Si tú estuvieras conmigo,
sé que me olvidaría por completo
de aquellas cosas que tanto
me hacían recordarte;

del color de cada octubre marchito,
de cada atardecer fundiéndose con la inmensa lejanía del mar,
de cada estrella brillando en el firmamento del cielo,
del níveo color de cada invierno en el que tanto anhelé tu calor,

me olvidaría,
porque si tú estuvieras conmigo
te admiraría con mis cincos sentidos;

olería en cada instante la fragancia azulada de tu piel,

escucharía aquella hermosa balada voz tuya y tu aliento cada vez que me acaricies con el alma,

disfrutaría en cada beso el sabor intraducible de tu boca,

recorrería con mis manos la inmensidad de tu cosmos perdido,

cada vez que mire tus ojos podré vislumbrar el otoño agostado,
un otoño que parecía apagarse junto a mi vida al despertar
cada mañana y darme cuenta que tú no estabas junto a mí.

Si tú estuvieras conmigo,
sentiría en cada noche un millón
de estrellas palpitando
en las palmas mis manos,
te leería mis poemas
y deletrearía

     tu nombre;

aquel enigma tan bello,
aquel tesoro perdido,
aquel misterio que algún día espero resolver.