Nothin'
—¡Es que no puedo seguir así!
Había estallado. Ya estaba harto. Había estado viendo los recuerdos del Facebook de su novio y ahora se arrepentía. Ellos tenían de relación más de catorce meses, y lo primero que aparece es un recuerdo de hace un año de Hyunjin junto a Jeongin, muy cercanos y cariñosos.
Nunca llegó a creer que podría ver en su vida a Jeongin aceptando una muestra de cariño, y menos algo como un beso. ¡Y menos en la comisura! No había espacio personal entre ambos. Eso pensaba Seungmin mientras veía a su amigo y su novio, siendo protagonistas de una publicación de varias fotos y una descripción de corazones de parte de Jeongin.
¿Qué se supone que debiera pensar? ¿Por qué no apareció en su inicio? ¡Por qué la publicación estaba oculta para él!
—Sé que sabes por qué te digo esto, pero...
—¡No! —interrumpió, lanzando el celular a su dueño, bueno, apuntando a sus partes íntimas, pero erró en su objetivo cuando Hyunjin lo atrapó en el aire, haciendo que se enojara más. Se levantó del mueble con más fuerza de la necesaria, pisando fuerte hacia la puerta—. No voy a caer de nuevo. Adiós —exclamó antes que el fuerte sonido que provocó la puerta chocando contra el marco resonara en esas cuatro paredes.
El dueño de la casa suspiró mirando la pantalla de su celular.
—... Nadie es como tú, Seungmin —susurró en su ahora soledad.
☆━━━━━☆
Días habían pasado, por la ventana de su habitación se podía apreciar el cielo despejado, claro y sin nubes, una tarde fresca, pronto sería posible divisar las estrellas del anochecer, a Seungmin no podía importarle menos otra tarde del verano.
Así que ahí estaba un cachorro en su cama, dejando ir lágrimas silenciosas de impotencia y rabia, que se mezclaban con las de tristeza y malestar. Sentía su corazón latir lento y el pecho apretado.
«Sabía que tantas salidas con Jeongin eran por algo más...
Ese per-
¡No, él no es el primer culpable! No debo dirigir mi resentimiento a él...
¡Es a Hyunjin! Ese perro, nunca más confió en él
Siempre me sale con sus vainas y yo de pendejo le creo...»
Sin quererlo realmente, terminó sollozando más fuerte contra su almohada, deseando que pudiera ahogarse con esta.
«¡Yo soy el primer culpable por pensar que las personas pueden cambiar!»
—Soy un tonto, un idiota —alejó la almohada de su rostro, y sentó quedando frente al espejo de su escritorio. Detalló lo roja que estaba su piel y sus ojos «Parece que consumí mariguana». Su cabello dorado y abundante, apuntaba a todas las direcciones habidas y por haber, algunos mechones se pegaron a su piel por la humedad, consecuencia de llorar dos horas seguidas contra su almohada. Su rostro estaba transpirado y pegajoso. Sonrió amargamente antes de dejar salir otro sollozó con nuevas lágrimas—. Jeongin es mil veces más lindo y agradable que yo, debió quedarse con él —murmuró aun viendo su miserable reflejo.
«"Ya me tengo que ir, Seungminnie. Quede con Jeongin para hacer un trabajo"
"Me voy a encontrar con Minho, voy a ayudarle con una tarea de matemática"
"Lixxie me pidió ayuda con una actividad de literatura"»
» No puede ser... Todo este tiempo... me estuvo... engañando —mordió su labio inferior con fuerza, considerando que todo fue una mentira en su relación.
«Bueno, al menos ya no me va a poder mentir. Le terminé»
Apretó los dientes mientras más lágrimas fluían por su rostro hasta llegar al mentón y gotear infinitamente.» ¡Y yo que solo te he querido!
«Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo. Lo amo.
Lo amo tanto que debería odiarlo.
Pero, lo amo. ¿Él no me amaba a mí?
Bueno, no lo culpo, soy muy poca cosa...
¿Busca otras personas porque no me siento listo para tener sexo?»
Soltó un gritó de frustración. Ojalá el joven pudiera salir del país, cambiarse el nombre y comenzar una vida nueva. Una vida donde sus cercanos no le vean la cara de estúpido.
Se vio en el espejo por décima vez en el día, queriendo sentirse más miserable antes de hacer su maleta para irse a Alaska. Cuando se fijó, a través del espejo, de una figura estática junto a la puerta, lo miraba fijamente.
Sorprendido, su primera impresión fue lanzarle la almohada llena de sus fluidos y poner en práctica lo que sabe de karate y boxeo. Hasta que descubrió la figura que veía borrosa, no era una figura, sino una persona, persona que se quejaba de la patada que le había dado en el estómago por puro reflejo.
Identificar a quien había golpeado por el grito que este dio, no lo pensó mucho antes de volver a patearle en el estómago, ahora con resentimiento mientras lágrimas seguían bajando hasta su barbilla y gotear.
—¡Eres un idiota! —bramó con ganas de golpearlo un poco más. Como mínimo hasta hacerlo sentir como él se sentía, como un trapo sucio. Que se le oprimiera el pecho y llorara de dolor. Dolor algo diferente al propio, pero dolor. Inhaló cerrando los ojos antes de cometer algo ilegal y en contra de sus principios—. ¿Qué haces aquí? —preguntó entre dientes al cuerpo que se sentaba, lentamente en el suelo, temiendo otro ataque, este abrió la boca para responder. Sin embargo, Seungmin hizo un gesto negando con su mano derecha y con la otra mano hizo presión con su índice en su entrecejo, había visto que eso calmaba a la gente en internet. Eso hizo que el de cabello castaño y largo entendiera que sería mejor que no hablara, pues volvió a cerrar la boca—. Si dices "Sé que sabes por qué te digo esto, pero nadie es como tú", te parto la nariz, te tuerzo los pies para que camines para atrás, y te cortó las bolas y el pene para hacértelas comer.
—¡Pero todo lo que te he dicho es cierto!
—¡Deja de mentirme y sal de mi casa antes de que acabe contigo!
—¡Acabaste conmigo hace mucho tiempo!
—Es que te voy a —interrumpió sus palabras y ahorcó al aire mientras se acercaba al mayor, quien se levantó de un salto, comenzando a dar vueltas por la habitación, escapando del dueño de la casa—. Ven acá. ¡Ven!
—¡Escúchame, Seungminnie! Yo-
Hwang no pudo continuar porque tropezó con la alfombra junto a la cama del menor, cayendo al suelo nuevamente, solo que esta vez de barriga y apenas utilizando sus manos para no reventarse la cara contra el piso.
Seungmin tropezó con los pies de Hyunjin, cayendo sobre él, y haciendo que el mayor perdiera el poco equilibrio que tenía en sus brazos, terminando por golpear su quijada contra el frío piso de la habitación. Además, la cabeza del menor chocó contra la de Hyunjin, sacándole un quejido junto a un lloriqueo.
El castaño pensó que había cagado tantas cosas en su vida que el karma, en forma de un lindo chico con ojos miel grandes y brillantes, vino a hacer justicia, castrándolo y partiéndole la cabeza. Se quedó inmóvil y cerró los ojos con fuerza, esperando, como mínimo, un movimiento del cuerpo sobre su espalda. Cuando escuchó un sonoro sollozo hacer eco en la habitación, sintió gotas bajar por su cuello.
—Yo te amo mucho —logró pronunciar entre quejidos Seungmin—. Creí ser muy claro con eso —sorbió su nariz, haciendo una pausa, para después gimotear con más fuerza—. Te admiro mucho, pero creo que no soy suficiente —sorbió por la nariz de nuevo, tratando de parar sus hipidos—. Perdón si es porque soy algo introvertido y no me gusta estar en fiestas hasta que amanece o si no soy tan lindo a la vista como Jeongin —dijo sin respirar antes de volver a romper en sollozos ruidosos contra la espalda del castaño—. Porque prefiero estar solo en mi cuarto leyendo y escuchando música y con suerte me baño cada dos días. Yo solo deseo que me quieras solo a mí.
Hyunjin se removió lentamente hasta llegar a voltearse lo más suave que pudo, y, sin pensarlo dos veces, abrazó al chico que se estaba ahogando en sus lágrimas, quien comenzó a sollozar más fuerte contra su cuello, cerca de la manzana de adán. El mayor terminó apretándolo entre sus brazos, con el sabor amargo de la culpa en la boca y su mandíbula doliendo.
» Dime la verdad, por favor —apretó entre sus dedos la camiseta del mayor, dejándose abrazar. Anhelando siempre ser abrazado por él. «Espero no hayas abrazado así a muchas personas» suspiró—. ¿No soy suficiente para ti? ¿¡No lo soy!? —gritó en un momento de rabia, y sacudió a Hyunjin sin fuerza. Se sentía tan cansado.
—Perdóname, Seungmin —susurró enterrando su nariz en los cabellos revueltos del menor. El castaño pasó su palma por la espalda de Seungmin repetidas veces, queriendo calmarlo como si fuera un bebé.
—Te perdonaré si me respondes.
—Eres más que suficiente para mí, Eres más que suficiente para cualq-
—¡Mentiroso! —lo intentó empujar, pero no tenía fuerzas suficientes, además de que Hyunjin lo apretó más a sí mismo.
Quedaron en un silencio que decía todo y a la vez nada.
«Eres el único que amo. Perdóname.»
«Te amo, pero no quiero que estés conmigo si no me amas»
«Daría todo por ti»
«Hago todo por ti»
—Te traje helado —rompió el silencio cuando por fin sintió como la respiración de Seungmin se calmaba—. ¿Quieres?
—¿Dónde está? —musitó soñoliento, hace días que no podía dormir, no con su corazón pesando, y su mente suponiendo.
—Lo dejé en el comedor —se incorporó lentamente, sosteniendo todavía a Seungmin contra él.
—¿Quién te abrió la puerta? —cuando hizo el ademán de alejarse para ver al mayor a la cara, este lo dejó ir.
—Tu hermana —contestó levantándose del frío piso, extendió su mano para ayudar al rubio a hacerlo también. Cuando estuvieron frente a frente, Hyunjin pudo detallar las ojeras moradas del contrario. Acunó su rostro con ambas manos y pasó sus pulgares suavemente, quitando el resto de lágrimas y mocos de los pómulos, dejó la mano izquierda quieta y con su pulgar derecho delineó su labio superior, quitando también el exceso de líquido de ahí.
Fijó su vista en sus labios, se veían resecos y ganas de humectarlos con los propios no le faltaron, pero sabía que no era el momento, elevó la vista a los ojos del contrario y estos estaban rojos y brillantes. El mayor tragó en seco.
«¿Te hice esto?»
—Le pedí que no te abriera —murmuró mirando fijamente al más alto, quien tenía el cabello revuelto y la barbilla roja, notándose hinchada.
—Le caigo bien —bromeó con una sonrisa, pues le suplicó a esta para que le dejara pasar. Pero Seungmin lo malinterpretó.
—No me digas que también-
—¿Qué? ¡No! —se alarmó— Digo, no. Yo no-
Seungmin suspiró ruidosamente, alejando las manos de Hyunjin de su rostro. Se dio la vuelta con la intención de salir de su habitación, comer ese helado y alejar la idea de que su hermana también es cómplice de todo esto.
«Ella no... ¿O sí?» volvió a suspirar llegando al comedor, pestañeó con fuerza para alejar las lágrimas, pues una cosa es llorar en la soledad de su cuarto, y otra andar dando lástima por toda la casa.
—Seguro a Seunghee solo se le olvidó —murmuró buscando una cuchara para sentarse y clavar la cuchara en el helado de vainilla, podría estar muy molestó, pero nunca rechazaría un helado y menos de su sabor favorito. Escuchó como la silla juntó a él también era corrida, volteó para ver a Hyunjin sentarse—. Pasaron varios días... Creí que ya habíamos terminado incluso... tardaste en buscarme.
—Quería darte tiempo, no quería sofocarte.
—Mmm, bueno —musitó llevando el helado a su boca. Sintió que podría volver a comenzar a llorar cuando el frío dulce le hizo recordar muchas cosas. Agachó la cabeza para que el chico a su lado no viera sus lágrimas silenciosas descender con lentitud.
—Puedo explicar todo, lo juro.
—¿Y por qué no lo haces aún? —reclamó pasando la manga de su suéter por sus ojos, para voltear a mirarle con ira—. ¿Debo humillarme más para enaltecer tu ego?
El castaño suspiró adolorido, no sabía qué decir. Solo le queda decir la verdad, pero ¿por dónde empezaba?
—Yo te amo mucho, en serio, demasiado.
—Mmm... Ya —volvió a musitar, regresando su vista al helado un segundo, antes de volver a mirar al dueño de su corazón—. Se nota.
—La única razón por la que no te seguí al instante es porque sé que necesitabas pensar, no porque no te quisiera seguir. Yo... Yo cada día me levanto queriendo ser mejor persona por ti.
—Mhn.
—¡Seungmin! —chilló sintiendo sus ojos arder—. Me estoy esforzando, en serio.
—Y yo también lo hago, Hyunjin —clamó dejando la cuchara fuerte contra la mesa—. Me estoy esforzando para no echarte a patadas o regalarte una cara nueva. Quiero escuchar lo que dices y creerte, pero no puedo.
Tuvieron una pequeña guerra de miradas, hasta que Seungmin hizo en ademán de levantarse, Hyunjin no lo dejaría ir otra vez. Lo sujetó de la muñeca con su mano derecha y utilizó la izquierda para mantener su rostro frente a él. El castaño se acercó tanto que podían sentir sus respiraciones chocar, pero no hizo más que mirar al menor de cerca y pensar en lo hermoso que es. Hyunjin pestañeó, dejando ir unas cuantas lágrimas.
Seungmin suspiró cerrando sus ojos. Le dolía la cabeza, le dolía el corazón, le dolía el alma.
El mayor acarició suavemente la mejilla del rubio. La acarició con tanto cariño que logró que hubiera un terremoto en el estómago de este y un tsunami en sus ojos. Entreabrió los labios para respirar, pero no pudo.
Hyunjin lo había besado.
☆━━━━━☆
aaaaaaaaaaaaah, por fin jsjsjsjs (kooromi_)
feliz 14 de febrero~
Esto sera un threeshot, maybe more idk...
gracias por leer~
~OurTheStars~
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro