Capitulo 2
No pudo soportarlo más, salió corriendo tratando de ignorar los comentarios de los que solía llamar sus amigos y resultaron ser unos monstruos.
Camilo llegó a su casa, agitado por correr y por algo más.
- Cariño, cariño ¿Qué tienes? - Le preguntó Pepa apenas lo vió cruzar la entrada. Al verlo más de cerca se dió cuenta de lo que le estaba sucediendo - Estás teniendo un ataque de pánico
El chico respiraba agitado mientras sus dedos estaban enterrados en su cabello
La pelirroja no sabía bien que hacer, su hijo solo había sido calmado en esos momentos por Félix así que no tenía idea de como tranquilizarlo. Por suerte había alguien más que podría ser su ayuda.
Mirabel apareció y le pidió a su tía que la dejara intentar algo, asintió y dejó a su sobrina que tomara el control de la situación.
Mira tomó a su primo de los hombros y empezó a proponerle un ejercicio de respiración - Ok Milo, mírame y repite conmigo. 1 inhala, 2 exhala, 3 inhala, 4 exhala...
Este le hizo caso y poco a poco se fue calmando y al recuperar el aliento recargó su cabeza de Mirabel y ella lo abrazó.
Pepa veía la escena maravillada - Vaya, gracias Mirabel
- De nada tía, lo entiendo cuando le pasa eso porque a mí me sucede igual desde que casita... Bueno - Observó al de rulos - ¿Te parece bien si vamos a tu cuarto?
Este asintió y se fueron.
Ya ahí lo hizo recostarse en la cama y hasta le quitó el calzado, el chico no decía nada y mantenía su vista fija en un punto de la habitación, perdido por unos momentos por sus pensamientos.
- No es necesario que me digas lo que te pasó porque claramente esos hijos de puta de nuevo se atrevieron a molestarte
Salió de su trance - Ese lenguaje, Bel
Sonrío y le acarició el cabello - ¿Ya estás mejor?
- Mejor, gracias a ti
- Recuerda que si lastiman a mi familia me causa un gran sentimiento de enojo e impotencia, nadie se burla de mi primo
Sin previo aviso la abrazó y fue correspondido - Eres la mejor
- Tu también, ahora es mejor que descanses un poco
- ¿Y vendrás más tarde? - Hizo un puchero
Rodó los ojos - Por supuesto. Ok, descansa
Salió del cuarto y se dirigió en busca de Bruno, debía de preguntarle ciertas cosas.
El vidente estaba en su nueva cueva de visiones mucho más accesible que la anterior, veía una visión que tenía en sus manos con bastante desconcerto.
- No... Ellos no pueden pasar por eso, no Mirabel
- ¿Yo qué?
La mencionada entró sin previo aviso, Bruno rápidamente ocultó la visión tras su espalda - Ehh... Nada
- Tío... ¿Me estás ocultando algo?
- N-No
Arqueó una ceja - Humm, yo creo que sí, dímelo
- No es nada, de verdad
Sabía que no se lo iba a decir así que optó por no seguirle insistiendo - Bueno, bien necesito preguntarte algo importante sobre Camilo
- ¿Camilo? Si, adelante
- Quiero saber que va a pasarle con respecto a esos comentarios
Tragó grueso, sabía más de la cuenta y tenía que ver mucho con la visión que acababa de ver - Tu sabes que se me tiene prohibido revisar sobre el futuro de esta familia si no es absolutamente necesario
- Solo por esta vez, nadie lo sabrá por favor
- No, lo siento mucho Mirabel, no me gustaría que vieras algo que no deberias
Se cruzó de brazos - ¿Oh entonces si hay algo que pasará con él?
- Olvida lo que dije - De dió la media vuelta
Mirabel entendió que no se lo diría nunca, así que se despidió y se fue.
Al regresar a su cuarto se dispuso a escribir en su cuaderno de poesía y se dió cuenta de que poemas y pensamientos faltaban y se preguntaba quién los habría arrancado y porque.
...
Camilo estaba despierto a las 2:40 am, bebía un poco de jugo mientras analizaba su situación, temía quedarse solo aún si todavía era muy joven. Su hermana estaba próxima a casarse, sus primas también lo estarían muy pronto y él se sentía tan patético.
- Te hará daño a la larga estar despierto a la madrugada - Le dijo Mirabel sentándose a su lado
- Solo necesito pensar
- Humm... Se que te caerá bien con respecto a aclarar tu mente, ok has esto, cierra los ojos respira profundo y piensa en lo que más te gusta hacer, que es lo que te hace feliz
- Ay Bel, eso no resultará
- Funcionará, creeme, solo inténtalo
Le hizo caso, cerró los ojos y se sintió aliviado al respirar profundamente. De pronto sintió como su prima tomaba su mano y así ella logró ponerlo más calmado.
- ¿Ya estás mejor?
Al oír nuevamente su voz abrió los ojos y la miró embelazado, muchas veces se decía a sí mismo que Mirabel era hermosa y ahora mismo creía que era un verdadero ángel bello.
- Mucho mejor, gracias
Se observaron en silencio un par de minutos, luego la chica le propuso acompañarlo a su habitación. Un tropezón hizo que a Mirabel se le cayeran y rompieran sus lentes. Camilo le propuso arreglarlos y mientras lo hacia el par de primos charlaban sin preocuparse de ser escuchados, todas las habitaciones estaban insonorizadas.
- Gracias, pero tenías porque molestarte en repararlos
- Eso es lo que hacen los primos, además quería presumirte mi habilidad para reparar cosas
Rió y golpeó amistosamente su hombro - Bobo, pues siendo honesta no me imaginé nunca que tuvieses ese talento
- Hay tanto que no sabes sobre mi
- Dime una cosa
Dejó lo que estaba haciendo y pensó ¿Qué podría contarle? Sabía que no lo juzgaria así que no tenía porque sentir pena. Sin más habló - Hace 1 mes que yo... Tuve mi primera vez cuando fuí a al prostíbulo del pueblo cercano
La triagueña se quedó en shock por breves instantes, nunca llegó a imaginarse que su primo llegara a hacer eso, pero no opinaria de más - ¿Y te arrepientes de ello?
- Por supuesto, a pesar de que la chica con quien lo hice fue muy amable y comprensiva conmigo me hubiera gustado reservar ese momento especial para la chica indicada... Aunque creo que ella jamás va a llegar
- No digas eso, aún estás joven
- Admitamoslo, me voy a quedar solo
Resopló, no le gustaba que él siguiera teniendo esa idea de que se iba a quedar solo.
Sintió que debía de confesarles también algo igual de serio.
- Yo tampoco ya soy virgen - Trató de no cohibirse ante la mirada de sorpresa de su primo y continuo hablando - Fue con un chico que solo estuvo un par de semanas en el pueblo y que fuí un simple juego para él. También me hubiera gustado reservar mi primera vez para alguien especial
Camilo sonrío comprensivo y tomó su mano - Tu secreto está a salvo conmigo
- Y el tuyo conmigo
Se quedaron un poco más charlando hasta que se quedaron dormidos, el chico abrazando a la de lentes.
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