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20

He estado un poco ausente. Me he tomado un día para mi mismo y mis pensamientos que, por cierto, pesan como piedras en un saco. Observo el cielo raso hasta el punto de imaginar que cae sobre mí toda la casa. ¿Moriría al instante o quedaría vivo, sepultado y desesperado? Antes de siquiera darle una respuesta, mi madre entreabre la puerta y asoma la cabeza. Sus dos ojos brillan como perlas bajo el agua y me inquieta.

—Tienes una visita, cariño.

—Si es Yoongi, dile que estoy ocupado.

—¿Ocupado haciendo qué? —Echo la cabeza hacia atrás, de nuevo sobre mis almohadas—. Llevas encerrado desde ayer y ni sales a comer. ¿Al menos te has dado una ducha?

—Sí.

—¿Cuándo? —Inquiere, pasando el umbral de la puerta.

—Ayer.

Respira tan duro como le es posible, tan claro para que yo lo escuche y me sienta mal.

—No es Yoongi —dice—. Es otro chico. Dijo que era tu amigo. Y como has estado en cama tanto tiempo, pensé que podría levantarte el ánimo y lo invité a pasar. Está en la sala, esperándote.

¿Amigo? No tengo amigos. Me siento y frunzo el ceño. Mi madre se da media vuelta antes de que pueda preguntarle más y sale de la habitación, cerrando la puerta con fuerza. Es claro que algo extraño está pasando y me pone los pelos de punta.

¿Es un compañero? No, nunca traigo compañeros a casa. Y no dirían que son mis amigos. Eso jamás.

¿Debería darme una ducha?

Sacudo la cabeza y me levantó tan rápido que todo se pone negro, así que me quedo quieto unos segundos. La visión poco a poco mejora y me acerco al armario, tomo un spray y me lo echo encima. No creo oler tan mal, pero esto ayudará a disimular cualquier rastro de mal olor.

Salgo de mi habitación y tomo una bocana de aire antes de caminar hacia la sala. Espero no sea alguna clase de broma de mamá para hacerme salir de cama. O peor aún, que algún amigo de Yoongi se esté haciendo pasar por un buen amigo mío para reventarme después.

No.

Basta de pensar en los peores escenarios, Jungkook. Todo está en tu mente.

—Ho...

—¡Hola!

—Aquí tienes un vaso de agua... Cariño, ¿estás bien?

No estoy seguro de si pierdo el equilibrio o es por inercia que retrocedo. Mi madre —quién acaba de entregarle un vaso de agua al chico —se acerca a mí, y lo único que puedo ver es su expresión de preocupación.

—Estás tan blanco como la leche. ¿Es porque hace mucho no veías a tu amigo?

—No lo conozco —susurro.

—¿Qué?

—Deberíamos de llamar a la policía —vuelvo a hablar en voz baja.

—¿Cómo que no lo conoces?

—Es decir, si, pero no —trastabillo con mi propia lengua.

Antes de mi madre preguntar algo más, el chico habla.

—¿Llamarán a la policía? —pregunta, no con tono de preocupación, sino más bien como si se tratara de un chiste que, a mí personalmente, no me da risa.

—¿Llamarás a la policía? —pregunta mi madre de vuelta hacia mí, con los brazos en jarra y un gesto de gracia. Se ríe y pasa de largo—. Iré a la tienda por unas cosas. Parece que ustedes dos tienen mucho de que hablar.

Quiero pedirle que no me deje a solas con este extraño y, sin embargo, no soy capaz de articular palabra alguna, mucho menos de moverme. Su mirada amable y su sonrisa gentil me hacen sentir que estoy entre el cielo y el infierno porque me asusta y me agrada.

Mi madre sale de casa con un bolso de mano y nos sonríe antes de cerrar la puerta.

—Debo decir que tu casa es muy bonita. —Paso saliva y lo observo atentamente. Ante mi silencio, continua—: Sé que debí avisarte antes, pero eso arruinaría la sorpresa.

Entorno los ojos y empuño las manos. Sus ojos, que antes me miraban a mí, pasan por la sala y luego al vaso con agua que sostiene.

—No fue correcto de mi parte venir así. Sin embargo, tenía muchas ganas de conocerte en persona. Creí que querías lo mismo.

—No eres real —digo, cuando mi lengua está un poco más suelta y el corazón casi vuelve a la normalidad.

—Lo soy —asegura, mirándome con sinceridad.

—¿Puedo tocarte?

Una pequeña curva se muestra en sus labios.

—Adelante, toca donde quieras.

No estoy seguro de si hay una segunda intensión en la forma y el tono en que lo dice, pero me acerco ignorando todo eso. Miró sus ojos cafés, luego su nariz —donde tiene un pequeño lunar— y sus labios, que se me hacen atractivos. Inspiro y toco su hombro; mis dedos se hunden en su piel y él dirige la mirada hacia donde sea que yo toque, como su pecho, o su antebrazo. Finalmente, hago que retire una mano del vaso y la tomo entre las mías. Sus dedos son largos y finos, la piel es suave al tacto y sus uñas son alargadas y muy cuidadas. Es... Inefable.

—No soy un robot —afirma con seguridad—. Soy Kim Taehyung. El de carne y huesos, como tú.

No soy capaz de mirarlo a los ojos y me quedo cabizbajo y caviloso.

—No comprendo. Si utilicé mal la aplicación, me disculpo, yo...

—No es nada de eso. Vine hasta aquí para hablar de otras cosas. —Finalmente, vuelvo a mirarlo, arrepintiéndome al instante porque es demasiado atractivo. Retrocedo otra vez e intento no pensar en eso, puesto que, desde ya, puedo sentir la sangre acumularse en mi cara—. ¿Puedo invitarte a tomar algo? ¿Qué tal una margarita?

—Soy menor de edad —le recuerdo.

—Ah, sí, cierto. Lo olvidé. Bueno, pido una margarita para mí y una limonada para ti.

—Suena bien.

Ni siquiera puedo pensar en rechazarlo, es automático.

—Entonces te esperaré afuera. El guardaespaldas debe estar calcinado a causa del calor.

—Tú... ¿Guardaespaldas? —titubeo.

Asiente, moviendo la cabeza.

—Alguien como yo no puede salir sin uno. O eso es lo que ha dicho mi padre desde que era pequeño.

Se nota que ha sido cuidado toda su vida, y me sorprende la amabilidad y la sencillez que desprende. Aunque vacilo un poco, termino por dejarme llevar.

—Iré a cambiarme —le aviso.

—Te espero afuera.

Le recibo el vaso con agua cuando lo noto dubitativo con respecto a donde dejar el vaso. Me sonríe y sale de la casa, sin dejar de mirarme. En el momento en que cierra la puerta corro a la cocina, dejo el vaso en el lavaplatos y me meto al baño.

No es posible.

Tal vez no esté despierto todavía.

Me sorprendo de mi propio autocontrol porque...

Taehyung, el verdadero Taehyung está esperándome afuera de casa.   

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