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Capítulo 39: Dos opciones

AIMÉE


Aimée:

Sé que esto de dormir acompañada y despertar sola tenía que ser diferente, y eso me hace pensar que tal vez me anticipé, porque definitivamente hay asuntos que aún no están resueltos. Sin embargo, prometí que no habría más mentiras, así que por eso te dejo esta nota, porque pienso cumplir con mi palabra.

Voy a ver a Christian, y no te desperté para decirlo porque era una gran probabilidad que quisieras impedirlo, o reclamar que no lo haga solo, pero ninguna de las dos podía ser una opción.

Necesito hacer esto, y necesito hacerlo solo.

No voy con intenciones violentas, ni siquiera estoy del todo claro en cuanto a un porqué, solo sé que después de cientos de noches soñando con alguien sin rostro, hoy que puedo ponerle uno, necesito verlo frente a frente.

Lo siento, no quiero que te preocupes, ojalá regrese antes de que te despiertes para que pueda contarte esto en persona y sepas que todo está bien, que solo era una necesidad personal, que era parte de mi proceso para por fin poder soltar toda la mierda.

Si quieres enojarte estás en todo tu derecho, si quieres dar marcha atrás también, cualquiera en tu lugar ya estaría harta de todo esto y me hubiera soltado la mano hace rato.

No creeré que me amas menos si decides irte, hiciste más que nadie y jamás voy a olvidarme de eso. No te amaré menos si eliges algo diferente, fuiste el arcoiris en medio de las nubes de tormenta, y para mí sigues siendo cada uno de los colores.

Te amo, pero si vamos a estar juntos, tú y yo nos merecemos mi mejor versión, y solo la voy a poder obtener si le pongo fin a todo este dolor.

Te amo

Santi

Con esa nota sobre la almohada desperté esta mañana. Si me preguntan, muy dramático todo, con decir que se iba y a dónde hubiera sido suficiente. Pero supongo que esa sensación que tiene de no merecer otra oportunidad, significa que lo tendré un tiempo con la inseguridad de que me vaya.

Espero que todo vaya bien, y estar allí al menos le sirva de algo.

Peligroso no creo que sea, ¿o sí? ¿debería preocuparme y decirle a los chicos, o simplemente esperar a que me llame?

Por mi parte, aproveché que tengo la mañana libre para venir a ver a mi abuela. Hace algunos días que no la visito, desde que dejó la casa de mi papá vive en un pequeño departamento que queda bastante lejos del mío, pero ahora que tengo mi propio auto es más sencillo llegar.

En cuanto llego ya tiene el café caliente y los croissants listos sobre la mesa, además de la energía más bonita y hogareña que conozco. A veces me siento culpable por dejar pasar tantos días sin venir, me pierdo en mis problemas banales y me olvido de lo que es verdaderamente importante.

—¡Ma petite! —me recibe con alegría, y me da un abrazo de inmediato.

Afuera hacía un frío del que te hiela hasta los huesos, pero aquí dentro se siente el calorcito apenas cruzo la puerta.

Bonjour mamiesaludo de igual forma, y cuelgo mi abrigo en el perchero luego del abrazo.

—¿Y el chico de la ventana? ¿No lo trajiste contigo?

—Abuela... —murmuro con los ojos entrecerrados, pero antes de que pueda decir nada ella me interrumpe:

—Sí, sí, ya sé que me dijiste que se tomaron un tiempo, pero es que él es tan adorable... La forma en la que te mira no es algo que se vea a menudo, hasta tu padre lo quiere, y eso es mucho decir.

Muevo la silla para sentarme, tengo mucha hambre, le rechacé el café a Elai por la mañana porque venía hacia aquí.

—Las cosas están mejor, pero no vino porque tenía unos asuntos familiares que resolver. —Mi abuela también se sienta y, en cuanto extiende el plato de croissants hacia mí, tomo uno y lo remojo en el café— ¿Has estado viendo a papá?

—Vino un par de veces con la niña, pero lleva un buen tiempo sin hacerlo. Está siendo difícil para él, solo le estoy dando su tiempo.

—Siento que no sé lo suficiente —confieso, un poco pensativa—. Solo me pidió que retroceda con el juicio por visitas y lo hice, pero no he sabido más, no me ha vuelto a llamar y no he visto a Ali.

—Tu mamá se lo está poniendo muy difícil, y por algún motivo él prefiere hacer esto solo.

—No puedo evitar sentir desconfianza.

—Imagina que de un momento a otro se dio cuenta de que llevaba diez años cometiendo un error tras otro, está intentando arreglarlo, pero no es fácil con tu mamá llamando cada dos días amenazando con suicidarse, o con llevarse a la niña. Él está dando una batalla grande, y no quiere que tú estés en medio.

—No quiero estar en medio, pero extraño mucho a mi hermana —suelto un suspiro y dejo el bocadillo en el plato. Pensar en eso siempre me revuelve el estómago, porque a pesar de que nada está en mis manos siempre siento que la abandoné y no hice lo suficiente para estar cerca de ella.

El timbre suena y mi abuela se pone de pie.

—¿Esperas a alguien? —pregunto mientras volteo a la puerta para chismosear.

—No —alcanza a decir antes de abrirla.

Y, como si el destino orquestara muy bien cada uno de sus planes, al otro lado está mi papá, con mi hermanita a su lado.

Trae puesta ese abrigo rosa peludito que tanto ama, y sujeta la mano de papá con mucha fuerza. Su cabello está más largo, cae desde su gorrito de invierno muy desordenado. A Ali no le gusta peinarse, así que solo es posible lograrlo en la ducha cuando está distraída.

Sin pensarlo demasiado me pongo de pie y corro a abrazarla, lista para el rechazo porque no le gusta el contacto físico, pero es que extraño tanto poder hacerlo.

Para mi sorpresa eso no ocurre, apenas la abrazo siento sus manitos tocando mi cabello, justo como lo hacía antes, como si el tiempo no hubiera pasado.

Si fuera por mí no la soltaría más, pero para ella unos cortos segundos fueron suficientes, de inmediato los croissants sobre la mesa obtienen toda su atención y me aparta para ir tras su objetivo.

—¿No hay un abrazo para tu papá? —oigo que dice en cuanto me pongo de pie.

Levanto mis ojos húmedos hacia él, no sé si quiero darle un abrazo, me siento conflictuada en muchos aspectos.

—Ya no me llamaste —reclamo, cruzando los brazos.

—No me diste tu teléfono, pero hablarle a tu amigo para que te llame fue lo primero que hice al salir del juzgado.

—¿Del juzgado? —interviene mi abuela— ¿Qué pasó?

—Vengo de firmar el divorcio, me dieron la custodia completa de Alissa, y ella solo puede verla con supervisión de una trabajadora social del estado. No creo que lo haga, de todos modos, solo estaba usando eso para manipularme.

—¿Cómo lo lograste? Las leyes suelen priorizar a las madres cuando hablamos de custodia.

—Solicité pericias psiquiátricas para ella, también me las hicieron a mí y de la escuela de Ali escribieron una carta diciendo que sugerían que se quedara conmigo —Le saca el abrigo a la pequeña y lo cuelga junto al mío antes de sentarse—. Mi mente está agotada, no puedo creer que todo esto haya acabado.

—¿Crees que ya no la veremos? —Me siento otra vez, reflejando un poco de inseguridad en mi voz.

—Creo que está con otra persona ya, después de todo el drama que hizo estos meses, hoy fue y firmó como si nada, me dijo que ojalá no nos volvamos a ver nunca.

—Ojala, Dios la oiga —afirma mi abuela poniendo una taza de café frente a papá, que de inmediato le agradece.

—¿Cómo estás? —me pregunta estirando su mano para ponerla sobre la mía— Vi el videoclip de la canción con este chico, el actor, te veías tan bonita...

Agradezco que no mencione nada sobre el incómodo beso, demasiado tengo con los ocho mil quinientos edits que los fans hicieron sobre los tres segundos de vídeo. La situación me está hartando lo suficiente, pero no sé qué hacer al respecto.

—Fue una canción muy bonita, me gustó cantarla, aunque no tanto que ahora todos crean que estamos saliendo.

—¿Tu novio la escribió? —pregunta, dejando en claro que está al pendiente de las cosas aunque no parezca— Sale en los créditos como escritor.

—Sí, es muy talentoso.

—¿Y no está celoso? Porque yo sí —bromea, y quita su mano para tomar un croissant.

—No, no le importó en lo absoluto.

—¿Puedo ir a tu próximo show? —pide con cautela— No quiero presionarte, pero... estaba muy ansioso porque el juicio termine, ahora simplemente quiero dedicar mi tiempo a ser tu papá y el de Ali. Sé que los errores de diez años no se borran de un momento a otro, pero si me dejas intentarlo ..

—Me encantaría —aseguro con una sonrisa—. Me invitaron a unos premios en unos días, solo voy a cantar una canción, pero si quieres...

—Quiero, claro que sí, dime cuándo y dónde, y estaré allí.

—Yo cuido a la niña —interviene mi abuela—. La extraño mucho, necesitamos tiempo de calidad.

Mi abuela fue a verme varias veces ya, en los primeros shows de la gira, aquí en la ciudad, no se perdió ni uno.

—Lo sé, lo siento por toda esta espera. Fue muy difícil para mí entender que el amor que sentía ya no estaba allí, y cuáles eran mis prioridades... Un día les contaré cómo fue todo, pero tengan por seguro que jamás quise que dejaran de verla, pero era eso o... podíamos perderla.

Passer l'éponge sur quelque chose —murmura mi abuela, restándole importancia al drama.

Es un refrán francés, aunque literalmente sería "pasar la esponja sobre cualquier cosa", las traducciones literales no son buenas y en realidad podría igualar a nuestro "borrón y cuenta nueva".

Pienso lo mismo, pero de todos modos me gustaría saber lo que pasó. Quiero sentir que todo está bien, y si él me explica cómo se siente, tal vez, pueda sentirme más segura de que no volverá a irse.

La ausencia de un padre es extraña, porque sobrevives a ella, la vida sigue y muchas veces entiendes que alejarte es lo mejor que te pudo pasar, pero, aún con todo claro, jamás deja de doler.

Nadie llena el vacío que te dejan tus padres, nadie puede ocupar esa falta de amor, nunca dejas de preguntarte por qué no pudo ser diferente. Creo que mi corazón ya tiene suficiente con el vacío que dejó la falta de amor de mi mamá, si mi papá quiere estar cerca e intentar repararlo, la verdad es que me gustaría que funcione.

—Ya tendremos tiempo para hablar de todo —acepto, soltando un leve suspiro.

—Me... pone nervioso pensar en que ya no vas a quererme —confiesa con la mirada fija en sus propias manos—. Perdón por lo directo, estuve tomando terapia estos meses, él dice que todo esto pasó por no decir lo que pienso a tiempo, no quiero que vuelva a pasar.

—Nunca dejé de quererte, siempre que te dije que algo no iba a bien tú te esforzarse por cambiarlo —respondo con sinceridad—, aunque sí dudé mucho de ti estos meses, jamás he pensado que eres malo, siempre supe que en realidad ella te estaba manipulando.

—Cuando tú... cuando te fuiste de casa ella dijo que era lo mejor, pero luego empezaste a tener éxito y pude notar su interés —explica, aunque sus palabras salen un poco entreveradas está haciendo un esfuerzo—. Quería presumir de algo que ella jamás había apoyado, de pronto hablaba maravillas de tu carrera con sus amigas y... le dije que no se acerque a ti, que todo lo habías conseguido sola y con ella en tu contra, así que ahora no merecía ni siquiera mencionar tu nombre. Así comenzó todo, cuando me di cuenta de que por seguirla a ella te había perdido.

—Necesitaremos tiempo y paciencia para arreglar esto, pero estoy segura de que valdrá la pena, yo confío en ti —Estiro mi mano sobre la suya, tal vez sea pronto para un abrazo, probablemente necesite darle vueltas a esto cuando esté sola, pero de todos modos estoy feliz de sentir que todo será mejor de aquí en más.

—Gracias por no dejar de hacerlo —murmura apenas, volteando su mano para tomar la mía.

Mi teléfono suena e interrumpe el momento, lo cuál no es tan malo porque ya no sabía qué decir. Es raro ver a mi papá ser vulnerable, es raro todo lo que está pasando, pero confío en que todo estará mejor a partir de ahora.

—Hola —dice Santi al otro lado, un poco cauteloso.

—¿Hola? —me indigno un poco, alejándome para que la conversación tenga un poco de privacidad— ¿Solo hola? ¿Dónde está el "Buenos días, hermosa, espero que tu mañana haya estado bien y que hayas descansado como el angelito que eres. Estoy yendo hacia ti con doce tipos de chocolates diferentes para compensar que no te hice el desayuno en la mañana"?

En cuanto dejo salir mi reclamo tonto, él termina la llamada y un segundo después el teléfono suena otra vez, casi me deja sorda porque no alcancé a alejarlo de mi oído.

—Hola —digo yo esta vez.

—Buenos días mi amor, te veías tan hermosa por la mañana que me enamoré de ti incluso un poco más. Si me dices dónde estás te llevo todos los chocolates que quieras, y también muchos besos, tengo miles que me he guardado estos meses.

—Qué cursi —me burlo con una risa—, con un "hola" era suficiente.

—Peleadora —se queja riendo también.

—Estoy con mi abuela, pero ya voy para casa porque Aidan quiere una reunión, dijo que quiere hablar de algo importante.

—Sí, también me dijo —responde, y de fondo se oyen con claridad los sonidos de la calle— ¿A dónde te veo, entonces?

—En tu casa en media hora.

—Con chocolates —agrega.

—Obvio.

Comienza a despedirse, pero lo interrumpo antes de que lo haga:

—¿Estás bien?

—Sí... —murmura, de inmediato se da cuenta de la duda en su voz así que lo repite con más certeza— Sí. Aunque hay un poco de caos dentro de mí, me enteré de algo importante y tengo que decidir qué hago con eso.

—Te veo en diez minutos y me lo cuentas, no hables por teléfono mientras conduces, no tengo planes de ser viuda a los diecinueve.

________

La reunión con Aidan también incluía a Lau, creo que es bastante obvio de lo que quiere hablar y me alegro de que tome la iniciativa, porque todos estamos incómodos y nadie lo dice.

Estamos en el estudio, en la sala de música, ir a lugares públicos nunca es buen plan y menos para hablar de cosas importantes.

—Elai tenía un examen, pero ya hablé de esto con él así que en definitiva está en nuestras manos —dice, mirando fijamente a la mesa con muchas pausas en medio—. No quiero que piensen que... Es que yo... llevo muchos años trabajando como actor, y aunque no tomaba ninguna decisión de todos modos aprendí mucho y...

—No necesitas justificarte, puedes decir lo que quieras decir simplemente porque quieres decirlo —lo anima Santi, dándose cuenta de que venían grandes rodeos.

Él asiente, pero de todos modos parece nervioso.

—Quiero hablar de esto ahora porque nos invitaron a esos premios, y todos están hablando de si iremos juntos o no —explica en referencia a nosotros dos, obviamente—. A lo que iba es que... aunque lo ideal sería que las personas solo se interesen en nuestro trabajo, eso no es así y tampoco lo será. Entonces, siempre hay dos opciones, es igual para todos los que están en los medios.

—¿Cuáles son? —me intereso, dándole vueltas a mi bebida con el sorbito.

—Decir la verdad, o mentir.

—Estamos mintiendo —murmura Lau.

—Sí, de hecho sí. Es válido, hay artistas que prefieren montar todo un show, con parejas falsas, amigos falsos, problemas falsos, una gran estrategia de marketing que les permite que lo real, lo verdadero, eso que quieren cuidar, se mantenga en privado.

—El problema es que "privado" termina siendo "oculto" —agrega Santi, para mí sorpresa—, y "oculto" es un problema. Si quieres mantener el secreto hay muchas cosas que no puedes hacer, tienes que cuidarlo tanto todo... Ocultar te quita la libertad.

—Espera... —lo interrumpo— ¿Te estoy entendiendo bien?

Santi va a responder, pero Aidan decide anticiparse.

—Les pedí a los tres que vengan porque es la primera vez en mi vida que tengo la posibilidad de elegir, y aunque mentir es más fácil y estoy acostumbrado a hacerlo, en realidad nunca fue lo que quise.

—Yo tampoco quiero, jamás estuve cómoda con esto —afirmo de inmediato.

—No iré a los premios contigo, aunque tengamos que cantar juntos creo que lo mejor es llegar por separado. Y si la prensa pregunta, cosa que obviamente hará, les diré que siempre hemos sido muy buenos amigos y nada más que eso.

—Me parece perfecto —acepto sin pensarlo—. Diré lo mismo.

Aidan se voltea a ver a Lau, que a pesar de estar muy atenta a la conversación no ha intervenido mucho.

—En realidad, me encantaría que tú vinieras conmigo, pero entiendo que no quieras esto para ti. De todos modos, si cambias de opinión, tu mano es la única que quiero sostener en esa alfombra.

Instintivamente me volteo a ver a Santi, él sabe bien que yo siempre quise gritarle al mundo que todas las canciones que canto son para él, pero nunca quiso exposición y siempre he respetado eso.

El problema es que así funciona la industria, o tú expones lo que quieres que ellos vean o se lo inventan, y si me preguntan, siempre voy a elegir tener el control yo.

—Luego lo hablamos —murmura por lo bajo, dándome una tierna sonrisa.

—Yo necesito... pensar —agrega Lau.

—Ni siquiera tienes que darme una respuesta, solo necesitaba que lo sepas —le responde él, mucho más tranquilo ahora que pudo decir todo lo que quería.

—Lo sé, igual lo quiero pensar —ella le sonríe también, aunque se ve conflictuada y dudo mucho que sea por esto.

La conozco bien, ella ya tenía ese rostro antes de saber de qué iría la conversación. Necesito conseguirnos un tiempo a solas para preguntar, porque hasta donde supe todo iba bien, ya ni siquiera viene a dormir conmigo en las noches.

—Entonces, ¿nos preparamos para ser tendencia otra vez? —bromeo dejando de lado el drama.

—Sí, por el show increíble que van a dar —afirma Santi—. A ensayar, ahora, hasta que no baje el sol no tienen descanso —voltea a ver a Lau y la señala con el dedo—: Te puedes quedar, pero no lo distraigas.

—¡Uy! Qué estricto... —respondo con ironía— Tú me distraes a mí y nadie te dice nada.

—Ventajas de ser el jefe —se burla también, y me jala para sentarme sobre sus piernas.

Su teléfono suena, así que tengo que moverme para que pueda sacarlo del bolsillo. Es Elai, lo está llamando.

—¿Cómo fue tu examen? —pregunta de forma amistosa, y luego de que Elai responda algo que no escucho su expresión se transforma muchísimo—: ¿Cómo? ¿Dónde están?

Lau y Aidan también se quedan en silencio, al parecer se trata de algo importante y todos lo notamos.

—Ya voy, dame un segundo, salgo para ahí...

Y sin terminar la llamada ni dar explicaciones, se pone de pie, toma las llaves del auto y atraviesa la puerta.

¿Debería seguirlo?

Sí, definitivamente iré con él, no voy a quedarme aquí a esperar sin saber qué sucede. 

_____________

Hola :)

Este fue el último capítulo de Aimée, así que me voy a despedir de ella con lágrimas en los ojos y un sincero agradecimiento por haber cambiado mi forma de ver el mundo. 

Solo quedan cuatro capítulos para el final, es difícil soltarlos para mí, ya son casi dos años desde que comencé a escribirlos, y desde entonces todo se ha transformado. 

Tiempo de despedidas, en unos días subo el último de Elai :(

Los quiero, gracias por todo♥ 

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