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17


—¿Iremos a esa fiesta? —preguntó Tara cuando finalmente todo el grupo se encontró nuevamente en la casa.

Aún cuando Rick ya no era un líder todos voltearon a verlo, esperando una respuesta.

Rick los observó con confusión durante unos segundos, pero finalmente terminó por encogerse de hombros.

—Cada quién puede ir si así lo desea, ya no estoy a cargo. —afirmó Rick, comenzando a subir las escaleras, probablemente para cambiarse.

No es la primera vez que dijo eso. Pensó Carl entre tanto, sabiendo que era solo cuestión de tiempo para que su padre vuelva a estar a cargo, él simplemente había nacido para ello, era un gran líder, no muchos lo querrían pero sí aceptarían que es uno.

Carl, sabiendo que ellos definitivamente irían a la dichosa fiesta, comenzó a subir las escaleras dispuesto a tomarse una ducha primero.

Esa tarde en el bosque, después de perder de vista a Dust y Enid se había encontrado con su padre y ambos hablaron un poco, se sintió extraño que ahora no tengan tanto tienpo para hablar después de meses caminando lado a lado.

Allí en el bosque habían acordado que la mejor idea era mantener las apariencias, su padre el día anterior finalmente consiguió su trabajo, y de sheriff de la ciudad entre todas las cosas, lo cuál era algo bueno para su grupo, de ese modo serían más respetados.

Además, también irían a la fiesta para conocer a las personas que cuidaban de Judith.

Su hermana solía quedarse en casas donde los adultos tenían décadas de experiencia con bebés, apoyando a su padre ya que él había estado saliendo afuera de la muralla hasta que le dieron su trabajo de comisario, y porque Carl mismo se ocupaba yendo a la escuela con Ron.

Escuela, maldita escuela. Ni en el fin del mundo pude deshacerme de ella. Pensó Carl con diversión, sin poder evitar notar la ironía en ello.

Al terminar de subir las escaleras se encontró con que el baño estaba ocupado, lo cuál lo hizo rodar los ojos, siempre está ocupado el baño.

—Ohh, quería bañarme. —se lamentó Glenn, terminando también de subir las escaleras y moviéndose para entrar a la habitación que él y Maggie estaban compartiendo.

Carl se mantuvo de pie cerca de la puerta del baño, asegurándose de hacer guardia para que nadie más pueda entrar antes que él.

Espero que papá les permita usar la otra casa pronto, somos demasiados para solo una casa con dos baños. Pensó entre tanto Carl, cruzado de brazos y mirando pasar a Tara y Noah hablando hacia su propia habitación compartida.

Carl compartía la suya con Michonne, Rick estaba solo pero mantenía a Judith en su cuarto, Maggie y Glenn en otra, Noah y Tara juntos, el resto se encontraba distribuido por la casa, algunos durmiendo todavía en la sala a excepción de Rosita y Abraham que decidieron mudarse a una casa extra, o a Carol, que realmente Carl no sabía en donde ella se estaría quedando.

Se sobresaltó al ver como la puerta se abría, vió con curiosidad a Michonne salir del baño con una gran toalla cubriéndola a ella, otra en su cabello y un cepillo de dientes entre sus dientes, ella le dió una cálida sonrisa al verlo subir y él asintió en modo de saludo.

—¿Quedó algo de agua caliente? —preguntó Carl señalando la puerta del baño, Michonne asintió y justo en esos momentos escucharon fuerte pisadas por los pasillos.

—¡Es mi turno! —gritó Noah, corriendo hasta ellos.

Carl movió rápidamente a Michonne del camino y con rapidez se encerró en el baño, escuchando las risas de su mejor amiga y las réplicas de Noah.

—¡Sal de ahí, maldito! —se quejó Noah, golpeando la puerta.

—¡No! ¡Tú te bañaste ayer! —se quejó Carl entre risas, aún contra la puerta para asegurarse de que Noah no planee abrirla.

—¡Solo le hacía compañía a Tara, no me bañé! —se quejó Noah desde el otro lado, las risas de Michonne se escuchaban desde el fondo.

—¡Qué lástima! Debiste unirte a ella. —reprochó Carl, alejándose de la puerta una vez que logró cerrarla con el pestillo, comenzando a sacarse la ropa para un baño rápido.

—¡Solo somos amigos! —replicó Noah, sonando avergonzado.

Carl rodó los ojos pero asintió para si mismo, comenzando a quitarse la camisa.

Sabía de los gustos de Tara, pero aún así, si eran amigos, ¿qué había de mal en bañarse juntos? bueno... Sí, Carl no podría haberse tomado un baño con Sophia, pero eso era por los sentimientos detrás.

Mientras seguía sacándose la ropa se preguntó que habría sido de ellos si aún Sophia estuviera viva, no era un pensamiento que venga demasiado a él, pero cuando lo hacía se mantenía más del necesario.

Solo que esta vez...

Todos sus pensamientos acerca de Sophia quedaron atrás al sin querer dejar caer la nota que estaba en su bolsillo, en un intento apresurado por sacarse los jeans.

Carl se agachó para tomar la nota, mirando el papel que alguna vez fue amarillo neón pero que ahora se encontraba descolorido, con una letra desprolija que lo amenazaba.

Deja de seguirnos, Carl.

—Claramente este fue Dust. —susurró Carl divertido, terminando de sacarse toda su ropa y guardando una vez más la nota en el bolsillo de sus pantalones.

Aún debería planear mejor su estrategia en contra del chico, debería haber sabido que Dust sabría manejarse afuera, después de todo, según lo que Ron les contó el chico era uno de los últimos que habían llegado.

Hacerlo hablar no será nada fácil, pero al menos tengo la ventaja de mi lado.

Con rápidos parpadeos Carl se aseguró de desechar todos los recuerdos que de pronto llegaron a él, abriendo el agua y ajustando la temperatura.

Su mano contra el agua clara le recordó que ya estaba a salvo, ya no había sangre en sus manos, ya no había suciedad de meses caminando por las carreteras ni heridas de arañazos por correr por el bosque y chocarse contra las ramas finas, todo eso ahora atrás.

Pero tampoco podían permitir que el lugar seguro en el que ahora se encontraban esté un tipo como Dust, según las palabras de Noah, alguien tan impredecible, que sonreía un día y te gritaría al siguiente.

Carl sabe que todo su grupo no es quién para hablar, sabe que ellos son más peligrosos que el mismo Dust.

El problema es que mientras que ellos son un peligro para Alexandria, Dust es un peligro para su grupo, para su familia, por eso debían hacerse cargo de él.

—¡Ya apúrate Carl! —le gritó Glenn desde el otro lado de la puerta, escuchó también más gritos por parte de Noah y no pudo evitar rodar los ojos.

Se aseguró se enjabonarse y ponerse shampoo en el cabello a las apuradas, tarareando una canción a propósito al escuchar como los gritos detrás de la puerta se hacían más ruidosos.

Cuando salió del baño con una sonrisa, Noah, Tara, Glenn y Maggie lo estaban esperando de brazos cruzados, Carl amplió su sonrisa ante ellos, con una toalla rodeando su cintura y las prendas de ropa debajo de su brazo.

—Ya no hay agua caliente. —anunció el menor de los Grimes, escuchando todos los abucheos por su camino hasta su habitación.

Al entrar Michonne ya se encontraba cambiada y recostada sobre la cama, mirando de manera pensativa la katana que ella había colgado en la pared hace unos días.

—El agua caliente no se acaba en estas casas. —aseguró Michonne medio divertida, poniéndose de pie y negando con la cabeza al escuchar la risa de Carl.

—Lo sé, pero ahora los haré esperar por nada y papá tendrá tiempo para llegar a la ducha. —explicó Carl, dejando caer su ropa contra su propia cama y observando como Michonne comenzaba a caminar hasta la puerta.

—¿Iremos juntos? —preguntó ella, recargada contra el marco de la puerta.

—Claro, me cambio y bajo. ¿Puedes ir a buscar a Judith? ¿O preguntarle a papá si ya la recogió él? —preguntó Carl distraídamente, observando el asentimiento firme de Michonne y como ella finalmente cerró la puerta para dejar que se cambie.

—¡Te espero abajo! —gritó ella desde afuera de la puerta.

—¡Está bien, solo dame un segundo!

Carl comenzó a acercarse al armario, mirando la ropa nueva que Jessie le había traído esa misma tarde, era ropa que Ron jamás usó porque no le había gustado o le quedaba demasiado grande, pero Carl agradeció el gesto de que la mujer se preocupe por él, ya que aún no habían tenido tiempo de buscarse algo de ropa.

Después de cambiarse se aseguró de guardar en uno de los cajones la nota de Dust y ponerse una camisa a rallas antes de salir de su habitación, corriendo por el pasillo y bajando las escaleras rápidamente, intentando liberar su mente ya que se sentía demasiado distraído.

Tal vez era difícil aún acostumbrarse a volver a tenerlo todo.

Me habría gustado que mamá pueda ver esto...

—¡Aquí llegó Carl! —llamó Michonne, estaba usando su voz infantil así que supuso que estaría hablando con Judith.

Al doblar por el pasillo y entrar a la sala, descubrió que estaba en lo correcto, y le sonrió a su hermana menor, que estaba moviendo sus manitos en dirección a él.

—Hey, Jude. —saludó Carl, acercándose a darle una suave caricia en su cabeza antes de mirar a su mejor amiga—. ¿Papá aún no baja?

—Está afuera hablando con Carol y Daryl. —anunció Michonne, después de unos segundos en silencio añadió—. Creo que ellos están planeando algo.

—¿Eso crees? —preguntó Carl con curiosidad, sabiendo que su padre podría hacer una cosa como esa.

—No entiendo porqué Rick no me lo dice. —murmuró ella, su rostro fruncido en confusión, o tal vez decepción.

—Tal vez cree que lo detendrías. —sugirió Carl, encogiendose de hombros, sin saber cuáles eran los verdaderos motivos detrás de las acciones de su padre.

—Si él cree que yo lo detendría entonces no me conoce lo suficiente.

—Bueno eso está claro. —Carl dijo, mirando la expresión extrañada que Michonne hizo ante sus palabras—. Por algo eres mi mejor amiga y no la suya.

Michonne bufó una risa, y finalmente asintió, dejando ir el tema.

—Tienes razón.

—¿Ya estás listo, Carl? —llamó su padre, asomándose desde la puerta.

Carl y Michonne se dedicaron miradas cómplices y él asintió, dejando de jugar con las manitos de Judith y caminando hasta su padre.

—Sí, ¿vamos?

—Una maldita fiesta... —dijo Carol, terminando su cigarro justo cuando todos salieron de la casa—. ¿No es extraordinario?

El cambio de voz hizo reír a Carl, Daryl bufó una risa y negó hacia la mujer, mirándola con diversión.

—Oh cállate, a ti te encantan esas mierdas. —se quejó Daryl, empujando un poco a Carol, y ella le devolvió el empujón.

—Ya báñate, mugroso.

—¡Vámonos! —apuró Glenn, llegando hasta ellos y rodeando a Carl por los hombros, todo el grupo finalmente aventurandose fuera de la casa.

En el camino Noah se acercó hasta Carl y después de unos segundos de pensarlo Carl finalmente se decidió en preguntarle.

—Oye Noah. —lo llamó, y el aludido rápidamente volteó a verlo, deteniendo su conversación con Tara y dándole una sonrisa amable—. ¿Qué opinas de...? ¿Qué quieres hacer con Dust-con Samuel?

Se corrigió rápidamente a si mismo al ver la confusión en los ojos de Noah, pero al decir aquél nombre todos a su alrededor se tensaron, al menos los que lograron escucharlo, Glenn, Noah y Tara.

—Yo le sigo diciendo que deberíamos matarlo. —admitió Tara, intentando restarle importancia al asunto.

—No. —dijo Noah, primero mirando a Tara y después volviendo su vista a Carl y repitiendo—. No. No voy a matarlo... Vengarme sería ser él... Y yo no soy él. Si les dije lo que les dije esa noche fue para que tengamos un ojo en él, asegurarnos que una cosa así no vuelva a ocurrir y ya está.

Glenn le dió una palmada a Carl en el hombro y finalmente lo soltó para rodear esta vez a Noah, alejándolo un poco del grupo para intentar calmarlo, Glenn siempre tenía esa forma de demostrar su apoyo al dejarte expresar tus preocupaciones con él.

—Yo insisto en que deberíamos matarlo... —susurró Tara una vez que ambos se quedaron solos, Carl la miró con curiosidad—. Noah no lo dirá, él es muy bueno como para decirlo, pero es lo que ese chico se merece.

—Sí... ¿pero no es lo que todos nosotros nos merecemos? —preguntó Carl pensativo, observando la determinación en los ojos de Tara.

—No lo sé, tal vez... Tal vez deberíamos salvarlo como Glenn me salvó a mí, pero tal vez él simplemente no lo merece y nosotros tampoco somos Glenn... ¿Tú lo estás vigilando cierto? Creo que Rick mencionó algo al respecto. —Tara se detuvo para ver como Carl asintió a su pregunta—. Hazlo hablar entonces, si logras que él admita lo que hizo... Sería un inicio, para salvarlo o... para acabarlo.

Carl volvió a asentir, mirando a la distancia como las luces de solo una casa se encontraban encendidas y brillantes, dándoles la invitación a acercarse, gente moviéndose en grupos para unirse todos a la puerta, entrando en el gran lugar.

Pronto Carl observó como Sasha se unió al grupo, seguida de Abraham y Rosita, por un segundo creyó que ellos no irían pero al parecer todos estarían allí, con la excepción de Daryl.

Carl miró por sobre su hombro, detrás estaba todo oscuro y ya estaban lo suficientemente lejos como para no ver el pórtico de la casa, en donde sabía que Daryl se encontraría.

Unas risas llamaron su atención y volvió la vista al frente, observando a un grupo de adolescentes que estaban corriendo todos hacia la misma dirección.

Encabezando el grupo estaba Dust, con su cabello rubio húmedo cayendo sobre su frente y ropa negra demasiado grande para él cubriéndolo de una manera cálida, no hacía tanto frío así que Dust llevaba solo una campera abierta de donde sobresalían las notas adhesivas.

Detrás del rubio venían corriendo Ron y Mikey, intentando alcanzarlo, y más atrás Enid que ni siquiera se encontraba corriendo, ella venía a su propio ritmo y Carl no pudo evitar sonreír de lado al verla.

Todos le habían caído bien ese día, Ron parecía amigable, Mikey era divertido, Enid era silenciosa pero parecía observadora y Dust...

Bueno Dust...

Tal vez Carl debería conocer mejor a Dust...


Como me encanta narrar a Carl y a todo su grupito interactuando juntos AAA soy feliz.

¡Espero que les haya gustado el capítulo!

¿Dudas, sugerencias, comentarios? Y no, no cuenta como sugerencia hacer los capítulos más largos, así es como está diseñado NLTS y así seguirá ♡⁠

¡Si les gustó no se olviden de votar y comentar!

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