On
Los labios de Hyunjin se movían angustiados por tener todo del contrario. Soltó la muñeca del rubio para llevar su mano a la nuca de él, acercándose más a Seungmin, queriendo profundizar el beso. Su pierna quedó entre las del menor, inclinándose más a él. Inevitablemente, el menor le correspondió el beso como pudo.
Seungmin se separó un poco para girar un poco su cabeza y volver a unir sus labios, estando así más cómodos. Llevó ambas manos a la cabeza contraria, enredando sus dedos en el cabello largo.
Las lágrimas de ambos hacían que el beso fuera salado, pero eso no evitó que se saborearan como si no hubiera mañana.
El castaño delineó con su lengua el labio superior del menor, pidiendo permiso. Seungmin dejó ir un suave gemido, abriendo la boca lo suficiente para que la lengua de Hyunjin pudiera adentrarse en ella.
Seungmin se estremeció. Sus manos cosquillearon anhelantes. Dejó la mano izquierda entre los mechones de Hyunjin, pero la derecha comenzó a descender lentamente, pasando por detrás de la oreja del mayor, acariciando su pómulo y siguiendo hasta delinear su mandíbula. Ahora fue el castaño quien gimió suave contra la boca del menor.
Hyunjin intentó alejarse un poco para evitar respirarle encima a su chico, pero este se lo impidió, ajustando sus agarres.
—Minnie —balbuceó sobre sus labios, dejando ir el aire que estaba manteniendo. Como respuesta solo obtuvo un "mmm", pues el chico estaba cautivado con la sensación de besar, y ser besado. Lo había extrañado más de lo que pensaba—. Te amo.
El rubio se alejó para encararlo, Hyunjin seguía inclinado hacia él. Las lágrimas de ambos, en algún punto del beso desesperado, se habían detenido, y, aunque las marcas de que lloraron eran obvias, les era más llamativo como sus labios ahora estaban rojizos y brillantes.
—Repítelo —moduló con sus labios, sin hacer ningún sonido, mirándolo directo a los ojos. Se había quedado sin aire, desorientado.
—Te amo, Seungmin —los ojos del rubio brillaron, un brillo distinto al que implica las lágrimas—. Y solamente te amo a ti.
» El recuerdo de Facebook es de la fiesta de Felix —Seungmin abrió la boca para hablar, más recibió un besito rápido que lo dejó atontado—. Escúchame primero, cariño —susurró, dejando un nuevo besito en su mejilla—. Ese fue el día en que nos emborrachamos hasta perder la conciencia —Min frunció el ceño—. Bueno, solo yo... Tal vez sí tuve algo con Jeongin, pero eso fue hace mucho, tristemente no puedo regresar el tiempo y decirme a mí yo pendejo de antes que lo piense dos veces, pero no se puede. Juro que desde esa fiesta no volvimos a tener ese tipo de encuentros.
Seungmin suspiró separándose completamente de él, apartando incluso la silla de la mesa y pegando su espalda en el respaldo de esta. Quería verlo frente a frente, pero sin ceder a sus sentimientos.
—¿Qué es para ti la fidelidad, Hyunjin?
—¿Qué?
—-Eso —murmuró entre dientes—. ¿Todas las veces que me has dicho que tienes que hacer un trabajo con Jeongin? ¿Qué pensabas mientras estabas con él? ¿Y las veces que ayudas a todos con tareas, proyectos y trabajos como si fueras Jesucristo? ¿Realmente es eso o tienes un concepto distinto al mío de fidelidad? —habló tan rápido que apenas dejó un espacio entre palabras.
—Calma, Seungmin —se acercó a él, estirando sus brazos para abrazarlo, más este lo evadió, dejándole una sensación agria. Suspiró tomando distancia, y, sin dejar de verlo a los ojos, también apoyó su espalda en el respaldo de la silla—. Todas las veces que te he dicho que voy a hacer es la verdad, pregúntale a cualquiera.
—¡No quiero preguntarle a cualquiera! Quiero poder confiar en ti.
—Entonces, solo créeme. Confía en mí.
—No puedo —gimoteó—. Respóndeme esto: ¿Te has acostado con Seunghee?
—¿Qué? ¡Claro que no! —suspiró—. No he tenido sexo con nadie en meses —el rubio bufó—. ¡Fue un error! Tomé mucho y tú y Jeongin tenían el cabello parecido, los confundí sin querer.
—¿Estás diciendo que es mi culpa?
Hyunjin gritó frustrado—. No, Seungmin, te juro que solamente pienso en ti.
—Sobre todo cuando estás en la cama de alguien para saciar tus ansias porque soy un mojigato, ¿no?
—¿Qué? No —Hyunjin suspiró, pasando sus manos por su rostro, estaba muy frustrado—. Te soy fiel Seungmin. Yo no necesito ni quiero acostarme con alguien solo porque tú no te sientes cómodo por iniciar tu vida sexual. Hace tiempo que deje de tener sexo casual.
Los abarcó un silencio que Hyunjin no supo cómo describir, pues Seungmin agachó su cabeza apenas terminó de hablar. El mayor volvió a suspirar, miró las palmas de sus propias manos y continuó hablando.
» Estoy días lejos de ti, también he pensado mucho en nosotros —levantó la cabeza encontrándose con la mirada curiosa del menor, lo miraba con la cabeza inclinada, sus pestañas y parte de su cabello le daban un marco coqueto a esa mirada—. En mí —admitió, enderezándose—. En lo que he hecho. Independientemente de las cosas que hice en mi pasado, casi todo fue por el placer de la diversión. Como estar en un carrusel infinito, dando vueltas, sin reflexionar en algún momento, solo queriendo disfrutar el momento. Solo pensando en mí y en lo placentero que era estar de cama en cama —agachó su cabeza algo apenado. Seungmin lo había conocido en la peor etapa de su vida y aun así aceptó tener una cita con él—. Y honestamente, terminé sin nadie.
Una larga exhalación fue lo que se escuchó antes de un "wow" balbuceado por el rubio.
Hyunjin se encogió en su sitio. Quiera ser lo suficientemente sincero con Seungmin para que este le crea, para que no deje de amarle. Pero le avergonzaba tanto su manera de ser.
» Hice muchas, demasiadas quizás, tonterías y ahora pesa en mi conciencia. No quería crearte dudas. No quise faltarte el respeto de esa manera, Seungmin —su voz se rompió, pasó su mano izquierda por su rostro. Nuevas lágrimas se adueñaron de sus ojos y el nudo en su garganta lo hizo inhalar con fuerza.
—Jinnie —su voz tembló—. Yo-
Hyunjin levantó su cabeza y quitó la mano de su rostro, dejando ver al menor un hilo de sangre bajar desde su labio inferior hasta su barbilla.
—No quiero sonar repetitivo. Lo juro. Y no quiero sonar redundante, pero...
—¿Pero?
—Me estaba preguntando si hay algo más que quieras saber —Min abrió la boca para preguntar—, pero no importa eso —el rubio juntó sus labios, moviéndose algo incómodo en la silla—. Deberíamos dejarlo ir. Porque no queremos ser un episodio de telenovela. Todos los malos pensamientos déjalos ir. Porque no hay otra persona en mi cabeza que no seas tú.
Seungmin lo miró sorprendido, no esperaba ese desenlace. Ya había escuchado varias veces repetirlo como si fuera un disco rayado, pero ahora sonaba distinto.
» Y tú tienes la culpa
—¿Ah?
—-Solo puedo pensar en ti. No sé sabes, pero al día siguiente Jeongin me corrió de su casa cuando le llamé por tu nombre. Es que yo podría jurar que estuve esa noche contigo.
—Pero...
—Lamento no haberte dicho, pero es que no quería hacerte daño. No quería hacerte esto.
De nuevo, hubo un silencio indescriptible que preocupó a Hyunjin aún más cuando Seungmin apoyó sus codos en su regazo y con sus manos cubrió su cara, encogiéndose en su lugar. El castaño se levantó de la silla y se agachó de cuclillas frente al contrario, y con su mano derecha lo tomó del mentón, logrando que lo viera otra vez a los ojos.
—¿Yo te parezco atractivo? —fue lo que preguntó el rubio.
—Completamente —contestó sin dudar, llevando su otra mano a su rostro—. El chico más atractivo que he visto en mi vida.
—¿Justo ahora te parezco lindo? —murmuró avergonzado, sabiendo que era de todo en ese momento menos lindo.
—Obvio —susurró, acercándose más a él. Apoyó también sus brazos en las piernas del menor. Jaló dócilmente al menor inclinándolo hacia sí mismo, pero solo lo suficiente para dejarle un beso en la frente, como el aleteo de una mariposa—. Siempre lo eres —musitó apenas alejándose para mirarlo a los ojos.
—¿No me cambiarás cuando un chico más lindo que yo aparezca? —moduló, sintiéndose sin voz. Su corazón latía con fuerza y muy rápido. Toda su sangre se acumuló en su cara, cuello, orejas. Fantasioso.
Seungmin perdió el equilibrio, cayendo de la silla de frente, haciendo que Hyunjin también perdiera el equilibrio, cayendo de sentón, cosa que hizo que soltara un pequeño quejido. Pero el mayor le quitó importancia, se alarmó al ver al rubio, que había quedado de rodillas y manos, dejarse caer completamente de panza. Iba a decir algo cuando la risa de Seungmin resonó en toda la casa.
El rubio se dio la vuelta, quedando de espalda, intentando calmarse. Pero al imaginarse la cara que tuvo que haber puesto al caerse, otra carcajada retumbó en su pecho.
—Es imposible que exista alguien más lindo que tú —balbuceó el castaño.
La risa del menor le había dejado embobado, estaba encantado con todo de él. Cuando el rubio escuchó esas palabras, controlando sus risas por fin, abrió sus ojos, encontrándose con Hyunjin sentado a su lado, mirándolo de arriba.
—¿En serio crees eso? —murmuró algo cohibido.
—Creo que eres la persona más hermosa que he podido encontrar en mi vida —contestó, inclinándose sobre él, cautivado por la imagen del chico sonrojado, con una ligera sonrisa en sus labios y el cabello revuelto—. Nadie se compara contigo —balbuceó sobre los labios contrarios, con suerte apenas dos centímetros era el espacio entre ellos.
—¿Sí?
Hyunjin musitó un "Nadie" antes de eliminar la distancia de sus bocas.
Seungmin dejó ir un dulce suspiró mientras le correspondía el suave beso. Se sujetó al cuello del mayor y apretó el abdomen para sentarse. Hyunjin lo abrazó de la cintura facilitando la tarea del menor.
El rubio descendió sus manos para dejarlas descansar en el pecho del contrario. Arrugó la tela entre sus dedos, para después soltarla y acariciar toda la zona, repitió la secuencia de acciones varias veces antes de separar sus bocas para susurrarle a Hyunjin un: —Así que has elegido vivir, ¿eh?
Soltó la camisa del mayor y se acercó más a él, arreglándoselas para sentarse en el regazo de este. Hyunjin apretó sus brazos alrededor el cuerpo esbelto de Seungmin por puro instinto, pues estaba sorprendido. No era la primera vez que el menor se sienta en sus piernas, pero no se lo esperaba. Kim lo abrazó por el cuello, atrayéndolo nuevamente en un beso. Un beso muy lento y poderoso, sensual. El menor movía sus labios tan pausadamente, pero con firmeza, que Hyunjin solo pudo darle todo el control de este.
Seungmin sonrió entre el beso, haciendo que el mayor suspirara. El rubio aprovechó y delineó lentamente los labios contrarios, abriendo más la boca.
Hyunjin perdió la poca cordura que le quedaba cuando el menor introdujo la lengua en su boca, sus brazos se debilitaron y gimió en la boca del rubio. Sintió como si le quitaran todo y le dieran más. En un estallido. Una explosión.
Cuando Seungmin se separó lo suficiente para ver al mayor, este suspiró bobamente. Hyunjin estaba temblando.
—Si quieres te doy hasta mi vida —balbuceó sonrojado hasta las orejas, se sentía temblar bajo los encantos de su niño bonito—. Pero, por favor, vuelve a besarme así.
Seungmin rió con ternura, también sintiendo su cara caliente y algunos espasmos placenteros. Dejando un beso corto en los labios del mayor, se levantó de su regazo y del suelo, sacudiendo el escaso polvo que tenía encima. Observó la mesa y su sonrisa cambió a una mueca triste cuando vio que su helado ahora era líquido.
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ya la siguiente parte debe ser la ultima~~ * panico*
reto ramdon: ¿cuantas veces hyunjin dice nadie en toda la historia?
quien adivine gana... no sé ¿dedicar una historia corta? ¿escribir algo en conjunto? ¿actualizar algo que evito hace meses? jsjsjs tambien acepto ideas
gracias por leer~
~OurTheStars~
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