Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

ENFRENTAMIENTO

[Treinta y tres]


Todavía podía recordar la incertidumbre y la sensación de estar perdida en mi propio mundo para aquél primer día que sería diferente al resto que había tenido en toda mi vida. 

Un primer lunes en el que incluso respirar se sintió de manera inusual, extraño, pero sin evitar que el cosquilleo recorriera cada parte de mi cuerpo ante la expectativa.

La expectativa ante un nuevo día con un futuro prometedor que se alzaba frente a mí. Ya no me levantaba para arreglarme y asistir a la universidad.

Como lo había dejado, no tenía esa necesidad y tensión sobre mis hombros en el que cada pensamiento era sobre tener cuidado para no cometer ningún fallo para ese día. No, ya no existía esa carga que sólo entumecía mi corazón con el pasar de los días.

Por primera vez podía sentirme relajada en todo sentido. Por ahora no tenía que preocuparme ni atormentarme con la mortificación latente sobre mi futuro. El tema de los estudios era algo delicado para mí, no estaba para nada contenta con la medicina, y ahora que ya no volvería tocar ni un libro con respectivo tema, me aliviaba y me llenaba de dicha en sobremanera.

No había nada de qué preocuparse por ahora... Todo comenzaba a caer en su debido lugar.

Sí... Sonreí con la vista clavada en el techo de mi habitación. Recordé el hermoso fin de semana que pasé al lado de Jungkook. Dos días maravillosos donde nos hicimos compañía y pudimos hablar tan extensamente que a veces me asombraba lo fluida que podía ser nuestras conversaciones. Parecía tan natural entre nosotros contarnos anécdotas, trivialidades, secretos, pensamientos, remordimientos, sueños, metas, frustraciones... La conexión que crecía entre nosotros afianzaba nuestra confianza en el otro.

Después de haberle contado ese pasado del cual no estaba orgullosa, prosiguió a echar otro granito de arena que solo continuaba en acumulación para enamorarme un poquito más de él. Su compresión y el modo en que me trató entenerció mi agitado corazón y removió mis entrañas. Más que mi novio, podía sentir que también era mi amigo, y tener aquella sensación no se podía comparar. Porque significaba que podía contar en cualquier momento con él. No me fallaría, porque antes de ser pareja, nosotros éramos amigos. E incluso si terminábamos, tenía la seguridad de que la relación especial que se tejió no se rompería.

Evoqué la conversación que habíamos mantenido luego del frenesí y que la llama de la pasión se apagó.

—¿Y qué piensas hacer ahora? —La voz afable de Jungkook llegó como un susurró detrás de mí oído. Me sentía tan a gusto en sus brazos. Le estaba dando la espalda y él me tenía ceñida completamente desde atrás, trazando con su pulgar dulces caricias inocentes en mi abdomen.

—¿Respecto a qué? —pregunté un tanto soñolienta, aunque no debía dormir porque pronto tendría que regresar a mi hogar, a pesar de sentir que ya estaba allí.

—Ya sabes cariño, si abandonaste los estudios de medicina, ¿harás aquello que te gusta?

No pude evitar mordisquear mi labio inferior al pensar en sus palabras. Por supuesto que tenía en mente poder hacer aquello que verdaderamente me entusiasmaba, pero un pequeño temor se sembró en mi interior y apenas germinó.

—Dime Kook, ¿ha sido obvio para ti que no disfrutaba de lo que estudiaba?

El mudismo nos invadió brevemente, cada uno con sus propios pensamientos, pero Jungkook no tardó en eliminarlo. —Cariño, no es por alardear, pero se me da muy bien analizar a las personas con su simple silencio. —Sonreí ante su tono de adulación hacia sí mismo. —Pero tenía la ventaja de tres meses para darme cuenta de pequeños matices acerca de ti… —se calló por un momento—. Eh, antes de que digas algo, no soy un acosador, te observaba cuando podía y aprovechaba cuando te encontrabas en mi mismo espacio de varios metros —se excusó, lo cual provocó que soltara una pequeña risita. Escuché que aclaró su garganta y continuó—: Como decía, bastó poco tiempo para darme cuenta de que no estabas cómoda y que tus ojos realmente brillaban cuando aconsejabas a alguien sobre como vestir bien. Lástima que varios no sé lo tomaron bien. —Apretó los brazos y me acercó más, si fuera posible. —Ellos se lo pierden. —Besó mi cabello.

—Siempre tuve esa sensación de ser transparente ante ti. Me asustaba porque pensaba que mi fachada estaba fallando. Y que si una simple persona que apenas me conocía de unos días se daba cuenta, ¿cuánto no tardarían los más allegados en verlo también?

Sentí sus manos hacer presión en mis caderas y me volteé siguiendo su movimiento. Quedé de espaldas y él se hincó sobre su codo para verme desde arriba. Tenía el cabello desordenado y sus ojos resplandecían a más no poder, junto a sus pómulos rosados. Se veía sumamente hermoso.

Alzó su mano y deslizó con sus dedos alrededor del costado de mi rostro. Sonrió tranquilo. —No estabas fallando amor, la cuestión es que yo estaba demasiado interesado en ti y es por eso que veía más allá.

Deslicé un dedo sobre su frente y aparté el mechón que caía, de nada sirvió cuando bajé hasta su mentón y éste volvió a su lugar. —Aún no les he dicho lo que estudiaré.

Se empezó a distraer con mi cuello, bordeando con la punta de su dedo seguramente un chupón que había dejado allí. —¿Y qué piensas estudiar?

Fruncí los labios suavemente, lo cual llamó su atención y detuvo el movimiento circular en mi cuello. —Ya te habrás dado una idea, pero es sobre estilismo o asesoría en imagen. No estoy segura. Necesito investigar ahora que puedo.

Sus pupilas estaban puestas en mis labios, pero sabía que me había escuchado. Asintió con suavidad, todavía inmerso en mi boca. —Tienes razón, era algo obvio.

—Para ti por supuesto.

Se rió con un ruidito nasal, como si se la estuviera aguantando. Bajó la cabeza y me besó con profundidad, ladeó la cabeza para afianzar más el beso y sentí sus dedos por mi cuello para acomodar la posición por su cuenta. Fue automático abrir la boca cuando la punta de su lengua hizo aparición y se adentró sin pudor para jugar con la mía. No me terminaba de acostumbrar con tener un beso con lengua, pero no me disgustaba. Más bien era peligroso que se tornara de ese modo porque besarnos así era la invitación perfecta para dar rienda suelta al creciente deseo.

Sin embargo, los dos sabíamos cuando parar. El chasquido sonó cuando él se separó, insinuando el húmedo y apasionante beso. Juntó nuestras frentes y sentí el aire de su respiración ligeramente agitada, me encontraba igual que él. 

—Deberías dejar de fruncir en mi presencia tus lindos labios —musitó con la voz ronca—. Son una clara invitación a ser besados.

Sonreí ante eso, y alcé mi barbilla para darle un pequeño pico. —Gracias, ya sé cuándo pedirte un beso sin decirlo.

Se separó con una sonrisa y se acostó a mi lado, dejando que su brazo cruzara por mi abdomen. —También puedes besarme cuando te plazca cariño, no lo dudes. 

Giré la cabeza y terminé acomodándome de lado, así quedábamos cara a cara. —Me gustaría cambiar de tema, porque te recuerdo que sigo adolorida.

Sonrió de forma maliciosa y me acercó más a su cuerpo desde la cadera. Formé mi boca en un pequeño círculo cuando sentí la dureza de su miembro. Abrí los párpados de la impresión y al mirarlo, él solo tenía aún esa sonrisa traviesa. —No puede ser, ¿ya estás tan duro?

Él carcajeó, cerrando sus ojos y esta vez cambió su sonrisa por una bonita, tierna. —No me culpes, te he besado, sé lo que hay bajo la sábana y tengo muchas ideas que quiero practicar contigo.

—¡Pero si ayer también eras virgen Jungkook! —chillé con una mezcla de asombro y diversión.

—¡Con más razón! No sabía lo que me estaba perdiendo. —Los dos terminamos riéndonos y después él se calmó con un resoplido. —Pero está bien, cambiaremos de tema porque sé que la primera vez en las mujeres es diferente.

—¿Entonces podrías soltarme para no sentir tu pene entre las piernas? —musité solo un poco avergonzada.

Ahora el que hizo un puchero fue él. —No quiero, así que me pondré la ropa interior. —Se sentó en la cama y por suerte no tenía que levantarse, ya que notó el interior todavía en la cama. Se acomodó en el borde, dándome la espalda y se lo puso, dándome brevemente la vista de su trasero. Regresó a mi, y me acercó lo más que pudo a su cuerpo en un abrazo. —Listo. —Sonrió como un niño inocente.

Rodé los ojos y palmeé su pecho. —Bien, que hable el experto en cambiar de temas.

Dejó caer la cabeza en la almohada y miró hacia el techo. —Desde hace tiempo he notado a Tae raro.

Arqueé una ceja al escuchar la mención de Taehyung y me preparé mentalmente para dar la noticia por si él todavía no se dignó a decirlo por su cuenta. —¿Cómo de raro?

—No habla mucho con nosotros ahora, dejó las andanzas de coqueteo  y se ve más tranquilo ahora. 

—¿Eso no es bueno? Digo, la parte en la que se encuentra tranquilo y ya no coquetea.

Jungkook suspiró. —Taehyung nunca ha sido tranquilo, al menos con nosotros. Y a él le encanta halagar a las personas para subir la autoestima aunque lo confundan con coqueteo. Ahora se nota… apagado.

Mordí mi labio inferior. —¿Qué crees que sea?

Sentí su pecho elevarse, estaba respirando profundamente. —Pienso que le está afectando mucho lo de Siyeon. Se lo he preguntado varias veces, pero las evade. Y… —Guardó silencio por un momento.

—¿Y…? —incité a que continuara cuando alargó mucho el silencio.

—Y tengo miedo de que esté utilizando a alguien más otra vez.

Fruncí el ceño, pero no tardé en pensar quién podría ser esa persona. —¿Te refieres a Hani?

Se tensó un poco, pero se volvió a relajar. —¿Te dijo ella algo?

—Algo así. No le presté mucha atención cuando me dijo que hablaba con él. Aunque quizás si debí hacerlo conociendo el historial de Kim.

Jungkook se removió inquieto. —No estoy diciendo que la esté utilizando, al parecer es un secreto entre los dos de que están interactuando. Yo los vi juntos en una oportunidad, y no sé, quizás es mi mente de querer ver a hyung bien, pero se notaba distinto con ella. Sin embargo, no me puedo olvidar que utilizaba a chicas para darle celos a Siyeon.

Me reí suavemente. —Te estás contradiciendo querido. ¿La está o no está utilizando?

Suspiró resignado. —Hyung ya no habla conmigo y no sé lo que le pasa por la cabeza. Ya no sé qué pensar de su actitud.

Entonces decidí que era el momento oportuno para sacar a relucir lo que le estaba pasando a Kim, al menos, lo que me dejó saber. —¿Y qué tal si está hablando con alguien más?

No podía ver su rostro, pero estaba segura que había fruncido el ceño en confusión. —¿A quién te refieres? ¿Haneul?

Negué con la cabeza. —No. Taehyung me confesó hace un tiempo que está asistiendo con una psicóloga.

—¡¿Qué?! —Se irguió de repente, y me miró desde arriba, sentado. Se llevó el cabello hacia atrás y suspiró. —¿Hyung te lo dijo? ¿Y por qué nos no dijo nada? 

Agarré su brazo y lo sobé. —Tranquilo Jungkook, te explicaré. 

Volvió a suspirar y se acostó de nuevo, abrazando mi cuerpo, aunque esta vez recostó su cabeza encima de mi pecho. Parecía un niño que quería consuelo con mimos. Comencé a acariciar su cabello suavemente. Su gesto me hizo ver lo preocupado que estaba por su hyung.

—Taehyung no les mencionó nada porque quería darles una sorpresa con su mejoría. Pero aún así, prefirió contarme porque sabía que tarde o temprano llegaría a tus oídos y como una compensación por haberme metido en sus problemas.

Volvió a suspirar con pesadez. —No sé si sentirme ofendido o indignado que te haya contado antes que a mí.

—Ay, no seas celoso con tu amistad Kook. Al final no te defraudó porque terminó contándome sabiendo que pronto lo sabrías. Quizás tenía miedo de que le dijeran «te lo dije» porque por fin está reconociendo que tiene un problema de relación dañina. 

—Yo nunca le diría eso, más bien lo hubiera abrazado y festejado porque pronto todo estaría bien —murmuró con un deje de tristeza.

—Y ahora podrán hablar con calma de ello. No estés triste querido, lo que necesita Taehyung es apoyo de sus amigos más cercanos. No le dije nada en aquel momento, pero él estaba cometiendo un error al no querer decirles nada todavía.

—Tienes razón, lo importante es que ya lo sé y pronto los demás lo sabrán para darle mucho de nuestro amor. Él necesita saber que no está solo… —murmuró esto último casi de forma inaudible, pero terminé escuchándolo. Sin embargo, no le dije nada.

Y allí acabó nuestra conversación.

Ahora era el día siguiente después de ello, Jungkook se encontraba en la universidad y comenzaba a darle vueltas a la idea que se me había plantado desde el sábado cuando Kook habló sobre lo que sucedió con su padre.

Siyeon…

Tenía la estúpida idea de que si Siyeon colaboraba para meter a su tío preso, podríamos tener una oportunidad. La cuestión era que no estaba segura si ella querría, nos delataría o sencillamente pasaría de nosotros.

Pero debía intentarlo, Siyeon no podía ser tan mala… Y el atentado que tuvo contra mí pasó por mi mente.

Había la posiblidad de que no supiera que su tío y familia era un degenerado y asesino. Según a las personas que le pregunté para darme una idea general de lo que opinaban de ella cuando descubrí su problema psicólogico. Siyeon podría pasar perfectamente como una joven normal mientras no permanecieras cerca de su objetivo. Es decir, ella se comportaría como era realmente si no tenías interés en el que le gustaba.

Básicamente, Siyeon era una señorita dulce y risueña como la tenían catalogada en la universidad. Yo solo tuve la pésima suerte de conocer su otro lado porque rondé alrededor de Taehyung y Jungkook.

Así que teniendo eso de conocimiento, sabría cómo manejarla. Por lo que debía arriesgarme y para ello, tenía que hablar con ella.

Agarré mi teléfono y marqué un número, repicó unas tres veces hasta que el otro lado descolgó.

—¿Diga? —Un pequeño estremecimiento me recorrió cuando habló con aquella ronca y profunda voz. Ese Taehyung podía matarte con ese tono, Dios mío.

—Buenos días Taehyung, lamento llamarte siendo consciente de que estás en la universidad, pero necesito tu ayuda.

Se escuchó ruido de varias voces a su alrededor, luego el mutismo como si se hubiera alejado. —Soy todo oídos. ¿Qué necesitas?

—Primero lo primero, tienes que prometer que no se lo dirás a Jungkook.

El silencio nos envolvió otra vez. Lo escuché carraspear. —Eso significa problemas. ¿Por qué?

—¿Ahora sí haces preguntas? —repliqué con molestia de que me estuviera pidiendo explicaciones. Muy distinto a cuando le ofrecí dárselas aquella vez que lo necesitaba como un novio falso.

—Es diferente, eres la novia de mi amigo. Y si vas a hacer algo a espaldas de él, significa que será algo malo en el que él no está de acuerdo.

Suspiré frustrada y removí mi flequillo. —Sólo… No le digas por ahora. Yo se lo diré. Pero ahora no debes mencionarlo.

—Habla Misuk, porque todavía no sé la magnitud de lo que quieres ocultarle.

—Necesito que me des la dirección donde vive Siyeon.

Nuevamente el silencio nos abrazó, sólo que esa vez se sintió más pesado. Y como no, si le estaba pidiendo la dirección a la ex que intentaba superar.

Incluso escuché su saliva pasar por su garganta. —¿Por qué?

—No puedo decírtelo. 

Resopló con fuerza. —Misuk, ¿no recuerdas lo que te hizo? ¿Para qué quieres ir con ella? 

Si me salvé del regaño de Jungkook, me lo devolvía Taehyung. Cerré los párpados y decidí contarle. —Quiero hablar con ella porque estoy segura que podría ser una pieza fundamental para atrapar a Jo Kabsoo.

—¡¿Te lo contó?! No puedo creerlo. —Volvió a suspirar con fuerza. —Me separo de ese niño unos días y ya hace estragos.

—Hey, sabes muy bien que era necesario que me lo dijera. ¡Fui secuestrada por ese lunático por si se te había olvidado! 

—Si pero… —Inspiró seguramente para calmarse. —Pero no era el momento aún. Ya no importa. Te lo pasaré, pero ten cuidado, y si no le cuentas en dos días, lo haré yo —sentenció con firmeza y distilando un poco de enojo, cortó.

Abrí la boca con indignación y me quedé observando el teléfono hasta que no tardó en llegar un mensaje con la dirección prometida de Taehyung.

════ ∘◦❁◦∘ ════

Después de pasarme toda la mañana con diferentes pensamientos chocantes sobre si sería buena idea ir o debía mencionarle a Jungkook de que al final haría lo que haría.

Por fin me encontraba frente a la casa de Siyeon. Todavía recordaba los siguientes mensajes de Taehyung luego de mandarme la dirección.

«Mayormente se encuentra sola después de la universidad, pero a veces Jo Kabsoo pasa tiempo con ella. Puedes darte cuenta de que allí está por su auto, si no hay ninguno aparcado, es que no fue. Pero en serio ten cuidado, nada asegura que igual esté, ni que Siyeon te ayude. Podría la conversación llegar a los oídos de él y terminaría por complicarse todo aún más. Así que abstente de decir nombres».

Suspiré con suavidad y miré sobre mi hombro donde justo a una cuadra estaba Ademaro esperando en el auto. Le había comentado de que estuviera alerta porque podría suceder algo malo.

Observé de nuevo hacia la puerta. El lugar era sencillo, modesto, con un vecindario tranquilo, pero era una fachada porque esa no era la casa principal de la familia Nam.

Antes de tocar el timbre por el interfono, rogué de que en el interior estuviera Siyeon y no otro familiar o el mismísimo Jo Kabsoo.

Dejé ir el dedo en el botón y aguardé unos segundos. Sabía que me verían desde la pantalla, así que si abría, significaba una oportunidad de hablar. 

Tardó unos segundos, pero la puerta por fin se abrió, dejándose ver Siyeon con una expresión de desagrado. Suspiré de alivio como nunca imaginé de estar en su presencia.

—¿Por qué tengo el honor de tener a Barbie frente a mi casa? —escupió con acidez en sus palabras.

—Créeme, tampoco me siento a gusto con verte, pero si estoy aquí es porque no tengo opción. ¿Estás sola?

Arqueó una ceja con desdén y dio un paso hacia afuera, dejó la puerta entreabierta detrás y miró a los lados. —¿Me vas a gastar una broma como venganza?

Arrugué la nariz ante esa estúpida pregunta. —No, no tengo tiempo para esas tonterías. Estoy aquí por algo importante, ¿estás sola?

Se cruzó de brazos y me vio con altanería. Si era sincera, entre las dos se sentía una pared que podía colisionar al estar en un mismo espacio. Sin embargo, para algo existía la tregua.

—Lo estoy. Ahora, ¿por qué Barbie está aquí? ¿No deberías estar feliz con tu novio por allí?

Bajé la cabeza y sostuve mi frente con la mano. Suspiré con cansancio. No llevaba ni cinco minutos y ya me exasperaba. —Nam, ¿podríamos dejar un lado el odio que sientes hacia mí? Es realmente importante.

—Te escucho.

Asentí aliviada y me erguí derecha para lo que iba decir, sin poder evitarlo comencé a sentirme nerviosa, había dos caminos en el que podía acabar aquello; que me creyera y me ayudara, o que no lo hiciera y pusiera todo en peligro por mi culpa. 

Inhalé profundamente, preparándome mentalmente. —En primer lugar, quiero que tengas presente que ambas sentimos desagrado hacia la otra y que en verdad no tengo necesidad de hacerte una broma y menos del calibre que te voy a contar. Realmente es serio. —Ella arqueó una ceja, pero terminó asintiendo como si estuviera comprendiendo. —Bien, ¿recuerdas hace dos años cuando un detective fue encarcelado?

Ella acomodó su postura. —Sí, el papá de Jungkook.

—Bueno, él fue encarcelado y luego asesinado injustamente. El verdadero culpable anda todavía suelto.

Siyeon alzó las cejas con asombro, pero la sorpresa cambió con un fruncimiento de ceño. —¿Pero eso qué tiene que ver conmigo? 

—Esa es la cuestión, hace dos años, se abrió en secreto una investigación de su muerte y en resumidas palabras, se halló el sospechoso… Es Jo Kabsoo.

Siyeon comenzó a reír amargamente. —¿Mi tío? ¿Ese Jo Kabsoo? Te estaba tomando en serio, pero luego de que solteras esa estupidez, no quiero escuchar más. —Alzó su mano para que me detuviera y estaba a punto de darse la vuelta.

—¡Deja que termine de hablar Nam! ¡Solo piénsalo! Sé que es difícil de comprender pero...

Ella frunció el ceño y acortó los pasos hasta estar a centímetros de mí. —¿Difícil de comprender? Estás acusando a mi tío de ser un violador y asesino, un detective respetado, ¿cómo quieres que te crea? —Clavó su dedo en mi hombro como si fuera un puñal.

—Sé que es difícil, pero cálmate un momento. —Aparté su dedo y me separé un paso. Relamí mis labios porque daría un nombre. —Taehyung sabe de la investigación y conoce también el sospechoso. Está de acuerdo, hay pruebas. Lo conoces desde hace dos años, ¿crees que estaría de acuerdo en ir tras él si no hubiera prueba suficiente? 

Su rostro se crispó y removió su cabello, negando varias veces con la cabeza. Teniendo la mirada perdida. Su vista se posó nuevamente en mí. —Dime una prueba acusadora —inquirió mordaz.

—El culpable tiene un tatuaje en el hombro derecho.

Ella comenzó a reírse. —Mi tío no tiene tatuajes, así que hasta ahí acaba su pista.

Arqueé una ceja y mordí mi labio inferior con preocupación. —¿Estás segura? ¿Él te lo dijo? ¿Acaso él ha mostrado en algún momento esa zona de la piel en todo el tiempo que lo conoces? ¿Siempre va tapado? Sólo piensa Nam —refuté con esperanza de que razonara.

Y supe el momento en el que se dio cuenta de la verdad. Cuando el silencio fue nuestra compañía y la palidez de la comprensión brilló en su rostro. Comenzó a negar varias veces incrédula y se tapó la boca con las manos.

—No, no, no es posible… —Permaneció muda por un instante. —Es por eso que… Él no quería que me acercara a Jeon  —confesó de forma inconsciente.

Ahora quedaba revelado la respuesta sobre quién le había advertido a Siyeon de Jungkook.

Aclaré mi garganta para capturar su atención que todavía se mantenía ida. Sus pupilas cayeron sobre mi otra vez. —Ahora que te das cuenta, necesito tu ayuda para tenderle una trampa, de esa forma sabremos si él es el culpable o no.

Siyeon tragó con dificultad pero comenzó a asentir efusivamente. Ya no había rastros de odio, solo una simple seriedad por el asunto. —¿Cómo sería la trampa?

Relamí los labios porque ahora tenía la cooperación de Siyeon. De algún modo, todo salió bien con mis palabras. Quizás ella había visto cosas de su tío que con tan solo mis palabras, la hicieron razonar en aquello que antes ignoraba por temor.

—Bueno, este es el plan...

════ ∘◦❁◦∘ ════

Por fin tengo datos :) pero no por mucho tiempo :(

Aunque el estar sin internet sirvió para terminar por fin NF jejeje, ¡así que el próximo capítulo es el último!

Mantra quemado: Perdón si hay errores, esta esclava de sus propios escritos hace lo que puede.

A veces duro mucho porque me entran dudas de que lo que escribo no es bueno, pero se me pasan cuando yo misma me emociono o río de lo que explayo en la hoja virtual jajaja.

¡Cuídense mucho! Besos y abrazos a todas desde Venezuela 🤗

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro