Un pequeño niño corría por el gran jardín de su guardería volando una cometa, el aire soplaba con fuerza y la cometa se balanceaba en el cielo, el niño gritaba de felicidad y corrió aún más rápido, pero se cayó al tropezar. Un gran llanto llamó la atención del castaño que se encontraba ordenando los juguetes, fue en dirección al sonido y vio al niño tendido en el suelo.

- ¡Jungkook! -

- ¡Duele! - su rodilla sangraba.

- Hay cariño - cargó al menor - Vamos a dentro para sanarte.

- ¡Pero mi cometa! ¡Se ha ido!

- Jin-hyung te comprará una nueva - 

- ¿Enserio? - dijo lloroso.

- Sí, así que no te preocupes por eso - besó su frente.

Jin, con catorce años ayudaba a sus papás en la guardería que poseían, le encantaban los niños.

- Listo conejo - pellizcó la nariz del pequeño - pronto vendrá tu mamá así que alista tus cosas ¿Sí?

- ¡Sí! - dijo con una sonrisa.

Eso, le encantaba ver las sonrisas de los niños.

En su futuro se veía junto a más niños sonriendo de felicidad, por que ese era su sueño, cuidar niños.

Pero no contaba con que el destino le tenía otros planes.