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Capítulo 20: Estar mejor

SANTIAGO

—Entonces, ¿crees que hiciste bien? —me pregunta Diego, mi psicólogo, luego de que le conté que terminé con Aimée.

—Creo que la estaba lastimando, y eso también me lastimaba a mí.

—Y eso que la lastimaba, ¿no era algo que podías mejorar?

Sus ojos están sobre mí, él jamás toma notas mientras hablamos, y su consultorio solo tiene unos cómodos sofás. Hace que no se sienta tan distante, solo hablamos como cualquier persona lo haría.

—Sí, pero no ahora. Lo estoy intentando, pero no quería seguir arrastrándola a eso, no me siento estable.

—No lo estás —coincide—, pero tampoco creo que alejarte de las pocas personas que te hacen bien sea una solución.

—Aún tengo a mis amigos —contrapongo, aunque estoy de acuerdo con lo que dice—. Desde que las chicas se fueron Elai y yo hemos tenido muchísimas conversaciones sinceras, me estoy esforzando por ya no guardarme las cosas.

—Está bien. Y con tu hermana, ¿cómo vas?

—Sin avances... no sé cómo hacerlo.

—Sí, sabes —me contradice—. Tienes que deshacerte de las cargas innecesarias.

—Aún no voy a limpiar mi casa, hasta para eso soy cobarde.

Él niega, aunque es un tema muy recurrente no pierde la paciencia.

—Pide ayuda, asume que estás vulnerable, deja de fingir que puedes con todo y aprovecha que hay muchas manos para ti.

Suena fácil, pero el ego siempre está por encima. Decido no responder a eso ahora, aunque obviamente me quedo con sus palabras para darle vueltas más tarde.

—Tengo que escribir una canción para Aimée, no tengo mucho tiempo y se me hace... muy difícil no dejar salir todo allí.

—¿Y por qué no deberías? —me cuestiona, confundido.

—No quiero que le duela más.

—Supongo que ya le duele, no hay medidas para eso. Tal vez le estás dando cómo canalizarlo, y al mismo tiempo te desahogas tú.

Lo he pensado, pero cada frase que se me viene a la mente es más dolorosa que la anterior.

—Lo intentaré —acepto.

——————

Mi mente tiene una melodía, se repite una y otra vez mientras conduzco de regreso a casa, así que me decido a grabarla en un audio para que no se me olvide.

Quiero escribir una buena canción, hace mucho que ella no saca música nueva y hay que volver con algo que valga la pena. El problema es que todo suena melancólico, todas mis ideas giran en torno a ella.

Puede ser bueno, como le dije a Aidan los sentimientos reales hacen que las personas se sientan identificadas, pero en esta ocasión es bastante doloroso para mí.

Teniendo en cuenta que yo no voy a ser quien la cante, decido que es mejor preguntarle a ella si está bien o me esfuerzo por hacer otra cosa, así que le envío un mensaje:

Santi – en línea

¿Está bien si escribo sobre nosotros? No tengo otra cosa en la cabeza.

Ella no me responde hasta que estoy llegando a casa, cuando estoy en el ascensor y veo en la pantalla el nombre que aún no cambié, y tampoco lo haré.

Mi amor – en línea

No hay problema, no esperaba otra cosa. También tengo algunas ideas, si me vas pasando los avances puedo ayudar.

Jamás compusimos algo juntos, y no sé si sea el mejor momento; tal vez sirva para desahogarnos, o tal vez termine por destruirnos más.

Después de pensar como por media hora en la primera estrofa mientras lavo los platos que quedaron de anoche, creo que la tengo.

Soñando en la oscuridad

No quiero nada pensar

Mi alma llenabas, mi mente calmabas

Y ahora no estás...

—¡Sorpresa! —dice Elai apareciendo en la cocina, haciendo que me sobresalte.

—Vivimos juntos, te veo todos los días, eres muy lindo y todo, pero no eres una sorpresa —reniego mientras seco mis manos con un paño de cocina.

—Yo no soy la sorpresa, idiota. Ya quisieras. —Me quita el paño de las manos y lo arroja en la encimera antes de jalarme fuera de la cocina mientras agrega—: Igual gracias por lo de lindo.

—No te emociones...

—Siento que en otra vida tuvimos un amor prohibido, como entre un rey y un pueblerino —sigue con sus fantasías para distraerme de las preguntas en lo que salimos de la casa.

—Déjame adivinar... —finjo pensar mientras me mete en el ascensor—: Tú eras el rey.

—Obviamente sí.

—De todas formas no resolvimos el drama en esta vida, así que en la próxima será.

—Aún estamos vivos —contradice entrecerrando los ojos.

—Y enamorados de otras personas.

Él lo piensa por un momento y termina asintiendo para darme la razón.

—En la próxima vida seguro ya sí, pero intenta venir con ojos oscuros, que tan claritos me dan impresión.

Suelto una risa por la tontería, la verdad es que con ninguno de mis amigos habría podido bromear así antes, por lo que me alegra mucho haber salido de allí.

Obviamente con Lean no habría problema, pero él es una persona más sensible y con otro tipo de personalidad.

—Lo voy a intentar, pero debo decir que como alma gemela eres demasiado pretencioso —me quejo subiendo al auto tras seguir sus indicaciones— ¿A dónde vamos?

—¿Recuerdas que comencé esta conversación gritando por una sorpresa? —pregunta en un tono que claramente intenta hacerme sentir tonto— ¡Pues es una sorpresa! No preguntes.

Okay...

—No uses esa palabra.

—¿Por qué? —cuestiono elevando una ceja.

—Es fea, elige otra.

—Hoy estás más raro que de costumbre —me quejo, pero de todos modos cedo—. De acuerdo, ¿así está mejor?

—Perfecto.

—Bueno, ahora cállate que intento armar una estrofa en mi mente.

Aprovecho el viaje para eso, en el block de notas de mi teléfono dónde ya escribí la primera estrofa. Escribo y borro varias veces para tener las palabras perfectas, porque la idea ya estaba allí.

Durmiendo sin parar

Ya quiero despertar

De la pesadilla de no detener

Lo que te hizo mal...

En cuanto termino la estrofa un mensaje de Aimée me llega. Es una nota de voz reenviada, lo que significa que la grabó varias veces antes de enviarla.

Me pone nervioso reproducirla, hacía mucho tiempo que no me sentía así y es demasiado raro. No estamos juntos pero la amo, mi corazón es suyo, sé que jamás tendré ojos para alguien más y que en cuanto sienta que todo está mejor voy a querer recuperar nuestra relación.

No me va a importar lo que ella haya hecho mientras estuvimos separados, da igual si se acuesta con mil tipos, si se besa con mi mejor amiga o lo que sea. Cuando salga de toda esta mierda, si ella me da otra oportunidad, comenzaremos desde cero.

No puedo negar que me da miedo que se enamore de otra persona, es una idea recurrente, pero al mismo tiempo confío en su amor.

Le doy a reproducir y pongo atención a sus palabras.

"Quiero decirte que te extraño,

que tu ausencia me hace daño

Que extraño todos esos dibujos

que tú me hacías a diario

Los cafés por la mañana,

canciones y atardeceres

Cuya letra me decía

la manera en que me quieres"

"También te extraño" —quiero responder, pero no lo hago, solo pienso en todas esas cosas que ya no tenemos y en cómo usar eso de motivación para estar mejor.

El ritmo que ella eligió para lo que me envió es completamente diferente a lo que venía escribiendo, pero no quiero cambiar ninguno de los dos, creo que, aunque muy opuestos, pueden quedar bien combinados.

Así que me decido por escribir una parte similar a la suya, para complementar y pasar al coro que aún no tengo.

Luego de responderle, amable pero distantemente, que me gustó mucho lo que escribió, Elai me avisa que llegamos y ya no puedo seguir.

—¿Escriben juntos? —pregunta quitando las llaves del auto.

Miro hacia afuera, estamos frente a un local que no me dice nada a simple vista, así que solo queda bajar a descubrirlo.

—Ella quiso, no pude decir que no.

—Suena un tanto masoquista, como estar haciendo presión sobre la herida para que duela más —opina con sinceridad, y tal vez tenga razón.

—Es su música, no puedo decirle que no participe si me lo pide.

—Lo sé, solo digo.

—Pues no digas...

—¡Uy! Qué sensible —se queja soltando una risa—. A ver, muéstrame lo que tienen.

—Cuando esté terminada.

Él rueda los ojos y abandona la idea de inmediato en cuanto llegamos a la acera.

—¿A dónde crees que te traigo? —curiosea mientras busca algo en su bolsillo.

Observo el local desde fuera, pero no se ve nada que me indique lo más mínimo.

—¿Nos haremos tatuajes iguales?

Él se ríe de inmediato por mi estúpida suposición, y niega con la cabeza.

—Es una idea genial, iremos después de aquí —acepta sin pizca de ironía.

—¿Y qué hay aquí?

Saca las llaves de su bolsillo, las introduce, las gira y empuja la puerta.

Hay una pequeña recepción, un sofá y unas plantitas muy lindas. Aún no sé de qué se trata, pero comienzo a sentirme emocionado.

—Son tres salas, pero creo que la segunda es la que más te va a llamar la atención —comenta, dejando ver su emoción también.

En la pared de la derecha hay una gran pintura que me parece maravillosa. Es bastante abstracta pero al mismo tiempo tiene muchos conceptos, y en el centro se lee muy claramente:

"LCS agency"

—Esto es... —balbuceo intentando comprender— ¿Es nuestro?

—Sí, tan tuyo como mío. Aquí inicia y no sabemos dónde termina.

—No lo puedo creer... —murmuro mientras me apresuro al pasillo donde están las tres puertas de las salas que mencionó.

La primera sala resultó ser un estudio de grabación, completamente nuestro, ahora no tendremos limitaciones en el tiempo para grabar, somos libres y aún no puedo asimilar que es real.

El segundo es una sala de música, con espacios cómodos para los ensayos y variados instrumentos, Elai tenía razón, es mi favorita, creo que ya no saldré de aquí jamás.

La última es la isla de edición, ese es su lugar claramente, y se encargó de dejarlo perfecto y a su estilo.

—No sé qué decir... —continúo, expresando mi emoción en cuanto regreso a la sala de música—. Sí que era una sorpresa, ¿en qué momento hiciste todo esto?

—Conseguí el lugar antes de la gira, estuve coordinando todo desde allá, y ahora cuando regresé solo me encargué de los detalles.

—¿Los chicos lo saben?

—No, hay que traerlos luego, solo que tú tenías que verlo primero.

Todo es perfecto, como cuando alcanzas algo que querías demasiado y de lo que tal vez no te creías capaz. Pero a pesar de la emoción, hay una pregunta que no puedo evitar hacer.

—Elai... ¿de dónde sacaste tanto dinero?

Sé que nos está yendo bien, pero esto tuvo que costar demasiado, y estoy al tanto de los números que manejamos, la mayoría lo hemos gastado en juicios y en ayudar a la familia.

—Cuando me fui de la casa de mi papá me enojé y le arrojé las tarjetas, ¿recuerdas?

—Sí, claro.

—Pero ya era mayor de edad, por lo que esa cuenta era mía y aunque él le hacía los depósitos no tenía acceso para retirarlo.

—¿Tanto había ahí?

—Estaban los fondos para la universidad en Londres, pero también había muchos depósitos que fueron hechos después de que me fui, supongo que fue mi mamá lavando sus culpas o no sé, pero me pareció estúpido tener ese dinero estancado allí así que lo invertí en nuestros sueños.

—¿Así que eres el titular? ¿No hay rentas ni nada de por medio?

—Somos —me corrige, obviamente—. Bueno, aún tienes que firmar unos papeles que ya están listos, un simple trámite.

—Esto es... wow, hacía demasiado tiempo que no me sentía así.

Me paro detrás del teclado y presiono algunas teclas inconscientemente, son las primeras notas de All of me, y eso hace que mi mente y mis emociones viajen directamente a mi primer encuentro con Aimée.

En ese entonces no lo sabía, pero ese día todo comenzó a cambiar. Todo dentro de mí se llena de nostalgia, y de un momento a otro quiero llorar por cada cosa vivida.

—Quiero volver a ser el de antes —le confieso a mi amigo.

Desde que me encontró en la terraza y vio mi lado más vulnerable, no existieron más barreras entre mis sentimientos y mis palabras cuando estoy con él.

—Con querer basta, lo harás.

—Necesito soltar la culpa y el dolor, y así poder recordar a papá como él querría que lo haga.

—Nunca has tenido la culpa, solo te has obsesionado con encontrar al culpable aun sabiendo que no podremos hacer justicia —me responde con frontalidad, como siempre.

—Deberíamos poder —suspiro, resignado a que sus palabras reflejan la realidad.

—No existe justicia para esto. Aunque encontremos al responsable, aunque vaya preso, aunque lo hagamos sufrir... Él no volverá, jamás será justo.

Sé que tiene razón, solo me obsesioné con encontrarlo porque sentía impotencia, no quería aceptar que no había nada por hacer.

Lo que no entendí hasta ahora es que, por estar obsesionado con la venganza, me perdí de ver las verdaderas formas que tengo de honrar a mi padre.

Cumplir mis sueños, por ejemplo. Ser valiente para atravesar el dolor y volver a la vida sin dejar que me corrompa, mantenerme fiel a mis raíces, a mis ideas, decir siempre lo que pienso y lo que siento sin miedo...

—Creo que deberíamos olvidarnos de la investigación contra tu padre, estamos poniendo la energía en donde no dará frutos —acepto por fin, porque entiendo que lo único que haría a mi papá sentirse orgulloso sería ver mi fuerza para seguir adelante.

—¿De verdad quieres eso? —se asegura Elai.

—Sí, llama a tu abogado y dile que solo se concentre en que Aimée pueda ver a Alissa. No podré seguir adelante si solo estoy mirando hacia atrás.

Mi amigo suelta un suspiro que se oye muy aliviado y rodea el teclado para llegar a dónde estoy para darme un abrazo.

—Me estaba desesperando que no llegaras a este punto, pero jamás dejé de confiar en que lo harías.

—Cerremos ciclos —propongo soltando una risa—, vayamos hoy a casa a limpiar para que mamá pueda volver.

—Y los tatuajes —me recuerda rápidamente.

—No era en serio...

—Ahora lo es.

¿Pondré en mi piel algo que me relacione con él para siempre? Por supuesto que sí, es mi hermano, y no importa cualquier curso que elija tomar la vida, siempre lo será y siempre le estaré agradecido por poner su hombro en el momento correcto.

Después de debatir por un buen rato, nos decidimos por una pequeña nube lluviosa, de la que asome un sol en la parte de arriba.

Lluvia con sol, es el nombre del corto con el que comenzó nuestra amistad, es la definición de nuestras opuestas personalidades, y también son las siglas de nuestra nueva agencia.

Finalmente, Elai se va a buscar algo para comer mientras yo me quedo haciendo el sencillo diseño en un papel.

No me toma mucho tiempo terminarlo, y él aún no regresa, por lo que me decido a aprovechar la hermosa sala de música, en la que pasaré todas mis horas de aquí en más, para seguir con la canción.

Vuelvo a escuchar la parte de Aimée, y luego a copiar la melodía en el teclado para hacer una base simple que me permita imitar el tono y ver si me sale algo similar, esta vez en lugar de escribir, simplemente me voy grabando con el celular.

Después de varios intentos creo que la tengo:

Extraño todos esos consejos,

para situaciones malas

Tus brazos reconfortantes

que mis pesares calmaban

Los momentos tan bonitos,

cuando nadie nos faltaba

Nadie podría prepararnos para el día en que...

Necesariamente esa parte tiene que enganchar al coro, y es que a diferencia de todas las otras partes de la canción no me hizo falta pensarlo, simplemente salió, volviendo al tono original de la canción y desde mi inconsciente sin filtro.

No estás aquí...

No te veo ni a lo lejos

Y ya se volvió complejo

Sonreír, sin verte a ti

No estás aquí

Sé que es el mejor camino

Pero extraño estar contigo

Besarte hasta oler a ti

—Escuché eso —me interrumpe Elai, en cuanto detengo la grabación en mi teléfono—, es increíble porque todos tenemos el corazón un poco roto, la canción será un éxito.

—Creí que eras inmune a los corazones rotos —bromeo, haciendo referencia a su pasado como fuckboy.

—Yo creí lo mismo, pero no te haces una idea de lo mucho que extraño a Laura.

—¿Solo a Laura?

—No he dejado de ver a Lean.

—Pensé que era en plan de amigos —comento, con la clara intención de que me explique la situación.

—Nos tomamos un tiempo, pero no es definitivo, quería creer que era lo mismo pero obviamente no.

—¿Con Lau sí es definitivo?

—Sí.

Okay, ya no haré preguntas por ahora, es momento de estar felices, no melancólicos.

Luego de comer nos dirigimos al local de tatuajes que Elai consideró que era el mejor de la ciudad. Hace mucho tiempo que no me hago un tatuaje, tengo el escorpión que me hice a los quince, los nombres de mis hermanos en los brazos y unas notas musicales en la espalda. Me gusta mucho marcar mi piel con las cosas que merecen estar allí, nunca me han gustado los tatuajes sin sentido.

Con quince años consideré que un escorpión definía mi personalidad y, aunque hoy no me lo haría, si en ese momento decidí que era importante entonces está perfecto allí. Aunque es el tatuaje más banal, sin dudas.

—¿Duele? —pregunta Elai antes de entrar.

—¿Es tu primer tatuaje? —me sorprendo, aunque a no ser que lo tuviera en la nalga o en sus partes íntimas ya tendría que haber notado si tenía otro.

—Sí.

—Es un dolor muy satisfactorio, luego querrás más.

—¿Me imaginas? Un pelirrojo tatuado es el éxito asegurado.

—Te vas a tatuar una nube con solecito de dos centímetros, Elai, no te hará lucir rudo.

Él suelta una carcajada para olvidar el nerviosismo y por fin entramos.

Ahora el nervioso soy yo, porque apenas cruzamos la puerta unos ojos del color del cielo están a pocos centímetros de los míos.

—¿Qué hacen aquí? —pregunta Aimée, igual de sorprendida que nosotros.

—Lo mismo que tú, supongo —responde Elai, porque yo no soy capaz.

Ella está aquí con Aidan, y aunque sé que tiene la total libertad de hacer con su vida lo que quiera, me cayó como una piedra en el estómago.

—Justo con todos los lugares de tatuajes que hay en la ciudad, y todos los instantes posibles para que cada uno viniera, estamos aquí al mismo tiempo —observa Aimée, dando un paso atrás para, sutilmente, alargar nuestra corta distancia.

—Acabamos de inaugurar el estudio nuevo, esta era nuestra celebración —les cuenta Elai, completamente ajeno a la incomodidad.

—Yo vine porque... —duda sobre cuál es la mejor forma de decirlo, pero finalmente lo hace—: Aidan me dio la idea de hacerme un tatuaje para disimular el lunarcito.

Obviamente sé de qué habla, y al parecer Elai también porque no hace preguntas, solo me toma por el brazo y me aparta de los chicos para hablarme en privado.

—Ella también es parte de esto —dice simplemente, y no me hace falta más para entender a qué se refiere.

Por algo está aquí, ninguno de nosotros cree en las casualidades. Yo considero que sería perfecto que los cinco llevemos el mismo tatuaje, pero ya lograr que Lau quiera ser parte de esto es más complicado, sobre todo por lo enojada que debe estar con los chicos.

—Claro, dile —acepto de inmediato.

—————————

Mientras volvemos a casa con nuestras muñecas envueltas en nylon, batallo contra mi orgullo porque una idea no deja de rondar mi cabeza.

El grupo de WhatsApp que solíamos usar los cinco está completamente inactivo hace muchos días, pero algo dentro de mí dice que necesito enviar ese mensaje así que sin pensarlo más, simplemente lo escribo:

Santi – en línea

Yo sé que lo que voy a pedirles tal vez no sea fácil para ustedes, no lo es para mí tampoco y estoy consciente de que no atravesamos el mejor momento como familia. Pero me decidí a no creer que puedo solo con todo, y los necesito en esto conmigo.

Si fuéramos capaces, por unas horas, de olvidar todo lo que nos divide y lo que nos duele, necesito ir a limpiar la que era mi casa y sacar las cosas de mi papá, y me haría muy bien que me acompañen.

Entiendo si la respuesta es no, de verdad no voy a molestarme con nadie, no se sientan presionados.

Pulso en enviar y agrego un último mensaje para avisar que llegaremos a las seis.

Creo que es un gran paso aprender a pedir ayuda, de verdad estoy intentando salir de todo esto.

————————

De pie frente a la casa en la que crecí, todo se siente vacío otra vez. Las plantas de mi mamá están secas, la casa se ve oscura y todo aquí se siente sin vida.

La nostalgia se me instala justo en medio del pecho, imagen tras imagen de lo felices que fuimos aquí y esa intensa sensación de que jamás volverá.

Elai pone su mano sobre mi hombro, quiero tener la valentía de entrar, de llorar si me hace falta, de recordar sin miedo y de volver a empezar.

No sé si lo lograré, de un momento a otro me invade la sensación de que no podré, pero entonces miro hacia atrás.

Ellos están aquí, no lo dudaron ni un segundo. No importaron las peleas, ni los dolores personales. Si hay que estar no se duda, y ellos lo saben.

Lau y Lean levantan sus manos para enseñarme que en la muñeca traen el mismo dibujo que diseñé esta mañana, dejando en claro que lo que hay aquí, entre los cinco, no se va a destruir por un par de corazones rotos.

Atravesamos juntos cosas demasiado duras, aún lo hacemos, y tenemos la valentía de seguir intentando porque también tenemos la certeza de que siempre habrá una mano que te impida caer.

Aimée se adelanta un poco y toma mi mano, no me volteo a verla porque entonces voy a llorar, pero sentir que está allí es suficiente para que me atreva a abrir la puerta por fin y hacerles frente a mis recuerdos.

Mira papá, prometiste que jamás estaría solo, y tenías razón. 

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Hola Pollitos 🐣

Les dije que este capítulo tendría una sorpresa y aquí está:


La letra, música, voces, y todo lo que tiene que ver con ella fue realizado por angel_silente_ y dilulevel ❤️

Dejen todo su amor 🥺✨

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