34
Para el viaje SeokJin consiguió un auto rentado y todos se encargaron de llenar la cajuela con un montón de comida, NamJoon intentó detenerlos diciéndole que los supermercados no estaban lejos de la casa de sus abuelos. Podía ser una casa en las afueras de la ciudad, pero todos los rincones del mundo se habían monopolizado por completo.
—Eso es sólo para el camino —YoonGi respondió, cruzándose de brazos y el resto de alfas deportistas asintieron en acuerdo, TaeHyung no opinó.
JiMin sólo miró a NamJoon darse por vencido sin oportunidad de discutir con todos sus amigos en contra. Como signo de rendición, entró al auto y se sentó en el asiento del piloto gracias a la tecnología. El modo automático resolvería su falta de licencia de conducir.
El ambiente rápidamente se llenó de vida cuando fue el momento de repartir los asientos. SeokJin y YoonGi hicieron una competencia de fuerzas, YoonGi ganó por una mínima diferencia. Entre risas JungKook y JiMin intentaron competir, aunque el resultado fue obvio. Incluso si YoonGi trató de ayudarlo haciendo un poco de trampa, JiMin perdió.
—Yo obviamente tengo un asiento en la ventana —TaeHyung declaró, sentándose entre los enormes jugadores de hockey. Así que había tres alfas fanáticos de correr detrás de un disco y un beta en los únicos asientos.
Nada que molestara a JiMin. Se mantuvo sonriendo, demasiado feliz para mantenerlo oculto. Hasta que accidentalmente hizo contacto visual con HoSeok.
Fue un grave error. A la distancia el jugador de tenis le sonrió como si fueran los mejores amigos, pero no era una verdadera sonrisa. Debajo de la superficialidad amable, había un profundo odio.
La obscura cosa viscosa se proyectó hacia JiMin en tan sólo un segundo y resultó un ataque demasiado abrumador para su tranquilidad. El estómago de JiMin protestó, revolviéndose de una forma que no debería.
—Vamos, lobito —YoonGi lo llamó, tomándolo suavemente de la mano para guiarlo dentro del coche, rompiendo el horrible trance al que JiMin se había sometido involuntariamente.
—¿Dónde iré yo...?
Antes de que cualquiera de los deportistas pudiera moverse para encontrarle un lugar disponible, YoonGi se estiró, sujetó a JiMin en sus brazos y sencillamente lo hizo caer en su regazo. Fue demasiado fácil y cálido. Cálido por todos lados.
—Aquí. —La sonrisa en YoonGi pasó de ser enorme a no estar ahí cuando notó que JiMin no se acurrucó en su regazo como el gatito mimado que era siempre. Porque ciertamente las cosas no estaban como de costumbre—. ¿O puedo hacer que SeokJin me cargue a mí? No pensé que podrías sentirte incómodo, mierda, lo olvidé.
Por un momento, JiMin también quería olvidar. Se tomó el tiempo para darle una linda sonrisa de agradecimiento a YoonGi y hacerle sentir que su interacción no debió sentirse como algo malo. Funcionó considerando que el alfa de hockey lo miró encantado por un largo momento.
—¿Qué pasará cuando te canses? —El estudiante de fisioterapia preguntó, cerrando la puerta del auto.
—Cambiamos posiciones —YoonGi respondió en un encogimiento de hombros. Sonó tan sencillo que estuvo bien para JiMin, no sonó como si fuera a darle problemas a alguien—. ¿Quieres una almohada? SeokJin, dame una.
Fue divertido que YoonGi le quitara el objeto a SeokJin mucho antes de que respondiera. Pero sobre todas las cosas fue lindo que el alfa lo acomodara en su pecho con una almohada para hacer el viaje más cómodo.
JiMin lo permitió. Frotando su cara contra el pecho del alfa, respirando profundamente ahí hasta estar satisfecho.
Tan sólo después, miró hacia el frente perezosamente y terminó por encontrarse de nuevo con los ojos de HoSeok, esta vez a través del espejo retrovisor. El nuevo confrontamiento le habría importado más si YoonGi no hubiera besado su cien, iniciando un relato sobre un partido de básquet que miró la semana pasada en internet.
A JiMin le habría importado más en otra ocasión, pero en ese momento comenzó a quedarse dormido junto con YoonGi.
El viaje fue mucho más ameno de lo que duró y fue divertido porque despertó primero y pudo jugar un juego de manos con SeokJin y TaeHyung sin hacer mucho ruido para no despertar a YoonGi debajo de él. JungKook se unió un poco después de terminar una bolsa de frituras, no interactuó demasiado, pero todavía pasaron un buen rato.
Habría sido bueno que durara más, JiMin sintió eso cuando llegaron a su destino. El viaje había hecho que olvidara la última pelea con su roomie en la que ambos fingieron que nunca pasó.
—¡Ya estamos aquí! —SeokJin exclamó felizmente, intentando bajarse en cuanto una enorme cabaña cubrió todas las ventanas del auto. Excepto que la tecnología no le permitió a nadie desbloquear las puertas porque el auto no se había estacionado por completo y su grito lo único que consiguió fue despertar a YoonGi.
Bajo el ataque de la linda cara hinchada del alfa, JiMin le peinó los cabellos con una sonrisa cariñosa. Suavizando un poco su despertar.
Una vez estacionado el vehículo, SeokJin huyó y JiMin se maravilló por el sitio. La cabaña no era más que la imitación de una cabaña porque en realidad era mansión, toda la madera falsa se trabajó elegantemente haciendo que lo rústico fuera algo difícil de encontrar.
En sus alrededores había una extensión de césped falso. A excepción de un pequeño cuadrado rodeado de una valla. Era un área no más grande que cuatro pasos gigantes, pero todo dentro de ese reducido espacio era césped natural. Las bellas y delicadas flores que crecieron hermosamente en el pastizal también debían ser naturales.
—Bonito, ¿no? —YoonGi le dijo a sus espaldas, tomando a JiMin por sorpresa—. Ese es mi lugar favorito.
—Entonces tienes prohibido entrar al jacuzzi —NamJoon se incluyó en su charla mientras permitía que el auto entrara solo a la cochera de la casa, todo manejado por Kai. Ante la amenaza, YoonGi tuvo que agregar algo rápidamente.
—Mi lugar favorito después del jacuzzi.
La risa de JiMin que vino luego se ahogó entre el sonido del auto abriendo su cajuela automáticamente. El forro de alfombra donde las maletas habían descansado, se movió hasta convertirse en una rampa que hizo caer a todo el equipaje muy suavemente, apilando las mochilas, las unas sobre las otras.
JiMin estaba tomando su maleta de la pila, escuchando a la lejanía la conversación de HoSeok con SeokJin. No prestó demasiada atención al tema que los dos estaban discutiendo hasta que HoSeok se dirigió a YoonGi.
—YoonGi, ¿puedes ayudarme con mi maleta?
La engañosa petición dulce de HoSeok hizo que los seis presentes se quedaran en silencio. Hizo que YoonGi se detuviera a la mitad de su acción de colgar su mochila sobre su hombro.
El alfa movió la boca como si no supiera que decir, evidentemente en conflicto.
Su lucha no fue algo que pasó desapercibido. No para JiMin y su corazón que se estrujó hasta que dolió. Mentalmente rogó porque su héroe se excusara. No sería malo si fuera un poco grosero al rechazar, ¿No había una forma aproximadamente educada de mandarlo al diablo? YoonGi tenía que buscarla.
Pero al final, no fue así. Nunca sucedió lo que JiMin quiso.
—Seguro, dámela —YoonGi aceptó, sin mirar mucho al omega. Todavía fue como una puñalada y JiMin trató de que el dolor no se escuchara en el cambio de su respiración. Intentó no asfixiarse en un repentino sollozo. No resultó tan difícil ya que YoonGi se volvió hacia él, mirándolo cariñosamente protector—. Tú también, lobezno. Puedo cargarla por ti... Y NamJoon, el festejado no se esfuerza, dame eso.
—¿Y nosotros? —JungKook preguntó, refiriéndose a SeokJin y él. YoonGi les mostró los colmillos antes de responder de mala gana.
—Sólo los omegas tienen trato preferencial y JiMin por supuesto.
La jugada de YoonGi había sido completamente increíble. No rechazó la petición de HoSeok, pero le mostró que no era más especial que nadie, ya no tenía poder sobre él y lo más increíble fue la reacción de HoSeok, el omega apagó su falsa sonrisa por un segundo, sabiendo que había perdido un enfrentamiento público. Eso no tuvo precio.
Como todos se movieron hacia el interior de la casa para disipar la nueva tensión, JiMin caminó rápidamente detrás del grupo para no tener un momento a solas con HoSeok.
Sobraba decir que el interior de la casa era mucho menos humilde que el exterior. Que el jacuzzi estuviera en el primer cuarto lleno de ventanales, sólo probó que los dueños de la propiedad invirtieron lo suficiente para tener algo como eso en el interior.
Tan pronto como NamJoon le pidió a Kai que ajustara la temperatura del sitio para estar en traje de baño sin tener un poco de frío, SeokJin se quitó toda su ropa.
—¡Chapuzón de bienvenida!
JiMin no esperaba que NamJoon regañara a SeokJin, aunque tampoco esperó que el omega rápidamente se uniera a él. No pasó mucho para que JungKook también estuviera en la bañera llena de burbujas.
—Espero que el agua esté perfectamente limpia —TaeHyung murmuró con algo de duda, desvistiéndose rápidamente. Para ser un beta y estar adiestrado para buscar la perfección constante, el doblado en su ropa fue bastante mediocre. Los trabajadores domésticos debieron hacer todo por él.
—Únanse —NamJoon les dijo a los únicos dos que faltaban, JiMin y HoSeok. YoonGi había desaparecido en algún momento para colocar todas las maletas que consiguió a los cuartos del segundo piso.
El omega del tenis fue el primero en dar dos pasos hacia atrás, muy sonriente.
—Voy a instalarme en mi habitación. ¿Es la misma del año pasado?
Mientras NamJoon le respondía algo sobre el cambio de cuartos, JiMin se quitó la camiseta y los pantalones. Hizo bolita sus calcetines con una mueca. Eligió no pensar en HoSeok y YoonGi encontrándose accidentalmente camino a sus dormitorios temporales, sólo se centró en entrar al agua con sus amigos.
Hundirse en el agua calientita fue el mejor distractor que JiMin pudo tener. Comenzó a sonreír en grande.
—Ni si quiera esperaron a que dejara sus maletas, que amigos de mierda —YoonGi se quejó en cuanto los vio en el agua. Pero cuando sus ojos hicieron contacto visual con JiMin, le lanzó un guiño—. Menos tú, lobito.
—¿Puedes al menos intentar disimular que tienes preferencia por JiMin? —SeokJin le preguntó con cansancio, intentando lanzarle algo de agua. Ninguna gota llegó a YoonGi, quien levantó ambas cejas a modo de burla.
—No, ¿por qué debería?
—¿Por qué no sólo lo besas?
El único sonido fue el del agua haciendo nuevas burbujas y reventando otras, nadie dijo nada por un momento. Incluso teniendo mucha curiosidad, JiMin no se atrevió a mirar hacia arriba, en dirección de YoonGi, sólo se mantuvo quieto en su lugar. Miró el movimiento del agua con la respiración detenida.
¿El desliz de SeokJin lo delataría? Quizás. ¿O el comentario pasaría desapercibido como el resto de sus bromas? También quizás.
No había nada más que dudas hasta que YoonGi arrugó su cara, imitando a una pasa y tuvo un poco de rosa en sus mejillas.
—Tal vez lo haga. Ahora ahógate —YoonGi retó a SeokJin con un resoplido que sonó más como un gruñido. JiMin se encontró desplomándose contra la pared del jacuzzi de alivio. La broma de SeokJin sólo había sido tomado como una broma. Fue reconfortante y tan decepcionante al mismo tiempo.
—¿Por qué no vienes aquí y me ahogas?
—Dame un minuto para ir por mi traje de baño y con mucho gusto lo haré.
—Te reto a hacerlo ahora mismo. —Fue evidente que todo era parte de su rutina de broma que SeokJin y YoonGi solían tener. Pero tan pronto como el capitán de hockey dijo eso, el mejor jugador de su equipo se tensó—. Sólo entra.
Era algo realmente simple, sólo tenía que quedarse en ropa interior. Entonces, ¿por qué pareció como un gran problema para YoonGi? JiMin no lo entendió y quería desesperadamente hacerlo.
—No.
—¿Qué pasa? —JungKook preguntó, un poco preocupado. No demasiado como se sintió JiMin, sus feromonas se amargaron de la mera preocupación, su misma mirada se llenó de miedo al observar a YoonGi retroceder.
—Nunca hemos visto a YoonGi sin su traje de baño. Puede estar sin camiseta, pero no sin los pantalones negros —NamJoon susurró para JungKook. Por un momento JiMin recordó que no era el único miembro nuevo en ese círculo social, JungKook también.
Excepto que después lo olvidó porque YoonGi se agitó. Cualquier persona podría ver eso. YoonGi no solía evitar las miradas, ni encorvar sus hombros, normalmente no se veía tan pequeño como un niño perdido en el supermercado.
Impulsado por la necesidad de consolarlo, JiMin comenzó a levantarse.
—Alfa YoonGi...
Pero no hubo tiempo de llegar a él.
—Volveré en un segundo —Anunció un nerviosamente YoonGi y seguido de eso se fue, únicamente se fue. Si bien nadie intentó prestarle demasiada atención, no funcionó para JiMin. Él trató de calmar su paranoia, pero se extendió durante todo el día.
El molesto presentimiento solamente se detuvo en el momento en que preguntó. Cuando todos estaban comiendo pastel en el comedor de la cabaña.
—¿Todo está bien, alfa YoonGi?
Algo en YoonGi trató de luchar por decirle y otra parte en ocultarlo para siempre. Tardó un momento, pero finalmente murmuró algo con los labios apretados. Una respuesta que complació a JiMin lo suficiente por el momento.
—Te lo diré después.
Y luego le dio una cucharada de pastel, alimentándolo tiernamente.
Sólo que ese después se volvió en medio de la noche. JiMin no esperó que mientras estaba durmiendo en una colchoneta junto a SeokJin con mantas improvisadas, sintiera pequeños golpecitos en su hombro.
—Lobito... ¿Quieres venir conmigo a una aventura?
Incluso antes de que estuviera despierto completamente, JiMin se encontró asintiendo. Tropezó un poco al intentar ponerse de pie apresuradamente, pero estuvo bien porque YoonGi lo sujetó de la cintura y lo guio fuera de la habitación de alfas, los omegas estaban durmiendo juntos en otro sitio.
Así que no fue difícil para los dos alfas escabullirse hacia dónde estaba el jacuzzi a mitad de la noche estrellada que se observó detrás de la pared de ventanas. La vista fue maravillosa porque mostró algo que la ciudad normalmente no.
—Pensé que iríamos a otro sitio —JiMin admitió, mirando cómo YoonGi se arremangó su pantalón de dormir y después se sentó en la orilla de la piscina burbujeante lo suficiente para que el agua le mojara sólo las pantorrillas. Imitó a su héroe, decidiendo que era buena idea.
—Lo lamento. No tuve el mismo tiempo que todos en el jacuzzi y preguntaste sobre eso...
—Hay algo que te hizo sentir mal, ¿verdad alfa? —Su voz suave y dulce aroma consiguió que YoonGi asintiera sin ninguna resistencia.
—Sí, pero es algo que siempre está ahí y rara vez se va. —La lengua de YoonGi lamió lentamente su labio inferior. Como si estuviera usando la resequedad de su boca como una excusa para alargar su tiempo de silencio—. Honestamente, no me gustan mis piernas.
Bueno, eso había sido inesperado. Pero JiMin no lo juzgó, sólo inclinó la cabeza. YoonGi se miró lindo en ese ángulo torcido.
—¿No?
—No importa el calor, no voy a usar pantalones cortos. Tampoco estaré en los vestidores sin pantalones porque me hace sentir incómodo. Insuficiente, como un omega... Porque son piernas de omegas. —¿Piernas de omega? JiMin se lo preguntó a YoonGi con una cara de confusión, sin atreverse a interrumpirlo. No se atrevió a hablar porque parecía que YoonGi necesitaba desahogarse del agua que estuvo tragando mucho tiempo. Fue maravilloso que el alfa consiguiera leerlo sin la necesidad de palabras—. Ese es el jodido estándar de belleza. Cuando era demasiado joven todos me dijeron que mis piernas me conseguirían el mejor... El mejor jodido alfa, ¿puedes creerlo? ¡Era asqueroso como la mierda! Los omegas no son productos de venta y detestaba que me recordaran lo que soy en el fondo... Por eso, uh, me producen una disforia terrible. ¿Divagué?
YoonGi se frotó la nuca, algo avergonzado por su ataque de honestidad.
El estudiante de fisioterapia apenas le prestó atención a eso, estaba muy concentrado repasando la última parte. Disforia. Ahí estaba una palabra que JiMin conocía gracias a todos los blogs y sitios webs en los que navegó, pero no era una palabra bonita. Significaba que YoonGi sufrió significativamente por algo que no dependió de él.
—Alfa...
—Por eso nunca dejo el maldito traje de baño.
—Sabes que no tienes que usarlo conmigo —lo consoló JiMin, intentando tomar la mano contraria. No lo consiguió ya que YoonGi se levantó para sacarse el pantalón. Ese fue un gesto de confianza mucho más simbólico que tomarse de las manos, fue mejor.
—Lo sé, lobito. —El alfa menor le sonrió a su héroe, cuando YoonGi volvió a sentarse los acercó a un abrazo de costado, consiguiendo que JiMin descansara en uno de sus sitios favoritos, el hombro de YoonGi—. Gracias por hacerme sentir que no hay nada mal conmigo, me gustaría devolverte el favor.
Eso hizo que JiMin se disparara en un estado de alerta confuso.
—Pero, yo no...
—¿Cintura de omega? ¿Eso no te suena familiar? —Ante la mirada pellizcada de YoonGi, JiMin se desinfló y volvió acurrucarse contra el alfa. Estaba derrotado—. ¿No crees que somos muy parecidos? Es como, también estoy obligado a actuar de cierta forma para ser aceptado un poco.
¿YoonGi tenía una versión suya de querer comprar bolsos de omegas? Parecía imposible. Nuevamente JiMin se apartó, eligió no volver al refugio cálido que era YoonGi para mirarlo de lleno.
—¿Renuncias a cosas que te gustan?
—No es un sacrificio total porque me gusta mucho el comportamiento estereotipado de un alfa —admitió con un encogimiento de hombros—. No es igual para todos, tengo mayormente suerte, pero sí oculto algo. Como, nunca le he dicho a nadie que soy muy bueno tejiendo porque quiero el jodido cispassing.
JiMin hizo un sonido de sorpresa que fue más una respiración atascada. De todas las cosas que YoonGi pudo haber ocultado, esa habría sido de las menos inesperadas.
—¿Qué? ¿De verdad? ¿Eso me vuelve el primero? —YoonGi hizo un ruido feliz ante su sonrisa gigante. Respirando hondo, el alfa menor intentó ser serio. Controlar su enamoramiento para ser una aportación, fácil—. Pero tu gusto por los gatos o tejer... No deberías ocultarlo. En un sitio web leí que el cispassing no debía ser la meta máxima, alfa.
—Lo sé, pero sigue siendo mierda —YoonGi reconoció en voz baja, lo suficientemente apenado para no mirarlo.
Porque sabía que no era una buena aspiración, pero todavía lo quiso.
Con un asentimiento, JiMin miró hacia arriba. En la melancolía, en compartir sus sueños tristes que se tejían juntos secretamente, en ese momento especial cerró los ojos y admitió un poco del amor que tenía por su héroe.
—Me gustan mucho tus piernas. Creo que son piernas de un alfa.
—Me gusta la forma en que te vistes ahora —YoonGi le devolvió el cumplido, girándose un poco para mirarlo mejor, JiMin también.
—Me gusta tanto tu espalda. —Eso quizás había cortado un poco el sentido de los halagos y JiMin trató de arreglarlo rápidamente, un poco asustado de mostrar su enamoramiento del tamaño de un edificio—. Es que es de un alfa deportista.
—No hay nada más hermoso como tus ojos.
Pero YoonGi no continúo justificando sus cumplidos. Se desvió completamente del sentido que habían establecido cortamente en intentar reconfortar al otro sobre las dudas en su rango.
—Me gusta la cicatriz de tu cara porque me recuerda al día en que te conocí.
—Me gusta cómo te sonrojas fácilmente sólo por mí —YoonGi le puso una mano en la mejilla y JiMin se coloreó hasta las orejas—. De eso hablo... Y tu olor avergonzado.
Como para presentar el sujeto mencionado, el aroma de JiMin se hizo tan dulce como un brownie. El dueño murmuró en desaprobación sobre el intento de protagonismo.
—Ya dije que me gusta tu olor. Pero lo repito, es muy masculino.
Las manos de JiMin terminaron en los hombros ajenos, de alguna forma consiguió manos sobre su cintura, apretándola deliciosamente. Con cada cumplido, los dos se acercaron más. Gravitaron más cerca del otro, cada vez más involuntariamente, cada vez más hechizados en encontrar detalles que conocían de memoria y merecían una mención.
—Tus hombros son muy atractivos.
—No tanto como tu cuello.
—Un cuello no puede ser atractivo —JiMin rebatió entre una risita aguda de mera vergüenza e hipnotizado por el sonido, YoonGi se acercó con una sonrisa. Sus cuerpos finalmente desconocieron el espacio personal hasta que sus alientos comenzaron a entremezclarse.
El calor de YoonGi, el aroma, el agarre seguro que colocó en su cintura hizo que JiMin suspirara de placer. Pero no era suficiente, quería más. Estar tan lleno de su alfa hasta que no pudiera pensar en nada más, ahogarse en la presencia que amaba.
—Los hombros tampoco, supéralo.
Hubo una risita compartida que se terminó una vez que YoonGi habló con su voz más profunda de lo normal. Su mirada cayó de los ojos de JiMin a otro sitio.
—Amo tu sonrisa, yo... Amo tus labios. Son tan...
—¿Tan qué? —JiMin preguntó en un susurro. No hizo falta hablar más alto para ser escuchado o reventaría la burbuja frágilmente construida.
¿Fue su imaginación o YoonGi se estaba cercando? ¿Él también se estaba levantando para perseguir los labios de YoonGi? ¿Fue cuando sus narices se rozaron o cuando sus ojos comenzaron a cerrarse que comprobó que no era su imaginación? "¿Por qué no sólo lo besas?" SeokJin se había burlado y JiMin se preguntó lo mismo, desesperadamente hambriento: ¿Por qué no sólo me besas, alfa?
Contuvo la respiración bruscamente a la espera de los fuegos artificiales y su sueño cumplido. Sus dedos se arrugaron sobre la camiseta de YoonGi, tirándolo más cerca con tal de probar su boca YoonGi inmediatamente. Su alfa hermoso finalmente le mostraría las estrellas.
Sin embargo, no sucedió nada.
Las luces de toda la cabaña se encendieron, junto con una voz que interrumpió toda la escena. JiMin por mero instinto saltó al agua y YoonGi se dividió entre mirarlo incrédulo o a las personas que acababan de llegar.
—Oh, chicos, nosotros también tuvimos la misma idea —JungKook anunció no muy felizmente al ser interrumpido en su momento a solas. SeokJin apenas dijo una palabra, todo somnoliento—. ¿JiMin estás en el agua con tu ropa de dormir?
En respuesta, JiMin se hundió en el agua y resopló haciendo burbujas. YoonGi lo miró desaparecer sin decir nada, demasiado aturdido para pensar claramente.
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