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Capítulo 26

-Punto de vista de Gwendal-

Desde que Sam se fue del equipo, Dean estaba triste pero sobre todo gruñón, rezaba porque los hermanos se perdonaran y no fueran tan idiotas.

Mientras me estaba terminando de duchar y de secar mi pelo, Dean hablaba con Cass por teléfono móvil - es raro hablar con un mensajero del señor por móvil, es como si un demonio conduciese un ciclomotor - dijo el Winchester. Cuando me puse el pijama me dirigí directamente a la cama de matrimonio que habíamos pedido.

Cass: Dean no tiene gracia, la voz me dice que le quedan pocos minutos - Dean se guardó una carcajada pero se puso serio en cuanto me vio cruzada de brazos, mosqueada por su comportamiento infantil.

Dean: está bien, está bien, ¿sabes algo del Colt? - se apoyó en la encimera de la cocina esperando alguna respuesta.

Cass: he escuchado cosas, pero si tu idea de cargarte a Lucifer sigue en pie, te lo buscaré, ¿Dónde te encuentras?.

Dean: en Kansas City, en la habitación Century en la habitación 114 - le había enseñado la llave de la habitación.

Cass: iré de inmediato no tardaré - iba a cerrar el teléfono.

Dean: no Cass, llevo 16 horas conduciendo y lo único que quiero es una noche tranquila con Gwendal y dormir, soy humano entiéndelo, y necesito dormir y comer, asi que pásate por la mañana - cerró el móvil.

Gwendal: ¿pasar una noche con tu chica,no? - le sonreí con una sonrisa pícara en mi cara y Dean se acercó a mi besando mis labios, dejando que nuestros cuerpos se tumbasen en la cama.

Dean: a la que llevo de lado a lado en Baby y no se queja de nada - sus labios fueron hacia mi cuello, dejando que su clara barba raspase mi piel blanca, posteriormente mordisqueaba con sus dientes dejando marcas enrojecidas y con su lengua dejaba pequeñas figuras de saliva.

Gwendal: Dean, puede venir Cass - era como mantequilla en sus manos, y Dean me miraba con una sonrisa en la cara.

Dean: le he mandado a Cass que nos deje en paz, así que tu y yo hoy no estaremos para el mundo - me quitó la camisa del pijama dejándome como dios me trajo al mundo. Solté un fuerte gemido en cuanto su deliciosa lengua recorría uno de mis pezones, después arrastraba su lengua hacia mi ombligo para así pasar a morderme cada centímetro de mi piel.

Gwendal: Dean - solté un susurro mientras intentaba no gemir por sus mordiscos.

Dean: no puedo detenerme, más bien no quiero detenerme pequeña - sus manos rasposas bajaron el pantalón corto del pijama al igual que mi ropa interior, y sonrió - eres perfecta Gwendal - se acomodó mejor entre mis piernas y me levantó las caderas dejando que mis piernas se levantaran quedando suspendidas. Un escalofrio recorrió mi espalda en cuanto sentí como los dedos de Dean abrían mis pliegues y lamía mi clítoris con gran hambre, dejando que su lengua me lubricara más todavía.

Mis dedos recorrieron sus mechones de pelo y tiré de ellos mandando que entrase más en mi para así poder cerrar las piernas para que no se detuviese, el orgasmo estaba a punto de llegar cuando frustrada sacó su lengua dentro de mí.

Gwendal: Winchester, como pares te mato - me sorprendió cuando me giró sobre la cama con gran rapidez, su deliciosa boca recorría mi espalda desnuda provocando que múltiples gemidos salieran de mi boca.

Dean: ¿acaso estás deseosa nena? - me mordí el labio inferior por tan frase tan deliciosa y provocante, dejándome llevar en aquellos momentos por cómo sus manos bajaban por mi espalda y recorría mis nalgas. Solté un gemido cuando dos de sus dedos entraron en mi dejándome llevar por el placer y la excitación, agarraba las sábanas mientras notaba como salían y entraban en mi interior, al final terminé en sus dedos. 

Escuché como Dean se levantaba de la cama y buscaba entre los bolsillos de la mochila encontrando un preservativo, el fino plástico se rasgó por sus dientes y se lo puso recorriendo su largura. Me percaté que hacía vuelto a subir a la cama porque el colchón se había hundido y entró de una sola embestida dentro de mi, no estaba lo suficientemente preparada por lo que un gemido improvisto salió de mi boca. 

Dean: me encanta tenerte así nena - sus manos se agarraron a mis caderas dando comienzo a un vaivén de embestidas provocando que la habitación se llenase de gemidos, música celestial para nuestros oídos. Con el segundo orgasmo llegando a mi cuerpo, Dean se descargó en mi mientras dejaba pequeños mordiscos en mi espalda, al poco mi orgasmo me llenó recorriendo toda mi columna vertebral como si fuese a faltar el aire. 

Dean salió de mi y me tumbé dejando que mi cuerpo se relajara - vas a coger un resfriado nena si estás desnuda - me recriminó por lo que me levanté buscando mi ropa interior y el pijama que me había quitado. Fui la primera en dormirme notando las manos del mayor de los Winchester en mi cintura, me apoyé en su pecho para poder dormir mejor, el toque de sus labios en mi frente era la señal que me daba las buenas noches. 

-Punto de vista de Dean-

No serían ni las 5 de la mañana cuando escuché mi móvil sonar, pensaba que era Cass miré a mi derecha y estaba Gwendal dormida como un ángel caído del cielo por lo que sonreí ante su rostro tranquilo y respondí. Era Sam, quería volver, volver con nosotros, había tenido una especie de charla con el recipiente de Lucifer, estaba destinado a ser el títere de Lucifer después del apocalipsis. 

Me encontraba cansado de toda esta situación, Miguel o Lucifer, ángel o demonio, daba igual lo único que sabía que en aquellos momentos quería lejos a Sam, su traición me había hecho mucho mal, sobre todo a nuestros lazos familiares. Cerré mi móvil y me volví a dormir, me costaría hacerlo pero tuve el consuelo de las manos de Gwendal sobre mi cintura. 

Gwendal: Winchester duérmete de una vez - su respiración se volvió a tranquilizar dejando que mis ojos se volviesen a cerrar por el cansancio. 

Desperté en una cama sin colchón, el frío de la ventana entraba ya que estaba abierta, me parecía raro todo cuando a mi lado no se encontraba Gwendal, ¿Dónde se encontraría?.

Dean: ¿Nena? - miré a mi alrededor no había indicios de que hubiésemos estado durmiendo allí, me dirigí hacia la ventana, la ciudad estaba destrozada, vallas de alambre de espino se encontraban cerrando las calles principales, con paso ligero salí a la calle y mis pies me llevaron hacia un callejón, la palabra "CROATOAN" estaba pintado en la pared de enfrente de mi, un grupo de personas me perseguía por lo que corrí, me encontraba encerrado por una de las tantas vallas de alambre pero me tiré al suelo en cuanto un tanque empezó a disparar a diestro y siniestro. 

El mundo se había ido a la mierda, ya me lo había dicho Zacharías en el coche cuando iba a algún lugar sin destino; cinco años habían pasado de mi no a Miguel, y ahora Sam era el puto Lucifer y amo de la tierra. No sabía que había sido de Castiel ni dónde estaba Gwendal ni de Bobby, estaba en un callejón sin salida.   

Llegando a la casa de Bobby encontré todo devastado por el paso del tiempo, y buscando pruebas de dónde podía estar mi yo del futuro encontré una viaje fotografía, no tardaría ni un par de horas con el exceso de velocidad que llevaba. Con sigilo entré a dicho lugar, lleno de follaje con altos árboles y pude apreciar a baby, estaba desmantelado sin ruedas ni puertas, se me cerró el estómago y me dirigí hacia el.

Dean: pequeño, ¿Qué han hecho contigo? - no pude decir nada por el golpe en la nuca que me habían dado y caí desmayado al suelo.

Me desperté. No sé cuanto tiempo estuve inconsciente pero lo hice no sé como pero lo hice, notando el sonido de una esposa en mi mano derecha me tenían esposado a una tubería, mi mente me debía de pasar una mala pasada, enfrente de mi se encontraba mi yo del futuro.

Dean: ¿Qué cojones pasa aquí? - dije confundido, intentando soltarme de aquella esposa pero inútil en mis vanos intentos.

Dean2: eso debería debería de preguntarlo yo, ¿no crees?- tenía un arma entre sus piernas a punto de ser disparada entre sus manos, estaba exactamente igual los mismo ojos, el mismo pelo pero se notaba un dije de tristeza en su mirada, algo que tenía que haber pasado para que estuviese así - ¿porqué no me das una buena razón para que no acabe contigo, aquí y ahora?.

Dean: porque te harías daño a ti mismo - dije como si fuese lo más normal del mundo, no sabía si me había vuelto loco, alguien decía que las mejores personas estaban locas creo que me lo hizo recordar Gwendal cuando tenía un libro de "Alicia en el país de las maravillas", se lo había comprado para matar el aburrimiento en nuestros días de caza, la extrañaba muchísimo. ¿Dónde estaría?.

Dean2: muy gracioso - alzó el arma ya que me había apuntado con ella antes.

Dean: oye amigo, no soy un metamórfico, ni un demonio ni nada de eso, ¿vale? - intentaba quitar hierro al asunto ya que me dejó de mirar por unos segundos.

Dean2: ya lo sé, lo he comprobado mientras dormías, pero lo que me parece más extraño que llevas las ganzúas, el cúter y la navaja que llevo yo, ¿quieres explicármelo? y lo de nuestro parecido también - mi brazo se estaba durmiendo por la postura que estaba teniendo por lo que le hice que me soltara. 

Dean: Zacharías - al nombrar al ángel el otro Dean de este tiempo se levantó, pude notar como acariciaba un anillo de oro que llevaba en su dedo anular de la mano izquierda. ¿Estaba casado?. ¿Quién sería mi esposa?, ¿Gwendal?.

Dean2: ¿Cómo dices? - me miró impactado, cómo sino se creyese mi versión de la historia. 

Dean: soy tú a finales del 2009, Zach me sacó de la cama y me hizo avanzar cinco años en el futuro.

Dean2: ¿Dónde está? quiero hablar con él - me apoyé en la mesa más cercana, mientras el otro Dean se acercaba más a mi - mira si eres yo, dime algo que solo sepa yo - me relamí los labios y empecé a hacer memoria.

Dean: Rhonda Harleick, teníamos diecinueve añitos, nos hizo probar sus bragas eran de color rosa y eran de satén, y sabes que no nos disgustó - con una risa burlona en mis labios el otro Dean se relajó. 

Dean2: touché, entonces Zach te envió para ver como de mal se ponía esto, ya habrás visto el virus Croatoan, es efectivo e incurable y acojona como el infierno, empezó a afectar a las grandes ciudades y luego el mundo se fue a la mierda.

Dean: ¿Dónde está Sam? ¿Y Gwendal? - el otro Dean al escuchar el nombre de Sam se quedó pensativo hasta que habló.

Dean2: hubo un enfrentamiento en Detroit y por lo que he oído Sam no sobrevivió - mis respiración se cortó en cuanto me lo dijo - ¿no estabas con él? - me negó con la cabeza - ¿y Gwendal? - su nombre fue como un cubo de agua fría para el, confundido se alejó de mi, por lo que le seguí. Todos en ese campamento estaban locos, el Cass que yo conocía no era el de ese tiempo, había perdido su gracia, y era como un gurú del amor, daba mucho miedo.

Volví con el otro Dean había encontrado el Colt para matar a Lucifer, me necesitaba para que viese algo, de como Sam estaba vivo y algo mucho peor pero hasta que no estuviese allí no podría verlo con mis propios ojos. 

Sabía que era una misión suicida, el grupo del campamento seguía a su líder con los ojos cerrados al llegar al lugar de encuentro el Sam de ese tiempo tenía al Dean en el suelo con el cuello roto y con una sonrisa ladina me miró - Hola Dean. 

Sam estaba enfrente de mi,  acariciando una rosa roja para después cortarla con sus manos y dejándola sobre una tumba de un ángel hecho en mármol blanco cuya limpieza se había olvidado con el paso del tiempo - eran sus favoritas lo sé - miré la esquela confundido entonces lo entendí todo. En la esquela ponía "Gwendal Winchester - tu marido e hijo no te olvidarán" - la mataste tu maldito hijo de perra - mi voz se alzó en el último momento.

Sam: fue sin querer, quería detenerme, no solo a mi sino a este ser que tengo dentro, cuando me contó de su embarazo por teléfono me alegré tanto, ibas a ser feliz pero decidiste alejarme de ti, de nuestra pequeña familia y cómo si de una venganza por lo que ibas a hacer la maté, y sabes lo peor que no me matarás, a tu querido Sammy. Hasta dentro de 5 años hermanito - y desapareció ante mis ojos, como si de un sueño fuese volví a aparecer en la habitación con Gwendal.

Gwendal: Winchester no hagas eso - encendí la lámpara y me puse encima de ella llenando su cara de tiernos besos por lo que se quejaba medio dormida - ¡Dean! - su quejido para mi fue como canto celestial.

La decisión estaba hecha, aunque Zacarías me llevase hasta el mismo infierno dejaría que Sam volviese, me costaría pero tenía que hacerlo, por Gwendal, por Sam y por mis futuros hijos.

-Fin del capítulo-

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