Capítulo 12
CAPÍTULO 12
Lemon explícito, si no quieres leerlo salta al siguiente capítulo
ChangKyun Top! JooHeon Bottom!
Un gemido casi agudo resonó por toda la habitación.
ChangKyun se apartó un poco, pero con la vista clavada en el cuerpo semi-curvilíneo de su esposo; para proceder a desabotonarse la camisa en un tiempo record y poder bajar sus pantalones, negros y planchados, para tirarlo en cualquier rincón de la habitación en la que se encontraban ambos amantes. JooHeon al notar esa distancia abrió sus piernas, enseñándole al menor su fruncida entrada rosa.
—ChangKyun... por favor.
La mirada del mayor recorrió todo el abdomen casi marcado de Im, hasta que bajó y vio el gran bulto formado en los boxers del menor. El profundo y ronco gemido del contrario lo hizo estremecer, sintiéndose dominado con el delicioso sonido del contrario. El pelinegro jadeó, cuando sintió a su esposo meterse entre sus piernas y sentir la gran polla dura del menor rozar con la suya, una fricción deleitante. Empezó a retorcerse con desespero cuando el chico sobre él atacó con voracidad sus pezones chupando ambos botones a su antojo, poniéndolas de un lindo color rojizo ante los ojos del castaño; a lo que recibió jadeos y chillidos por parte del pelinegro; sumamente exquisitos.
No recordaban con gran exactitud como es que llegaron a ese punto, y era aún más difícil cuando ChangKyun besaba con desespero y rudeza; los suaves y esponjosos labios del más bajo. Estaba demasiado excitado para tener tiempo de pensar que es lo que pasó, sólo necesitaba a su hermoso esposo dentro de él, abusando de su próstata y haciéndole ver las estrellas. El como terminaron así fue algo que no estaba en los planes de los recién casados; JooHeon se iba a dar un baño para poder salir a cenar con su marido, a uno de los mejores restaurantes de París en la luna de miel de ambos; desgraciadamente la toalla que envolvía su esbelto cuerpo cayó al piso en el cual ChangKyun ya vestido con su traje negro, tuvo una gran vista de la perfecta anatomía de su pareja.
El húmedo sonido, las respiraciones ruidosas y el chasquido de lenguas fueron interrumpidos por una llamada entrante del celular del pelinegro.
—No contestes hyung —la áspera lengua de ChangKyun bajó a su mandíbula dejando besos por toda esa zona.
JooHeon no hizo caso, ya que puede ser algo importante, buscó su teléfono que se encontraba en la mesita de noche, sus manitas tantearon el mueble hasta encontrarla que enseguida la tomó y contestó.
—¿Sí, diga? —sonó casi un suspiro.
—JooHeon, ¡¿dónde están?!
Los besos bajaron a su cuello; lamiendo y dejando suaves chupetones que obviamente iban a dejar marcas para el día siguiente, pero ahora eso no importaba.
Volvió a gemir con más desespero, quería de una jodida vez al menor dentro suyo.
Las quejas casi audibles de la llamada fueron cortadas con un "ajá".
El celular cayó al suelo y no se supo nada del aparato.
—No quiero que nadie nos interrumpa, JooHeon— la voz dominante de su cónyuge lo hizo estremecer por segunda vez en esa noche pasional. El joven asintió y ChangKyun agarró ambas manos de su niño sujetándolas por encima de su cabeza. Su mirada gatuna examinó la habitación buscando su corbata roja, para amarrar al pelinegro, lamentablemente no la encontró.
JooHeon se removió bajo el hombre que estaba encima suyo, para soltarse del agarré de aquellas grandes manos, pero fue un intento casi en vano; quería que las manos del más alto tocarán su piel, que llegarán a las partes más sensibles de su cuerpo y lo hagan delirar.
Sintió cómo su miembro crecía, su entrada necesitaba ser llenada por la semilla del menor y su cuerpo reclamaba, exigía ser tocado.
Por otro lado, Im se encontró maravillado viendo el rostro del chico, contempló la belleza de su pequeño como la perfecta pieza de arte que era ante sus ojos. El rostro del mayor era todo un poema, este se encontraba con los párpados cerrados, respiración irregular, con algunos mechones pegados a su frente que cuidadosamente las acomodó, totamente sonrojado y labios entreabiertos dejando salir dulces jadeos y pequeños gruñidos que incitaban el cuerpo de ChangKyun. Mientras contemplaba las expresiones del rostro de JooHeon sus dedos cabalgaron por toda la piel lechosa de su amante hasta llegar a la intimidad de este, bajó la mirada al sentir, la erección del pelinegro y como esta manchaba el abdomen del chico con líquido pre-seminal, sonrió, bajó a la altura de la esencia de JooHeon procediendo a lamerla sorprendiendo/asustando al más bajo, quien era sobre-estimulado.
—Honey, cariño. —Un ChangKyun sonrojado, llamó la atención del mayor con su profunda voz, que apenas obtuvo la atención del pelinegro—. ¿Puedo... —dudó en su pregunta reciente, se dio un golpe en la cabeza mentalmente por querer decirlo, como se atrevía a preguntar tal cosa, cuando se encontraban en una situación muy comprometedora y ya se haya aprovechado de todo el cuerpo del mayor.
JooHeon se quedó atónito, miró aquellos tímidos y curiosos ojos. No sabía que responder; hace un rato, estaba ese semental ChangKyun, todo un macho azotador y ahora parecía un pequeño cachorrito.
"Joder, ChangKyun, fóllame"
—Sí, sí quiero Chang, por favor, tómame. —Lo ultimo dicho sonó como una suplica/orden; esas palabras fueron suficientes para que el más alto siguiera con sus osados movimientos y esos besos calientes que dejaban en toda la anatomía del chico que estaba bajo suyo.
A Lee ya le empezaba a fastidiar el hecho por la cual, su marido le agarrase aún de sus muñecas.
—¿Chang, me puedes soltar las manos? —preguntó el mayor casi molesto, mirando con ojos de súplica al chico -aunque no del todo-, para que el castaño lo liberase de tal situación tan dolorosa.
No recibió respuesta del contrario.
ChangKyun, deslizó sus manos por última vez, por los regordetes y suaves muslos de JooHeon, mordiendo sus labios constantemente con la bella imagen que tenía bajo sujo, volvió a la realidad cuando escuchó un gemido por parte de JooHeon, al no hacer nada con respecto a la petición que le hizo su compañero de vida.
—Manos y rodillas —la voz ronca de ChangKyun lo sacó de sus pensamientos, JooHeon abrió los ojos como platos al oír esas palabras dichas por el más alto. ¿Cómo aprendió eso? Era muy sexy para que Chang aprenda a decir esas cosas. JooHeon agradeció entre si, al sentir la presencia del ChangKyun que lo hacía retorcer de placer. Sonrió de lado, se puso como lo ordenó, moviendo sus caderas provocativamente; cuando vio a ChangKyun morder su labio al tener una gran vista de él. Inclinó su cuerpo un poco más, ofreciéndole su culo, a lo que recibió una apretón de nalgas por parte del contrario.
ChangKyun tenía a su disposición el redondo y perfecto trasero del mayor entre sus manos amasándolo a su antojo, pensando que hacer con él, solo ese sucio pensamiento lo ponía más duro. Sus obscenos deseos recientes cesaron cuando recibió un gimoteo por parte del chico volviéndolo a la realidad.
Sin mas rodeos, bajó a la altura del caliente culo de su esposo para besar ambos glúteos, suavemente las mordió, procediendo luego para abrir ambas mejillas y; ver el rosado y estrecho agujero del pelinegro, por segunda vez. Lamió con cuidado la entrada de este, mientras sostenía las extremidades inferiores del contrario.
Las piernas de JooHeon empezaron a flaquear por la gran estimulación en su entrada que le brindaba el menor; ya hace un rato, ChangKyun decidió liberar sus muñecas; ahora JooHeon entregaba más sus glúteos al chico, se sentía bien como la lengua de Im saboreaba su ano, era el completo paraíso, solo con eso JooHeon sentía desfallecer así como arqueaba su columna a mas no poder.
Las caricias en su entrada cesaron, al escuchar la gruesa voz del castaño:
—Lámelos. —Los dedos largos del de piel morena se acercaron a los acolchanados labios del chico.
JooHeon gustoso lamió los dedos que se hallaban en su boca como de una paleta se tratase, estaba por cerrar los ojos y degustar aún más esos dos dígitos que se hallaban entre sus labios y dejarse llevar por la lujuria en ese momento; cuando de reojo visualizó a su King, masturbándose con el gran acto que hacía. Para él, era algo torpe e inexperto, no era que JooHeon tenía experiencias sobre eso, sino, que lo veía de una forma "adorable" para ese instante en la que uno al otro se hallaban, pero aún así lograba calentarlo de una gran manera.
El castaño al notar la presencia de los ojos del mayor recargadas en él dejó de sobre-estimular su miembro para tomar el lampiño falo de su esposo con la misma mano con la que se masturbó formando una deliciosa sensación para ambos, haciendo gruñir a la pareja.
ChangKyun retiró sus dedos de la cabidad bucal ajena, dirigió sus dedos empapados de saliva; a la entrada del pelinegro, no sin antes combinarla con la suya; y prosiguió a acariciarla gentilmente; suficiente para que Lee moviera sus caderas hacia atrás en busca de más contacto de aquellos largos dedos. El menor introdujo lentamente un dedo en la entrada de JooHeon, este gimió de forma inmediata al sentir aquella intromisión, moviéndola en forma de círculo; ChangKyun se concentró en ver, como JooHeon se retorcía con sus toques, solo con uno de sus dedos y su bello esposo era un mar de gemidos. Realmente le gustaba, a su polla le fascinaba ya que con los maravillosos sonidos obscenos que el mayor hacía, sentía corrientes eléctricas por todo su gran miembro.
Una vez que el menor notó al chico lo suficiente dilatando retiro sus dedos de la virgen entrada de este. El pelinegro soltó un suspiro.
El pene de ChangKyun se acercó al ano del contrario, claro que Im tomó su miembro para introducirlo dentro de su chico. JooHeon cerró los ojos y gimió cuando la longitud de su esposo se sumergía lentamente en su cálida entrada y se expandía dándole paso; era como si ese gran pedazo de carne nunca acabara de entrar en él; pero así, lo disfrutaba por que se sentía bien en tener el largo y grueso pene de su esposo por primera vez. Cuando ya estuvo completamente dentro del mayor, el castaño se dedicó a escuchar los sonidos de dolor y excitación de este.
Empezó con un par de embestidas no tan fuertes, ya que no quería hacerle daño en su primera vez, de ambos, solo esperaba la anhelada reacción del cuerpo del mayor, pedirle por más. En cuanto JooHeon, estaba impaciente cuando sintió, que el castaño aún seguía con aquel torturador tardo ritmo, él necesitaba más.
—Ch-Chang, —el pelinegro no podía articular bien las palabras, la oración recién dicha sonó como un quejido—, ¿puedes ir mas rápido? ¿por favor?
ChangKyun rió por la desesperación de su Hyung, beso los cabellos de su nuca y comenzó con embestidas lentas, pero profundas.
Ambos lo disfrutaban; demasiado.
—¡ChangKyun! —gimió cuando el castaño tomo su polla y comenzó a acariciarla, haciendo movimientos de arriba hacia abajo algo acelerado, pero que lograron alucinar al más bajo.
Justo como lo había pedido, ahora se movía no tan frenético, pero si más que antes, convirtiendo a JooHeon en un mar de gemidos. El mayor chillo descaradamente, mientras ChangKyun se deleitaba con la hermosa canción que salía de los labios de JooHeon.
—Tan delicioso —susurró ChangKyun cerca del oído del pelinegro.
—Chang —el pelinegro habló.
El mas alto quien estaba disfrutando ver como el culo de su esposo se tragaba su polla, contestó con un simple:
—Hmm.
—Aún eres mi bebé, ¿lo sabias? —soltó una pequeña risita, JooHeon quería a toda costa provocar al menor y que dejara salir a flote lo macho que podría ser su pareja en la cama.
ChangKyun al escuchar lo dicho por su compañero, tomó de forma posesiva la pequeña cintura de JooHeon para hacer las estocadas más rápidas, duras y profundas, queria demostrarle que no era un niño y que podia satisfacerlo. El mayor al sentir la rapidez de las embestidas ya estuvo satisfecho, su pequeño plan había funcionado. Estaba tan absorto en el placer que le dedicaba ChangKyun, cuando el falo del menor rozó su próstata, se corrió en la mano del castaño gimiendo su nombre en voz a alta. Mientras que el otro sonreía de forma ladina al demostrarle que no era un niñito, continuó con las duras embestidas, agobiando del todo al mayor.
El castaño dio una ultima embestida eyaculando en el interior de JooHeon, las piernas del mayor no aguantaron más y ambos cayeron en el niveo lecho, con ChangKyun encima de el más bajo.
El menor se hizo a un lado rápidamente, no quería aplastarlo; atrajo el pequeño cuerpo hacia su pecho mientras que JooHeon se acurrucaba en él, besando sus labios con ternura, unas pequeñas manos se posaron suavemente en sus mejillas, JooHeon profundizó el beso, en tanto las manos de Im recorrían toda la tersa piel de la espalda de su cónyuge, hasta llegar a su trasero y darle y ligero apretón.
—Te amo. —El menor rompió el beso, susurrándole al oído de su chico cosas bonitas.
—Yo también.
BaekHyun estaba completamente enfadado, estuvo esperando a la pareja desde hace horas, el restaurante tenía que cerrar, nunca más les volvería a reservar mesas. Ni le convencerían los lindos pucheritos de su amigo Honey, ni por lo menos la mirada afilada de ChangKyun.
Se levantó de los asientos y se marcho del lugar.
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