Cuando estuve cerca de saltar un fino hilo sujeto mi muñeca obligando a mi cuerpo a quedarse en ese precipicio, a un solo centímetro de ese vacio,

¿Que era lo que me obligaba a no dar ese paso? Guarde todos esos sentimientos en lo mas profundo de mi ser, me rehuse a sentir y a escuchar esa voz tan lejana. La  oscuridad me abrazo como solia hacerlo,
el hilo que mantenia su color, Rojo y brillante como los mismos petalos de rosa, se llevo mi atencion.  Tan frio y solitario, nostalgico y lugubre. ¿si me quedara en ese jardin el dolor volveria?

¿Si dejo que la oscuridad me consuma tendre paz?

el agua. Cristalina y Tan pacífica que me rodeaba mostraba las vendas de mis brazos recordandome las grietas que crecieron en mi corazon. El esfuerzo que hacia se fue y las lagrimas cayeron manchando mis mejillas. Perdi mis colores lentamente al igual que un retrato. Ocultando el dolor de cada herida, esta vez la tormenta no estuvo para evitar que callera. Y la delicada piel mostró sus toques rojizos estando expuesta ante mi propio reflejo como un expectante. Aunque intentara soltarme
Ese hilo era persistente.

Las palabras que escuchaba eran las mismas que me perforaron hasta que todo se tiñera de rojo. ¿Cuando me volvi tan sensible?  Y finalmente el ultimo rastro de color desapareció.