Capitulo 7
La primera cita de ambos obviamente los ponía con los nervios de punta a la vez que los tenía bastante emocionados. Mirabel estuvo todo el día y tarde arreglando uno de sus vestidos favoritos (Y sabía también que era uno de los favoritos de Camilo) colocándole unos detalles que lo harían mucho más hermoso, mientras que el chico con la ayuda de sus hermanos y madre montaron todo lo necesario para una noche en donde los adolescentes admirarían las estrellas.
Cuando llegó la hora acordada y él al verla no pudo resistirse y la besó siendo gustosamente correspondido.
Aquella cita estuvo llena de cumplidos, charlas sobre el pasado y planes a futuro. Todo aquello que ambos no deseaban compartir con alguien más y sabían que así su confianza aumentaría más.
Sabían que a pesar de las dificultades estaban hechos en uno para el otro.
Cuando volvieron a casa y fueron al segundo piso se quedaron frente a la puerta de la habitación de Mirabel, viéndose nerviosos de lo que pasaría ahora. Era tarde y la regla de la casa es que ningún varón de la familia debía estar después de media noche en la habitación de las chicas, aún si esa regla se había roto un par de veces a escondidas de la abuela, en esta ocasión los adolescentes sintieron aquello con más pesar.
Camilo le dió un beso en la mejilla y le dijo que entrara a descansar, Mirabel le hizo caso un poco confundida, pero segundos después el chico entró y la besó.
- ¿Vas a romper las reglas? - Preguntó la femina apenas se separaron
- Si me he salido con la mía las veces anteriores esta vez no tiene que ser diferente - La admiró con tanta ternura y amor - Eres tan maravillosa
- Y tú tan apuesto
Se observaron por varios minutos, hasta que volvieron a besarse, era como una adicción para ellos probar los labios del otro. Camilo deseaba ir más allá al igual que ella, pero el miedo los apoderaba, aún si ambos ya no eran "vírgenes" se sentían como en su primera vez y se percataron que el hacer el amor era lo que los ponía así pues por primera vez habría amor real en ese acto.
Sus mentes les decían una cosa, pero sus manos otra, el de rulos comenzó a recorrer delicadamente la espalda de esta, caricias que le transmitian a su amada lo mucho que la amaba y deseaba, mientras que Mira mantenía su vista fija en el, disfrutando de su pequeña acción hasta que se atrevió a recorrer su pecho de la misma manera, indicándole que quería quitarle la ruana, cosa que fue entendida y realizada de inmediato quedando en el suelo y así fue con su camisa dejándolo con el torso desnudo. Pasó sus labios por este y sonreía de vez en cuando al oírlo suspirar. Miró hacia arriba y sintió un cosquilleo en su parte baja al presenciar su mirada llena de deseo y súplica por más acciones de ese tipo... Pero Mira el se cohibio, se levantó dándose la media vuelta para evitar contacto visual, estaba tan avergonzada y sin poder evitarlo comenzó a lagrimear y luego soñozar, Camilo dándose cuenta de aquello y la abrazó por detrás.
- No te sientas presionada, lo haremos cuando estes lista - Besó su mejilla - Mi amor...
Ese apodo sentía que no se lo merecía, había dudado de él hace poco y la hacía sentir culpable.
No dijo nada más, no quería comerter ningún error con una frase o palabra inadecuada en ese momento. Hizo caso cuando el chico le dijo que intentaran dormir, pero ninguno podía pegar el ojo.
¿Por qué si ya estaban viviendo su amor de ensueño se estaban sintiendo como si no se lo merecieran y que estaba terriblemente mal?
...
Una tarde, Mirabel estaba en el pueblo, comprando algunas telas que usaría para un vestido, de pronto logró escuchar la conversación de unas chicas mayores y obviamente era sobre ella.
- Ahí está Mirabel, la pecadora - Dijo una de ellas para después reír
La otra asintió - No tiene vergüenza, es obvio que estuvo en una situación comprometedora con ese chico del exterior y ahora anda detrás de su primo, ja me pregunto quién será su próxima "víctima" solo sabe abrir las piernas y aparentar ser inocente y ejemplar. No sé puede esperar nada de una Madrigal sin don, patética
La adolescente salió corriendo, notó las miradas juszgsdoras de los demás, metros después terminó tropezabdose y cayendo en un charco de lodo, se lastimó la muñeca y tenía golpes en el rostro, pero eso no le impidió seguir corriendo hasta llegar a casa, llorando y con la respiración agitada y no solo era por haber corrido sinó que estaba teniendo una crisis de ansiedad. Camilo fue su héroe en ese momento para evitar que cayera al piso, pero ella le pidió que no la tocara y que la dejara. Julieta de inmediato apareció y como pudo la llevó a su cuarto.
Horas después Julieta pidió a su sobrino hablar a solas sobre lo sucedido - Ella me mencionó que le dijieron cosas horribles en el pueblo, que la hicieron sentir como una cualquiera y una pecadora. No sabe como es que se enteraron de su relación
Suspiró - Sabía que esto nos afectaría demaciado, más para ella
- Y se pondrá peor cuando se enteren de que según eso eres el padre del bebé que espera Isabela
- Isabela... Perdón por acusarla tía, pero siento que fue ella quien le dijo al pueblo lo mío con Mira el
- No te preocupes, yo también creo que fue ella y me duele saber que siendo su hermana le haga esto. En fin, ¿Puedes ir a verla? Está dormida solo que aunque ella te haya dicho que la dejaras siento que tu presencia la va a calmar
- Lo haré, iré a verla. Gracias tía
De inmediato fue a su cuarto, se dió cuenta de que estaba despierta así que se acercó con lentitud.
- Mirabel...
En cuanto ella escuchó su voz se sentó con rapidez, lo aló de la camisa lo besó con desesperación.
- Bel, espera...
- Lo quiero - Admitió con la respiración agitada - Lo quiero, lo quiero
Al pensar en el significado de sus palabras la observó con detenimiento, notó miles de sentimientos en su mirada, miedo, confusión, tristeza, deseo y ansiedad, se sentía de esa manera.
Entendieron que sin importar el gran temor que sentían de ser señalados por la sociedad no querían verse más "atados" por el miedo. De cualquier forma iban a ser juzgados por cualquier cosa que hiciera y debían restar importancia a sus comentarios por cuál dolorosos fueran.
Sin más la volvió a besar y volvieron al ritmo desesperado y deseoso por realizar el hermoso acto de demostrar su amor sin importar que.
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