24
Decir que HoSeok estaba enfurecido, fue poco. Él se había preparado mentalmente para atraer la atención de todos los alfas en el lugar como sucedió en cada reunión de los jugadores de hockey. Sin embargo, todos se volvieron más radiantes cuando JiMin llegó.
Especialmente YoonGi.
El jugador de hockey había estado hablando con todos, apoyando la espalda contra la pared, bebiendo de su lata de cerveza de una manera aburrida, en una postura aburrida. Pero cuando JiMin entró al lugar y YoonGi lo encontró con la mirada, todo su cuerpo se llenó de vida. Sus hombros se enderezaron y sus ojos reflejaron una noche estrellada.
—Hola a todos, siento llegar tarde —JiMin se disculpó, colocando una botella de vino en la mesa. Parecía muy costosa a juzgar por la elaborada etiqueta—. La clase se extendió más de lo normal.
Realmente parecía haber salido de una clase. No sólo por su mochila sino por la ropa aburrida que llevó a la fiesta, un aburrido overol debajo de una aburrida polera café. No se comparaba con los interesantes pantaloncillos cortos o la camiseta sin mangas que HoSeok estaba usando.
El jugador de tenis era el más interesante del lugar, él mismo era consciente de eso. Pero entonces, ¿por qué YoonGi miró a JiMin como si fuera un idol salido de una revista? ¿Por qué? ¿Por qué? Simplemente no era lógico.
—Pensé que no ibas a llegar, lobito—YoonGi le dijo a JiMin. También lo atrajo para ponerle un brazo en la cintura. El estudiante de fisioterapia se inclinó para recibir de mejor forma el abrazo, igual que un girasol buscando el sol.
HoSeok miró el contacto bajo una sonrisa cruel, luego contempló a SeokJin tomar el vino que JiMin había traído.
—¿Esto es para todos?
—Bueno, es un regalo para JungKook. Y esto. —JiMin se apartó un poco de YoonGi para rebuscar algo en su mochila, fue una lucha difícil porque el alfa más grande se mostró recio a soltarlo. Una vez que JiMin encontró lo que buscaba, volvió a los brazos de YoonGi—. Feliz aniversario de presentación, JungKook.
Todos en la habitación aullaron por lo lindo que era JiMin, excepto HoSeok.
JungKook tomó el regalo. Intento desenvolverlo ansiosamente, pero una tarjeta en la envoltura dorada detuvo toda su tarea. Se rio tanto al leer el contenido que provocó una serie de miradas curiosas, entonces tuvo que leerla para todos.
—"Felicidades, Kook. Pero, por favor, no dejes tu ropa interior en cualquier sitio".
Comprendiendo el chiste, los demás alfas rieron e hicieron un par de comentarios a la espera de avergonzar al festejado, mientras que él abría el regalo.
—JiMin, seguro gastaste un montón en eso. Eso me preocupa. —Aunque JungKook frunció el ceño, se probó rápidamente su obsequio. Eran unos guantes de hockey de la mejor calidad, de la tecnología más nueva. Los guantes tenían un pequeño sensor para hincharse ligeramente ante un impacto, para proteger mejor las manos del dueño, casi como las anticuadas bolsas de aire en los autos.
JiMin sonrió despreocupado, curvando la esquina de sus ojos.
—Está bien. Disfrútalos.
—¿Qué hay de mi regalo por mi presentación de alfa? Yo también quiero unos guantes así —YoonGi le pidió, haciendo un puchero y apoyando su mentón en el hombro del alfa de fisioterapia. HoSeok no sabía que YoonGi era así de amante del contacto físico, malditamente no. Lo más irritante de ese hallazgo fue que lo descubrió únicamente en la presencia JiMin.
Empalagosamente, JiMin se rio.
—Eso fue en marzo.
—Los regalos atrasados todavía son regalos —insistió YoonGi, consiguiendo que sus demás amigos también rieran.
El grupo continúo hablando sobre cosas triviales por un buen rato, fue una forma de matar el tiempo mientras esperaban a TaeHyung. Una vez que el poderoso chico llegó en su traje de millones, HoSeok pensó en acercarse a él, ya que ambos tenían el mismo nivel de popularidad. Sólo que el beta comenzó a rondar cerca de JiMin.
JiMin también tenía a un beta en su grupo de admiradores, HoSeok ardió de envidia.
Cuando todos propusieron jugar a intentar ensartar la pelota de pin pon en un vaso rojo de fiesta, usaron una torre de discos de hockey acomodados perfectamente para que el rebote resultara imposible. El sitio rápidamente se llenó de ruido.
—Deberíamos apostar —NamJoon sugirió y YoonGi que había estado mirando a JiMin desde que llegó, le prestó toda su atención al omega, malvadamente.
—Joder, hagámoslo.
—No, no lo hagan. No apuesten con alfa YoonGi —JiMin les sugirió, realmente preocupado por la billetera de sus amigos.
—Uh, tienes razón, lobito. Apostar por mí mismo no sería justo, sería justo si alguien más pudiera hacerlo por mí... ¿Qué hay de ti? ¿Lo harías por mí?
—¿Alfa, estás loco? —Jadeó, luciendo bastante preocupado. Agitó sus manos en el aire una y otra vez—. Vas a perder todo tu dinero.
—Que juegue contra TaeHyung —JungKook se animó, colocando los discos en la mesa de una forma totalmente distinta.
—Es mala idea. —Gracias a que nadie había desistido, JiMin tuvo que usar todas sus habilidades para evitar ser puesto frente al juego. Sujetó la chaqueta de YoonGi, tiró de ella de una manera suplicante—. Los betas a veces tienen clase de arquería.
El jugador de hockey se compadeció un poco de JiMin. Sostuvo las manos de JiMin entre las suyas y le besó los nudillos, después entrelazó sus dedos.
—De acuerdo, de acuerdo. Entonces hagamos equipos.
—Estoy en el equipo con YoonGi —NamJoon inteligentemente se unió al alfa de pelo negro.
—JiMin está con nosotros.
—Tienes que elegir buenos elementos. No hagas algo que nos ponga en desventaja, YoonGi. —El omega de hockey se quejó, pero acarició la cabeza de JiMin. Fue un intento de consuelo en una caricia—. Sin ofender, JiMin.
—Soy un alfa tan bueno que valgo por tres jugadores. Podemos permitirnos tener a JiMin.
JiMin sonrió sin saber a dónde mirar porque NamJoon y YoonGi estaban discutiendo sobre habilidades con él presente.
—¿En qué equipo estás HoSeok? —preguntó de repente SeokJin. Que claramente estaba en el equipo de JungKook y TaeHyung—. Deberías estar en el de YoonGi porque ellos tienen a JiMin.
—Por favor, paren. Me están lastimando —JiMin suspiró profundamente, apoyándose contra el cuerpo de YoonGi. Pero el jugador de hockey no le correspondió el gesto como debería. Apenas pudo mirar a su lobezno, sus ojos se encadenaron a los del jugador de tenis.
El aire se tensó entre los YoonGi y HoSeok, sin nadie más que lo notara, todo se volvió un vuelo silencioso. Aunque el alfa nunca se alejó de JiMin, ni lo soltó de las manos.
—Yo sólo quiero mirar.
Nadie cuestionó la respuesta de HoSeok. Después de todo, él siempre se quedaba al borde de las intervenciones amistosas. Era un elemento casi fantasma en el grupo de amigos.
Con el transcurso de algunos minutos llenos de risas, gritos de frustración, la pelotita rodando por todos lados, YoonGi tomando la mano de JiMin para enseñarle como tirar, llegó un momento en que el todos parecían muy acalorados, sedientos.
—¿Qué quieren de beber? —SeokJin les preguntó a los nuevos invitados porque eran los únicos sin una bebida. Justo como si él fuera el anfitrión y no JungKook.
—Si tienes algo de whisky estará bien —TaeHyung pidió con un encogimiento de hombros.
—Bien, algo fuerte. ¿Y tú, JiMin?
JiMin de repente se vio, olió incomodo, pensando que responder. Su comportamiento tan extraño sólo duró hasta que YoonGi intervino por él.
—Es alérgico al alcohol. Sólo tráele el jugo de fresa, lo dejé en la nevera.
—¿Lo dejaste? —JiMin le preguntó a YoonGi una vez que SeokJin se había ido. Él no estaba sorprendido por el detalle de su alfa, solamente encantado.
—Lo compré para ti. —Al confirmar sus sospechas, JiMin sonrió ampliamente y los ojos de YoonGi bajaron a sus labios separados, rápidamente regresaron a un sitio apropiado, como sus ojos—. ¿Estás usando labial?
—Oh, sí, NamJoon me lo regaló. Es el estilo coreano.
HoSeok pensó que era ridículo, no el labial rojo mate que se había difuminado en los gruesos labios de JiMin. Era ridículo que a un alfa se le permitiera usar labial sin recibir un comentario sobre lo estúpidamente afeminado que se miró eso. Más YoonGi no compartió su opinión, le sonrió tontamente a JiMin.
—Se ve bien. Más que bien. —El jugador de hockey dijo, tocando la comisura de los labios ajenos, manchándose del labial.
Eso hizo que HoSeok apretara la lata de cerveza que había estado tomando entre sus dedos, tan fuerte que el aluminio crujió ruidosamente. Con la excusa de que su bebida se había arruinado, se movió hacia la cocina para decirle a SeokJin que le permitiera ayudarle. Su sonrisa encantadora le consiguió lo que quiso, como pasaba siempre, por lo que pronto ayudó a repartir vasos.
—Aquí tienes, JiMin. Es un encanto que estés aquí —ofreció el simple vaso de jugo de una manera muy, muy lenta. Fácilmente pudo haberse confundido con un coqueteo—. Necesitaremos a más alfas para traer las cervezas que compramos.
Su comentario inyectado en veneno negro esperó recordarle a JiMin su rango. No era un omega, no podía usar nada que los omegas usaran como pintalabios o pinturas de uña. Tampoco podía coquetear con YoonGi como si fuera un omega, definitivamente no.
Pero JiMin le dio sólo una sonrisa incomoda. Él no se encogió, no intento escapar de sus ojos malvados. Demasiado diferente a sus demás confrontaciones.
—Bueno, no creo que necesites a muchos más. Hay bastantes jugadores de hockey.
—Seguro —HoSeok tuvo que responder bajo una máscara de falsa diversión, fingiendo que eso no había sido el inicio a una guerra seria. La batalla se volvería más fea porque YoonGi no le prestó menos atención a JiMin por su presencia. YoonGi quien siempre le había dedicado esas miradas a él, rogándole por un poco de atención en silencio.
Porque no se le permitía tener más.
A medida que llegaron los demás invitados, HoSeok vio como YoonGi eventualmente dejó ir a JiMin. Todavía estaban tomados de los meñiques, sólo que JiMin se centró en beber su jugo de fresa mientras charlaba con HoSeok y NamJoon.
En cambio, el jugador de hockey habló con algunos omegas invitados, como antiguo capitán tenía mucho que escuchar y tan pronto se alejó de todos sus conocidos para obtener una nueva cerveza, HoSeok pensó que era su oportunidad para actuar.
Era una cacería.
Había sido tan estúpido al pensar que JiMin no sería una amenaza.
Era una amenaza desde que se conocieron, intentó quitarle las cosas que le pertenecieron a HoSeok, a su primer amor. "Mis abuelos dicen que seré el omega más bonito. ¿Crees que él también lo piense?" JiMin le había preguntado, pasando un mechón detrás de su oreja mientras que miraba al alfa más guapo de la escuela.
HoSeok le dijo que no, que sus abuelos eran tontos porque JiMin era horrible. Hizo llorar a JiMin y no fue la última vez, ni su primer comentario hiriente. Traer esos recuerdos, era igual a traer fantasmas de inseguridades.
Aunque HoSeok no era el mismo de antes, no era el niñito feo que siempre tuvo la medalla de plata. Ahora era un omega al que todos le darían oro.
Solamente esperaba que no fuera demasiado tarde para actuar.
YoonGi se encontraba sacando su cerveza del paquete de seis, ocupado en sus propios asuntos.
Tomando el momento de soledad en la cocina, HoSeok lo abrazó por detrás, expulsó un aroma irresistible. Ignoró la tensión en el cuerpo de YoonGi y todavía sin darle una explicación acomodó su cabeza en el ángulo indicado de susurrarle en el oído.
—Cariño, te necesito.
Ahí estaba la explicación.
Los músculos de YoonGi se volvieron aún más rígidos en sus brazos.
—Ahora no, HoSeok —YoonGi le pidió, con su voz volviéndose una vocecita rota. Intentó liberarse sin tener éxito. Podría haber ocupado su fuerza de deportista para quitarse a HoSeok de encima, pero para eso habría tenido que lastimarlo. Y él nunca lo lastimaría—. HoSeok, no.
—¿Por qué no? —Le cuestionó, deslizando sus manos como serpientes por el cuerpo de YoonGi. Escuchó un siseo, sintió una respiración agitarse, tuvo el aroma de cigarros encendidos que siempre llegaba a él.
—¿Qué hay de que lo nuestro es en nuestra habitación? ¡Me llamaste tóxico por eso! —Ese fue un susurro desesperado volviéndose casi un grito—. Cualquier podría vernos.
—Nadie lo hará —le mintió.
—N-no, le prometí a JiMin que...
Ante la mención de ese nombre, HoSeok no tuvo más alternativa que tomar a YoonGi del rostro para darle un beso. Ese había sido su primer beso en público y pese a lo tosco, seco que fue, evidentemente había hecho algo en el jugador de hockey. Su titubear al hablar no podía mentir.
—Sé un alfa y complace a tu omega. —HoSeok interrumpió el titubeo sin sentido de YoonGi—. Un alfa real nunca le diría que no a su omega. ¿A menos que no lo seas?
Si algo estaba seguro HoSeok, era que no amaba a YoonGi. En su cabeza, el omega que se creía un alfa simplemente era el objetivo de su obsesión tóxica.
Pero nadie más podía tener el mismo objetivo.
JiMin estaba jugando un juego perdido. HoSeok iba a tener el premio esta vez.
El estudiante de fisioterapia analizó la marca del labial que terminó en la orilla de todo su vaso.
—¿Esto pasó porque usé demasiado? —le preguntó a NamJoon. El omega hizo un ruido sin saberlo muy bien.
—Obviamente el labial no era de suficiente calidad. Te regalaré un set que valga la pena —TaeHyung le ofreció, haciendo que JiMin abriera la boca. Estuvo cerca de explicar que no lo había dicho con esa intención. Lo habría hecho de no ser porque recordó que Tae era un beta.
Su abuelo beta tenía exactamente el mismo lenguaje del amor, comprar cosas realmente caras para sus personas importantes. Su abuelo omega había sido el hombre con más regalos en el mundo, cosas dolorosamente costosas que nunca le importaron.
A veces JiMin también se descubrió siendo un poco así, había crecido con su abuelo después de todo. No pudo evitar pagarle la comida a YoonGi.
—Gracias —dijo por fin, saboreando la fresa en su paladar. Sabía muy dulce, lástima que a su vaso sólo le quedara una gota—. Quiero más jugo de fresa.
—Seguro, sólo ve a la cocina. Puedes tomar hielos —NamJoon respondió y JiMin se dijo que era divertido que todos actuaran como dueños de la casa, con la casa de JungKook—. ¿Puedes traerme una cerveza también? YoonGi dijo que lo haría, pero seguro está hablando de hockey con alguien.
Seguramente. JiMin tenía la misma teoría, el alfa no se habría tardado tanto de otra manera.
—Si lo veo, lo traeré —JiMin les anunció a los tres, levantando un poco la voz. Alguien había colocado ruidosa música pop del momento.
—¿Vas a buscarlo para invitarlo a bailar? —TaeHyung se burló y JiMin trató de fingir que no lo había escuchado. La primera vez fue fácil, la segunda no tanto porque el beta levantó un montón la voz—. ¡Baile lento de parejas!
—Detesto a los betas —gimió para sí mismo, comenzando a alejarse de sus amigos.
Al llegar a la cocina se encontró a dos chicas omegas en un coqueteo tímido y tuvo que morder sus labios para no sonreír demasiado. Vertió su jugo de fresa lo más rápido posible para que ellas no sintieran su espacio romántico invadido.
Un espacio íntimo, ya que eran las únicas en la cocina.
Así que, ¿dónde estaba alfa YoonGi?
JiMin giró la cabeza, mirando el pasillo conectado a la cocina que conducía una serie de cuartos pequeños. En el fondo pudo ver la figura de un gran alfa, que se parecía un poco a la de YoonGi en la obscuridad de la no fiesta.
Excepto que después de acercarse en brinquitos, la figura se fue haciendo más grande de la forma incorrecta. No encontró a YoonGi, era SeokJin. SeokJin estaba discutiendo con JungKook en voz baja sobre algo que JiMin no pudo entender.
Los gritos susurrados simplemente no fuero comprensibles.
—No, JungKook, no puedes entrar. ¡YoonGi se molestará! —SeokJin gritó tanto como pudo sin levantar la voz, ese fue el único fragmento de la conversación que JiMin pudo atrapar. El estudiante de fisioterapia pensó que era genial que sólo hubiera escuchado eso. No necesitó nada más.
—¿Alfa YoonGi está ahí? —JiMin preguntó y empujó la puerta suavemente para mirar.
—¡JiMin, espera! —SeokJin intentó detenerlo en un susurro, atraparlo de la muñeca.
Pero JiMin no lo escuchó.
Ojalá lo hubiera hecho.
—Mierda —YoonGi siseó, JiMin frunció el ceño—. Mierda, mierda.
No se podía ver mucho, el cuarto era un pequeño almacén por lo que no había más que una pobre iluminación. Sin embargo, fue suficiente para mirar lo único en movimiento dentro del almacén.
A la lejanía, a la cercanía. Había una espalda desnuda que JiMin conocía muy bien. Conocía esos músculos mallugados, la piel blanca, la cicatriz de la cadera.
Sabía que era fácil ocultarse detrás del ancho de esa espalda. Sabía que había alguien oculto. Alguien que conocía muy bien por esas piernas firmes que se enredaron en las caderas del alfa, por esa cabellera rubia sobresaliendo apenas. Rubio y en sus puntas rosas.
La sonrisa suave que JiMin había tenido, se borró para darle paso a una expresión destrozada. La bomba de información cayó lentamente, silbando en el aire hasta que por fin se estalló sobre él: Esos eran HoSeok y YoonGi.
YoonGi estaba jodiendo a HoSeok, sonando tan ido.
YoonGi estaba involucrado de alguna forma con HoSeok.
Y JiMin se hizo añicos. ¿O fue sólo se corazón?
¿Qué se rompió en él al saberlo todo? Porque mirando sin mirar a los dos chicos teniendo sexo, pensó en su alfa, al alfa que solía llamar suyo. Recordó las cosas que YoonGi hizo por él, la forma en que lo besó, sus manos cuidándolo, en las noches que pasaron mirando el techo y hablando en susurros para no despertar a JungKook, recordó sus cómplices sonrisas compartidas en una habitación llena de personas.
Entonces JiMin supo que su corazón y él se volvieron añicos.
Ninguno de los dos pudo soportar que a pesar de todas las cosas que habían vivido, YoonGi nunca fue realmente suyo.
Se sintió como una puñalada en la espalda.
Cuando las manos de HoSeok, arañaron la espalda de YoonGi, JiMin comenzó a retroceder. Fue demasiado, una montaña de información para asimilarla en unos segundos, su única opción era huir. Sólo que, en su camino de escapar silenciosamente, chocó con alguien.
Era JungKook y tenía exactamente la misma expresión que él. Ambos se miraron en silencio, comenzando a retroceder al mismo tiempo. Afuera del cuarto de almacén, los dos compañeros de cuartos supieron que no eran los únicos sorprendido.
SeokJin, TaeHyung y NamJoon parecían estupefactos.
—Ellos realmente están saliendo —SeokJin murmuró para todos, en un volumen más audible y JungKook se unió a la discusión.
—¡Ah, por eso no querías dejarme entrar! Me preocupa que estén haciendo ese tipo de cosas en mi casa. ¡YoonGi dio un sermón sobre relaciones secretas cuando él estaba en una! —JungKook masculló, de malhumor. Se quejó sin mencionar que había sido sermoneada por enrollarse con SeokJin.
Los únicos que no dijeron nada fueron NamJoon y TaeHyung, ellos se mantuvieron mirando a JiMin fijamente. Por eso el estudiante de fisioterapia se sintió con la responsabilidad de decir algo.
—Bueno... No sabemos si están en una relación.
Tal vez sólo era algo casual, HoSeok era el omega más bonito de toda la universidad. Nadie culparía a YoonGi por haber sido seducido.
—Lo están —SeokJin le afirmó—. He molestado a YoonGi porque por mucho tiempo parecía enamorado de HoSeok... Pero se veía como una cosa unilateral.
¿Por cuánto tiempo? ¿Cuánto era mucho tiempo en el que YoonGi amó a HoSeok? ¿Por cuánto tiempo estuvieron saliendo como confirmó SeokJin? JiMin nunca pudo ver nada de eso. Nunca le prestó demasiada atención a los pequeños indicios.
Debió hacerlo.
—¿Estás bien? —TaeHyung le preguntó finalmente y JiMin forzó una sonrisa.
—Sí, lo estoy. —Lo estaba. No había ningún motivo para no estarlo. El efecto del aturdimiento debería esfumarse rápido—. Aunque creo que regresaré a mis dormitorios.
—JiMin...
—Es que quiero dormir temprano, no iba a quedarme mucho tiempo. La próxima semana empezarán nuestros exámenes —se excusó, ignorando que su garganta se sintió como si estuviera tratando de tragar un cactus, las espinas destrozaron toda su garganta.
De inmediato intentó recordar donde había puesto su mochila, la necesitaba para marcharse rápido. Apenas se despidió de los chicos, la tomó, se abrió paso entre la multitud y se escapó.
Una vez que abandonó la casa de JungKook, hacia mucho frío para ser una noche de verano. JiMin envolvió los brazos sobre sí mismo, debería volver a cargar una muda de ropa más gruesa en su mochila. Porque probablemente YoonGi ya no le daría más su chaqueta.
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