Capítulo 12.
Habían transcurrido semanas hasta que una nueva pelea estaba llegando. Los golpes aún se podían ver en el cuerpo de Jungkook, pero por lo menos tenía mucha más movilidad que al incio. Recordó el dolor del día siguiente cuando Taehyung tuvo que ayudarlo varias veces para levantarse, estaba tan malherido que por lo menos la primera semana había sido una tortura, pero también sentía que se estaba atrasando con sus entrenamientos.
No tenía tanto tiempo para entrenar, pero su siguiente contrincante no tenía buena fama para las victorias, así que Namjoon le decía que no tenía mucho de qué preocuparse, no lo creía un rival fuerte. Taehyung había faltado para esa pelea por un compromiso con una de las marcas de las que era embajador, teniendo que salir del país, pero asegurádole que lo estaría viendo desde el país vecino.
Jungkook terminó de ponerse los guantes y se levantó, apreciando sobre el espejo como los golpes de la pelea anterior iban desapareciendo. Esperó que en aquella pelea le fuera mucho mejor que con Seojoon y no tener que volver a casa con nuevas hematomas formándose sobre su piel. Cuando Namjoon tocó a su puerta, fue el momento de salir de su camerino hacía el ring, sintiendo como el público gritaba y coreaba su nombre conforme cada paso que daba, viendo al hombre del otro lado de la plataforma que lo miraba con desdén.
Bien, sabía que sería una pelea sencilla.
Había aprendido con el tiempo, y después de una basta lista de peleas, que si se enfrentaba de primera a contrincantes que lo miraban de una forma despectiva era por la simple razón de sentirse superiores, o intimidados disfrazándolo de superioridad. Se confiaban tanto en sus técnicas que no aprendían la de los demás, sin oportunidad de bloquear aquellos golpes que no conocieron antes de subir al ring.
Tal y como lo pensó, tan pronto como la campana sonó para dar inicio, esquivó el primer golpe y con un gancho izquierdo lo derrumbó, haciéndolo que tardara en recomponerse. Aquel tipo de peleas le aburrían, estaba demasiado familiarizado con los golpes de su contrincantes que sabía cada movimiento que hacían, derribándolos tan pronto como la pelea daba inicio. Aquella no fue una excepción, dando por finalizado cuando lo alcanzó a noquear sin siquiera proponérselo y el chico ya no contestó a la cuenta regresiva para volver a levantarse.
Su brazo fue alzado y sonrió con pesar, aceptando la victoria. A decir verdad, solo podía esperar para poder volver a casa y seguir reposando, aunque de solo pensar que estaría solo le hizo hacer una mueca de disgusto, sin saber qué hacer para matar el aburrimiento.
(...)
Taehyung miraba con incredulidad el contrato, mirando sobre los papeles a los hombres mayores que se encontraban frente suyo con un mal gesto. Estaba malgastando su tiempo y su saliva, sin creer lo que estaba leyendo una y otra vez.
—¿Realmente me está prohibiendo esto?—Cuestionó una vez más, sintiendo como Seokjin se tensaba a su lado al esperar lo que se avecinaba.
—Perdón, señor Kim. Sé que puede parecer un tanto territorial, pero la imagen que está dando a nuestra empresa es porque se dedica a promover la paz y la tranquilidad, el bienestar de las personas, pero sí sigue yendo a esos eventos deportivos del box entonces está contradiciendo las palabras de nuestra compañía.
—Lo entendemos, pero el señor Kim está yendo a esos eventos como parte de su vida privada y no como representante de su empresa. Que le prohiban asistir es quitarle parte de su libertad, están rompiendo cláusulas de su propio contrato.—Seokjin mencionó con disgusto.
—Debemos de cuidar la imagen de nuestra empresa, y Kim Taehyung no lo está haciendo.—El segundo señor, y el más viejo de los dos, habló con un tono de desagrado.—¿Sabe cuántas cosas han dicho sobre este joven? Está yendo en contra de sus principales ideales, solo nos está perjudicando.
—Entonces rompamos el contrato. No pienso firmar esto, siendo que me prohibe ir a donde a mi me plazca solo porque los estoy perjudicando. No pienso liarme más con ello, así que pueden dar por hecho que estoy negando rotundamente firmar su nuevo contrato.—Le tendió el papel de mala gana, levantándose de su asiento.
—Si usted se aleja de nuestra compañía, su popularidad caerá.—Usó como último recursos aquellas palabras, cabreando aún más a Taehyung.
Se giró con lentitud, mirándolos fijamente antes de decir.—¿Ustedes creen realmente que estoy en su empresa por popularidad? A mi me encantaba el contenido que hacían, pero últimamente se dedican a encajar tanto con la sociedad que están haciendo de su empresa solo limitada a sus opciones. Mis seguidores conocen paso a paso que doy, no necesito más de ustedes porque sé que ellos me apoyarán sea cual sea la decisión que tome, no soy avaricioso con la popularidad porque aprendí lo que conlleva y créanme que es lo que menos busco en este momento. Estoy agradecido con ustedes porque me dieron la oportunidad, pero no les permitiré tocar el límite de mi vida privada. Gracias por sus servicios, señores, espero sigan teniendo éxito con su empresa.
Seokjin caminó detrás de Taehyung en silencio, saliendo del edificio con cierta molestia mientras esperaban que el automóvil los recogiera en la entrada. Taehyung estaba molesto, había viajado a otro país pensando que sería un tema importante como embajador, sin esperar que lo estuvieran limitando por el simple hecho de sus últimas salidas en las peleas de su novio. Se le hacía absurdo que siquiera lo hubieran tratado de convencer, ¿Prohibirle salir? Definitivamete no, eso jamás se lo permitiría a nadie.
—Taehyung, ¿Te encuentras bien?—Seokjin se atrevió a preguntar, chocando su hombro con el contrario.
—No sé, realmente me está sacando de quicio que hagan este tipo de cosas. Es mi vida privada, tengo el derecho de ir a donde quiera, ¿No es así? No debería de cambiar nada, solo estoy siendo yo mismo.
—Lo sé, solo ellos se sienten con el derecho de hacer lo que quieran con tu vida. Está bien que no lo hayas permitido, de todas maneras esa empresa ya no te convenía.—Trató de animarlo, haciéndolo reír.
Pero Taehyung ya estaba sumido en otra clase de pensamientos maliciosos, haciéndolo sentir un nudo en la boca de su estómago, ¿Estaría pasado lo que tanto había temido?
(...)
El vuelo de regreso había sido demasiado tedioso, limitadose en el aeropuerto a solo mantener la mirada baja y subió al automóvil con un gesto de mano como despedida. Tenía un dolor de cabeza persistente y quería dormir nada más, y probablemente ser mimado por su novio si no era mucho pedir.
Cuando llegó a su departamento no fue recibido más que por el silencio de este, hasta que un rico aroma que provenía de la cocina lo alentó a caminar hacía allá, provocando que su estómago gruñera en señal de hambre.
Encontrarse con su novio boxeador en nada más que unos pantalones holgados de color negro que se ajustaban a su cintura, sin camiseta que cubriera su tonificado cuerpo y aquellos tatuajes que tanto le fascinaba ver sobre su brazo, y el cabello desordenado como si se hubiera levantado directamente a cocinar, había sido una bendición para sus ojos. Sin sentir su presencia, Jungkook volteaba la verdura que se estaba cocinando sobre el sartén hasta que sintió unos brazos envolverlo, haciéndolo sobresaltar.
—Oh, no te escuché llegar.—Apagó la estufa justo cuando vió que se entraba bien cocinado, había llegado en el momento preciso, girandose para envolverlo entre sus brazos.
—No llamé, pensé que estarías dormido.
Jungkook negó, dejando un piquito sobre sus labios.—Quería sorprenderte con un desayuno.
—¿En serio? ¿A qué se debe ello?—Sonrió complacido, recargando su barbilla contra su pecho, batiendo sus pestañas.
—Solo una grata bienvenida.—Apartó el cabello de su frente antes de preguntar.—¿Cómo te fue?
—Estoy mejor al saber que ya estoy contigo.—Sonrió, cerrando los ojos para disfrutar de las caricias que propinaba el contrario en su cabello.
—¿Cómo te fue con tu reunión con aquellas personas? Habías mencionado algo sobre un contrato.
Jungkook había leído al respecto las noticias amarillistas de los portales de internet que habían salido solo un par de horas antes de su llegada, sin embargo, quería escuchar lo que su novio tenía que decirle. Sabía que romper un contrato era difícil y todo el proceso que se tenía que llevar, pero quería saber sus razones por voz propia. Las malas noticias corrían muy rápido, pero eran mal informadas por los portales maliciosos con la intención de generar curiosidad y morbo.
—Mmm, ¿Qué hiciste de desayunar? Muero de hambre.—Trató de alejarse para poder ver la comida, pero Jungkook lo retuvo frente suyo.
—Taehyung.—Reprendió, levantando su barbilla con dos dedos.
—No quiero amargar nuestra mañana con ello.—Confesó.
—¿Fue tan malo? Sabes que puedes decírmelo, estoy aquí para escucharte, no tienes que sentirte retraído en tu propio hogar.
Taehyung lo pensó por un momento, ¿Cómo podría decírselo? Claramente lo implicaba a él, no quería que su novio se sintiera de una u otra manera responsable de todo ello, él mismo se hacía responsable de sus acciones y si le dieran a elegir volvería a tomar la misma decisión.
—Se rompió el contrato, ya no estoy siendo la imagen de ellos.—Confesó con una mueca.
—¿Por qué? Hasta hace poco aún habían tenido una reunión para renovar el contrato y con ello planeaban las nuevas estrategias de publicidad.—Frunció el ceño sin entender.
—Yo... Bueno, uh.—Pasó una mano sobre su barbilla, desviando la mirada.—Digamos que yo ya no brindada la imagen que ellos querían para su empresa. Verme apoyándote en tus primeras peleas no fue bien visto por ellos, ya que siempre me aseguré de recalcar mi poco fanatismo por dicho deporte, e ir a un lugar donde se practica y dió de qué hablar sobre mi persona no fue algo de su agrado, al final decidieron que podía seguir en su empresa siempre y cuando firmara un contrato que permitiera la prohibición de ir a esos lugares.
Jungkook no mencionó nada al principio, se quedó callado por varios minutos sin saber que decir en realidad. ¿Habían roto el contrato por su culpa? Había sido una acción tan sencilla pero tan complicado a la vez que no pensó que podrían afectarle en su trabajo de esa manera, más allá de los rumores y un par de comentarios, no consideró jamás que sería mal visto por las empresas que era socio.
—¿Estás bien, Jungkookie? ¿Por qué no dices nada?—Taehyung unió sus manos, moviendolas un poco para llamar su atención.
—¿Fue mi culpa? Porque no quería que te vieras afectado de esta manera.—Comenzó a divagar, pero Taehyung negó rápidamente.
—No iba a aceptar un contrato que me esté privando de cierta manera de mi libertad, ¿Cómo podría hacerlo? Pasaría cualquiera de mis límites.
—De todas maneras, no quiero que te siga afectando ser visto en mis peleas, no lo podría permitir.—En su expresión se reflejaba lo afligido que se encontraba con ello, dudando por un momento de todo.
Taehyung pasó sus manos sobre sus hombros antes de subir a su rostro, haciendo que lo mirara.—No me importa nada de ello si puedo estar contigo, te dije que era mi momento para demostrarlo y no cambiaré de opinión. Solamente debes de concentrarte en tus peleas, no te desvies de ello, por favor.
Jungkook se limitó a hacer una mueca, pero asintió. No estaba en sus manos detenerlo, jamás le prohibiría hacer algo mientras su novio quisiera hacerlo, solo deseaba que las cosas pudieran ser diferentes, sin tener que preocuparse por lo demás.
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