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O6


Yo no estoy confundido.

Yo comprendo la realidad que se nos presentó, entiendo que este es el fin de los tiempos.

Sé lo que hice y porqué ahora guardo silencio.

Sé que Alexandria no es un lugar seguro.

Sé que ya no existen los lugares seguros.

Sé que eventualmente todos aquí van a morir.

Sé que Eric y Aaron no son mis padres.

Pero aún así...

—¡Deja de empujarme, Dust! Ya casi llego. —se quejó Enid, terminando de escalar el muro y soltando un fuerte suspiro una vez que se encontró en la cima—. Ya, ahora tu turno.

Enid le arrojó las dos piezas de metales que ambos usaban para escalar y Dust se movió rápidamente para subir, ignorando las quejas de Enid cuándo se saltó un par de sitios para colocar los metales.

—Sé que estás apurado por verlos pero eso no era necesario, ¿Qué si te hubieras caído, torpe? —replicó ella, soltando un fuerte bufido cuando observó como Dust se lanzaba hacía el pasto frente a ellos sin ninguna contemplación, rodando para no lastimarse demasiado—. Uhg, eres un idiota, haz lo que quieras entonces.

Comúnmente, Dust no haría esa clase de acrobacias peligrosas, pero siendo que no había llegado a ver ni a Aaron ni a Eric en el grupo de recién llegados, una extraña e inexplicable ansiedad comenzó a recorrerlo.

Sin esperar a que la chica termine de bajar salió corriendo hacía la entrada, habían subido por el muro del costado para no ser vistos así que le tomó un tiempo llegar, pero cuando finalmente lo hizo sintió una fuerte ola de alivio cubriendo todo su cuerpo.

Se detuvo a un par de metros del gran grupo, respirando agitadamente por la carrera que había hecho de un extremo al otro, sus ojos estaban fijos en Aaron quién parecía discutir algo con Nicholas, otro miembro de Alexandria que a Dust no le caía realmente bien.

Pero no era momento para recordar porqué Nicholas era un idiota, habría más tiempo después, ahora lo único importante era llegar hasta Aaron para abrazarlo y tal vez pegarle un poco por haber tardado tanto y preocuparlo.

Así que Dust una vez más se puso en marcha y en poco tiempo llegó hasta Aaron y se lanzó a los brazos del castaño que ya lo había notado correr hasta él y lo estaba esperando con una radiante sonrisa.

—Hey, pequeño amigo. —saludó Aaron de manera cariñosa, Dust bufó sobre su hombro y si pudiera habría también rodado los ojos, pero en cambio simplemente se apretó más fuerte en el abrazo—. Veo que después de todo si tienes sentimientos.

La broma de Aaron finalmente hizo que Dust se mueva incómodamente para apartarse, el castaño soltó una carcajada divertida y colocó una de sus manos sobre el cabello alborotado de Dust, dándole unas suaves palmaditas antes de dejarlo ir.

Dust buscó con la mirada a Eric, comenzando a ponerse un poco ansioso al no verlo entre todo aquél grupo de desconocidos.

Comenzó a dar vueltas en su lugar, intentando encontrarlo y sintiendo sus manos apretarse en puños al no verlo.

Entonces Eric no...

—¡Oh, estás buscando a Eric! —señaló Aaron después de un tiempo de estudiarlo en silencio.

A diferencia de su grupo de amigos, Aaron no lograba descifrar los pensamientos de Dust con tanta facilidad.

El menor asintió, de pronto siendo consciente de todas las miradas del grupo que ahora se encontraban sobre él.

—Eric está bien. Bueno... Está ahora en la enfermería pero-

Aaron no pudo continuar sus palabras porque de pronto Dust salió corriendo en busca de Eric, directamente a la enfermería.

De fondo, Dust creyó haber escuchado una voz conocida que estaba susurrándole algo al grupo pero no pareció importarle lo suficiente, primero debería asegurarse de que su otro... de que Eric se encuentre a salvo.

Si está en la enfermería entonces algo malo sucedió... Tal vez ese grupo que trajeron lo causaron... Tal vez son peligrosos...

Dust se mordió la parte interna de la mejilla en un gesto ansioso, en el camino se encontró a Enid y la tomó del brazo para que comience a correr con él.

—¿¡Dust, qué carajos!? —exclamó ella, pero aún así no hizo ningún tipo de esfuerzo para apartarse y se dejó llevar hasta la enfermería.

Una vez que llegaron, Dust abrió la puerta, encontrándose con el padre de Ron y el cirujano de Alexandria: Pete, que parecía estar desenrollando un par de vendajes.

Sentado sobre una camilla de estudios se encontraba Eric, quién ya lo estaba observando con una pequeña sonrisa.

—¡Dust! —llamó el rubio a lo cuál finalmente Dust se acercó hasta él para darle también otro fuerte abrazo—. Te extrañé mucho, pequeño. —susurró el hombre, acariciando con suavidad su cabello en el abrazo.

Dust se aseguró de que este abrazo dure mucho más que el que tuvo con Aaron, solo para que después Eric y él puedan bromear al respecto.

Enid se había quedado parada en la puerta y en algún momento Denise llegó y ambas comenzaron a hablar de algo, dejando incómodamente silencio a Pete, quién tocó el hombro de Dust para llamar su atención.

—Hey, chico. Necesito curarlo si me permites... —el hombre parecía fastidiado, y fue solo por eso que Dust se quedó un par de segundos más de lo estrictamente necesario abrazando a Eric antes de finalmente distanciarse.

—¿Cuántos son? —escuchó que Enid había preguntado.

—No lo sé. Ahora Olivia irá a buscar sus armas, pero primero tienen que hacer las entrevistas con Deanna. —explicó Denise, la aspirante a doctora.

Dust golpeó el brazo de Eric para llamar su atención, al separarse se había quedado cerca del rubio, mirando con atención como Pete parecía vendar su pierna.

Una vez que Eric se encontró mirándolo, Dust hizo un movimiento con su cabeza en dirección hacia la pierna del hombre, sus ojos entrecerrados demostraban sospecha y desconfianza.

—Oh... Me quebré el tobillo. —comenzó a decir Eric al notar que era lo que Dust estaba pidiendo, pero al no ser suficiente información Dust golpeó su hombro una vez más, con insistencia—. En un momento de la noche quedé debajo de un auto oxidado y unos errantes hicieron rodar un neumático sobre mi tobillo izquierdo.

Oh, entonces no fueron ellos.

—¿Recién llegaron y ya desconfiabas de ellos? —preguntó Enid, pareciendo más divertida de lo que debería al ver el semblante preocupado y desconfiado que tenía Dust, el cuál estiró uno de sus brazos para empujarla pero ella no pareció afectada en lo absoluto.

Pronto Pete termino de vendar la pierna de Eric y se terminó alejando después de murmurar un par de instrucciones.

Maldito tipo, como lo odio. Pensó Dust, apretando sus manos con fuerza mientras observaba como Denise y Pete salían de la enfermería charlando.

Si fuera por mí ese tipo ya estaría más que muerto y enterrado a...

Dust frunció el ceño al ver la mirada insistente de Eric, así que el rubio suspiró y negó con la cabeza divertido.

—¿Creíste que ellos me habían hecho esto? ¿Por eso llegaste corriendo? —dijo Eric de una manera lenta, como si fuera la segunda vez que repetía las mismas preguntas sin que él lo hubiera notado.

Dust asintió rápidamente, por supuesto que desconfío de ellos, todos son peligrosos ahora.

—Al final las palabras de Ron terminaron llegando demasiado a tí, ¿verdad? —comentó Enid, a lo cuál Dust se encogió de hombros.

Entendía la preocupación de Ron pero no era ni en lo más mínimo cercana a la preocupación que Dust sentía.

Ron realmente no había presenciado lo salvajes que eran las personas del otro lado del mundo, los actos inhumanos que causaban en las calles oscuras cuando creían que nadie estaba allí para verlos.

No, Dust no tenía las mismas preocupaciones inocentes que Ron tenía, pero aún así, no era como si fuera a decirlo en voz baja.

—Entonces... ¿Estuviste pasando más tiempo con los chicos? —preguntó Eric, mirándolo con curiosidad.

El hombre pareció querer ponerse de pie pero rápidamente ambos adolescentes lo empujaron para que vuelva a sentarse.

—Sí Dust... Él ha estado pasando tiempo con nosotros. Pero no te muevas. —respondió Enid por él, pero Eric simplemente soltó una pequeña risa y los empujó a ambos.

—Estoy bien, en serio. Quiero volver con Aaron.

Dust negó firmemente con la cabeza y después se señaló a si mismo.

—¿Irás tú con Aaron? —preguntó Eric un poco confundido, Dust asintió y después lo señaló a Eric y negó con la cabeza al mismo tiempo—. ¿Y yo no?

Exacto. Yo voy y tú te quedas.

Una sonrisa satisfecha se mantuvo en los labios de Dust al ver como el mayor parecía rendirse y se reacomodó en la cama de la enfermería.

—Bien, vamos. —llamó Enid, y ambos salieron de la enfermería no sin darle una última mirada a Eric para asegurarse de que esté bien.

Al salir de la enfermería se encontraron con que el grupo había comenzado a caminar y ahora se encontraban todos parados fuera de la casa de Deanna, esperando.

Al notar su llegada todos parecieron un poco sorprendidos y colocaron sus manos sobre sus armas a modo de alerta.

Dust se sorprendió un poco por ello, ya que no se suponía que deberían considerarlos a ellos dos como amenaza.

Volteó a ver a Enid, su semblante copiando la misma expresión confundida que Dust tenía y logrando que el chico vuelva la vista al frente.

Y entonces lo vio.

Oh mierda...

Allí parado entre el grupo, sosteniendo un arma de fuego entre sus manos y sus ojos ardiendo contra los suyos, Dust reconoció entre todos los desconocidos a Noah.

El pasado siempre vuelve, idiota.

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