24
Intento agazaparme entre la multitud de estudiantes, pero Yoongi es más rápido y me atrae hacia su cuerpo, con un brazo sobre mis hombros. El olor de su colonia ciega todos mis sentidos y, aunque al principio me paraliza, logro recuperarme rápidamente.
—Necesito hablar contigo —susurra cerca de mi oído.
No sé qué pretende.
Al intentar darme vuelta, veo por el rabillo del ojo que dos de sus amigos van atrás de él, como si estuvieran cuidándole la espalda. Quiero girarme, para que vean mi descontento con la situación, así mismo para demostrarles que no tengo miedo. No obstante, se me impide hacer tal cosa, pues Yoongi ejerce mucha presión sobre mis hombros.
Cuando estamos a las afueras de la escuela —a unos pasos de la calle—, Yoongi se detiene y mi mente se descontrola.
—¡Jungkook!
Puedo reconocer esa voz fácilmente.
—¿Taehyung? —murmuro, mientras alzo la mirada y lo veo acercarse a mí, pletórico de energía, como siempre.
—¿Quién eres tú? —pregunta Yoongi con recelo.
—Oh. —Taehyung sonríe como si estuviera orgulloso de la situación y toma una posición desenfadada—. Soy su amigo. Aunque como últimamente nos hemos vuelto más íntimos, soy su mejor amigo, un placer.
Taehyung ofrece su mano y Yoongi la rechaza, de cierta forma solo logro sentirme avergonzado.
—No me interesa saberlo.
—¿No acabas de preguntar?
Yoongi chasquea la lengua, fastidiado.
—Quisiera hablar con Jungkook. Imagino que no te molestaría si me lo llevo ahora mismo.
La faceta que Taehyung muestra ahora mismo me hace sonrojar: con su postura firme, el pecho en alto y el mentón elevado, la boca entreabierta y su mirada desafiante, como todo un galán de películas.
Y, aun así, siento el agarre de Yoongi volverse más firme.
—Iba a hablar con él —puntualiza—. Es importante. Así que, si quieres, puedes irte y hablar con Jungkook después.
Mi corazón se ha agitado de una manera que no puedo describir. Me duele el pecho y me siento incómodo.
—No puede ser otro día, tiene que ser ahora —responde Taehyung—. ¿Por qué no atienden sus asuntos aquí? No tengo ningún problema con esperar.
Puedo escuchar los dientes de Yoongi rechinar, debe estar muy enojado.
—¿Acaso eres sordo? —Uno de los chicos avanza hacia Yoongi y puedo verlo con más claridad: es Jungwoon—. Jungkook no puede ir contigo en este momento, vuelve otro día maldita sea.
El otro chico avanza también, justo a mi lado. El guardaespaldas de Taehyung mira muy fijamente a Yoongi. Y por dentro estoy riéndome a carcajadas, porque esto es, sin lugar a dudas, lo más infantil que he visto.
—Escuchen: este guardaespaldas no es de decoración. No pretendo meterme en problemas con ustedes. Jungkook, ven conmigo. —Su mano busca la mía y jala de ella. Al comienzo siento una breve presión de Yoongi sobre mis hombros, luego desaparece—. Que tengan un buen día.
A medida que avanzamos a su auto, puedo escuchar los insultos que suelta Yoongi, pero a Taehyung parece no importarle eso.
Por última vez, miro a Yoongi mientras Taehyung abre la puerta del auto. No sé cómo puedo describir la expresión en su rostro. Me inquieta, porque en sus ojos hay tristeza, profundo enojo y un atisbo de decepción. Su mirada se siente sobre mí como fuego ardiente, y me quema.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro