Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Notre Noël




Yo sé que derretí tu corazón... saltándome todas las normas impuestas, incluso la más obvia que me mantiene con vida... y que mi cordura está en entredicho, es lo habitual, pero no sé de que forma decirte que sólo espero nunca ser una obligación para ti... nunca.

Siempre me he llevado muy mal con el invierno, no lo tolero bien, igual es por el contraste con mi naturaleza tan ardiente, salvaje... pero quien te define como un ser frío es porque no te conoce tan bien cómo yo, aún sigo descubriendo cosas de ti, mi amado guerrero azul, cuando llegaste a estas tierras cálidas desde el norte de la Siberia oriental, con tus ojos de color imposible y cabello esmeralda, apenas eras un niño pero ya cargabas el porte más elegante que nunca vi y, ahora, el tacto más suave que jamás imaginé en un guerrero tan aguerrido, tu inteligencia tan natural a la que sumas horas interminables de lectura a mi lado, mientras calmas el calor que se apodera de mí, aunque hay otro tipo de calor que no desaparece, el que probamos juntos por primera vez hace un tiempo ya, mientras intentabas mantener mi temperatura a raya y no te dabas cuenta que mi calor era producto de tu cercanía, cuando acariciaste mi frente con tanto cuidado y a través de mi pelo alborotado mi mirada encontró extraviada la tuya, cargada de preocupación, sentí que me derretía, ya llevaba un tiempo así, entendiendo que tu belleza no me permitía permanecer impasible ni un minuto más, y ahora me es tan fácil leer en ti que no comprendo cómo el resto no puede hacerlo.

Quisiera ser un hombre completamente sano sólo por no verte preocupado pero, por otra parte, es mi enfermedad la que permite que me acaricies así, con tanto mimo, esas manos frías de finos dedos, que voy calentando con mi piel, preludio del incendio que te voy a contagiar, ambos lo sabemos.

Mi vida no sería nada sin ti, no después de haberte tenido, moriré contigo porque no quiero vivir sin tenerte a mi lado y tampoco puedo, eres mi vida mi dulce Ganímedes.

Mirando al frente, con tan sólo la luz de la chimenea, siento mucho calor por tener estos recuerdos tan presentes, sólo llevo una bata ligera sobre el pantalón de pijama, se acerca la Navidad, falta un día y aún no regresas de la misión que te encomendó el patriarca, Sage... normalmente no nos mantiene mucho tiempo separados por mi condición y porque sin ti me desmando demasiado, me vuelvo aún más anárquico e intratable y no puedo forzar la patata que tengo por corazón, no si tú no estás cerca. No le gusta arriesgarse conmigo... estoy habituado a ser medio hombre contigo lejos de aquí pero cuando regresas estoy completo.

Te extraño tanto... mientras miro las sombras que las llamas en la chimenea proyectan en el suelo y en la pared.

-Tan silencioso como siempre – sonrío con malicia sentado en el sillón de la sala- tu cosmos te delata, la temperatura ha descendido, no me pillas desprevenido.

-No te gires, Kardia- ordenas con tu suave acento arrastrando la r por mi nombre- o me iré a mi templo y te dejaré aquí solo- te obedezco cómo un niño pequeño temeroso de que le quiten su premio por haber sido travieso.

Te noto a mi espalda, tras el asiento, dejando algo en el suelo, para poner una de tus palmas sobre mi frente algo afiebrada, me siento bien al notar el frescor suave con el que me cubres, tu boca sobre mi sien, la otra mano sobre mi hombro izquierdo, te escucho susurrar:

-ma douce petite pomme...- (*) tan cerca de mi oído que tu aliento lo atraviesa poniéndome la piel de gallina y al sentir tu mano descender sobre mi pecho, tras colarse en la bata, un escalofrío me recorre la columna, noto la frescura de tu piel retirando la bata suavemente mientras sigues susurrándome al oído -combien tu m'as manqué et comment je te souhaite (**).

Comienzo a removerme y suspirar, pero me vuelves a ordenar que no me gire y que cierre los ojos, tu mano está a la altura del borde de mi pijama, y noto tu brazo desnudo, me roza el torso cuando cuelas la mano en mi pantalón y me acaricias, sobreexcitado cómo me tienes ya sabes lo que vas a encontrar, gemimos a la vez, siento tus besos por mi cuello bajando y subiendo hasta mi oreja que recorres con la lengua poniéndome todo el cuerpo en tensión al escuchar tan cerca tus jadeos mientras tu mano que sujeta con fuerza mi erección se mueve sobre ella con firmeza y maestría. Mis gemidos se elevan por toda la sala -por los dioses Degel, no me toques así... no voy a poder contenerme- muerdes mi cuello y preguntas:

-¿Y porque te vas a contener, mi amor?, eres mío... di que eres mío- me muerdes en el cuello bajando hacia el hombro haciéndome jadear, y tiras de mi pelo hacia atrás exponiendo la garganta que lames con avidez, mientras me esfuerzo por no abrir los ojos-

-Soy tuyo- digo gimiendo.

Te apartas de mí, escucho algo caer al suelo con un sonido sordo, a mi espalda, en pocos segundos te noto enfrente, cuando te sientas sobre mis piernas sonrío con picardía, estás igual o peor que yo, noto tu miembro también erecto rozarse contra el mío mientras me tocas el rostro con una mano y con la otra nos acaricias a la vez, en un movimiento continuo que sube y baja atrapándonos a ambos.

-Degel..., Degel, por favor- gimoteo, pero tus besos me callan, tu lengua ha invadido mi boca, llenándome de ti, de tu delicioso sabor, mientras todo tu cuerpo se funde con el mío participando de esta fiebre que nos consume, sin avisarte rodeo tu cintura con mis brazos, atrapándote.

-Abre los ojos Kardia- me dices suavemente, me encuentro con tu mirada clavada en la mía, tu belleza tan cerca... tu cuerpo danzando sobre mi, incitándome sin dejar de acariciarnos a ambos, mis pupilas se dilatan, tus labios recorren mi nariz ascendiendo hacia la frente donde se posan.

-Estoy bien, mi vida- te digo- mejor que bien, quiero tenerte, ahora, Degel.

Me sonríes, soltando nuestros miembros, y guías mis manos hacia tus caderas -Tócame- me dices y no necesito más para apretujarte contra mi pecho, devorar tu boca con ansia animal y aferrarme a tu trasero.

-Adoro cuando te pones intenso- ronroneas en mi oreja mordisqueándola y haciéndome jadear.

-Luego no te quejes, amor- te digo con lujuria- me estás calentando...

Elevas tu pelvis sobre la mía con un movimiento tan obsceno que dejo de respirar por unos segundos, me miras con deseo, meneas el culo como me gusta verte hacerlo, sobre mi  erección, llevo una mano a tu boca haciéndote lamer los dedos y comienzo a explorar tu interior, tú a gemir...

- ¿Te gusta verdad?, sí... - te escucho jadear, diciéndome obscenidades y tu boca vuelve a pegarse a la mía con desesperación.

-Te necesito dentro Kardia, cariño, te he extrañado demasiado- me guías hacia tu entrada sentándote sobre mi, soltando un gemido ahogado sin dejar de mirarme a los ojos, amo tus expresiones cuando te pones así, caliente, y eso me calienta a mí. Sin previo aviso comienzas a subir y bajar meneando las caderas y arrastrándome contigo.

-Así cielo- te digo con la respiración acelerada- cabálgame, no sabes cómo amo ser tu montura- Me muevo contigo, sigo el vaivén de tus caderas mientras acaricio tu virilidad rozándola contra mi torso- te atrapo entre mis brazos y pego mi frente a la tuya, lamiendo tus labios con la punta de mi lengua, caliente como el infierno oyendo ese ruido obsceno que provocan mis embestidas en tu interior al chocar nuestros cuerpos calientes.

- Me pones mal, Degel- Sonríes, iluminando esta noche.

-Yo lo que quiero es ponerte bien- tu lengua sale a saludar a la mía, nos lamemos sin dejar de movernos, tu sobre mi y yo masajeando tu trasero y comiéndote la boca con hambre atrasada, aprieto la mano cuando siento como vibras.

- No te corras todavía, amor, espérame- ahogas un sollozo y gimes asintiendo, enroscándote a mi cuello pegas tu vientre contra el mío y moviéndote endemoniadamente, comienzo a bombear mas fuerte, hasta adentro.

- Así Degel, sigue moviéndote así... me voy a correr- te aprieto más fuerte, moviendo la mano más rápido mientras aprieto tu glande con mi dedo pulgar. -Córrete conmigo, cielo, vamos-

Exploto dentro de ti y tu te contraes, con una fuerza descomunal, susurrando mi nombre, no puedo explicarlo... no sé, después de tantas veces cómo me vacías así...siento tu semilla caliente recorriendo mi mano, entre mis dedos, mojando nuestros torsos, te mantengo abrazado sorprendido de mi propia reacción, cada vez me parece diferente, nueva, me siento pleno cuando compartimos momentos así. Te abrazo mientras tu sigues en silencio sin querer romper este momento... abrazándome por el cuello y ronroneando bajito.

-Te amo- soltamos a la vez, para reírnos después.

-Feliz navidad, mi vida – me dices y te miro con todo el amor que te tengo, necesito tan poco para ser feliz, sólo a ti conmigo.

-Feliz navidad, amor- te contesto, llevándote en brazos- esto no ha terminado, vamos al dormitorio-

Me pongo en pie sin soltarte, y al girarme lo veo, un arbolito navideño, una rama seca con varias extensiones de las cuales cuelgan manzanas, una por cada ramita, con cristales de hielo haciéndolo brillar algunas caramelizadas y sonrío, recordando al niño que fui alguna vez, besándote otra vez.

-No sé que hice para merecerte, pero no lo voy a desaprovechar- me encamino al dormitorio, sin bajarte, imaginando infinitas formas en las que vas a agradecerme la pila de libros que te esperan, como regalo de Navidad, sobre tu mesilla.

—-///—-

(*) Mi dulce manzanita.

(**) Cuanto te he extrañado y cómo te deseo.

Sé que ando muyyy perdida, pero no quería dejar pasar estas fechas sin felicitaros las navidades a tod@s, espero que el nuevo año nos traiga PAZ, SALUD (tan necesaria ahora en todo el mundo) y AMOR. Ya nos queda menos para lograrlo. Felices Fiestas!!!.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro