Nadja Chamack ingresó al elevador con los nervios de punta, su jefa le había convocado a una reunión de emergencia y eso la desestabilizaba considerablemente. Tal vez era para hablar de la primicia que presentó en el noticiero matutino, sin embargo, tenía un muy mal presentimiento al respecto.

Cuando llegó al último piso suspiró ruidosamente y salió del elevador, trató de relajar sus hombros para después emprender la breve caminata hacia la oficina de Arlette.

Tocó la puerta y escuchó la aprobación de su superior con un tono severo, tragó duro y se adentró en el lugar. A paso lento se acercó al escritorio y esperó paciente que su jefa decidiera girar su silla y mirarla.

—Nadja, te he visto luchar por llegar alto en este trabajo, tienes un espíritu ambicioso —Arlette por fin se dio la vuelta, la aludida sintió la penetrante mirada que le dirigía—. Y por eso me duele saber que presentaste una mentira como noticia del siglo.

—¿De qué hablas? Nunca he hecho algo así —Se apresuró a responder la mujer con un gesto de incredulidad.

—Gabriel Agreste ha presentado una demanda por difamación, asegura que tus supuestas pruebas son un montaje.

—¿Montaje? Claro que no, yo vi con mis propios ojos cómo su hijo se besaba con ese muchacho el... —Nadja estaba entrando en pánico, no podía creer que su mejor trabajo fuera puesto en duda—. El que ganó el concurso de ilustración. Y también capturé el momento en que compraban las drogas.

—Basta Nadja, nos retractaremos en el noticiero de las tres y tú... Estás fuera, si te quedas en TVi los Agreste serán nuestros enemigos, no quiero eso. Retírate.

Chamack se sintió devastada, tan insignificante, había perdido tanto en unos segundos. Con el corazón en un puño atravesó la puerta azotándola, dio grandes zancadas hacia el ascensor y presiono el botón para llamarlo, mordiéndose los labios y encajándose las uñas hacía un gran esfuerzo para no soltarse a llorar. Las puertas se abrieron y entonces entró, apenas se recargó en la pared se cubrió la cara con las manos y rompió en llanto.

No se dio cuenta cuando una peculiar mariposa se acercó al reloj en su muñeca, un instante después Prime Queen apareció en escena lista para vengarse de Gabriel Agreste.