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Capítulo 11.

La siguiente pelea se trataba con Park Seojoon. Había sido al inicio un dolor de cabeza acordar una fecha con él, siendo apenas dos semanas después de la primera. Park Seojoon se conocía por sus bruscas técnicas para doblegar al contrincante y acorralarlo hasta que esté se rinda o el tiempo del encuentro se acabe. Los debilitaba lo suficiente para dar el golpe final en el último encuentro, acabando toda esperanza de ganarle.

Park Seojoon se mantenía en forma y demasiado activo en las peleas, conociéndose por ser un tanto problemático con la prensa y sus adversarios, Taehyung dudó si había sido una buena idea que Jungkook se enfrentara ante él.

—¿Acaso no confías en mí?—Había cuestionado con una sonrisa, entrelazando sus manos.

—Por supuesto que sí, pero por boxeadores como él es que precisamente aborrezco la violencia. Es demasiado violento en todos sus encuentros sin excepción, no quiero que salgas lastimado de esa pelea.

Taehyung se había informado de cada contrincante con quién se estaría enfrentando Jungkook hasta la pelea final, y de todos sabía que Seojoon era el peor muy por encima de cada uno. La bestialidad que manejaba y la fuerza excesiva en sus golpes bastaba para noquear desde el primer encuentro. Lograba del ring su calabozo y de él su personaje de verdugo, castigando a todos sin piedad y lastimandolos como si sus gritos de dolor fueran música para sus oídos.

Todos le temían, pero alababan su bestialidad, siempre y cuando no les tocara enfrentarse a él.

—Estará todo bien, estudié todos sus golpes y técnicas, estaré bien en el ring.—Besó sus nudillos, tratando de tranquilizarlo.

—Por favor, vuelve a salvo.—Pidió, uniendo sus frentes y cerrando sus ojos

—Siempre, no debes de qué preocuparte.—Con una sonrisa tirando de sus labios, se inclinó lo suficiente para poder besarlo, sujetando su rostro entre sus manos unidas mientras sentía como Taehyung se acercaba lo más que podía a él.

El miedo se reflejaba en sus movimientos, sabía que el temor de Taehyung no era para nada un juego. Park Seojoon era el tipo de persona que debía de irse con cuidado para enfrentarlo, pero al igual que las advertencias de Namjoon, se había puesto a practicar sus golpes y sus técnicas para no foblegarse ante él. Lo consideraba como su contrincante más fuerte, y así como había sido un dolor de cabeza poder hablar con él, sabía a lo que se atenia en el ring.

Cuando sintió las manos de Taehyung romper la unión con las suyas para llevarlas a su cabello, sabía que en ese momento debían de detenerse. Con un pequeño jadeo, se separó lo suficiente para ver lo desorientado y pequeño que se veía su novio frente suyo, tratando de recuperar el aliento mientras sus labios se encontraban hinchados. Sonrió cuando Taehyung abrió los ojos y volvió a depositar un pequeño beso sobre sus labios antes de separarse, manteniendo la distancia para ir por sus guantes.

—¡Es hora de salir, Jeon!—Namjoon tocó la puerta, rompiendo la atmósfera.

—Llegó el momento.—Jungkook se colocó los guantes y suspiró una vez más antes de salir acompañado del brazo de Taehyung, distanciándose cuando sus caminos tuvieron que separarse.

Lo vió escabullirse por las gradas, dónde sus amigos aguardaban por él. Namjoon se posicionó a su lado, palmeando su hombro.

—¿Estás listo?

Asintió, extasiado cuando su nombre fue coreado por el público.—Estoy listo.


(...)


La pelea había comenzado, pero el pronóstico era incierto. Los golpes bruscos de Park Seojoon hacían difícil para que Jungkook pudiera atacar, teniendo que bloquear los golpes antes de poder siquiera considerar propinar un golpe a su contrincante. Para el segundo encuentro no había podido salir de la esquina donde lo tenía acorralado, aguantando los golpes que eran dados en su abdomen y rostro.

Para el tercer encuentro fue cuando todo empeoró. Taehyung estaba al borde del asiento mientras sus manos no paraba de cubrirse los ojos al ver cómo los brutales golpes eran alcanzados en el cuerpo de Jeon, sin poder esquivarlos todos. Sus movimientos se veían cansados, su postura era erguida a comparación del inicio y su rostro ya había recibido varios golpes, formándose pequeños hilos de sangre. El sudor en sus ojos le estaba molestando, desorientado con la vista y necesitando agudizar sus demás sentidos.

—¡Hey, no! Eso no es justo—Gritó enojado junto con las personas que apoyaban a su novio cuando Park dió un golpe que estaba prohibido por el reglamento, haciendo que Jeon retrocediera hasta las cuerdas por algo de soporte.

Escupió la sangre que se iba acumulando en su boca, causando un desagradable sabor metálico. Estaba preparado para volver cuando un golpe directo a su rostro causó que cayera en el ring, causando la conmoción de todos. Soltó un quejido de dolor, cubriéndose el rostro hasta que Park fue apartado, haciendo un conteo para que Jeon pudiera levantarse o estaría acabado.

—Por favor, por favor, tienes que levantarte.—Taehyung susurró, cubriendo su boca con sus manos mientras veía con terror la escena frente a él.

Una parte suya quería que la pelea terminara en ese momento, pero sabía que Jungkook sería incapaz de dejar una pelea de esa manera, además de saber que se había preparado con demasiada anticipación para ese enfrentamiento, por lo que su otra parte pidió que se levantara y pudiera terminar esa pelea solo como él lo sabe hacer.

Las personas comenzaban a desesperarse, esperando a que Jungkook se levantara para el siguiente encuentro, pero se sentía tan mal físicamente por los golpes recibidos que veía imposible poder levantarse. Cuando abrió los ojos y pudo ubicar el lugar donde Taehyung lo miraba, ver a su novio de un modo tan desesperado y mortificado con la esperanza en sus ojos de que se levantara fue la adrenalina suficiente que necesitaba para que, siseando una maldición, se fuera incorporando con el dolor en sus extremidades.

El público comenzó a aplaudir cuando Jeon estaba nuevamente frente a Park, retandole con la mirada. De sus labios corrían hilitos de sangre junto al de su ceja, su ojo se iba formando una hematoma por el primer golpe y su postura se veía desaliñada, pero mientras él estuviera de pie aún podía pelear.

Seojoon sonrió con burla, mirándolo fijamente.—Tú no te rindes, ¿Verdad? Estás tan malherido que dudo que dures los primeros veinte segundos del siguiente encuentro.

Cada uno fue a su esquina, Jungkook no apartaba la mirada de Seojoon mientras este hablaba con su gente. Namjoon le tendió una toalla dónde limpió el sudor y tuvo cuidado con sus heridas, apartando la mirada solo para poder ver a Taehyung en la audiencia.

—¿Estás bien?—Gesticuló con los labios, preocupándose por sus heridas.

Jungkook asintió en su dirección, guiñándole el ojo antes de girarse cuando la campana sonó. Era sencillo, dos golpes acertados y esa pelea acababa, eso era lo que necesitaba.

—Ah, Jeon.... Voy a permitir que me des siquiera un golpe, para celebrar tu retiro.—Seojoon lo estaba provocando, con una sonrisa de sorna.—¡Vamos, golpeame! Dame tu mejor golpe, así no me sentiré tan culpable cuando te gane.

Cuando su postura dejó de ser a la defensiva para dar su golpe, Jeon aprovechó su confianza para impactar el primer gancho izquierdo y un golpe contra su rostro para noquearlo, haciendo que cayera al suelo en pocos segundos sin que pudiera reaccionar para volver a levantarse. Cuando la campana sonó al transcurrir el tiempo límite, su brazo fue alzado en victoria y su rostro cayó, sintiéndose tan molido que solo quería irse de ahí.

—¡Jeon Jungkook demostró ganar una vez más! Esta es una pérdida memorable para Park Seojoon y su récord invicto. Una vez más Jeon nos demostró de lo que es capaz, ¡Felicidades al rey del boxeo!

Las personas aplaudían con alegría, Taehyung se había colgado del cuello de Jimin totalmente emocionado por la victoria de su novio y algunas lágrimas salieron después de haber sentido tanto terror por lo que podía pasar al verlo tirado solo unos minutos atrás.

La pelea más difícil había pasado, solo era cuestión de su recuperación para volver a la normalidad con su itinerario.


(...)


—¡Si no tuvieras novio te besaría en estos momentos!—Seokjin exclamó emocionado cuando todos estaban en el departamento del boxeador.

Todos rieron a excepción del mencionado, estando a un lado de Jungkook mientras miraba con gesto cuestionable a su representante.

—¡Yah! No nos pongamos serios y celebremos que Jeon Jungkook le ganó al mismísimo Park Seojoon, la bestialidad del ring.—Namjoon anunció, haciendo una ronda de aplausos para el boxeador.

—Me gustaría, pero por ahora paso. Estoy demasiado molido por la pelea de hoy, solo quiero dormir y descansar lo suficiente, dudo que los golpes desaparezcan pronto.—Hizo una mueca y señaló su abdomen, dónde hematomas de iban formando.

—Bien, es comprensible, pero tan pronto como te encuentres bien vamos a celebrar este logro. Vencer a Park Seojoon no sucede dos veces en la vida, se debe de celebrar a lo grande.

Siguieron hablando hasta que Jungkook decidió que era hora de irse. Era tarde y él se sentía cansado, además de notar como su novio estaba un tanto distante con todos a pesar de tenerlo aun lado, podía ver cierta incomodidad por parte suya. Todos protestaron pero al final Taehyung los acompañó a la puerta, asegurando que los llamaría tan pronto como Jungkook se sintiera mejor de sus heridas.

Cuando se encaminó a la sala nuevamente, antes de que pudiera tomar su anterior asiento a lado de su novio este lo tomó del brazo y logró hacerlo sentarse en su regazo, alarmando al contrario.

—Te voy a lastimar, déjame sentarme a lado.—Trató de levantarse, pero el brazo que Jungkook envolvía alrededor de su cintura se lo impedía. A pesar de estar en un estado débil, seguía siendo fuerte para él.

—Sólo quédate aquí, te necesito así.—Echó la cabeza hacía atrás, recargandose contra el respaldo del sillón mientras sentía la tensión en el cuerpo de su novio.—¿Qué es lo que pasa, cariño? Desde que llegamos te noto muy serio.

—Tuve miedo.—Susurró por lo bajo, apenas audible.

—¿Miedo? ¿Miedo a qué?—Tomó sus manos entre las suyas, tratando de encontrar su mirada.

—Sabes que desde un inicio temí por esa pelea, y cuando comenzó y solo podía ver cómo Seojoon te golpeaba y acorralaba no fue algo que me haya gustado ver.—Apretó sus labios en una fina línea, reteniendo el impulso de llorar.—Y cuando te ví tirado ahí, solo quería que todo acabara, pero sabía que esa pelea era importante para tí y significa el camino de tu retiro, así que pedí para que pudieras seguir en la pelea, para que solo pudieras terminarla y poder alejarnos de ahí.

—Taehyung...—Cuando trató de hablar, Taehyung lo hizo callarse.

—Espera, es que esta pelea se sintió exactamente igual al inicio de nuestra relación. ¿Recuerdas también lo herido que estabas aquella vez? Estabas tan mal que temía que no salieras de ahí, tu contrincante era aún más desalmado que Seojoon, no respetaba los tiempos y te seguía atacando. Temí tanto que me pregunté si podía aguantar estar en una relación contigo sabiendo que cuando sucediera una pelea llegarías a casa golpeado y malherido, no quería vivir aquello una y otra vez.

Jungkook lo recordó, por supuesto que lo recordaba. Eran de los momentos más obscuros de su relación, después de esa pelea su relación solo pendía de un delgado hilo que cualquier paso mal dado sería el final de todo. Tragó en seco, inclinándose para recargar su mejilla contra el hombro de Taehyung.

—Nunca he querido causarte tanto terror, y sé que si te digo que me dedico a esto no lo justifica, así que lo siento mucho por hacerte pasar por todo esto.

—En ese entonces estaba aterrado y quería huir, pero sabía que no podía estar lejos de tu lado porque te amaba en ese entonces, y ahora es lo mismo. Te amo más de lo que hice en ese entonces, porque desde ese momento me demostraste que podías cambiar las versiones de la pelea y hacías grandes esfuerzos por no salir malherido solo para poder volver a casa y no tener que ver mi miedo reflejado en ello. Eres demasiado perfecto para mí, Jeon Jungkook, te amo tanto que he visto tantas versiones tuyas que no sé a cuál prefiero, pero lo que es un hecho es que, a diferencia de ese entonces, jamás se me volvió a cruzar por la mente en dejarte, porque no podría permitir dejarte cuando estás en ese estado, porque si somos pareja es para demostrar que estamos en las buenas, en las malas y en las peores, dónde cuidaremos del otro en la enfermedad y yo estoy ahora aquí para cuidarte, estoy aquí para protegerte y hacerte sentir mejor.

Cuando sus miradas conectaron, sintieron toda la desesperación y devoción que el uno sentía por el otro. Jungkook abrió sus brazos para que Taehyung se acurrucara contra su pecho, envolviendolo en un suave abrazo mientras sus temores se disolvían.

Las grietas se estaban borrando, la verdad se iba avecinando y la tempestad pedía clemencia para todos.


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