Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13


Después de patinar tanto YoonGi prometió que llevaría a JiMin hasta la puerta de su dormitorio, porque era tarde, porque debía ser caballeroso.

JiMin pensó que era un detalle lindo, le hizo imaginar a los alfas que acompañaban a los omegas a casa después de una cita. No era una descripción que se ajustaba perfectamente a ellos, porque ambos eran alfas y amigos. Alfas en una relación fraternidad.

Pero todavía una sonrisa creció en su cara cuando YoonGi enganchó sus brazos al caminar.

El contacto no duró mucho, tan pronto como llegaron a los lectores tuvieron que separarse.

Para tener acceso a cualquier zona en los dormitorios se debía hacer un escaneo rápido en los lectores de cartas de identificación. Los cubos de metal estaban decorados con calcomanías, grafitis artísticos. Debió ser obra de los estudiantes de generaciones anteriores esa decoración ya que siempre estuvo así.

Los lectores en los dormitorios de los omegas eran más bonitos en opinión de JiMin, con las suculentas colgando alrededor, se veía delicadamente más bonito.

YoonGi deslizó su tarjeta frente al censor, teniendo un fácil. Entre la luz verde positiva detectó la mirada fija de JiMin sobre sus manos.

—Tienes curiosidad.

—No, yo no —JiMin dijo, jugando con su propia carta de identificación, doblándola y abriéndola un par de veces. La fotografía que le tomaron cuando se presentó, en la que tenía una expresión muerta, le dijo hola y adiós un par de veces.

—Te dije que podías preguntarme por cualquier cosa.

Aunque el alfa deportista dijo eso, fue difícil para JiMin soltar la pregunta prendida a sus labios. No quería incomodar a nadie por una pregunta tonta. Fue cuando YoonGi volvió a buscar sus brazos juntos que decidió decirlo.

—Bueno, es sólo que me pregunto cómo puedes entrar a esta zona. ¿Legalmente todos reconocen lo que eres o son malos contigo?

YoonGi tarareó, siendo comprensible.

—Hay un chico omega que pide un pago por modificar la carta de identificación. Funciona para los omegas que no quieren pasar los celos solos. En mi caso sólo es para estar con mis amigos porque nadie va a darme los papeles sobre ser un alfa o no estaría en los dormitorios equivocados.

—Entonces son malos contigo —concluyó seriamente por la forma en que YoonGi trataba de no sonar resentido, fallando en el intento. Se ganó una sonrisa del alfa mayor donde las esquinas de sus ojos se pellizcaban y JiMin quería guardarse esa sonrisa por el resto de la noche. Así que cuando llegaron a la puerta de su habitación hizo una invitación muy rápida—. ¿Quieres entrar? ¿Saludar a JungKook tal vez?

Sonó como una excusa que nadie creería, excepto que el jugador de hockey sonrió seriamente.

—Me leíste la mente.

Satisfecho de tener a YoonGi para él un rato más, JiMin dijo:

—Kai, abre la puerta.

El problema fue que cuando la puerta abrió en silencio y los dos entraron hablando sobre la obsesión de las madres de JiMin por alimentar a sus invitados en exceso, se dieron cuenta que no eran los únicos en la habitación, ni la única pareja.

Al instante JungKook soltó un pequeño jadeo de la sorpresa, segundos después fue superado por el agudo grito de SeokJin.

—¿Qué mierda...? —YoonGi gruñó, poniendo una mano frente a los ojos de JiMin para evitar que mirara— ¿Qué estaban haciendo?

Con la mano de YoonGi obstruyendo toda su vista, JiMin intentó levantarse sobre la punta de sus pies. Una vez que sus ojos por fin fueron liberados ya no había nada que fisgonear, los dos amigos de YoonGi ya se estaban vistiendo.

Al igual que ellos, JiMin se sonrojó. La habitación a olía sexo de alfas.

Había estado alrededor del aroma de un omega que quiere un alfa para pasar la noche, conocía el pegajoso olor que debería atraerlo como una polilla a una hoguera, cosa que no hacía por é. Pero eso era diferente, era la primera vez que olía a un alfa en un estado de excitación porque su rango solía ser extremadamente territorial en las temporadas de calor, era mejor que el resto de alfas se apartara si no quería desatar una pelea.

El aroma de un alfa se sintió para JiMin como si la fragancia pudiera materializarse en una cuerda, tirando de él.

Con la respiración jadeante, trató de centrar sus sentidos en otra cosa. Como en lo avergonzado que se veía SeokJin por haber sido atrapado en algo así. El capitán del equipo de hockey no se veía cómodo de la manera habitual, intentó bromear en vano.

—Pensamos que JiMin no iba a llegar.

JiMin tenía la intención de quejarse porque los conocidos de YoonGi llegaron a una conclusión completamente equivocada, se distrajo en el camino porque los labios de SeokJin estaban rojizos, tenían marcas de mordeduras. Lo interesante de la vista fue que otro alfa había hecho eso.

—¿Por qué te estás involucrando con JungKook? —YoonGi intervino en la situación, dirigiéndose específicamente a SeokJin— ¿Sabes que las cosas se pusieron tensas después de que te besaste con NamJoon? ¿Por qué de nuevo?

JungKook, quien no parecía saber eso, miró con sorpresa a SeokJin.

—¿Te besaste con NamJoon?

—Fue un beso de amigos. ¡Estábamos borrachos! —SeokJin se excusó. Parecía demasiado incomodo de tener toda la atención acusatoria él mismo. JiMin se sintió un poco mal por ello y decidió mirar a su héroe alfa—. NamJoon ya lo olvidó.

YoonGi siseó. La punta de sus colmillos apareció en el gesto.

—Fue una cosa de despecho. Acababas de atravesar una ruptura —masculló de malhumor. Consiguió que todos, incluso JiMin, se tensaran en la habitación. Ya que el subtexto en las palabras de YoonGi quería decir que SeokJin era un mal tipo, había usado a NamJoon justo como estaba haciendo con JungKook.

—Alfa, yo no creo que SeokJin sea ese tipo de persona... —JiMin decidió abogar por SeokJin en un pequeño susurro, aunque no lo conocía muy bien. Tomó de la mano a YoonGi y fueron bien recibidos sus dedos. YoonGi los tomó suavemente, sin importar lo molesto que parecía sujetó los dedos de JiMin como si estuviera atrapando una mariposa de hermosas alas.

Desgraciadamente su diminuta intervención sólo sirvió para que todos volvieran sus ojos hacia él. En realidad, JungKook y SeokJin apenas parecieron notar su presencia.

—Estoy preocupado, no deberíamos tener esta conversación con JiMin —JungKook se defendió, provocando que JiMin inmediatamente se encogiera, queriendo desaparecer. Hasta que YoonGi tiró de sus manos, recordándole que seguían juntos.

—JiMin ya es parte del grupo, él no se va. —Fue tan increíble como YoonGi ni si quiera pestañeó sobre eso, JiMin sintió que su corazón se horneaba de cariño—. Escuchen, no estoy molesto sobre ustedes dos, ¿por qué lo estaría? Pero SeokJin me preocupa que... Lo sabes, que se lastimen. Somos todos amigos, involucrarse sin romance es mala idea.

Una sonrisa incomoda apareció en el rostro de SeokJin antes de que hablara.

—Cálmate, YoonGi, no tienes que actuar como el líder de todos nosotros. JungKook y yo sólo estamos bromeando, le estoy dando la verdadera experiencia universitaria. —JiMin sintió que su cara se calentaba al escuchar eso.

Quizás debió tomar la opinión de JungKook y haber huido cuando se le presentó la oportunidad.

—Sí, de eso se trata. Ni siquiera soy gay —JungKook se defendió rápidamente. Se veía demasiado ansioso porque el resto de sus amigos estuvieran haciendo una conclusión así.

Aunque con sus palabras algo se rompió en el aire. La tensión de grandes alfas que podrían saltar a morderse la garganta se convirtió en algo triste que impregnó el aire. Comenzó con SeokJin desapareciendo su sonrisa, bajando la mirada. Terminó con sus palabras.

—¿Lo ves? Ni si quiera es gay.

La tensión en el cuerpo de YoonGi desapareció. Se tambaleó lo suficiente para apoyar un costado de su cuerpo en el de JiMin.

—Yo ni si quiera debería intervenir —aceptó en un murmullo que al desaparecer dejó la habitación en un silencio difícil de digerir. Así que JiMin con sus nulas habilidades sociales se aclaró la garganta e intentó sonar más liviano que el aire entre ellos cuatro.

—Está bien, alfas. Tengo los colmillos más pequeños entre ustedes, así que sería mejor que no nos ataquemos.

—No me molestaría mirar el tamaño de tus colmillos más de cerca —SeokJin bromeó, haciendo que JungKook sonriera. YoonGi se movió para abrir uno de los cajones de la ropa de JiMin, él sabía dónde estaba cada cosa porque había ayudado a arreglar. Entonces le lanzó un par de calcetines de JiMin directamente a la cabeza—. ¡Maldita sea, tu puntería!


Al parecer YoonGi se había sentido mal después de esa confrontación. No lo dijo directamente, pero se veía más apagado, no habló nada sobre sus amigos y en el entrenamiento se escabullía del vestíbulo antes que todo. JiMin había notado todas y cada una de las señales.

Y no pudo quedarse de brazos cruzados. Tenía que hacer algo para mejorar el ánimo del alfa mayor, cualquier cosa. Era algo que le estaba picando en los instintos.

Después de pensarlo mucho, tuvo la mejor idea de todos los tiempos.

Ese día se vistió particularmente bonito sólo para recoger al jugador de hockey en el estadio. Era el único día a la semana que terminaba temprano, lo suficiente para dar un paseo.

YoonGi parecía bastante sorprendido de verlo ahí. Sus ojos tristes se iluminaron al encontrarlo fuera del estadio.

—Lobito, ¿qué haces aquí? —Mientras le preguntó, lo envolvió en un suave abrazo de bienvenida. Los rumores que decían que las duchas universitarias no hacían un buen trabajo para desprender la suciedad de los deportistas no eran una mentira. Aun así, JiMin aceptó que los fuertes antebrazos lo aprisionaran.

—Vengo a raptarte. Quiero llevarte a un lugar sorpresa, sospecho que te gustará tanto como mi cafetería de fres... —Tuvo que detenerse por la forma en que YoonGi se pasó la mano por el cabello—¿No quieres? ¿Debí preguntar antes?

¿Había metido la pata sin saberlo?

Antes de que pudiera formarse más inseguridades, el jugador de hockey lo abrazó mucho más fuerte. Incluso dejó de respirar por un segundo.

—Mierda, no. Claro que quiero, lobito. Pero hoy es... —YoonGi se detuvo a decirle que era el único día que su hora de salida coincidía con la de HoSeok. Era una elección silenciosa la que debía hacer y no se sorprendió cuando eligió a JiMin inmediatamente—. Nada. Estoy feliz porque pensaras en mí, ¿vamos?

JiMin también estaba feliz por esa respuesta, así sus dudas desaparecieron.

Tomaron el Metrobús camino al lugar y que YoonGi estuviera tan callado de lo normal quería decir que estaba apagado. Podría ser que las cosas con SeokJin habían resultado peor en otro encuentro, porque el enfrentamiento que JiMin presenció no terminó tan mal.

Fue divertido lo rápido que se iluminó la expresión de YoonGi al bajar del coche. Su nariz se arrugó, tratando de capturar el aroma peculiar.

—Huele a gatos...

Totalmente a propósito, JiMin no le respondió. Permitió que YoonGi descubriera la verdad cuando le estaba sosteniendo la puerta de la cafetería iluminada cálidamente. Había mesas en un costado y en otro rascadores de gatos con escaleras de caracol o torres forraras de felpa. Había tantos felinos y de tantos colores que algunos de ellos estaban durmiendo sobre las sillas que pertenecían a los clientes.

—Te traje a una cafetería de gatos —anunció, sonriendo felizmente por su elección. Era un lugar lindo, lo que se merecía YoonGi para olvidar la tristeza—. Fue difícil encontrar una así, pero... ¿Alfa YoonGi?

Alfa YoonGi caminó como un maratonista al fondo de la cafetería, dejando atrás a un sorprendido JiMin.

—¡Lobito, hay gatitos! —YoonGi exclamó, como si JiMin no hubiera sido el que lo arrastró hasta ahí. El estudiante de fisioterapia lo encontró lindo— Quiero acariciarlos a todos. Mierda, ¿se molestarán si los tomo en mis brazos?

Una de los meseros que estaba limpiando escuchó las preguntas del alfa deportista y miró a JiMin para sonreírle. Ella debía pensar que YoonGi era lindo. JiMin le devolvió el gesto, compartiendo la idea.

—Puede sujetarlos, pero por favor sea cuidadoso con ellos.

Una vez que tuvo el permiso del personal, YoonGi abrió aún más los ojos y tomó al primer gato que se atravesó en su camino. Apretó al felino contra su pecho, después lo devolvió a su lugar y fue por otro.

¿Cuánto tiempo podría tardar en mimar a todos los gatos? Al parecer iba a conseguir una respuesta.

Pensando que lo había perdido para siempre, JiMin se encargó de descargar el menú. Se tomaría la tarea de ordenar lo que YoonGi quería. Pidió un batido de fresas y un chocolate caliente con una bandeja de galletas combinadas que tenían forma de gatitos. Después alcanzó al alfa mayor que estaba en el fondo del restaurante, mirando el rascador de gatos más grande del lugar.

YoonGi, por primera vez desde que entraron, detuvo su euforia para darle atención.

—Te dejé atrás, no lo noté. —JiMin se rio por el tono angustiado de su acompañante—. Lo siento, sabes que me gustan mucho los gatos. Pero si yo hubiera estado con otra persona, me habría contenido... Un poco.

Eso centró la atención de JiMin. Por la forma tan nerviosa en que YoonGi pasó la lengua por sus colmillos.

—¿Por qué? —preguntó dulcemente. Por un momento, YoonGi presionó sus labios juntos como si no quisiera responder. Parecía bastante apenado de hacerlo.

—Porque parece un gusto de omegas.

JiMin no entendió. Es decir, entendía que los gatos estaban relacionados a los gustos de omegas porque los obedecían mejor que a los alfas gracias a una rara cuestión biológica. Sólo que YoonGi le dijo que no fuera prejuicioso, teniendo todavía ese tipo de pensamientos.

Al menos le avergonzaban.

—Entonces estoy feliz que te permitas disfrutarlo conmigo —le dijo tranquilamente en lugar de juzgarlo, YoonGi tendría sus razones.

Fue la mejor elección puesto que el alfa de hockey y amante de los gatos, le dio una sonrisa rosa. Era rosa por sus mejillas ruborizadas, por la adorable porción de encía que presumían sus finos labios rosas. A JiMin le gustaba tanto el rosa.

—Estoy feliz que busques hacerme feliz también. No estoy acostumbrado... A la reciprocidad.

Almorzaron junto con los gatos mientras YoonGi le contaba sobre cómo había intentado meter un gato en su casa cuando tenía cinco años, sin que sus padres se enteraran. Como podría preverse resultó terriblemente mal, comenzando con que el hermano mayor de YoonGi tuvo su ojo vendado por dos semanas y él estuvo castigado todas las vacaciones de verano.

—No sonaba como un mal plan —lo consoló JiMin, dándole un trago a la bebida de YoonGi. Había comenzado a consumir mucho chocolate desde que empezó a recibir clases sobre cómo mejorar siendo alfa.

—¿Verdad que no? Podría funcionar en los dormitorios de la universidad...

Los dos se miraron a los ojos, sonriendo perfectamente cómplices. Teniendo la misma idea.

—Deberíamos robarnos uno —propuso primero el alfa menor. YoonGi se acercó más a él, sonriendo cada vez más, hablando en susurros.

—Tú distraes al mesero con tu cara bonita y yo lo tomo. ¿De qué color?

JiMin ignoró que YoonGi le dijo cara bonita, por el bien de su tranquilidad.

—Deberíamos tener uno de cada uno.

YoonGi jadeó preocupado.

—No tengo suficientes bolsillos.

Pero fue en ese momento que llegó la mesera a traerles servilletas, haciendo que ambos se sobresaltaran. Resultó lo suficientemente gracioso que les costó un rato mirarse a la cara sin tener ganas de reír, se miraban y estallaban en carcajadas que inundaron la cafetería.

En algún momento de la noche los dos terminaron siendo los últimos clientes, acostados en el suelo alfombrado. YoonGi estaba jugando con una caña, riendo cuando el gato trepó hasta su pecho.

—Estoy muy feliz —reconoció, sin dejar de jugar con el gato. Pero se tomó el tiempo para mirar al dueño de su felicidad a los ojos—. Gracias, lobezno.

JiMin apretó los dedos de sus pies dentro de sus zapatos.

—No es nada, alfa. Te había visto un poco decaído después de que enfrentaste a SeokJin.

Su observación hizo que el jugador de hockey le diera un sonido afirmativo sin abrir la boca.

—No me sentí bien haciendo eso, no debí intervenir —aceptó tristemente. A pesar de que una parte de eso era verdad, las cosas no habrían estado así de tensas si YoonGi no hubiera dicho nada, JiMin quiso darle consuelo.

—No seas duro contigo mismo, sólo estabas cuidando de tus amigos.

—¿Tú también lo piensas así? —YoonGi le preguntó, viéndose pequeño y vulnerable. Demasiado vulnerable para que el corazón de JiMin lo resistiera—. Fue instintivo, no quería que nadie del grupo se involucrara en una relación que no tiene un buen cimiento. Porque todos ellos son mis mejores amigos, mi pequeña manada y no quería... No quiero que se lastimen. A veces hay amantes que lo permiten.

Sonaba abrumado al hablar de amantes crueles.

—¿A veces? —susurró JiMin, estirando su mano. Acarició la mejilla de YoonGi, pensando que de repente se sentía un poco como porcelana golpeada. No recibió una respuesta, el alfa mayor continuó despotricando sobre lo que sentía.

—Ni si quiera me habría molestado que me lo ocultara, no tendría lugar para molestarme por eso. Pero ellos deberían amarse primero. Me hubiera gustado que se amaran antes de tener sexo o SeokJin lo lastimaría. Aunque hora no estoy seguro sobre eso, mi duda es sobre JungKook... —YoonGi achicó los ojos y esta vez JiMin tuvo algo que decir.

—¿No está bien que experimente si ese es el acuerdo? Nadie está siendo usado por despecho. Después de todo, los omegas no huelen tan bien.

Luego de soltar esa pequeña frase, JiMin puso una mano sobre su boca horrorizado. Había dicho algo demasiado personal y había sonado muy mal en voz alta.

YoonGi se quedó sin palabras. Mantuvo la boca abierta mientras que se levantaba sobre su codo para verlo mejor.

—Eh, lobito...

—Oh, dios, no digas nada —se quejó mortificado. Cubrió sus ojos para no mirar la expresión que YoonGi tenía ese momento. Quería que la tierra se lo tragara en el momento en que escuchó una suave risa.

—Eso sonó un poco gay.

—¡Lo sé! No fue mi intención, pero realmente creo que los omegas no huelen tan bien cuando están en sus ciclos de celo. ¡Porque son empalagosos y asfixiantes! —YoonGi le pasó los dedos por el cabello, aumentando la risa ante su explicación. JiMin no podía ver la expresión que tenía y así estaba bien, de lo contrario se habría encontrado con la mirada analítica del alfa—. No soy un delta.

Él dijo con su voz más aguda de lo que pretendía.

—Los deltas no existen, lobito. Nadie merece que le cambien el rango porque es el que recibe en la cama. Y no tiene nada de malo que no te gusten los aromas dulces, sólo escoge un omega que huela más masculino.

JiMin por fin alejó las manos de su cara. Se quedó en silencio, mirando el techo.

—Tiene sentido porque me gusta mucho tu olor —se sinceró—. Me gusta cada vez que me marcas con tu olor porque es muy masculino.

Sintiendo que su cara se ponía caliente, miró el perfil de YoonGi. Fue reconfortante saber que no era el único sonrojado.

—No lo hago siempre.

—Alfa, tú pones una marca en mi muñeca cada vez que vamos a almorzar. ¿No lo notaste? —le preguntó inquieto. ¿Era el único que notó algo así? Esperaba que no porque eso sería raro—. Cuando nos conocimos fue por eso. Dejaste una marca de olor en mi muñeca y cuando JungKook llegó oliendo un poco a ti te encontré. Fue gracias a eso.

YoonGi abrió la boca, como si estuviera pensando que más decir porque su defensa había sido eliminada por el argumento de JiMin. No le quedó más remedio que tomar el camino de la honestidad, aunque su cara se volviera de color lava.

—Instintivamente me gusta más cuando hueles a mí. No me tengo que detener, ¿verdad? —Se giró para mirar a JiMin, quien imitó su movimiento.

La respuesta no tardó en llegar.

—No, no tienes.

Bajo la mirada del otro, en un acuerdo silencioso, JiMin le dio ambas muñecas a YoonGi y el alfa la tomó para frotarlas con sus pulgares, marcándolo como su propiedad, su territorio. Había algo distinto en saber que la marca fue creada a consciencia. Todo se sintió mucho más íntimo.

JiMin adoraba la marca de olor que YoonGi le dio. Comenzó a oler más dulce, se sintió abrumadoramente feliz. Abrumadoramente querido.

Entonces un gato decidió sentarse sobre el espacio que había entre sus cabezas, logrando que respiraran pelos. Los dos alfas se levantaron riendo sin importarles que la atmosfera mágica se había roto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro