Miré tus ojos y en ellos encontré la perdición. Me enamore solo de verlos. Después dicen que los ojos cafés no tienen su encanto, lamento desmentirlo desvergonzadamente pero yo caí rendida ante ellos en el preciso instante en que los vi. Eso si, no me preguntes que tienen o porque me gustan tanto, solo se que a partir de ese día solo sueño en ver de nuevo esos ojos.