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30

YoonGi envió un último mensaje de texto. Uno último, sólo porque el penúltimo, ni el antepenúltimo tuvieron respuestas. Sólo por eso, lo intentó de nuevo. Escribió algo como: "Lobito, te conseguí una invitación para mi partido. ¿Tienes una práctica? Jodidamente quiero verte ahí. Sin presiones de mierda, te quiero". No era seguro que dijera eso, porque lo escribió y borró tantas veces que las letras en la pantalla se vieron todas iguales.

Únicamente paró la tortura, al presionar el botón de enviar.

JiMin había estado conectado en la aplicación de mensajería. Pero cuando su mensaje salió, la línea azul debajo de su foto de perfil (Ddochi dormido en un ángulo poco favorecedor) desapareció en un segundo.

Frustrado, muy cerca de gruñir, YoonGi apagó la pantalla de su tableta.

—¿Qué pasa, YoonGi?

—No te preocupes, JungKook —le aseguró al menor del grupo mientras jugaba con la manzana del almuerzo, era lo único que quedó en su bandeja de comida. Sus almuerzos ahora se habían reducido a la comida universitaria, con sus amigos de hockey. Como si JiMin nunca hubiera entrado a su vida para sembrarle un jardín de flores—. Es sólo JiMin.

Sólo JiMin convirtiéndose en una sombra.

—¿Qué tiene JiMin? —NamJoon le cuestionó, aparentando tranquilidad. Aunque por dentro un pinchazo de pánico corrió por su espalda, compartió una mirada secreta con SeokJin para comunicarse.

Por un momento YoonGi no dijo nada. Al final lo hizo porque necesitaba compartir sus teorías con alguien o

—Estoy seguro que me está evitando...

La manzana volvió a la bandeja, YoonGi perdió los ánimos para comerla.

—¿JiMin? —Preguntó SeokJin un poco más fuerte para que sonara normal. Por fortuna, YoonGi no lo encontró extraño. El alfa Min hizo un pequeño ruido antes de comenzar a hablar, un sonido realmente roto.

—Canceló todas nuestra reuniones y le he estado enviando mensajes, pero apenas los responde. Nuestras llamadas duraban horas y ahora sólo cinco minutos. Tiene excusas tan aleatorias que me hacen... —YoonGi se mordió los labios—. Me hacen pensar que me está evitando.

NamJoon y SeokJin se tensaron, rápidamente intentaron decir algo que pudiera distraer a YoonGi. JungKook se puso algo pensativo y habló, mucho antes que sus dos amigos.

—Es cierto que lo he visto más en la habitación.

NamJoon y SeokJin retuvieron el aliento, se miraron, se asustaron porque no tenían idea de que hacer. JungKook iba a revelar todos los secretos de JiMin.

—¿De verdad? —YoonGi formuló la pregunta con una voz más frágil de lo normal. En sus palabras agudas se escuchó todo su vulnerabilidad y miedo por confirmar sus sospechas. Realmente no quería saber si tenía razón, no quería confirmar con datos reales que su lobezno lo estaba evitando. ¿Por qué la cosa más bonita de su vida estaría huyendo de él? Eso era ridículamente doloroso, no tenía sentido alguno.

—Pero creo que es porque ya no sale contigo. Todo el tiempo está estudiando. Eso parece poco saludable.

Los jugadores de hockey que conocían el verdadero motivo por el que JiMin había estado tan ausente, respiraron aliviados por el comentario de JungKook. YoonGi también. Recuperó un poco de su tranquilidad al saber que no estaba perdiendo a su luz de día, no del todo.

—Debería responder a mis mensajes —murmuró, apoyando toda la espalda en el respaldo de su silla—. Entiendo si no quiere tenerme en su habitación porque puedo ser ruidoso, aunque no esté haciendo nada. Pero los mensajes sólo le tomarían un segundo y sería jodidamente feliz con un punto. Lo hará feliz también, si está estudiando tan duro no debe estar tomándose el tiempo para divertirse.

Los labios de YoonGi se fruncieron a causa de la frustración. Toda la situación lo estaba poniendo malditamente nervioso. Después de haber tenido tanto de JiMin y no tener nada, sentía que le habían quitado una parte importante de sí mismo. Algo suyo, suyo, de nadie más.

—¿Olvida responderte quizás? —NamJoon sugirió demasiado dudoso para que no fuera sospechoso. Se ganó una mirada prolongada de YoonGi que lo puso nervioso.

Fue como si YoonGi estuviera leyendo su mente, encontrando los pensamientos que relevaban que únicamente estaba cubriendo a JiMin.

—¿Podrías recordarle? No espero que le digas nada más porque también eres su amigo. —Más de lo que YoonGi era en ese instante sí—. Y no quiero invadir su espacio, no sería correcto. Sólo recuérdale que también existo, ¿sí? Lo espero con ansias. Estoy contando los días para que terminen sus exámenes y pueda tenerlo de vuelta.

El anhelo crudo de YoonGi hacia JiMin era casi palpable. Una cosa hambrienta que pareció extenderse por toda la mesa de los jugadores de hockey, buscando al estudiante de fisioterapia.

NamJoon se sintió culpable por la triste aura que su amigo comenzó a emanar e intentó arreglarlo de alguna forma.

—Ah, está bien, Hyung. Eres demasiado intenso.

¿Intenso? ¿Justo como le dijo HoSeok cada vez que él intentó hacer un movimiento romántico? YoonGi sintió que cada parte de su cuerpo se volvía de roca. Una oleada de pánico lo hizo sujetarse fuertemente de la mesa, sus dedos tomaron tan fuerte el borde que sus nudillos se volvieron blancos. No podía ser. Mierda, ¿acaso JiMin se había sentido igual de sofocado que HoSeok? ¿YoonGi lo asfixió y JiMin se quedó sin aire para soportarlo?

No hubo nada que asustara más a YoonGi que esa horrible perspectiva.

—¿Eh? ¿Por qué reaccionas así? ¡Era broma, broma!

Gracias a los gritos de NamJoon, YoonGi se obligó a entender que nada fue dicho en serio. Él podía ser intenso con su lobito porque JiMin lo quería con la misma fuerza. No debía confundirse.

¿Correcto?

—¡Todos podemos actuar como JiMin para que no lo extrañes! —SeokJin exclamó, intentando ser más gracioso que nunca. Entonces fingió volverse un poco más tímido, más pequeño—. Alfa, por favor, enséñame tus músculos de alfa.

YoonGi abrió la boca. Avergonzado y molesto por la broma de mal gusto.

—Mi lobezno n-no...

—YoonGi alfa, ¿puedes contarme tu historia más genial? —NamJoon se unió, tirando de la camiseta de YoonGi. De pronto todos sus amigos comenzaron a invadir su espacio personal, jugando a ser JiMin y tocándolo de la forma en que JiMin lo hacía.

—Alfa, puedo reconocer tu marca de olor en donde sea.

YoonGi gruñó, intentando sacarse a los tres jugadores de hockey de encima.

—¿Tú también, JungKook?

—YoonGi alfa, juegas hockey tan bien...

—¡Tu olor es tan bueno!

—¿Puedo tener otra marca de olor?

—¿Podría chuparte la polla por ser tan genial, alfa?

—Vete a la mierda, idiota. —YoonGi refunfuñó las palabras a la persona que soltó la última broma, SeokJin. Le lanzó la manzana, pero no hizo el daño que quería porque Jin la atrapó rápidamente. Su tiro habría sido mejor si toda su sangre no hubiera ido directamente a su cara, incluso su pecho se sintió algo caliente—. Todos ustedes son unos idiotas. Espero que se disculpen con JiMin pronto.

Levantándose bruscamente, YoonGi se alejó con pasos gigantes.

—Está tan avergonzado —Jin señaló lo obvio—. Nunca lo había visto de ese rosado.

¿Bromas sobre HoSeok? Esa tontería estaba en el pasado, lo del día era molestar a YoonGi con JiMin. Tenía reacciones el doble de grandes.

—Porque te escuchaste igual a JiMin —JungKook apoyó al capitán del equipo. Estaba bastante divertido, aunque no estuviera al tanto de todo lo que sucedía entre su roomate y YoonGi.

—Al menos dejará de preocuparse de eso por un rato —SeokJin se levantó de su asiento—. Mientras JiMin tiene una cita con otro alfa.

—JiMin dijo que no es una cita.

—Ajá. —Fue lo único que respondió al comentario objetivo de NamJoon porque ajá, eso no era una cita y él nació ayer. Antes de marcharse se volvió para darle una pequeña advertencia a su no novio—. No le digas nada de esto a YoonGi.

—¿No decirle nada? Creo que me estoy perdiendo de algo, ¿debería preocuparme?

—No, no es nada. NamJoon y yo lo resolveremos pronto y JiMin y YoonGi estarán bien —SeokJin le aseguró, recogiendo sus cosas y marchándose con mucha naturalidad. Entonces se encontró a JiMin afuera de la universidad.

El estudiante de fisioterapia había estado esperando nerviosamente. Acomodó todos los objetos dentro de su bolso más de tres veces, en busca de matar el tiempo. Dios, ¿todavía podía correr sin mirar atrás? Había tratado de cancelar la reunión, pero SeokJin no se lo permitió.

—No me siento cómodo en esto —Fueron sus primeras palabras al ver a SeokJin. Apenas se le entendió, su dicción se volvió un desastre, sus manos se hicieron puños.

—Sólo será un almuerzo —SeokJin le aseguró y JiMin se obligó a relajarse. Él extrañaba desesperadamente a YoonGi. Nadie lo trataba como YoonGi, delicadamente y al mismo tiempo con mucha fe sobre que su resistencia. Pero el alfa a su lado, no era YoonGi, así que JiMin tristemente se tragó todas sus quejas. Caminó con los hombros hundidos—. Mi consejo más útil es que no trates de comparar a este chico con YoonGi, sino con un omega.

Era fácil de decir, no de hacer.

Sobre todo, cuando llegaron al restaurante y se encontraron al alfa. JiMin no era una persona que juzgara a los demás en apariencia tan pronto los conocía, absolutamente no. Pero esa ocasión fue la excepción, ya que su mirada viajó por toda la ropa arreglada del alfa. Tenía un estilo formal, demasiado pulcro. Tan diferente al estilo de delincuente de YoonGi.

El delincuente más guapo.

JiMin sacudió la cabeza, tratando de batear la primera comparación. Intentó regresar al presente.

—Y este es JiMin —SeokJin dijo de pronto. Quizás no tan de pronto porque quizás JiMin se había perdido la parte de la presentación. De la sorpresa parpadeó lentamente. Ni si quiera había mirado correctamente a quien sería su acompañante por el resto de la tarde. Ahora no podría preguntar su nombre.

El alfa de ojos azules y cabello rubio le sonrió.

Bueno, YoonGi era más guapo. Se veía mejor en su cabello negro y ojos obscuros, su cara era más interesante con la cicatriz de su ceja a mejilla. El jugador de hockey podría parecer menos atractivo ante los estándares de belleza que halagaba a los rubios desabridos, pero JiMin nunca vio a nadie que tuviera el encanto de YoonGi. Nunca hubo nadie más irresistiblemente atractivo.

—Encantado de conocerte, JiMin. —JiMin le devolvió la sonrisa al alfa por mera cortesía.

Cuando se sentaron en una mesa del fondo, por desgracia lejos de la ventana, el alfa sin nombre sacó la silla para que se sentara en ella y ordenó por él. Fue un poco similar a como YoonGi se comportó en sus clases de alfa y abismalmente diferente a la única cita omega que JiMin tuvo en la escuela secundaria.

Ella había esperado que JiMin tomara la iniciativa, pagara la cuenta, le diera cumplidos sobre su apariencia.

El alfa frente a él no.

¿Significaba que él era el omega de la cita? JiMin se quedó en blanco mientras comía mecánicamente.

Los palillos entraron en su boca sin problemas. Su memoria corporal se encargó de no hacerlo parecer raro, ya que su mente había tomado sus vacaciones navideñas adelantadas.

Era demasiado complicado pensar si así funcionaban las relaciones de los alfas. ¿Simplemente elegían al de apariencia más suave para ser un omega y al otro un alfa? ¿Así habría sido su vida si se hubiera presentado como un omega? ¿Eso le disgustaba? JiMin bebió de su agua más fuerte hasta casi ahogarse. ¿Le molestaba ser tratado como un omega o le gustaba? ¿Por qué había más preguntas en su cabeza al tratar de responder sólo una?

Miró a SeokJin pidiendo ayuda, pero el alfa estaba mirando su tableta con aburrimiento.

YoonGi probablemente tendría un buen consejo.

YoonGi probablemente estaría tomando su mano, contándole algo único y haciéndolo sonreír sonrojado.

Pero YoonGi muy seguramente estaba en ese preciso momento con HoSeok. ¿Habrían vuelto ya? JiMin tenía mucho miedo de preguntar, cada vez que estuvo cerca de NamJoon y la pregunta colgó en sus labios, se arrepintió. Su corazón no soportaría una respuesta positiva, pero las especulaciones eran igual de dolorosas.

Tenía que cortar esa carga de pensamientos. Dejarla caer el vacío.

—¿Qué estudias? —JiMin le cuestionó al alfa, tratando de arrastrarse al presente. Saboreó un poco más la comida para concentrarse.

—Medicina.

—Oh, ¿en serio? —Y con esa corta respuesta bastó para que JiMin comenzara a interesarse un poco más en la conversación. Fue agradable, hablar con otro estudiante de su misma área siempre le pareció enriquecedor. Llegó a disfrutar un poco de la charla.

—El doctor Lee es un desastre si consideras que consiguió hacerle eso a un muñeco de práctica.

JiMin se rio detrás de su mano y colocó la otra sobre la mesa. A lo mejor fue que su risa cálida creó una agradable atmosfera porque el alfa de medicina trató de alcanzar su muñeca. Pero apenas estaba poniendo un dedo sobre la piel ajena, JiMin se estremeció, levantándose.

—Necesito ir al baño.

No esperó una respuesta, fue al baño en movimientos demasiado torpes.

—¿Todo bien? —SeokJin le preguntó y el único motivo por el que debió haber recordado su promesa de cuidar a JiMin fue porque su mesa estaba junto a la puerta de los sanitarios.

JiMin simplemente asintió.

Sí, estaba todo bien. El toque había sido bueno, pero no increíblemente satisfactorio como cuando recibía sus marcas de olor de YoonGi.

Al regresar a su mesa, intentaron retomar la comodidad de la charla y estuvo bien. Las cosas estuvieron bien, no maravillosas, hasta que llegó el momento de la cuenta y el alfa insistió en pagar por ambos. JiMin no sintió la necesidad de hacerlo por los dos. Nada como su necesidad de pagar cada cosa que el jugador de hockey quisiera, pero todavía quiso poner su parte.

—No, no, déjame darte el dinero. Puedo hacerte una transferencia —JiMin explicó, como cada vez que su abuelo intentaba negociar e intentó sujetar la tarjeta de crédito ajena. Un vistazo le serviría para saber a que número tenía que hacer el depósito.

—Si pagas significa que el encuentro no salió bien.

El chico de medicina le guiñó un ojo.

—Alfa YoonGi, está bien, puedo...

—¿Alfa YoonGi? —El extraño preguntó, mirándolo burlonamente— Estoy seguro que ese no es mi nombre.

Bueno, JiMin había dicho eso, su boca lo odiaba lo suficiente para traicionarlo de esa manera. En un intento de ocultarse, cubrió su boca. Se volvió rojo en lugares del cuerpo que no deberían sonrojarse. Como sus orejas o su cuello.

—Lo lamento, lo lamento mucho —chilló, ardiendo en pena.

—¿Quién es YoonGi? —El chico le preguntó, menos posesivo y más curioso.

Esa era una pregunta interesante que JiMin podía responder de un montón de formas: El alfa de sus sueños, su héroe, su alfa. Eligió la opción más decente.

—Es mi mejor amigo...

La sonrisa del alfa sin nombre se volvió más grande.

—Déjame adivinar. ¿Enamorado de tu mejor amigo hetero? —En respuesta JiMin gimió en las palmas de sus manos—. ¿Teniendo una cita con alguien más para olvidarlo?

—No, no, esa parte no. No estoy tratando de olvidarlo, no creo que esto me funcione. Sin ofender —agregó rápidamente. Porque eso había sonado muy ofensivo y nada lo arreglaría—. Sólo estoy tratando de descubrir si me gustan los alfas o es sólo él.

—No quiero saber a qué conclusión llegaste. Mi ego saldrá herido —hubo un suspiro dramatizado. JiMin se rio suavemente, los alfas y sus tontos egos. Esas cosas le gustaban. El desconocido aprovechó el momento feliz para soltar una advertencia algo fría—. Seas gay o bisexual, aléjate de tu amigo hetero. Un enamoramiento como esos siempre sale mal, esos chicos nunca ven a otros alfas.

Eso era un buen consejo. JiMin asintió con su cabeza en un pequeño lío, su corazón estaba aún peor.


Esa misma noche, JiMin fue a la cafetería de gatos para pensar. Ordenó la charola de galletitas en forma de gatos que había pedido YoonGi la última vez.

—¿Hoy no ha venido tu novio? —La misma mesera de su última visita le preguntó, sonriendo con algo de curiosidad y JiMin tardó un minuto en procesar que se refería a YoonGi. Se rio dulcemente y no lo negó de inmediato porque disfrutó de la sensación de las personas pensando en YoonGi y en él como una bonita pareja.

Sin duda, serían lindos novios.

—Hoy no. Pero no es mi novio —Su frágil aclaración hizo que la chica borrara la curiosidad de su cara para darle paso a una gran máscara de miedo.

—No se lo digas a mi jefe.

—No lo haré —JiMin le aseguró, agitando la cabeza fuertemente para que ella supiera que su promesa era real. Sólo que la trabajadora se marchó un poco como si hubiera visto un fantasma, él no puedo evitar reírse de eso.

Comió galletas y después se movió a la zona de los gatos.

Se recostó en el suelo como había hecho con YoonGi y atrajo a los felinos para acariciarlos con bolas de estambre.

Entonces sus pensamientos lo invadieron. Su mente se empeñó en tratar de conseguir una conclusión después de mucha investigación.

Había tenido mucha teoría; Gay no se había derivado de un idioma inglés como todos pensaron, tenía un significado bonito. Bisexual se explicó por sí solo, quiso decir ambos, omegas y alfas. Los foros de la comunidad gay y bisexual eran muchos más que de la comunidad transexual, pero eso no quiso decir que tuvieran mejores experiencias en su salida al clóset. No todos tuvieron una buena historia, JiMin se entristeció al leer.

En cuanto a la práctica. Su cita con el alfa había sido un poco extraña pero funcionó. Había notado las diferencias que había entre un omega y un alfa. Asumir algunos roles sociales. Roles feos, los únicos roles que le gustaban eran los de canela.

Sin embargo, ¿no era gay porque no había querido que el alfa de lo cita lo marcara? ¿Era bisexual porque tuvo una novia omega?

—¿Qué diría alfa YoonGi ahora? —se preguntó en voz alta.

Se lo imaginó y YoonGi probablemente diría una cosa similar de: "Todo lo que sientas está bien. Sólo sé honesto contigo, lobito" Le habría dicho lobito definitivamente, presionando un beso un abrazo de consuelo. Cualquier contacto cargado de su aroma.

JiMin se relajó un poco. Su cuerpo se hundió más en la alfombra.

Es cierto. Él no tenía que ponerse ninguna etiqueta. Nadie estaba esperando una respuesta, podía tomarse todo con calma y mucho más sencillo de lo que estaba haciendo. ¿Buscando respuestas en otras personas? ¿Investigando en internet sobre las primeras parejas LGB+ que salieron del closet? ¿Teniendo citas para comprobarlo? Nada de eso funcionaría de no ser honesto consigo mismo. Sólo era él.

Nadie podía darle una respuesta más que él mismo.

Se preguntó sinceramente: ¿Cuándo fue la última vez que un omega le pareció atractivo? Y se respondió con la misma honestidad. En realidad, nunca.

Su novia de secundaria era bonita como una muñeca. Pero no hubo un momento en el que JiMin se sintió cómodo estando en una relación con ella. A veces pensaba sobre lo linda que ella era como una omega, toda suave en sus rasgos, su olor para calmar alfas, su piel brillante.

Ese sentimiento no debió ser otra cosa más que admiración y envidia tal vez. Había una diferencia entre gustar de alguien y querer ser como ese alguien, JiMin tomó el segundo camino cada vez que encontró un omega demasiado lindo.

Por otro lado, la última vez que un alfa le pareció atractivo fue quince minutos atrás. Al pensar sobre YoonGi. Antes de YoonGi, hubo algunos alfas en televisión, algunos idols, algunos desconocidos que coquetearon con JiMin pensando que era un omega. Nada profundo, nada locamente desgarrador, pero fueron gustos y pequeños sonrojos que lo delataron.

Quizás era gay.

Muy probablemente era gay considerando que quería que YoonGi lo mordiera.

La sola idea lo agitó de la mejor manera. Quería tan soñadoramente cargar el símbolo de su vínculo atándolos en una relación, una ceremonia romántica que concluiría con YoonGi mordiéndolo. No importaba si tenía que esperar por esa mordida, la quería.

La quería del alfa que le gustaba.

Entonces JiMin, aleatoriamente eligió mirar a uno de los gatos lamiendo a otro y por el color de sus collares supo que ambos eran machos. Los dos estaban compartiendo un beso.

JiMin sonrió.

No debió complicarse tanto, simplemente debió ser honesto. Permitirse los gustos que se le arrebataron al presentarse como alfa.

Era gay. 

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