar, YoonGi le dio una mirada sinceramente horrorizada.

—Nunca podría.

—Pero ese miedo no me dejaría en paz. —Las manos de YoonGi se escurrieron lentamente de su rostro, JiMin las dejó ir. Pero no permitió que sus dedos se deslazaran—. No creo que sea malo, alfa. También creo que me gustaría encontrarme a solas, sabes que así trabajo... Ya me enseñaste las opciones, es mi turno de definirme.

Aparentemente, lo que JiMin dijo no pudo ser más cruel para el alfa.

Los fuertes hombros de YoonGi se desplomaron. Se mordió su labio inferior, mirando tristemente hacia abajo.

—¿Quieres que me vaya?

Dios, la vulnerabilidad en su voz rompió el corazón de JiMin.

—No, alfa. Una parte de mi quiere que te quedes tanto, pero si necesitas un empujón entonces yo voy a ser ese empujón. Lo que quiero decir, es que será bueno para ambos...

No es que JiMin lo creyera del todo, pero probablemente si lo repetía mucho se volvería una realidad. Suspirando, YoonGi lo atrajo para un abrazo y el chico menor se hundió en él.

YoonGi fue dado de alta mucho más rápido que cualquier pronóstico.

De modo que pudo analizar sus opciones correctamente sin estar en una cama de hospital. Al inicio investigó si mudarse era lo más conveniente para continuar su tratamiento y cuando descubrió que había una sucursal clínica muy cerca del estadio donde trabajaría, estalló en carcajadas.

El jugador de hockey se rio histéricamente mirando a su doctor, JiMin había estado ahí. "Tiene que estar bromeando porque esa era mi única excusa para quedarme". Había dicho, para nada divertido.

Teniendo en cuenta que las condiciones eran propicias, YoonGi aceptó.

Aceptó.


De esta forma, transcurrió todo un mes. JiMin apenas pudo pasar tiempo con su novio, él tenía sus últimas evaluaciones del periodo escolar y YoonGi estaba resolviendo todo para mudarse al mismo tiempo que libraba sus exámenes finales. Gracias a que sus días fueron así de apretados, ninguno de los dos se preocupó demasiado del gran asunto. Hasta que la fecha límite se acercó en sus primeros días de vacaciones.

El tiempo se aceró lo suficiente para colocarlos al borde del acantilado: YoonGi se iba el próximo día.

—JiMin, ¿quieres algo para la cena?

JiMin levantó los ojos de su laptop para mirar a sus amigos. Como oficialmente ya se encontraba libre de su escuela, estaba revisando los puestos vacantes en centros de fisioterapia para tener un trabajo de medio tiempo durante las vacaciones. Era lo que siempre hacía en su tiempo libre. Era una forma de aprender y ganar un miserable dinero siendo una persona sin título.

Ahora más que nunca necesitaba hacer algo con todo su tiempo libre, sólo para afrontar el frío hecho de que pasaría la navidad separado de su alfa.

—No tengo hambre —respondió sencillamente a TaeHyung. Apenas deteniendo su actividad.

—Acabas de pasar el lapso saludable para tomar un almuerzo, ¿no me diste un discurso hace mucho tiempo sobre ser saludable?

—Creo que lo hizo —NamJoon apoyó la noción. JiMin sonrió suavemente, amaba y detestaba cuando sus dos mejores amigos se unían en su contra.

—Acabo de ir a casa de mis madres y me dieron galletas de fresa para hacerme sentir mejor.

—Eso no debería detenerte.

Ante la insistencia de TaeHyung, JiMin no tuvo más opción que ser honesto. Le sonrió dulce al beta.

—Mi estómago no quiere alimentos, de verdad. Me siento como un desastre emocional, por eso estoy tratando de mantenerme ocupado. —Señaló su computadora, continuando con su investigación.

YoonGi se va mañana. ¿Cómo puedo pensar en comer? JiMin pensó, casi lo murmuró. No lo hizo, sólo escuchó a NamJoon susurrando para TaeHyung como si los dos conocieran el verdadero significado de la discreción.

—Está bien, Tae. Vamos a dejarlo un momento, necesita procesarlo.

—No lo voy a dejar triste y solo aquí, él no me dejó hundirme y yo tampoco porque...

—Bueno, a diferencia de ti, Tae. Así es la forma en que proceso las cosas —JiMin levantó la voz, para hacerles saber que lo escuchaba. Sus amigos dieron un gritito del susto y se escaparon corriendo de la habitación.

Fue tan divertido que JiMin permaneció sonriendo incluso cuando se abrió la puerta un rato después.

—Ahí está mi sonrisa favorita en todo el mundo, ¿qué es tan gracioso?

—Nam y Tae —JiMin respondió, sonriendo y mirando amorosamente a YoonGi quitarse los tenis con los pies para subir a la cama. Entonces el alfa estaba gateando en su dirección, hasta que no había espacio entre los dos.

—Ese par. ¿Ya comiste algo?

—Bueno, mis mamás me dieron galletas de fresas. Oh, te enviaron unas de chocolate, casi lo olvido.

—Ah, mis adoradas suegras —YoonGi suspiró, abandonando a JiMin para buscar el envío. Lo encontró en la mesa de noche y le dio una mordida. Incluso se atrevió a hablar con la boca llena—. Aunque esto sabe jodidamente bien, no te va a nutrir.

Era un poco divertida la observación viniendo por parte de YoonGi. JiMin sonrió, apenas percatándose que estaba lo suficientemente cerca de su novio para que sus bocas se rozaran. Pudo sentir la sonrisa de correspondencia de YoonGi entre sus labios.

—¿Quieres decir que las hamburguesas gigantes que pedimos sí son nutritivas?

—No sé, ¿quieres pedir una para comprobarlo?

JiMin estaba por negarse rotundamente, pero con las manos del alfa deportista tallando sus muslos y sus respiraciones entremezcladas, se sintió lo suficientemente relajado para tener su apetito de vuelta. Tenía hambre y no náuseas, fue encantador.

—Bueno.

Así que ellos pidieron comida a domicilio como en los viejos tiempos. Con la diferencia de que cuando JiMin se ensució de mostaza, vergonzosamente YoonGi se inclinó para lamer la mancha y después de cepillarse los dientes, se recostaron juntos en su cama, besándose a un ritmo perezoso. Sus manos tocando al otro lentamente por encima de la ropa.

Sin embargo, no podían hacerse los tontos para siempre. En el instante en que se abrazaron, JiMin notó que YoonGi en algún momento debió tomar su ropa de dormir. La ropa que guardaba en si armario para cada pijamada que hicieran. Ese detalle le recordó que, al siguiente día, las cosas nunca volverían a ser iguales.

—¿Quieres tomar tu ropa de aquí? —preguntó, enroscando sus piernas con las del jugador de hockey y tirándolo en un brazo sin espacio de costura.

—No hueles como si quisiera que me la llevara.

JiMin hundió su cara en los pectorales de YoonGi, escuchando como latía su corazón.

Ciertamente no quería.

—No quiero —murmuró ahogando sus palabras gracias al sitio donde estaba oculta su cara. La mano de YoonGi aterrizó en su cabeza, para acariciar sus cabellos suavemente—. Pero creo que la necesitarás.

—Quédatela. En Canadá sólo se usan abrigos y esa mierda.

Hizo reír a JiMin la seguridad de YoonGi, animándose por fin a devolverle la mirada al jugador de hockey.

—Alfa, ¿has estado investigando cómo es el clima?

—No me importa. Además, alguien podría quererlo para anidar, no sé o para macar la ropa con su olor como el lindo alfa que es.

El hecho de ofrecerle dos opciones fue sumamente considerado. JiMin nunca iba a encontrar a nadie como YoonGi. Si YoonGi lo dejaba después de irse a Canadá, no estaba seguro cómo podría enamorarse de nuevo. No parecía una posibilidad, su corazón estaba lleno de YoonGi. Cada gesto, cada caricia, cada beso estaba tatuado en su alma.

—No tendría mucho sentido porque ya no olerá a ti, pero... Gracias. Ese alguien estará feliz por un tiempo. —Incapaz de retenerlo mucho, JiMin permitió que su labio inferior temblara y sus ojos se aguaran. Finalmente se rompió—. ¿Ahora vas a romper conmigo?

Después de esperar los segundos promedios para que YoonGi lo procesara, se ganó una mirada de terror de YoonGi.

—¿Qué estás diciendo, lobito? Claro que no... ¿Cómo podría? Eres mi todo, ni siquiera quería irme porque eso significa que estaré sin ti.

—Bueno.

Asintiendo, JiMin intentó limpiar las lágrimas. Fue de una manera muy torpe porque nuevas siguieron viniendo y su cara volvió a estar húmeda en los segundos. Aunque todo mejoró cuando su alfa le limpió las esquinas de los ojos con la esquina de su sudadera.

Sólo cuando estuvo más tranquilo, YoonGi se lamió los labios y se encogió de hombros, intentando parecer casual.

—Quiero decir, no romperé contigo a menos que no quieras. —Ya que JiMin le dio una completa expresión de confusión, YoonGi se vio en la necesidad de explicarse—. Si te enamoras de otro alfa, no debes sentirte culpable para nada.

La idea horrorizó a JiMin.

—¿Por qué no me sentiría culpable?

—Sé que dijiste que querías encontrarte a ti mismo y si esa exploración implica salir con más alfas, no te detendré. No quiero encadenarte a mí.

—No quiero que vivas con inseguridades —le dijo a YoonGi con total convicción. En ese momento agradeció que habían dejado las luces parcialmente, porque así pudo mirar la mirada triste de su alfa vacilando—. Alfa, no soy HoSeok, eres mío y eso es todo lo que necesito.

—Pero, me iré, ¿por cuánto tiempo? ¿Haremos videollamadas todo el tiempo y luego? ¿Luego qué, JiMin? ¿Por qué tener un novio que está lejos y no puede atenderte correctamente?

—Alfa, sé que es duro—JiMin le dijo a modo de consuelo, tomando la mano de YoonGi y jugando con sus dedos—. Lo sé, ¿debe haber muchos omegas bonitos que no estén hasta corea?

—Eso no está justificado, pastelito. Eres mi luz y todo lo que hay además de ti es obscuridad, ¿cómo podría mirar a...? Ah, ya entiendo. —Más sonriente, YoonGi se inclinó para besarle la punta de la nariz—. Eres muy listo, gracias por hacerme entrar en razón.

Seguramente los dos se sintieron inseguros porque no sabían hacia donde estaba yendo su relación. Pero ahora que YoonGi confirmó que no quería romper, JiMin se arriesgó a hacer un movimiento.

—Estoy a la mitad de mi carrera, podría... Hay muchas universidades en Canadá. Simplemente podría gestionar un intercambio el próximo año. Podría gestionar el cambio antes si mantengo mi promedio. —Jadeó ruidosamente al tener una idea—. Podría gestionarlo cuanto antes.

Incluso si a YoonGi le fascino la idea, quedando en evidencia por lo difícil tragó y su aroma espeso, no pensó egoístamente.

—¿Pero entonces te perderás tu último año de universidad y la terminarás en un país extraño? ¿Te mudarás a un continente del otro lado del mundo?

—Sí —respondió JiMin sin titubear—. Alfa, deja de poner tantos peros. Ese es mi plan. No me iré ahora porque todavía no sé quién soy y quiero descubrirlo en mi propio entorno y después moverme. ¿No estás enojado por eso?

El ceño de YoonGi se frunció.

—¿Enojado por qué?

—Porque no me estoy mudando de inmediato.

—Mierda no. No ha pasado por mi cabeza. Estoy feliz porque puedas descubrirte con tus amigos y seres queridos y puedo visitarte, ¿correcto?

—¿Por qué no podrías? —JiMin no puedo evitar responder con otra pregunta, aunque se consideraba grosero. Estaba demasiado confundido, su cabeza estaba llena de alarmas a causa de la nota de pánico en la voz de YoonGi.

—Porque quieres descubrirte.

—Pero voy a necesitarte alfa y cuando pueda ser valiente por mi cuenta, encontraré un lugar digno a tu lado.

YoonGi lo miró tan profundo que JiMin encontró el lobo en sus ojos, aunque eso no era lógicamente posible.

—Yo también. Seré honesto con mi próximo psicólogo, para mí. Pero porque me haces querer ser una mejor persona, un mejor alfa. —Era un poco complicado como cada nuevo tropiezo los hizo caer, pero después se levantaron juntos y aprendieron cómo levantarse. JiMin creía que se levantarían esta vez, YoonGi también. Debió leerlo en su mirada amorosa—. Lo estamos haciendo bien, eh.

Eso sonó como un eufemismo para JiMin. Después de resoplar divertido se lo hizo saber a YoonGi.

—En realidad nuestra situación es un desastre, alfa.

—Un poco —YoonGi reconoció, sonriendo un poco. Esta vez no fue de tristeza, parecía sinceramente divertido y se veía tan guapo así—. Aunque, estamos planeando un futuro juntos.

Una sonrisa iluminó también el rostro de JiMin. A pesar sus circunstancias, los dos se estaban visualizando juntos. A pesar de lo incierto que sería el futuro, ambos sabían perfectamente que se querían juntos. Era seguro que fue lo único importante.

—Está bien, hagámoslo, alfa. Te visitaré en cada espacio que pueda y nos enviaremos mensajes todos los días, esto es obligatorio. Sólo estaremos separados hasta que uno de los dos esté en condiciones de moverse.

YoonGi hizo un sonido de garganta que lo hizo parecer desinteresado. Pero su chico lo conocía mejor, su mirada intensa y deseosa no mintió. Su alfa también estaba anticipando su reencuentro.

—Sólo hasta entonces.

Sólo un tiempo corto. Se visitarían.

—Mi abuelo me dijo que no te permitiera dejarme, siendo yo mismo —JiMin le contó, echándose sobre su espalda y trayendo a YoonGi consigo. El sonriente jugador de hockey se sostuvo sobre sus codos para no aplastarlo—. Así que eso haré.

Lo dijo más como una amenaza que una promesa. Pero debió ser una amenaza encantadora considerando que la sonrisa de YoonGi se volvió más grande.

—Si se complica... —A mitad de su oración, YoonGi se inclinó para besarlo y JiMin lo aceptó dócilmente. Chupando los labios de su novio pensó que ellos estarían bien. Sólo lo reafirmó cuando YoonGi volvió a hablar—. También puedo correr hacia ti.

—Gracias...

Frotaron sus narices, con los ojos medio cerrados como una forma torpe de desbordar todo lo que sentían. Cuando JiMin abrió los ojos, estaba seguro que su mirada le dijo a YoonGi que lo amaba claramente o su alfa nunca le habría sonreído de esa forma; como si fuera la cosa más preciosa de todo el mundo. Tal vez lo era, YoonGi lo hizo sentir como posible.

—Soy jodidamente afortunado de ser tu alfa, la distancia no me hará renunciar a ti.

No me dejes. JiMin pensó, casi proyectándolo fuera de su mente.

—Sí. —Sólo dijo en cambio, metiendo sus manos en los bolsillos de la sudadera de YoonGi. Su novio se rio por el gesto, también deslizando sus manos dentro.

—Pero vamos a necesitar mucha comunicación, ¿correcto, lobito? Espero que crecer como personas nos haga mejores comunicándonos para que nuestra relación resista.

—Lo haré. —JiMin le aseguró, levantando su cabeza animadamente como un cachorro que aprendió recientemente a reconocer la orden de levantarse—. Daré todo de mí para permanecer a tu lado. Me comunicaré, aunque sea difícil para mí.

Los ojos de YoonGi se suavizaron gracias a su convicción.

—Encontraremos nuestros métodos para que no sea brusco.

—Sí, mi héroe del Metrobús.

Había pasado un tiempo desde que JiMin lo había llamado así. Quizás fue porque pasó de ver a YoonGi como un alfa perfecto, a un alfa con defectos que era perfectiblemente hermoso.

—Mi aliado del Metrobús —YoonGi correspondió a la broma. Casi broma porque lo dijo con tanto amor que JiMin no pudo evitar no estremecerse más cerca de él—. No puedo creer que lo primero que pensé cuando te vi con la omega fue que tendría que golpearte.

Esa nueva información hizo que JiMin levantara la cabeza, completamente consternado.

—¿Qué?

—Sí, pero sólo había visto tu espalda. En cuanto te diste la vuelta, sabía que no estabas mintiendo... Eras bueno, tienes esa amabilidad en tus ojos y creo, creo que en ese momento supe que me iba a enamorar de ti y por eso te empujé fuera del vagón cuando estabas drogado con el sedante.

—¡Fuiste tú!

Era imposible que JiMin se hubiera bajado en una estación aleatoria considerando su estado. Tuvo mucho sentido entonces la intervención de su ahora pareja.

—Te quería a salvo, lobito —YoonGi le afirmó, sonriente de su resentimiento como si fuera un asunto divertido—. A mí no me afectó los calmantes igual que a ti por ser trans. Y pensé que era lo mejor para evitarte el interrogatorio cuando no te lo merecías.

—¿Por qué no me lo contaste antes?

Habían hablado sobre ese día algunas veces antes. Pero YoonGi en ese momento hizo una mueca, algo ruborizado.

—Porque antes no sabía que lo enamorado que estaba de ti.

JiMin no pudo evitar presionar su cara contra el hueco del cuello de su alfa, sintiendo que su corazón latía como si quisiera escapar. Oficialmente concluyó algo: YoonGi estaba loco si pensaba que podría perder el interés en él simplemente por la lejanía. Sí, se iba a otro continente, pero se llevó gran parte de su corazón consigo.

Por lo que Canadá y Corea nunca estuvieron tan cerca, a pesar de toda la distancia física. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro