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Capítulo 28

Punto de vista de Gwendal 

Rosa. El color que mas odiaba se encontraba en aquel predicto, había sido cuidadosa con cada momento apasionado con Dean, pero hace semanas antes de la muerte de Jo y Ellen habíamos caído en un encuentro lujurioso dónde no me importaba que podía pasar después. Ahora miraba aquel trozo de plástico entre mis dedos temblorosos. Estaba embarazada de Dean. 

En otro momento de mi vida me hubiese alegrado, pero ahora nos encontrábamos en medio de una guerra apocalíptica, consiguiendo los cuatro anillos de los cuatro jinetes del apocalipsis. Además no sabía como se lo tomaría Dean, no es no quisiera formar una familia con él, pero con el trabajo que teníamos no sería fácil, sabía que nuestro destino no era seguir el camino de baldosas amarillas que tuvo que seguir Dorothy en el mago de oz, que ahora que pienso solo hubo dificultades. 

Descubrimos la manera de poder derrocar a Lucifer metiéndolo en una jaula en el infierno, con los anillos de guerra, hambre, peste y muerte. Cada uno nos había costado lo suyo, con hambre Sam había vuelto a la sangre de demonio y conllevaba que Dean cayese otra vez en un momento de tristeza, no pude remediar que Sam me secuestrase y bebiese de mi sangre para poder llevar a cabo el plan, que tenía Ruby en sus manos.

Con peste, propagó un virus mortal y casi no lo contamos, gracias a Cass pudimos obtener el tercer anillo, la peor parte se la llevó Dean cuando tuvo que hablar con la muerte, que cedería su anillo a cambio de ciertas condiciones, hacer todo lo posible para meter a Lucifer en la jaula, hasta dejar que el mismo Sam saltase al pozo ardiente que era el infierno. 

Aquel día era cálido algo inusual en aquel lugar, con los ojos cerrados escuchaba el latido del corazón de Dean al igual que su tranquila respiración, abrí los ojos varias veces hasta que me acostumbre a la brillante luz que entraba por la ventana, al intentar salir de aquella enorme cama me atrajo mas a él, no sin antes besar mi frente. 

Dean: quédate mas tiempo aquí cariño - acarició mi espalda hasta que notó mi nerviosismo - ¿estas bien? - dijo con un aire de preocupación en su voz, por lo que salí de la cama y asentí - estoy Dean solo son nervios ya sabes - sentí que mi estómago daba una vuelta de 180 grados por la colonia que llevaba Dean puesta aquella mañana, pero pude aguantar las ganas de vomitar. 

Gwendal: estoy bien Dean, no te preocupes - me dio un suave beso en los labios y luego le abracé, me separé por un momento con su mirada verdosa sobre mí - Winchester, no me mires así que no soy un mono de feria - le di un suave golpe en su hombro izquierdo y bajé las escaleras hacia el salón de Bobby, no sin antes darme una rápida ducha y vestirme con algo cómodo, pude ver por el rabillo del ojo como Dean se marchaba hacia la parte de atrás de la casa. 

Aproveché la oportunidad que nadie estaba en casa para buscar algo de manzanilla en los armarios de la cocina, maldije solo tenían café y cerveza, escuché las pisadas de Sam en la cocina por lo que la bombilla se me encendió - Sam, necesito que me digas si tienes alguna bolsa de té por favor - me miró como si me hubiesen crecido tres cabezas más pero me asintió enseñándome el armario de arriba de mi cabeza. 

Al terminarlo seguía sintiendo la mirada del Winchester más pequeño - vale ya Sam - le dije devolviéndole la mirada - estás rara Gwendal - solo dijo aquellas palabras no sin antes que la presencia de Dean en la cocina me hiciera de saltar. 

Los dos hermanos me miraron raro de nuevo - vale ya, ¿no? - Bobby apareció detrás de Dean y empezamos a realizar el plan, no era tan fácil Sam debía de beber de la sangre de demonio por lo que me miraron entre los dos, iba a tocar mi vientre y negué por primera vez, no sabía como alteraría eso a mi estado. 

Gwendal: no lo haré, buscaros otro demonio, estoy harta de ser vuestro conejillo de indias para todo, soy vuestra informante, os teletransporto a todos lados y nunca recibo ni un gracias - mis palabras se alteraban poco a poco provocando que casi gritara, puse los ojos en blanco las hormonas alteraban mi humor, debía de contarlo de una vez sino acabaría explotando. 

El frío de la tarde entró en mis huesos por haber salido de la casa de Bobby, no era seguro porque podría estar el traje de Lucifer rondando por ahí, pero no creía que pudiese hacerlo, noté que Dean me puso su chaqueta de cuero marrón preferida - tenemos que hablar Gwendal - llevé una mano al corazón cuando Dean decía mi nombre completo algo iba mal. 

Gwendal: ¿Qué ocurre Dean? - el me miró con sus ojos, aquellos ojos que mostraban un miedo que no me gustaba ya sabía lo que haría, le daría el famoso sí a Miguel ocasionando que negara con la cabeza - ¡No! no pienso dejarte Dean - me acerqué a el ahora me sentía desbastada y bastante acojonada, él me abrazaba mientras le daba en su pecho - no me puedes hacer esto, no ahora, no tú - sus labios secos por el frío de la noche besaron mi frente y el rastro de lágrimas que intentaba evitar mojaron mis mejillas. 

Dean: tengo que hacerlo, sino Sam podría hacerlo y sois mi familia, tanto tu como él sois mi familia, da igual el daño que nos hagamos, da igual las mentiras y las traiciones que haya de por medio, tú y él sois mi familia - me alejé de él - no me hagas esto Winchester, ¡no lo hagas!, no quiero que vuelvas a sacrificar tu vida, porque yo estoy embarazada - dije y él me miró como si fuese un perro de tres cabezas, un ser extraño que al que debía de matar, estaba aterrorizado lo notaba en sus ojos - Dean- no pude decir mucho más cuando le vi marcharse dejándome sola en plena calle. 

Todo se había salido de nuestro propósito Sam tomó la sangre de demonio pero en aquella casa destartalada ante los ojos de su hermano mayor Lucifer consiguió que Sam le dijese que si pero no pudo entrar en la jaula que tanto habíamos conseguido realizar. Con una sonrisa burlona en el rostro, Sam se desvaneció ante nuestros ojos, la batalla final estaba cerca cuando Castiel fue en nuestra ayuda, en el mismo Impala observaba a Dean despedirse de los que mas apreciaba, me sentía por una vez en la vida que Dean no estaba confiando lo suficiente en mi, con un ligero cierre del móvil en su mano salió y me miró, nuestras miradas conectaron por un momento e iba a marcharme cuando noté su agarre en mi brazo. 

Gwendal: suéltame Winchester - me giré y vi su rostro el arrepentimiento de sentirse afligido por lo que me había hecho pasar, no me alejó de él por lo que intentaba luchar con él - no me iré de tu lado, no ahora que me necesitas tanto Dean - tomó mis mejillas y me besó, por lo que respondí de la misma forma, nuestros cuerpos se necesitaban, éramos saliva, lenguas y roces, en el mismo Impala Dean me hacía el amor con cariño idolatrando mi cuerpo como si fuera la última vez que nos viésemos, gemidos salían de mi boca cuando nos sentíamos unidos hasta que notaba como Dean descargaba dentro de mi interior. 

Punto de vista de Dean

Dean: te amo mi preciosa pelirroja - besé su frente al acabar y acaricié su mejilla lentamente como si quisiera recordar todo sus rasgos no sabía lo que la batalla con Lucifer haría, con una mirada de súplica miré a Cass, sabía lo que tenía que hacer llevarse bien lejos a Gwendal para proteger a ella y al bebé. 

Con aire tranquilo conduje hasta dónde Sam me había dicho que lo hiciera, mi sorpresa fue que Adam el otro hermano que teníamos por parte de padre se encontraba allí con el arcángel Miguel dentro de él.

Dean: tu eres mi siguiente en la lista Miguel, pero déjame cinco minutos con él - Adam o lo que no era Adam chasqueó sus dedos y tenía entre sus brazos a Gwendal, la había encontrado por lo que tiraba de su precioso cabello mientras que con su otra mano la agarraba del cuello - mira cabronazo como la pase algo, serás tu el que muera ahora, así que ¡suéltala! - Miguel me miró con una sonrisa en el rostro.

Miguel: todavía no entiendo que veis en esta perra del infierno, es sólo una demonio sin mas pero se de algo que será muy divertido - dijo con una sonrisa en el rostro, delante de mis ojos empezó a dictar una serie de palabras que no entendía, intenté correr hacia ella pero el maldito de Lucifer me detuvo con su típica sonrisa cínica en el rostro de Sam. 

Dean: ¡Gwendal! - de pronto el cielo se puso de un color cobrizo y un agujero se abrió paso debajo de ella, el miedo me estaba deteniendo me petrificaba por lo que estaba pasando y observé como era absorbida por lo que sólo se pudo escuchar mi grito de furia. Todo después pasó muy deprisa Castiel explotó delante de todos nosotros, miré a Bobby que alzó sus hombros sin saber que decir, Lucifer me levantó del suelo y empezó a pegarme con sus puños. 

Sam: sabes Dean voy a tomarme mi tiempo contigo - cada golpe era directo a mi cara, Bobby no podía hacer nada porque le habían noqueado y estaba tumbado en el suelo, por lo que lo único que podía hacer era ser agredido por Lucifer. 

Dean: por favor Sammy tranquilo, tranquilo estoy aquí - los ojos los tenía aguados de la


 desaparición de Gwendal, aún así no podía dejar de lado a mi hermano pequeño. Sam se quedó fijo en un punto del coche y como de un rayo fuese el control que tenía Lucifer sobre Sam desapareció, con grandes zancadas se separó de mi y echó a la hierba seca los cuatro anillos que harían que se abriera la jaula y el propio infierno, Miguel volvió sabiendo que Sam acabaría en el mismo infierno por lo que observaba como poco a poco y a cámara lenta, como tanto Sam como Adam caían, y no pude hacer nada. Castiel apareció delante de mi y curó mis heridas pero no podía curar mi soledad. 

Castiel: lo siento tanto Dean, no pude evitar que ella desapareciese - bajó la mirada ante mi y me ayudó a levantarme, estaba mejorado según él Dios le había ayudado, por lo que no tardé mucho en separarme de Bobby.

Uno pensaría que estaba feliz porque Lucifer acabase en el mismo infierno, pero día tras día en la soledad de los moteles escuchaba la sonrisa de Gwendal, la calidez de sus dedos al tocarme y hasta podía escuchar sus chistes malos, todo ello me provocó una soledad total mi única esperanza la tenía delante de mi. Lisa. 

Lisa: ¿Dean, que haces aqui? - la miré y detrás de ella se encontraba Ben mirando por yo, un tipo que conoció de una vez abrazaba a su madre entre lágrimas susurrando el nombre de una tal Gwendal. Me acobijaron y me dieron el calor de un hogar, cada noche las pesadillas con la desaparición de Gwendal volvían a mi, al igual que el viaje de Sam directamente al infierno. Gwendal siempre recitaba a su escritora de misterios favorita, Agatha Christie, "los perros son sabios Se arrastran hacia un rincón tranquilo, se lamen las heridas y no se unen al mundo hasta que estén completos una vez más". 


Punto de vista de Gwendal 

Escuchaba el murmullo de varias personas a mi alrededor, abrí mis ojos lentamente y me senté en lo que parecía el asiento de una caravana, dejé que mis pulmones se llenaran de aire ya que me estaba empezando a marear, por lo que puse mi cabeza entre mis piernas. 

La caravana era grande por dentro, tenía una pequeña televisión pegada a la pared que ponía el noticiario pero era extraño no hablaba del apocalipsis en ningún lado, llegué al exterior y me encontraba con personas que iban de un lado hacia otro, me estaba asustando aquella situación cuando Miguel me hizo de desaparecer pensaba que iba a morir, un tipo a mis espaldas me asustó por lo que desenfunde mis sais para tirarme hacia el y se los pinché en el cuello. 

Eric: por dios Karen, deja ese maldito chisme, suéltame de una vez - luchó por levantarse pero me dejó impactada cuando me llamó con un nombre que no era el mío - dios muchacha, debes de hablar con Jensen y Jared no duermes apenas - nos levantamos a la vez y guardé las armas en mi cinturón. 

Gwendal: ¿Jensen? ¿Jared? ¿De que demonios hablas? - debía de ser una broma del bromista pero una de muy mal gusto, pero me di cuenta de que estaba muerto, entonces que narices estaba pasando. Me giré al escuchar el paso de unas botas, mis ojos claros se alegraron al ver a Dean delante de mi - oh por dios Dean pensaba que habías muerto - me lancé a sus brazos y le besé, cosa que hizo que se alejara de mi con el rostro confundido, a su lado Sam nos miraba sorprendidos. 

Jensen: ¿Dean? por dios Karen debes de haberte dado un golpe con la escena contra Lucifer - los miré a ambos de forma confusa, me di cuenta de aquel mundo no era el mío, que yo no era Gwendal Bedoña, sino que me llamaba Karen, mi Dean se llamaba Jensen, y Sam no estaba siendo poseído por Lucifer y se llamaba Jared. 

-Fin de la primera temporada- 



*Después de mucho pensar he podido terminar lo que es para mi la primera temporada, quería dar las gracias a mis chicas Parker que han sabido esperar con paciencia a que mi bloqueo de escritora se fuera al garete, espero que os guste este último capítulo de esta temporada y lo disfrutéis. 



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