Capítulo 21
-Punto de vista de Gwendal-
Estaba al tanto de que los casos eran escasos por lo que nos encontrábamos en un bar tomando jarras de cerveza.
Sam tenía el portátil y Dean bebía chupitos, uno tras otro.
Desde su salida del foso de la muerte bebía en cuanto podía y dormía poco.
Noche tras noche salía de la habitación de motel dónde estuviésemos y entraba tambaleándose sin pensar que tanto Sam como yo nos preocupásemos.
Dean: ¿algún caso? - preguntó en cuanto se tomó el tercer chupito.
Sam: nada no hay nada, pero me gustaría saber una cosa Dean - este alzó sus cejas en cuanto su hermano le preguntó.
Dean: ¿Qué ocurre? - sus ojos verdosos miraron los ojos de color oscuro de su hermano y luego los míos.
Gwendal: Dean queremos la verdad, ¿de verdad que no te acuerdas de nada del infierno? - le pregunté mientras apoyaba mis codos en la mesa.
Dean: no me acuerdo de nada chicos, ¿como queréis que recuerde algo?-
Sam me miró y asentí con la cabeza.
Dean: ahora me gustaría saber si hay algún caso, por pequeño que sea.
Sam: bueno tenemos uno, un espíritu vengativo que se mete en los baños de mujeres - en cuanto terminó de hablar, Dean sacó unos cuantos billetes de su cartera.
Dean: ese me gusta, vayamos a ver que ocurre - alcé mis cejas de forma cómica.
Gwendal: todo por las mujeres, ¿no Winchester? - me levanté y me puse la chaqueta, aquel gesto fue imitado por los chicos y nos metimos rápidamente en el Impala, llegando a las cuatro horas a nuestro destino.
Pasaron las horas cuando amaneció y me levanté por el roce de los rayos del sol en mi cara, al levantarme me fijé en Dean, se encontraba moviéndose entre las sábanas y entre jadeos se despertó.
Gwendal: ¿pesadilla? - los ojos de Dean me miraron y se levantó medio dormido hasta el baño.
te puede cambiar.
Al poco Dean salía del baño con sólo una toalla, traía el pelo mojado y su pecho se encontraba perlado por las gotas de agua de la ducha.
Dean: ¿mirando algo que te guste, pelirroja? - me mordí el labio sin decir palabra alguna y me levanté de los pies de la cama dónde había esperado que Dean saliese de la ducha.
Gwendal: ya te gustaría Winchester - cerré la puerta en sus narices y me lavé la cara en el lavamanos, desde que había vuelto con Dean los efectos de la poción había menguado, hasta tal punto que empezaba a volver a sentir cosas por él.
Al terminar mi rutina de aseo y esperar a que los hermanos se terminasen de vestir, me miré al espejo y me puse el pelo en una coleta, me hacía más profesional.
Dean: yo si fuera tú me pondría falda tienes un cuerpo muy bonito pelirroja - me dijo susurrándome al oído justo antes de que entrásemos al restaurante de comida oriental.
Sam: Dean estamos en un caso, deja de ligar - me atosigué con el café que tenía en mi garganta, casi lo escupo por la boca.
Gwendal: ya está bien los dos - Sam se dirigió hacia la testigo y yo en cambio rodeé aquel restaurante de paredes con colores vistosos cuyas mesas eran circulares en el centro de la sala y rectangulares pegadas a las paredes.
Mis lentos pasos me llevaron hacia una pequeña fuente de mármol gris con un buda horrendo encima, era una fuente de los deseos, con una pequeña risa me fijé mejor y Dean se acercó a mi.
Gwendal: ¿sabías que mi cultura difundió las creencias de los pozos de los deseos?, antes se tiraba una piedra a una zona de agua estancada y dependiendo de las burbujas podía irte mejor o peor - Dean se cruzó de brazos mientras me escuchaba.
Dean: ¿que pedirías?.
Gwendal: que me contaras la verdad Dean, se que el infierno cambia a la gente, he vivido en él durante mucho tiempo.
Dean: os he dicho que no me acuerdo de nada y el próximo que me pregunte le daré de ostias - se alejó de mi mientras se metía las manos en sus bolsillos buscando pruebas para el caso hasta que me fijé que se marchaba del restaurante.
Dirigí mis ojos hacia la fuente y saqué una moneda de mi monedero y la tiré al agua - desearía ser Dean para saber lo que siente y ayudarle - observé como la moneda se hundía en el agua poco a poco.
Observé a Sam que había terminado con la testigo y me acerqué - este caso se torna cada vez más raro, la testigo me ha dicho que el fantasma la ayudó a levantarse y no la tiró por la escalera sino que ella se cayó - solté una pequeña sonrisita - no tiene gracia Gwendal.
Gwendal: uy si la tiene Sammy - puso los ojos en blanco y nos fuimos hacia Dean que por lo que se ve había salido buscando señales electromagnéticas, traía un periódico entre las manos - nada de nada, ni señales de espíritu en lo que hay de kilómetros a la redonda - se levantó de la escalinata.
Sam: yo creo que nuestra testigo estaba perseguida por su propia locura - unos chicos corrieron delante de nosotros perseguían aún niño más pequeño.
Gwendal: !corre Forrest corre¡ - grité mientras los dos hermanos me miraron extrañados.
Sam: eso es algo que Dean diría - alcé los hombros con aire tranquilo.
Dean: la verdad es que es una decepción para mí, este caso es muy raro.
Gwendal: si claro pobres chicas desnudas - llegamos por el embarcadero que estaba lleno de barcos y escuchamos a dos tipos, sería una discusión normal hasta que mencionaron al monstruo de Yeti.
La situación se volvió cómica en cuanto tuvimos que pedir la testificación de una niña, dónde su oso de peluche gigante había cobrado vida - esto es muy raro hasta para nosotros - comentó Dean, yo en cambio intentaba no reírme de aquella situación.
Sam: no tiene gracia Gwendal.
Gwendal: oh venga, que pasa en este pueblo, ¿es que han echado LSD en el agua potable o qué?.
Dean: no queda otra que quedarnos hasta mañana - miré a los dos hermanos con incredulidad - por mí está bien pero ahora lo que me apetece es tomarme algo en un bar, ¿no os parece? - Sam me miró raro y Dean, bueno Dean estaba normal en aquellos momentos.
Fue una noche tranquila hasta que llegué borracha al hotel y con un tipo a mi habitación del hotel, no fue gran cosa hasta que la mañana siguiente me levanté exaltada por las pesadillas que había tenido, pesadillas que hacía mucho que no tenía. Me fijé que en el lado izquierdo de la cama no se encontraba el chico con el que pasé la noche por lo que me extrañó y me froté los ojos cansada.
Mis ojos recorrieron la habitación que se encontraba todavía a oscuras y me dirigí hacia el baño, no sería tanto la sorpresa cuando alcé la vista hacia el espejo del baño, y la mirada de Dean Winchester se encontraba mirándome.
Gwendal: !Ah¡ - grité y caí de culo al suelo, mi grito recorrió el baño entero, a los pocos segundos Sam sin camiseta y con su arma en las manos me apuntó.
Sam: Dean, ¿qué narices pasa? - tenía las manos alzadas por lo que las bajé, me fijé en Sam y que no llevaba ropa por lo que me sonrojé, Sam al ver a su supuesto hermano sonrojado se preocupó.
Gwendal: llama a Gwendal, y ponte algo de ropa maldita sea - salí del cuarto de baño llevándome las manos a la cara, aquello no podía estar pasando, no aquello no, estaba en el cuerpo de Dean.
La puerta se abrió de repente y mi cuerpo con Dean dentro entró alterado mientras Sam se le quedaba mirando sin entender nada.
Dean: Gwendal, ¿qué has hecho? - le miré desde la cama y me levanté.
Sam: eh Gwendal, ¿qué ocurre? - se dirigió a Dean que estaba dentro de mi cuerpo.
Dean: no soy Gwendal, soy Dean - se sentó en la cama y puso su cabeza entre las piernas.
Gwendal: oye que yo he despertado en este cuerpo, ¿te crees que es fácil ser un tío? - Sam nos miró incrédulo.
Sam: osea que Gwendal es Dean y Dean es Gwendal - preguntó confirmando lo que estaba pasando.
Dean: esto tiene que ser parte del bromista porque no tiene sentido - miró hacia abajo provocando que sus manos fueron hasta mis pechos.
Gwendal: eh quita las manos de ahí - Dean bajó las manos con una sonrisa en los labios.
Dean: ahora son míos y ahora podré verme desnuda.
Gwendal: pues no es santo de devoción verte a tí desnudo - mis mejillas se empezaron a poner rojas de la vergüenza, y cogí lo primero que pillé de la mochila de Dean.
Conseguí ducharme sin sonrojarme por el miembro de Dean que tenía entre las piernas, al igual que vestirme.
Apoyé mis manos en el lavamanos e hice memoria, los gritos de aquellas almas en mi cabeza me alteraban al igual que las imágenes, cuarenta años en el infierno asustarían hasta al más valiente.
Sabía que Dean no era una persona fácil pero el poder sentir y captar lo que él había vivido durante todo aquel tiempo en el infierno era una tortura, y más sabiendo que había sido Dean quién las había torturado.
El estómago se me puso del revés y vomité en el wc y Sam desde la puerta me miró preocupado - dios ser Dean Winchester es un asco - me levanté y cogiendo la chaqueta de cuero me la puse y salí casi corriendo hacia las afueras del hotel.
Dean se encontraba apoyado en la puerta de la que era mi habitación, el chico con el que me había acostado se acercaba a él pero Dean se encontraba un poco incómodo.
Gwendal: tenemos que hablar a solas - miré enfadada a aquel tipo y cogí el brazo de Dean.
Chico: hey ella estaba muy a gusto conmigo gilipollas - me giré y tiré a aquel tipo al suelo ante la atenta mirada de Dean.
Volví a coger a Dean del brazo y le llevé hasta el Impala - que esté en tu cuerpo no quiere decir que me lleves como un trapo Gwendal, ¿Qué te pasa? - me crucé de brazos la verdad que el cuerpo de Dean intimidaba bastante.
Gwendal: parecía que tenía que salvarte Dean - me acerqué a Dean lentamente dejando que su cuerpo se apoyara sobre el Impala.
Dean: ¿celosa? - tragó saliva cuando rocé sus labios con uno de mis dedos.
Gwendal: puede ser - apoyé mi mano derecha en el lateral del coche y con la izquierda cogí su cintura, iba a besarle cuando Sam nos interrumpió.
Sam: chicos esto me resulta tan raro como a vosotros - miraba como la mano del cuerpo de Dean estaba en la cintura de mi cuerpo y agrandó sus ojos, por lo que lo solté.
Dean buscaba con desesperación las llaves del Impala en los bolsillos de su chaqueta pero empezó a escuchar el tintineo de las llaves en mis manos - dámelas Gwendal, el coche es mío - levanté la mano sobre su cabeza mientras Dean saltaba intentando cogerlas.
Gwendal: ¿Quién está en tu cuerpo?, aquí la menda, así que yo conduzco - tenía una gran sonrisa durante el trayecto hacia el restaurante oriental.
Sam: ¿porqué volvemos aquí Gwendal? - por el retrovisor miraba a Dean que estaba de brazos cruzados enfadado.
Gwendal: se del porqué intercambié mi cuerpo con el de Dean, la fuente del restaurante hace realidad tus deseos - aparqué y Sam entró al restaurante pero sentí la mano de Dean en mi hombro.
Dean: ¿porqué lo hicistes? - me volteó esperando respuestas.
Gwendal: quería ayudarte Dean, es difícil salir del infierno y más teniendo las pesadillas que tú tienes Dean.
Dean: quiero saber una cosa y quiero la verdad, ¿porqué no siento nada?, desde que estoy en tu cuerpo es como si hubieses olvidado todo lo que hemos vivido nosotros dos - metí las manos en los bolsillos de los vaqueros.
Gwendal: es difícil sentir cosas por una persona cuando aquellos sentimientos no son respondidos como quieres Dean, necesité de una ayuda extra - Sam volvió a salir del restaurante y se nos quedó mirando.
Sam: chicos, ¿no entraís? - iba a seguir a Sam cuando escuché a Dean detrás de mí.
Dean: esta conversación seguirá cuando esta situación vuelva a la normalidad, Gwendal - entramos los tres al restaurante, con Sam con un martillo y yo con una barreta intentamos sacar la moneda pero sin éxito alguno.
Encontramos la información de la moneda, sembraba el caos de todo aquel que pedía sus deseos a la fuente - los deseos se hacen realidad pero se acaban torciendo - dijo Sam mientras Dean se tomaba una cerveza.
Gwendal: pides que tu oso cobre vida y tenemos un oso con trastorno bipolar, nuestros cambios de cuerpos - el grito de Sam a las pocas horas me acabó despertando, las mismas sensaciones, el mismo dolor y caos en mi cabeza, con disimulo y aceptación Dean me miraba desde la silla más próxima a Sam.
Sam: !Gwendal despierta¡ - el cuerpo de Dean era pesado y brusco por lo que me costaba levantarme y me restregué los ojos.
Gwendal: ¿Qué ocurre chicos? - Sam me miraba interrogante, esperando una respuesta.
Sam: ¿Qué está pasando aquí?, Gwendal desde que estás en el cuerpo de Dean tienes las mismas pesadillas, ¿os creeís que soy tonto?.
Gwendal: Dean te contará si él quiere.
Dean me tiró un periódico - tenemos una pista, desde hace un mes esta pareja de enamorados anuncian su compromiso sorpresa - miré la tira del periódico.
Gwendal: oh amor verdadero.
Sam: es nuestra mejor pista - entendimos que aquel caso era por un amor no correspondido y aquel hombre tuvo que pedir un deseo que provocó un gran caos en aquel pequeño pueblo.
Con la aparicia de Dean me arrodillé delante de aquel hombre con gafas de pasta gruesa, camisa de rayas blancas y negras - sabes que tienes que quitarla, esto lo has provocado tú y debes de entender que no puedes obligar a las personas que te amen, aunque ellas no sientan lo mismo que tú, debes de hacer lo correcto - notaba la mirada de Dean sobre mi nuca, para después levantarme.
West: de verdad no lo entiendo, vosotros dos lo teneís fácil - nos señaló a Sam y a mí, por lo que extrañada miré a Sam.
Sam: no lo tenemos fácil West, por tus deseos tu pueblo se está volviendo loco.
Dean: no lo tenemos no, el ser humano tiene que sufrir por naturaleza ya de lo poco que tenemos debemos de luchar por condurarlo, asi que te llevaremos a la fuente y la quitarás si o si - alcé mis hombros y entre Sam y yo levantamos al pobre hombre para después llevándolo al Impala, sería nuestro tercer viaje cuando entramos los cuatro hacia la fuente.
West: no lo entiendo, Hope me quiere y es alucinante, ¿porqué la vida es así conmigo? - se acercaba poco a poco a la fuente.
Gwendal: nunca obtenemos lo que deseamos West, lo sé por experiencia - West al final sacó la moneda de la fuente volviendo todo a como estaba, como si de un gancho fuese sentía que me tiraban y volví a mi cuerpo, al igual que Dean al suyo.
Dean: !He vuelto¡ - se tocaba cada parte de su cuerpo añorándolo.
Gwendal: y yo también - mi estómago empezó a revolverse - joder Dean, ¿pero que has comido? - me senté en una de las sillas, mientras aquel pobre hombre llamado West nos miraba con pena, su prometida Hope no se acordaría de él.
Ya terminado el caso me encontraba sentada junto con Dean y Sam vino a nosotros - díselo Dean es tu hermano - sus ojos verdosos me miraron con calma y se levantó.
Dean: Sam tenías razón - Sam me miró a mi primero y luego a Dean.
Sam: sobre qué Dean.
Dean: no debí mentirte, si que me acuerdo de todo lo que me pasó allí abajo, de todo.
Sam: pues cuéntamelo.
Dean: lo siento pero no, no quiero seguir mintiéndote pero no quiero hablar de ello.
Sam: Dean no estás solo en esto, tienes que dejar que te ayudemos - me señaló para después hacerlo en él mismo.
Dean: ¿cómo?, ¿de verdad que una charla íntima y un poco de cariño va a cambiar algo?, ¿crees que eso va a curarme?, no estoy hablando de tener un mal día. Sam las cosas que vi son indescriptibles, no podré olvidarlas jamás y nadie puede ayudarme porque las tengo aquí - y se tocó la cabeza - para siempre, no las entenderías y yo no podría hacer que las entendieras asi que lo siento - Sam miró con lástima a su hermano mayor y por un momento en mi vida hubiese querido que la poción del olvido que me tomé, la hubiese tomado Dean para hacerle olvidar todo lo que había vivido en el infierno.
-Fin del Capítulo-
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